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Mensaje para el Día de la Caridad: «Allí donde nos necesitas, abrimos camino a la esperanza»

La Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social hace público su mensaje para el Día de la Caridad, que la Iglesia celebra el domingo 2 de juniofestividad del Corpus Christi, con el lema, «Allí donde nos necesitas, abrimos camino a la esperanza».

«Allí donde nos necesitas, abrimos camino a la esperanza»

Hacerse caridad, pan que se parte.

El pan que yo os daré es mi carne para la vida del mundo” (Jn 6, 51)

 

La fiesta del Corpus Christi, Día de la Caridad, nos sitúa en el centro de la vida cristiana y “nos hace testigos de la compasión de Dios por cada hermano y hermana” (1). No hemos de olvidar que comulgar con Jesús es comulgar con alguien que ha vivido y ha muerto entregado totalmente por los demás. Su cuerpo es un cuerpo entregado y su sangre es una sangre derramada por la salvación de todos.

Los obispos invitamos a todos los cristianos, y de manera especial a cuantos trabajan en la acción caritativa y social, a actualizar este gesto en la vida diaria, haciéndonos caridad, pan que se parte y reparte entre nuestros hermanos y hermanas, especialmente los más pobres y vulnerables, hambrientos de pan, justicia y dignidad. “En verdad la vocación de cada uno de nosotros consiste en ser, junto con Jesús, pan partido para la vida del mundo” (SCa 88).

 

Hoy la dignidad humana está en crisis

 

La fiesta del Corpus Christi nos recuerda que “El Señor Jesús, Pan de vida eterna, nos apremia y nos hace estar atentos a las situaciones de pobreza en que se halla todavía gran parte de la humanidad” (SCa 89).

Nuestro mundo está herido, lleno de sombras que obstaculizan el desarrollo de una fraternidad universal y dejan a muchas personas al lado del camino, generando un clima de desesperanza social, como señala Fratelli tutti. Los conflictos y guerras acechan la condición humana y su dignidad. El drama de las migraciones nos interpela y pone en evidencia las falacias de una globalización que genera desigualdades. Muchas mujeres son “doblemente pobres”, pues sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia y, frecuentemente, se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos. El descuido de la casa común nos somete a todos a los grandes impactos de la crisis ecológica y el cambio climático (cf. FT 9- 28) (2).

La pobreza y la exclusión en nuestro país son un fenómeno estructural que persisten más allá de la coyuntura económica general. En nuestros entornos más cercanos, los informes de Cáritas y la Fundación Foessa dibujan la realidad que viven miles de personas:

  • Situaciones de exclusión mucho más severas, personas con mayor deterioro especialmente psicoemocional.
  • Una precariedad laboral que obstaculiza a muchas personas a vivir con estabilidad e iniciar proyectos vitales nuevos.
  • Una problemática de la vivienda que se va agudizando y aumenta las situaciones de sinhogarismo en hombres, mujeres y familias.
  • Más personas en situación de irregularidad administrativa fruto de las olas migratorias.
  • Una población infantil y juvenil en situación de desventaja social tan profunda que con toda probabilidad arrastrarán toda la vida.

Quien participa en la Eucaristía ha de empeñarse en construir la paz y denunciar las circunstancias que van contra la dignidad del hombre, por el cual Cristo ha derramado su sangre, afirmando así el valor tan alto de cada persona” (SCa 89-90). Uno de los fenómenos que más contribuye a negar la dignidad de tantos seres humanos es precisamente la pobreza extrema, ligada a la desigual distribución de la riqueza, como indica la Declaración Dignitas infinita (cf. DI, 36) (3).

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Nuestro lugar, donde nos necesitan los últimos

 

No hay Eucaristía sin encarnación. Porque el Hijo de Dios entró en la historia y asumió una carne semejante a la nuestra, es posible la Eucaristía. Sólo a la luz del abajamiento del amor se comprende bien la mística eucarística, que se expresa en el servicio desde el último lugar. Él se despojó de su manto y sirvió como el último de los esclavos (cf. Jn 13, 1ss).

Celebrar la Eucaristía es comulgar con Jesús y su proyecto del Reino para vivir cada día de manera más entregada, trabajando por un mundo más humano. Por ello, ante esta realidad, “enfrentamos cada día la opción de ser buenos samaritanos o indiferentes viajantes que pasan de largo” (FT 69).

Nuestro compromiso es vivir y estar en el mundo desde el amor, allí donde nos necesiten. Los cristianos estamos llamados a ser la comunidad fraterna y samaritana, que, como Jesús, delante de las innumerables personas que le seguían, “sintió compasión” (Mt 9,36).

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Caminos de fraternidad y esperanza

 

Un año más, la celebración del día de la Caridad, nos compromete a transitar caminos de fraternidad, a animar y promover el compromiso de la comunidad cristiana y de la sociedad en general, con la defensa de la dignidad de las personas y sus derechos. “Una dignidad infinita, que se fundamenta inalienablemente en su propio ser, le corresponde a cada persona humana, más allá de toda circunstancia y en cualquier estado o situación en que se encuentre” (DI, 1).

Consideramos en estos tiempos tres vías prioritarias:

  1. Salir al encuentro de las personas más empobrecidas.No hay que esperar a que nos llamen a nuestra puerta, sino llegar a las personas, allí donde estén, logrando, ante todo, “reconocerlos realmente”, para hacerlos “parte de nuestra vida.” (4)Cada encuentro, cada relación de ayuda significativa, cada diálogo sanador es sacramento de esperanza, especialmente para la persona más vulnerable. Se trata, pues, de salir al encuentro para acompañar la vida, su proceso de sanación y recuperación, su proceso de desarrollo en busca de una vida mejor, estableciendo vínculos con la persona.
  2. Comprometerse con el bien común.No basta con sanar y cuidar. “La sociedad mundial tiene serias fallas estructurales que no se resuelven con parches o soluciones rápidas meramente ocasionales. Hay cosas que deben ser cambiadas con replanteos de fondo y transformaciones importantes” (FT 179).Hace falta favorecer aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección para vivir la dignidad en plenitud (Cf. Gaudium et spes, 26). Para ello, es necesario crear instituciones más sanas, regulaciones más justas y estructuras más solidarias, que permitan modificar las condiciones sociales que provocan sufrimiento.El papa Francisco nos hace dos propuestas para abrir camino a la esperanza pública, bien común de todos: impulsar y animar la cultura del encuentro y la cultura del cuidado “para erradicar la indiferencia, el rechazo y la confrontación, que suele prevalecer hoy día” (5).
  3. Tejer comunidad fraterna.Nadie puede pelear la vida aisladamente. Necesitamos una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que ayudemos unos a otros a mirar hacia adelante, una comunidad de pertenencia y solidaridad a la cual podamos destinar tiempo, esfuerzos y bienes (cf. FT 8, 36).La realidad de una sociedad tan desvinculada y fragmentada por el individualismo imperante y la polarización creciente, nos convoca a los cristianos a encontrarnos en un “nosotros” que sea más fuerte que la suma de acciones individuales, pues mientras más crece el sentido de comunidad y de comunión como estilo de vida, mayormente se desarrolla la solidaridad y el bien de todos (cf. FT n. 78).Estamos llamados a ser comunidad de vida, de bienes y acción, en la que el amor recíproco, que se alimenta en la Eucaristía, nos hace llevar las cargas los unos de los otros para que nadie quede abandonado o excluido, porque “allí donde se haga presente la Iglesia, los pobres han de sentirse en su casa, en ella han de tener un lugar privilegiado, pues en el banquete sagrado se celebra ya la esperanza de los pobres que cantan con Maria las maravillas de Dios en la historia.” (6).

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Semillas del bien

 

La mística del Sacramento tiene un carácter social. Hay que explicitar la relación entre Misterio eucarístico y compromiso social” (SCa, 89).

El amor al prójimo, la gratuidad y el servicio que vertebran la acción caritativa y social de tantas personas voluntarias son semillas del bien común para la sociedad, y sus brotes se concretan y se hacen visibles en las vidas de las personas que vuelven a sentirse dignas porque son miradas y escuchadas desde el amor y el cuidado. ¡Gracias por tanta entrega y testimonio!

 

Que la celebración y la adoración eucarísticas nos ayuden a comprometernos para construir juntos caminos de fraternidad, de manera que seamos esperanza de tantas personas.

+ Obispos de la Subcomisión para la Acción Caritativa y Social


1 BENEDICTO XVI, Exhortación Apostólica postsinodal Sacramentum caritatisEn adelante lo citaremos SCa y el número correspondiente.

2 FRANCISCO, Carta Encíclica Fratelli tutti. En adelante lo citaremos FT y el número correspondiente.

3 DICASTERIO PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Declaración Dignitas infinita, sobre la dignidad humana. En adelante lo citaremos DI y el número correspondiente.

4 Francisco,A los pobres los tienen siempre con ustedes (Mc 14,7). V Jornada Mundial de los Pobres, 2021, 9.

5 FRANCISCO, Mensaje para la 54 Jornada Mundial de la Paz, 2021, 1.

6 CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, La Caridad de Cristo nos apremia. LXXXIII Asamblea Plenaria, 2005, 9

 

 

 

 

 

Fuente: conferenciaepiscopal.es

Carta Pastoral de D. Julián ante la Jornada de las Personas Sin Hogar 2022: “No permitas que se queden fuera”

 

El próximo domingo 30 de octubre será el Día de las Personas sin Hogar, enmarcado en la Campaña Nadie Sin Hogar, que acentúa las reivindicaciones en esta frase: “Fuera de cobertura”.

Nuestro arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, se ha sumado a esta iniciativa de Cáritas  con una Carta Pastoral, en la que afirma que “un año más la Campaña nos propone que “Digamos Basta. Nadie sin Hogar”, para que los miles de personas afectadas por el sinhogarismo gocen de los mismos derechos, relacionados con la salud, el trabajo, la vivienda digna y el acceso a los servicios sociales».

D Julián «nos invita , individual y colectivamente, a ser una sociedad inclusiva que genere espacios de comunidad. y así, en unidad, en comunión, debemos concienciarnos de las necesidades, insistir en la reivindicación de sus derechos y contribuir con nuestro apoyo, aportaciones y ayudas a transformar esa realidad”.

Mons. Barrio destaca que “Cáritas, como entidad de la Iglesia Católica, hace 30 años puso en marcha esta iniciativa solidaria contando con la colaboración de otras plataformas que trabajan en el campo de lo social, para tratar de conseguir que toda persona viva con dignidad en un hogar propio, en paz y de manera permanente”. Entidades caritativo-sociales que trabajan con estas personas, y que denuncian las dificultades permanentes que afrontan estos colectivos que viven en la calle, agravadas aún más durante la pandemia.

 

 

Carta Pastoral en el Día de las Personas sin Hogar. Octubre 2022

“Fuera de cobertura”

 

Queridos diocesanos:

En la Campaña “Nadie Sin Hogar 2022”, promovida por Cáritas y un amplio número de entidades sociales, se insiste en el objetivo fundamental de que toda persona viva con dignidad en un hogar propio, de manera permanente y en paz. Este año el lema refleja la realidad sobre la desprotección social y la no realización de los propios derechos, y se nos invita, individual y colectivamente, a ser una sociedad inclusiva que genere espacios de comunidad. Estar fuera de cobertura siempre genera incertidumbre. Así lo percibimos, por ejemplo, al hablar por teléfono cuando una voz anónima advierte de esta circunstancia.

Octubre, día 30

El día central de la Campaña será el 30 de octubre, apostando absolutamente por las personas sin hogar y mirando a sus derechos fundamentales de manera global. Las entidades caritativo-sociales que trabajan con estas personas, denuncian las dificultades permanentes que afrontan estos colectivos que viven en la calle, agravadas aún más durante la pandemia. Cáritas como entidad de la Iglesia Católica, hace 30 años puso en marcha esta iniciativa solidaria contando con la colaboración de otras plataformas que trabajan en el campo de lo social, para tratar de conseguir que toda persona viva con dignidad en un hogar propio, en paz y de manera permanente.

Los mensajes recibidos estos días denuncian que el colectivo de las personas sin hogar estable se encuentra “Fuera de cobertura”, insistiendo en el laberinto al que se enfrentan perdidas en un sistema de protección social que no funciona. No tener hogar significa para esas personas vivir siempre expuestas a las miradas etéreas “que te miran pero no te ven”, o a gestos tal vez despectivos, o a actitudes violentas.

Nada que afecte a los demás, nos debe ser ajeno

Un año más la Campaña nos propone que “Digamos Basta. Nadie sin Hogar”, para que los miles de personas afectadas por el sinhogarismo gocen de los mismos derechos, relacionados con la salud, el trabajo, la vivienda digna y el acceso a los servicios sociales. En unidad, en comunión, debemos insistir en la reivindicación de sus derechos y contribuir con nuestras aportaciones y ayudas a transformar esa realidad.

La pandemia supuso el agravamiento de situaciones de miles de personas que se encontraban en la calle, en una vivienda insegura o inadecuada o que fueron objeto de los alojamientos precarios. Estas realidades confirman que los sistemas de protección social han fallado, y que han fragilizado aún más la ya de por sí debilitada situación de los más vulnerables.

“No permitas que se queden fuera”

La Campaña pretende concienciarnos de las necesidades y reivindicaciones de las personas que precisan además de nuestro apoyo, el de las instituciones y administraciones que tienen competencias para solucionar este grave problema que afecta a miles de personas que duermen en la calle o en lugares poco adecuados o insalubres. Se nos recuerda que debemos reivindicar estos derechos para las personas sin hogar, todos los días, y en todas partes.

Os saluda con afecto y bendice en el Señor,

 

+Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.

 

 

Fuente: archicompostela.es

La Xunta de Galicia apoya las obras del albergue de Personas sin Hogar de Pontevedra

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, acompañado de la conselleira de Política Social Fabiola García, visitaron las obras que está realizando Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela / Interparroquial de Pontevedra, para la construcción de un nuevo albergue destinado a las personas sin hogar en la ciudad del Lérez, ubicado en la calle Joaquín Costa. El jefe del ejecutivo gallego fue recibido por Jesús García Vázquez y José Anuncio Mouriño Rañó, delegado episcopal y director diocesano de Cáritas, respectivamente, que le mostraron las obras que se están realizando en el edificio y que van a contemplar tres fases.

 

 

Durante su intervención Núñez Feijóo apeló a la colaboración entre las entidades sociales y las administraciones “como una fórmula eficaz para llegar a todos los lugares y estar cerca de todo aquel que lo necesite” y agradeció la labor que Cáritas desarrolla con los más necesitados.

Por su parte el director de la institución de Cáritas destacó el apoyo que presta el Gobierno de Galicia para «seguir trabajando con las personas más desfavorecidas»

 

Tres fases

El arquitecto de la obra, Mauro Lomba Martínez, fue el encargado de presentar al jefe del ejecutivo gallego la totalidad del proyecto que se va a realizar en tres etapas consecutivas para otorgar al edificio, ubicado en el centro de Pontevedra, de unas nuevas y modernas instalaciones que quintuplicaran la superficie que actualmente tiene Cáritas en Pontevedra. “Se trata de un proyecto muy ilusionante, que supondrá un antes y un después para los servicios que actualmente presta la institución, pues serán más dignos y de una mayor calidad tanto para las personas demandantes, como para el voluntariado”, señaló

Las obras que se está realizando ahora son en total 555 m2, para instalar en su primera planta el albergue de personas sin hogar; la reforma de la planta baja incluye las zonas administrativas de atención de Cáritas, las de voluntariado, gestión de campañas de alimentos y la de talleres de formación, así como también espacio de aseo personal y ropero para personas que no pernotan en el albergue además de la ampliación de los servicios diarios de calor y café.

Según informó el director diocesano el importe total de esta primera fase es de 543.000 euros, recordando que la Xunta aporta 300.000 euros con cargo a la orden de ayuda a entidades

La segunda fase dispondrá de 320 m2, y en ella está prevista la ampliación del centro de acogida, centro de día, y también el acondicionamiento del patio exterior de más de 500 m2,

 

La tercera y última fase se realizará en 235 m2, en la segunda planta que se habilitaría para programas asistidos de duración determinada, con la previsión de habitaciones autónomas -siete individuales y dos para familias, que puedan albergar hasta seis personas más-, con sus zonas comunes.

El presupuesto previsto para estas dos fases asciende a 337.000 euros, al hablar del monto económico hizo un llamamiento a la colaboración de la ciudadanía, ya que “depende de ellos” que esta obra se haga”, “si Pontevedra pone la mitad Cáritas pondrá la otra mitad»,

 

Colaboración de la Administración

 

Durante su intervención el director de Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela, agradeció a la Xunta de Galicia la colaboración prestada para poder llevar a cabo las obras “tan necesarias para cobijar a los más desfavorecidos, a esas personas que tienen que dormir en la calle”.

 

El presidente da Xunta agradeció la labor que lleva a cabo Cáritas, “súa solidariedade e o seu apoio aos que máis o necesitan”. Apeló a la colaboración entre las entidades sociales y las administraciones “como unha fórmula eficaz para chegar a todos os recunchos e estar ao carón de todo aquel que o necesita

 

En Monteporreiro

Durante muchos años las personas sin hogar dispusieron, y lo seguirán haciendo hasta que finalicen las obras actuales del nuevo edificio, del albergue San Javier, en la zona de Monteporreiro. Un centro que el año pasado acogió a 266 participantes, se llevaron a cabo 5.930 estancias fueron servidos 5.930 desayunos y otras tantas cenas Los participantes hicieron uso del servicio de lavandería y del ropero cuando lo precisaron. El gasto total durante 2019 ascendió a 128.579 euros

 

Noticia extraída de pastoralsantiago.org