¿Quieres saber qué se vivió la tarde-noche del 8 de junio de 2019 en Santiago de Compostela?… no dejes de leer este artículo sobre este ACONTECIMIENTO (tan importante para la Renovación Carismática)…

 


       Desde el primer Pentecostés, la Iglesia existe para evangelizar. Así fue la noche del fuego, del agua y del viento en Compostela, preparada por el Grupo “Veni Creátor” (RCCE).

      El atrio de San Fructuoso se llenó de gente. “De toda raza, lengua, pueblo y nación…” Había, entre otros, peregrinos y turistas; misioneros, religiosas y sacerdotes católicos; familias de “Comunidade Caná”; fieles de la Parroquia; familias y jóvenes evangélicos; familias de la Fraternidad católica de “Familias Invencibles”; misioneros de “Juventud con una misión” (JCUM); la Comunidad cristiana “Buenas Noticias” de Santiago, representada por su Pastor y otros hermanos y hermanas; hermanos y hermanas de los Grupos de Oración (RCCE) de Boiro, Pontevedra, Moaña y Santiago…

      “De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente y llenó todo aquel lugar” (Hch 2, 2). Y escuchamos: ¡Abramos paso en nuestros corazones para que pueda pasearse en ellos el Espíritu Santo! ¿Quién es insustituible en la Iglesia? ¡El Espíritu Santo! ¿Quién es el único Señor? ¡Jesús! Entonces digamos, hermanos y hermanas: ¡Jesús es el Señor! Alabemos a Jesús, aclamemos con fuerza al Espíritu Santo. ¡Ven, Espíritu Santo!

     Hombres y mujeres de todo lugar: de Alemania a Cee, de Madrid a Bogotá. De toda edad: de dos gemelos de meses a octogenarios. Expectantes ante aquel pequeño Cenáculo. En comunión con nuestros hermanos de distintas expresiones carismáticas de todo el mundo, reunidos con el Papa en Roma, celebrando el comienzo de un tiempo nuevo. El tiempo del Charis. El tiempo de la Gracia.

    Católicos y evangélicos juntos, como hijos de un mismo Padre, como hermanos amados del Hijo, vivificados y renovados por el Espíritu, unidos para orar, alabar, adorar…  y gozarnos en libertad de los hijos de Dios; “porque ninguna condena pesa ya para los que están en Cristo Jesús, pues la ley que da vida en él me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Rom 8, 1-2).

    ¡Ha venido el Espíritu Santo! ¿A qué? A mostrarnos que Él es el único que tiene el poder para cambiar nuestros corazones. Nos dice el Espíritu Santo: ¿Y si volvemos a empezar? ¿Y si te hago de nuevo? Entramos en el Cenáculo de San Fructuoso como discípulos inseguros y temerosos, y salimos como Apóstoles que anuncian la Buena Nueva al mundo: ¡Cristo, vivo y resucitado!

    Luis Bermúdez, Inma Tamayo, Alfonso Cherene, Montse de Javier y Miguel Castaño han proclamado la Palabra, han predicado, han intercedido y clamado al Señor, poniendo voz a todo un pueblo: muestra preciosa de la diversidad reconciliada que pide nuestro Papa Francisco. Un ministerio de música formado por católicos y evangélicos: jóvenes, niños y mayores.

    El sacerdote salesiano Eugenio González, ayudado por el seminarista Santi Núñez, ha expuesto solemnemente a Jesús Eucaristía y lo ha paseado por en medio de su Pueblo. Otro sacerdote, Domingo Ramiro Canabal Castro, que ha sido misionero en Vietnam y cumplía 82 años, estuvo acogiéndonos en el Sacramento de la Reconciliación durante toda la Vigilia.

    “La Iglesia que nace en Pentecostés es una comunidad que suscita estupor porque, con la fuerza que le viene de Dios, anuncia un mensaje nuevo -la Resurrección de Cristo- con un lenguaje nuevo -el universal del amor-. Un anuncio nuevo: Cristo está vivo, ha resucitado. Un lenguaje nuevo: el lenguaje del amor” (Papa Francisco).

     Al fondo del templo, nuestro Obispo D. Jesús Fernández, orando y contemplando. «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación» (Mc 16, 15). Y el mundo entero…  viene a Santiago. Lo acabamos de ver en San Fructuoso. ¡Llenaos de gozo y asombro, porque algo nuevo comienza entre nosotros!

Javier de Montse – Comunidade Caná


Extraido de la web:  www.comunidadecana.org