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¿Cuál es el camino y la meta?

Reproducimos por su interés e importancia, el ARTÍCULO que el arzobispo, monseñor Julián Barrio, publica en la edición del diario LA VOZ DE GALICIA, el pasado lunes día 27 de abril de 2020.

Con este confinamiento por causas inherentes a la pandemia del coronavirus estoy seguro que estamos echando en falta algunas formas de vida que hasta ahora teníamos sin caer en la cuenta de que en estas circunstancias no son viables: pero la preocupación no ha de ser tanto lo que no podemos hacer, cuanto lo que podemos hacer. Vemos nuestras calles en soledad porque las personas se resguardan del encuentro con los demás. Las epidemias no están hechas a la medida del hombre, por lo tanto el hombre piensa que las epidemias son irreales, un mal sueño que tiene que pasar. Nos cogen siempre desprevenidos. Y en medio de toda esta situación hay una cosa que se desea siempre y se obtiene algunas veces: la ternura humana como factor humanizador.

«Cuando se renuncia a la distinción entre lo que es verdadero y lo que es falso, entonces el espíritu enferma» (Guardini). Estamos viviendo en una dinámica en la que pensábamos poder vivir la libertad sin verdad o la verdad sin libertad, lo que nos conduce a una erosión antropológica. Estos días tenemos tiempo para soñar y estoy seguro de que soñamos que esta situación termine cuanto antes, que es posible un nuevo estilo de vida, y que hemos de dejar que Dios entre en nuestras vidas, porque, como nos dice la enseñanza de la Iglesia, organizar la sociedad al margen de Dios es organizarla contra el hombre. En el nuevo escenario en que estamos llamados a actuar hemos de ponernos, todos, manos a la obra para lograr un bien común que, según la Doctrina Social de la Iglesia, comporta libertades, relaciones y necesidades mirando a la dignidad de la persona humana. De manera especial hemos de sentirnos sociedad asociada en una normalidad que será diferente. Habiendo comprobado el caudal de la creatividad subjetiva humana en estos días, todo ello debe ser canalizado en una convivencia en la que nadie debe sentirse eximido de ofrecer la colaboración pertinente. Un bien común en el que hemos de trabajar, ha de beneficiar al común. Es cuestión de todos los que formamos la sociedad.

Me gustaría decir que hemos navegado por mares de incertidumbre, pero la realidad es que seguimos navegando en el mar de esta pandemia sin intuir con definición precisa los cambios que se van a producir religiosa, económica, cultural, política y socialmente en nuestra convivencia. He leído reflexiones que consideran que volveremos a lo mismo una vez que esto pase. Pero intuyo que será otro estilo de vida en el que configuremos nuestros hábitos y costumbres. ¿Por qué no pensar en una sociedad con personas relacionadas sólidamente, capaces de mirar sobre todo el lado positivo con una visión clara de fraternidad y solidaridad que nos ayudará a otear nuevos horizontes? Hemos de construir una convivencia en la que sea necesario tomar decisiones conjugando la autonomía y la corresponsabilidad con el ánimo de ser felices, sabiendo que «la vida feliz es el gozo de la verdad», según san Agustín.

En estos días tal vez nos hemos dado cuenta de que hemos arrancado las raíces de nuestro origen, «comiendo el pan de la memoria». La Iglesia, ni en los momentos más difíciles se ha retirado de la sociedad, ni lo está haciendo ahora ni lo hará en el futuro. El único camino que tiene que recorrer es el hombre. Y su misión es seguir afirmando que Dios se ha hecho hombre para salvar al hombre. Está llamada a ser actora en el desarrollo de la política global con dos principios: ·Amarás al Señor tu Dios y al prójimo como a ti mismo», y la dignidad del hombre se asienta en que es hijo de Dios en Cristo y por Él. Colabora con la sociedad en la solución de los grandes problemas comunes a todos, sin perder su condición profética ante la desproporción entre el poder tecnológico-económico y el crecimiento-responsabilidad moral, afirmando la vida eterna y denunciando el silencio del pensamiento actual sobre las angustias y dramas psicológicos que acosan especialmente a nuestro Occidente.

Le preocupa la pérdida del sentido de la trascendencia que lleva a olvidar o negar a Dios, la negación de la diferencia entre el bien y el mal, y la ofensa a la condición humana que suponen las diferencias abismales entre los países ricos y los pobres. No es ajena al compromiso ante el reto de la progresiva secularización, de la preservación del orden natural de las cosas y de la construcción de la paz, asumiendo con humildad una actitud misionera y evangelizadora. Todo ello desde la conciencia clara de que la comunidad política y la Iglesia son entre sí independientes y autónomas en su propio campo, aunque están al servicio de la vocación personal y social de los mismos hombres a través de una sana cooperación entre ambas (cf GS 76), pudiendo la Iglesia siempre y en todo lugar predicar la fe con verdadera libertad y emitir un juicio moral también sobre las cosas que afectan al orden político, cuando lo exigen los derechos fundamentales de las personas o la salvación de las almas. La preocupación no es otra que colaborar a un renacimiento generalizado. En estos momentos bien está recordar lo que dice el proverbio: «No llega antes el que va más de prisa, sino el que sabe a dónde va».

+Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela

 

Noticia extraida de www.archicompostela.es

Saludo de D. Julián a las familias

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Algunos aspectos de la normativa para afrontar pastoralmente la crisis del coronavirus

Estas son algunas de las normas, que a la espera de un desarrollo posterior en próximas jornadas, la iglesia diocesana presenta para afrontar pastoralmente la crisis sanitaria del coronavirus: Leer más

Iglesia Diocesana de Santiago de Compostela ante el COVID-19

SERVICIOS ASISTENCIALES a través de la Iglesia diocesana de Santiago de Compostela, ante la emergencia social a consecuencia del COVID-19 Leer más

Vicaria de Pontevedra. Undécimo programa de radio «Iglesia Sirve»

Ya podemos escuchar el undécimo programa de radio «Iglesia Sirve», que nos ayuda a mantenernos unidos en la fe y conectados en la distancia, cada uno desde sus hogares, y visibilizar todo lo que nuestra Iglesia más cercana, sigue haciendo aún a pesar del coronavirus, especialmente en la vicaria de Pontevedra.

En esta ocasión, volveremos la vista a las familias, que se han visto separadas por la crisis sanitaria pero que han encontrado la manera de mantenerse en contacto, a través de nuevas formas mediante las cuales transmitir y redimensionar su cariño. Lo aprendemos de la mano de un matrimonio afincado en Moaña, Javier Rodríguez y Montse González, miembros de la Comunidad Caná y Familias Invencibles.  Todo ello aderezado por el consejo del párroco de San Vicente do Grove y de Simes, D. Ventura Martínez, trayendo a nuestras vidas el emblema de Job: la paciencia. No falta la sección “Visto en las redes” con Brenda Rivas y tendremos a Alfonso Fernández a los micrófonos.

 

 

La EDAP ofrecerá online a partir de este viernes los temas formativos que no se impartieron presencialmente

En una carta dirigida a los participantes de la Escuela Diocesana de Agentes de Pastoral (EDAP), el obispo auxiliar, monseñor Jesús Fernández González, recuerda que debido a la situación provocada por la pandemia del coronavirus y la imposición del estado de alarma, alguna parte de los contenidos no se pudieron impartir presencialmente. Leer más

Vicaria de Pontevedra. Décimo programa de radio «Iglesia Sirve»

Ya podemos escuchar el décimo programa de radio «Iglesia Sirve», que nos ayuda a mantenernos unidos en la fe y conectados en la distancia, cada uno desde sus hogares, y visibilizar todo lo que nuestra Iglesia más cercana, sigue haciendo aún a pesar del coronavirus, especialmente en la vicaria de Pontevedra.

En esta ocasión, conoceremos el videomensaje que nuestro Arzobispo, D. Julián Barrio, ha querido compartir con los niños y niñas de toda la Diócesis, así como el abrazo virtual que les hace llegar el Delegado Diocesano de Pastoral de Infancia y Juventud, D. Javier García, aprovechando las fechas en que se habría celebrado el Encuentro Diocesano de Niños. Por supuesto, también escucharemos la voz de los más pequeños, compartiendo cómo están viviendo esta cuarentena y qué alternativas están siguiendo para completar su formación catequética. No falta la sección “Visto en las redes” con Brenda Rivas y tendremos a Alfonso Fernández a los micrófonos.
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Si aún no has escuchado los anteriores, lo puedes hacer pinchando sobre los siguientes enlaces…  Iglesia Sirve 02/04/2020  //  Iglesia Sirve 04/04/2020 // Iglesia Sirve 06/04/2020 // Iglesia Sirve 08/04/2020  // Iglesia Sirve 14/04/2020 // Iglesia Sirve 17/04/2020 // Iglesia Sirve 21/04/2020// Iglesia Sirve 24/04/2020 // Iglesia Sirve 28/04/2020
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Nota de la Comisión Ejecutiva de la CEE ante el inicio de la salida del confinamiento

 

 

La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española quiere expresar al Pueblo de Dios y a toda la sociedad española:

1. Nos alegra y damos gracias a Dios, de que la enfermedad vaya siendo controlada y pueda iniciarse, aún con reservas y precauciones, la recuperación de las actividades habituales de nuestra vida común. Tras este tiempo de dolor y sufrimiento a causa del fallecimiento de seres queridos y de los graves problemas sanitarios, sociales, económicos y laborales, hemos de afrontar esta situación con esperanza, fomentando la comunión y sintiéndonos llamados a ejercer la caridad personal, política y social.

2. Compartimos el dolor de miles de familias ante los fallecimientos causados por esta pandemia. Hemos orado por su eterno descanso y por el consuelo de familiares y amigos; queremos expresar nuestro deseo de celebrar en las próximas semanas las exequias con quienes lo soliciten en cada parroquia, y, más adelante, en una celebración diocesana para manifestar la esperanza que nos ofrece el Resucitado.

3. Agradecemos de nuevo el trabajo realizado con generosa entrega por tantas personas de los servicios sanitarios y de numerosas actividades que hacen posible la vida cotidiana en nuestra sociedad. De forma especial, reconocemos la disponibilidad y el servicio de los sacerdotes, consagrados y laicos en estas semanas.

4. Continuaremos impulsando con las personas que se ven afectadas por la crisis económica y social, el trabajo de Cáritas y de otras instituciones eclesiales para paliar estas consecuencias de la pandemia. Ofrecemos los principios de la Doctrina Social de la Iglesia y la acción de los católicos en la reconstrucción de la vida social y económica, siguiendo el “plan para resucitar” del papa Francisco.

5. Después de semanas sin expresar comunitariamente nuestra fe en templos y locales parroquiales, queremos recuperar progresivamente la normalidad de la vida eclesial. En esta fase de transición, mantenemos la propuesta de dispensar del precepto de participar en la Misa dominical y sugerimos a personas de riesgo, mayores y enfermos, que consideren la posibilidad de quedarse en casa y sigan las celebraciones por los medios de comunicación. Pedimos a los sacerdotes y colaboradores que hagan un esfuerzo por facilitar la celebración y la oración, cuidando las medidas organizativas e higiénicas. Las personas que acudan a la iglesia para las celebraciones o para oración personal, deben hacerlo siguiendo las pautas y recomendaciones que unimos a esta nota, siempre a expensas de las normas de las autoridades sanitarias.

6. Instamos a las autoridades de las diversas administraciones públicas, a los partidos políticos y organizaciones empresariales y sindicales, a otras asociaciones e instituciones, así como a todos los ciudadanos, al acuerdo y colaboración en favor del bien común. Todos estamos llamados a ser responsables en la convivencia para evitar en lo posible la expansión de la enfermedad y ayudar a los pobres y a quienes más padezcan las consecuencias de esta pandemia.

7. Nos unimos en la oración común que afianza la fraternidad, suplicamos la gracia del Señor y la luz del Espíritu Santo para discernir lo que Dios nos quiere decir en esta circunstancia; pedimos especialmente por los investigadores a fin de que alcancen un remedio a la pandemia. Nos ponemos bajo la  protección materna de la Inmaculada patrona de España.

Madrid, 29 de abril de 2020

MEDIDAS DE PREVENCIÓN PARA LA CELEBRACIÓN DEL CULTO PÚBLICO EN LOS TEMPLOS CATÓLICOS DURANTE LA DESESCALADA DE LAS MEDIDAS RESTRICTIVAS EN TIEMPO DE PANDEMIA

El coronavirus continúa propagándose por España. Dada la grave responsabilidad que supone, para todos, prevenir el contagio de la enfermedad, proponemos estas disposiciones, aconsejando máxima prudencia en su aplicación que cada Diócesis habrá de concretar. Será necesaria una evaluación continuada que permita valorar su puesta en práctica y modificación en las situaciones que sea necesario, teniendo en cuenta lo que la autoridad sanitaria disponga en cada momento.

1. Fases de aplicación

Fase 0: Mantenemos la situación actual. Culto sin pueblo. Atención religiosa personalizada poniendo atención especial a los que han perdido a seres queridos. Preparamos en cada diócesis y parroquias las fases siguientes.

Fase 1: Se permite la asistencia grupal, pero no masiva, a los templos sin superar el tercio del aforo, con eucaristías dominicales y diarias. Quizá con preferencia al acompañamiento de las familias en su duelo.

Fase 2: Restablecimiento de los servicios ordinarios y grupales de la acción pastoral con los criterios organizativos y sanitarios –mitad del aforo, higiene, distancia– y medidas que se refieren a continuación.

Fase 3: Vida pastoral ordinaria  que tenga en cuenta las medidas necesarias hasta que haya una solución médica a la enfermedad.

2. Disposiciones de carácter general

  1. Ante esta circunstancia, prorrogamos la dispensa del precepto dominical, invitando a la lectura de la Palabra de Dios y a la oración en las casas, pudiendo beneficiarse de la retransmisión a través de los medios de comunicación para quien no pueda acudir al templo. También, se invita las personas mayores, enfermas o en situación de riesgo a que valoren  la conveniencia de no salir de sus domicilios.
  2. Se establece el aforo máximo de los templos (1/3 en la primera fase y 1/2 en la segunda) y respetar la distancia de seguridad.
  3. En las Eucaristías dominicales, allí donde sea necesario y posible, procurar aumentar el número de celebraciones cuando haya mayor afluencia de fieles, a fin de descongestionar los templos.
  4. Se recomienda que los fieles hagan uso de mascarilla con carácter general
  5. Las pilas de agua bendita continuarán vacías.
  6. Las puertas de las iglesias se mantendrán abiertas a la entrada y salida de las celebraciones para no tener que tocar manillas o pomos.

3. A la entrada de la celebración

  1. Organizar, con personas responsables, la apertura y cierre las puertas de entrada al templo,ladistribución los fieles en el templo, el acceso a la hora de comulgar y  la salida de la iglesia al finalizar, respetando la distancia de seguridad
  2. Ofrecer gel hidroalcohólico o algún desinfectante similar, a la entrada y salida de la iglesia.

4. A tener en cuenta durante la liturgia

  1. Evitar los coros en la parroquia: se recomienda mantener un solo cantor o algunas voces individuales y algún instrumento. No habrá hoja de cantos ni se distribuirán pliegos con las lecturas o cualquier otro objeto o papel.
  2. El cestillo de la colecta no se pasará durante el ofertorio, sino que el servicio de orden lo ofrecerá a la salida de la misa, siguiendo los criterios de seguridad señalados.
  3. El cáliz, la patena y los copones, estarán cubiertos con  la “palia” durante la plegaria eucarística.
  4. El sacerdote celebrante desinfectará sus manos al empezar el canon de la misa, y los demás ministros de la comunión antes de distribuirla.
  5. El saludo de la paz, que es facultativo, se podrá sustituir por un gesto evitando el contacto directo.
  6. El diálogo individual de la comunión (“El Cuerpo de Cristo”. “Amén”), se pronunciará de forma colectiva después de la respuesta “Señor no soy digno…”, distribuyéndose la Eucaristía en silencio.
  7. En el caso de que el sacerdote fuera mayor, establecer ministros extraordinarios de la Eucaristía para distribuir la comunión.

5. A la salida de la celebración

  1. Establecer la salida ordenada de la iglesia evitando agrupaciones de personas en la puerta.
  2. Desinfección continua del templo, bancos, objetos litúrgicos, etc.

6. Otras celebraciones

  1. La celebración del Sacramento de la reconciliación y los momentos de escucha de los fieles: además de las medidas generales, se ha de escoger un espacio amplio, mantener la distancia social asegurando la confidencialidad. Tanto el fiel como el confesor deberán llevar mascarilla. Al acabar, se aconseja reiterar la higiene de manos y la limpieza de las superficies.
  2. Bautismo: Rito breve. En la administración del agua bautismal, hágase desde un recipiente al que no retorne el agua utilizada, evitando cualquier tipo de contacto entre los bautizandos. En las unciones se puede utilizar un algodón o bastoncillo de un solo uso, incinerándose al terminar la celebración.
  3. Confirmación:   En la crismación se puede utilizar un algodón o bastoncillo, como se ha indicado en el caso del bautismo. Obsérvese la higiene de manos entre cada contacto, cuando haya varios confirmandos.
  4. Matrimonio: Los anillos, arras, etc., deberán ser manipulados exclusivamente por los contrayentes. Manténganse la debida prudencia en la firma de los contrayentes y los testigos, así como en la entrega de la documentación correspondiente.
  5. Unción de enfermos: Rito breve. En la administración de los óleos puede utilizarse un algodón o bastoncillo como se ha indicado anteriormente. Los sacerdotes muy mayores o enfermos no deberían administrar este sacramento a personas que están infectadas por coronavirus. En todo caso, obsérvense las indicaciones de protección indicadas por las autoridades sanitarias correspondientes.
  6. Exequias de difuntos: Los funerales y las exequias seguirán los mismos criterios de la misa dominical. Aunque sea difícil en esos momentos de dolor, insistir en evitar los gestos de afecto que implican contacto personal y la importancia de mantener distancia de seguridad.

7. Visitas a la Iglesia para la oración o adoración del Santísimo

  1. Seguir las pautas generales ofrecidas, evitando la concentración y señalando los lugares para la oración y la adoración
  2. No permitir visitas turísticas en la fases 1 y 2 de la desescalada.

8. Utilización de dependencias parroquiales para reuniones o sesiones formativas

  1. En la segunda fase las reuniones en dependencias parroquiales seguirán las pautas utilizadas para las reuniones culturales previstas por el ministerio de sanidad que consiste en un máximo de 1/3 de aforo en lugares cuyo aforo habitual es de 50 personas, respetando la distancia de seguridad y la utilización de mascarillas.
  2. En la tercera fase el aforo pasa a ser de 1/2 en lugares de un aforo habitual de 50 personas y de 1/3 en lugares de un aforo habitual de 80 personas en las mismas condiciones de distancia y utilización de mascarillas.

9. Propuesta de inicio de puesta en marcha de estas medidas

Según las indicaciones recibidas, se comenzará la aplicación de estas medidas desde el lunes 11 de mayo, para que en las celebraciones del domingo 17 de mayo, tengamos una evaluación y una experiencia suficiente de los días anteriores.

 

Noticia extraida de www.conferenciaepiscolarespañola.es

 

La experiencia de una parroquia en el «Día internacional del libro»

 

LECTURA DE LA BIBLIA «ON LINE» POR VIDEOCONFERENCIA

 

El pasado jueves día 23 fue el “Día internacional del libro” por lo que surgieron distintas iniciativas en las redes sociales, para la lectura “on line” por parte de voluntarios, de libros importantes como por ejemplo El Quijote. Aprovechando la ocasión, Antonio López (responsable del grupo de Liturgia de la parroquia), anunció ese mismo día por los distintos grupos de WhatsApp de la parroquia que, de 17.00h a 18.00h, todo aquél que quisiera participar en la lectura de la Sagrada Biblia, lo podría hacer por medio de la aplicación JisticMeet y con el enlace SantamaríalecturaBiblia. Aunque la convocatoria se hizo con poco tiempo de margen, lo cierto es que a las 17.00h estábamos conectadas y dispuestas seis personas: Pilar, Reme, Paola, Saly, Antonio y Gabriel.

Leímos por turnos los 12 primeros capítulos del Génesis, que relatan la Creación, el pecado original, los descendientes de Adán y Eva, Noé y el diluvio universal, etc. Fue una experiencia muy gratificante que contribuye además a que en estos momentos de confinamiento nos podamos ver, apoyar, rezar juntos y animarnos unos a otros. Hemos decidido por tanto que este tiempo de lectura va a seguir en las próximas semanas los jueves a la misma hora. Estará abierto a todas las personas que puedan, por lo que podemos invitar a amigas y amigos para que se animen,

“Porque donde están dos o tres reunidos en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos” (Mt 18,20)

Gabriel Bravo

 


 

Desde pequeña, mi profesora Delia nos leía la Biblia, todos los viernes,… Solo en la clase de los mayores ( yo me sentía una privilegiada) por este hecho, pues además de aprender a escribir, leer y multiplicar, nos leían un libro fantástico que nos hablaba de un Dios bueno que nos ama….Tengo que reconocer que era el único día de la semana, en que me sentaba en la primera fila, y además estaba muy atenta (cosa rara en mi)… La directora se reía, ya está Paola en primera fila, se nota que toca Biblia… Parezco así dicho una niña repelente y chapona, que nunca lo fui, más bien de esas listas pero vagas, que se sientan en la última fila que es más guay…

Después de esta etapa, vino la adolescencia… en la cual dejé la biblia para mejor ocasión…
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Pero esa ocasión llegó, tenía 20 años cuando murió mi madre, y en vista de que en el pueblo la iglesia siempre estaba cerrada, me decidí a comprarme mi Biblia, y empecé a leerla, claro… En la palabra de Dios encontré el consuelo, esperanza, guía y la luz de mi vida, así como el sustento de mi fe. Recuerdo cuanto me sorprendió las palabras de San Juan: «Dios es Amor» (1Jn 4. 8)…. Fue todo un descubrimiento, una alegría inmensa, si Dios es Amor, yo estoy en las mejores manos!!!
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Así que os podéis imaginar, mi alegría cuando Antonio propuso la lectura de la Biblia, empezando por el Génesis, como yo siempre quise hacer pero no tenía el suficiente coraje…. Así que sin dudarlo me apunte, y… si, como decía Gabriel, leímos 12 capítulos, 2 cada uno, intercalados, que se hicieron muy amenos, tanto que el tiempo paso volando, así que espero poder continuar, y así un día llegar a leer la Palabra de Dios, de Pe a Pa…… Y hacer mi sueño realidad!!!
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A los que puedan hacerlo les animo… Les va a encantar la experiencia!!!
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Paola Menéndez
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Experiencia de Gabriel Bravo y Paola Menéndez

Parroquia de Santa María la mayor de Pontevedra

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Carta pastoral del arzobispo a todos los diocesanos

El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, ha dado a conocer una carta pastoral, en la que bajo el título de “La pastoral del día después”, anima a todos los diocesanos a recuperar el ritmo de la vida eclesial una vez que se haya superado el estado de alarma.

 

En la festividad de San Marcos. Abril 2020

La pastoral del “día después”

Queridos sacerdotes, diáconos, miembros de Vida Consagrada y laicos:

Poco a poco, y Dios quiera que cuanto antes, nos vamos acercando a ese día después de la situación que estamos viviendo con motivo de la pandemia del coronavirus. La programación pastoral que pensábamos realizar en el comienzo de la Cuaresma hemos tenido que realizarla de otra manera distinta a cómo habíamos pensado.Posiblemente las orientaciones de las autoridades sanitarias cuando sea posible afrontar una determinada normalidad, nos van a condicionar en relación con los hábitos y costumbres que formaban parte de nuestra vida hasta ahora. En este tiempo la familia ha redescubierto y vivido su condición de iglesia doméstica. Pero sentimos ya la necesidad de celebrar fraternal y comunitariamente nuestra fe día a día y sobre todo en el Domingo, día del Señor. Agradecemos las posibilidades que nos han ofrecido los medios telemáticos pero hemos echado en falta las presencias personales.

Momento de transformar

En estos momentos está condicionando el futuro la idea de suspender y trasladar:muchos acontecimientos de tipo pastoral, cultural, social, y deportivo, algunosse suspenden y otros se trasladana nuevas fechas. Nuestra preocupación pastoral debe ser transformarcon creatividad la nueva realidad que va a tocar vivir conforme al espíritu del libro del Apocalipsis. Nos preguntamos ¿qué nos dice el Señor del tiempo y de la historia, el Alfa y el Omega, a la Iglesia que peregrina en Santiago de Compostela en esta tribulación?[1]También como al evangelista San Juan se nos responde hoy: “No temas; yo soy el Primero y el Último, el Viviente; estuve muerto, pero ya ves: vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la muerte y del abismo” (Apoc 1,17-18). “Mira, hago nuevas todas las cosas… Estas palabras son fieles y verdaderas” (Apoc 21,5). A la luz de las Escrituras hemos de interpretar lo acontecido como Jesús les hizo caer en la cuenta a los discípulos de Emaús. La Iglesia como un río ha seguido discurriendo y reflejando nuestras caras de asombro en sus aguas mientras seguía su curso. Nos dejaba el mensaje de que el contenido de vida cristiana se fundamenta en conocer a Cristo, en vivir la eucaristía, en compartir la propia existencia con los demás y en asumir la acción misionera (cf. Hech 2,42-47). Ahora es necesario retomar las catequesis, preparar la celebración de los sacramentos: bautizos, primeras comuniones, confirmaciones, matrimonios, ordenaciones sacerdotales, confesiones, unciones de los enfermos,y recordar en la eucaristía con los familiares a los fallecidos, no olvidando el compromiso caritativo y social. Es la Iglesia humilde y cercana a la condición humana y espiritual del hombre, y portadora de salvación y de esperanza.

Fortalecer las raíces

En la reflexión de nuestro peregrinar por este largo desierto del confinamiento hemos considerado posiblemente que es necesario volver al hecho cristiano fundamental, identificándonos con la persona y la historia de Jesús, y dando testimonio de que el cristianismo es un modo fascinante de vivir la propia humanidad a la hora de dar sentido a la existencia. La enseñanza de los apóstoles, garantes del testimonio de toda la Iglesia, es vivir en espíritu de comunión que se explicita en la unión interna de los corazones manifestada en la unidad, en un mismo ánimo, en compartir los bienes y en la oraciónya sea comunitaria o privada, de súplica, de alabanza, o de acción de gracias.

La Iglesia ha de estar atenta a cuanto se mueve en la sociedad civil yésta debe considerar la propuesta eclesialdemostrándose que cuando se converge en la dignidad y en la realización integral de la persona las características propias de cada institución siempre son complementarias y compatibles. El sentir religioso no desaparecerá jamás porque no se puede eliminar del corazón del hombre la promesa sobre el significado  de la propia vida que siempre bordea el misterio. Nos da confianza en medio de todo saber que el destino de la Iglesia no depende de nosotros y que nosotros dependemos de Cristo: “Sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15,5). San Pablo dirá: “Todo lo puedo en Aquel  que me conforta” (Fil 4,13). El fruto no está nunca en nuestras manos. En la misión no va incluido el éxito pero esta certeza no ha de llevarnos ni a la indiferencia, ni a la pasividad ni a ser prisioneros de los propios proyectos. “No tenemos excusa para no dar frutos de santidad que den gloria a Dios”. La realidad siempre es más grande que nuestros esquemas. La vida misma es vocación que debe ser vivida siempre con esperanza cristiana.Es momento de estar con las lámparas encendidas (cf. Lc 12,35). Una Iglesia así interpelará proféticamente y nunca defraudará. “La gracia del Señor Jesús esté con todos” (Apoc 22,21).

Unidos en la oración, también en nombre del Sr. Obispo Auxiliar, os saluda con afecto y bendice en el Señor.

+Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela

 

[1] Cf. Capítulos 2 y 3, 21 y 22 del Libro del Apocalipsis.

 

Carta Pastoral extraida de www.archicompostela.es