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Jornada de Infancia Misionera: «Uno para todos, todos para Él»

 

El domingo 15 de enero los niños españoles tienen una cita con la Jornada de Infancia Misionera -“el Domund de los niños”-, para ayudar a los misioneros en su trabajo con la infancia. Esta Jornada lleva este año por lema: «UNO PARA TODOS Y TODOS PARA ÉL» 

Esta Jornada es promovida por las Obra Misionales Pontificias. A través de ella, el Santo Padre implica a los niños del mundo para ayudar a otros pequeños como ellos en las misiones. Y cuenta también con adultos comprometidos, para que los misioneros sigan proporcionando educación, salud y formación cristiana a más de 4 millones de niños en 120 países, especialmente a los que no tienen lo necesario para vivir o no conocen a Dios. Somos misioneros, y nosotros vamos a ayudarles con nuestra oración y nuestro dinero.

 

“A los débiles, especialmente a los niños, debemos darles lo mejor que tenemos”
(Papa Francisco)

 

Este año, la Obra Pontificia de la Santa Infancia o de la Infancia Misionera, que lo mismo es, quiere que pongamos nuestro pensamiento en la comuniónen la unidad de todos los que creemos en Cristo. Ya lo dijo el Santo Padre Benedicto XVI la última vez que estuvo en España, para la JMJ de 2011: “Permitidme que os recuerde que seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario (Homilía, 21-8-2011)…

Los niños en la Infancia Misionera deben disfrutar de esta experiencia de Iglesia. Experiencia de compartir, pero no solo los bienes materiales: también la fe, la alegría de saberse querido. La experiencia de saberse útiles, necesarios para los demás, ayudando a llevar la cruz, la dificultad, el peso del día a día a quienes, como nosotros, tienen deseos de ir al cielo.

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MATERIALES propios de esta Jornada.

Tríptico
Guión de Formación
Guión Litúrgico
Revista Iluminare
Cartel Jornada
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(Fuente: https://omp.es/infancia-misionera/)

Nuestro arzobispo D . Julián se dirige a los niños de la diócesis en una Carta Pastoral en la Jornada de Infancia Misionera 2022

La Iglesia, el día 16 de enero, celebra la JORNADA DE LA INFANCIA MISIONERA. Una jornada que es «la fiesta de los niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños del mundo” (mensaje del Papa Francisco: «Una luz que compartir»). Así, siguiendo la línea del lema de este año, “Con Jesús a Jerusalén. ¡Luz para el mundo!”, esta jornada nos recuerda que todos, niños y mayores, somos misioneros  llamados llevar la luz de Dios a todos los rincones del planeta.

 

Descubre más en https://infanciamisionera.es/

 

Y con motivo de esta jornada de celebración, nuestro arzobispo, Monseñor Barrio, ha escrito una  CARTA PASTORAL a los niños y niñas de la Diócesis, en la que les pide su testimonio para contribuir al esfuerzo misionero, afirmando que :  “sois los pequeños misioneros que imitando a Jesús comunicáis que Dios nos ama, una noticia que tiene que llegar hasta el confín de la tierra»

En esta carta D. Julián les dice a los niños que “quien sigue a Jesús debe acoger su luz y manifestarla a través de sus obras. Esta es la tarea y el don de los misioneros, y deben ser los vuestros, queridos niños, llamados a difundir la luz de Jesús, es decir la fe, a tantos niños que todavía no le conocen”. ” Para ello el arzobispo les pide que deben “fortalecer esta luz que habéis de transmitir, participando en la catequesis, encontrando a Jesús junto al sagrario y recibiendo los sacramentos«.

Carta íntegra:

 

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Carta Pastoral en la Jornada de la Infancia Misionera. Enero 2022

“Con Jesús a Jerusalén, ¡Luz para el mundo!»

 

Queridos niños y niñas diocesanos:

La Iglesia, el día 16 de este mes, celebra la Jornada de la Infancia misionera. Con Jesús que iba creciendo en estatura, sabiduría y gracia en Nazaret, este año peregrinamos a Jerusalén donde sufre la pasión, muere y resucita por la salvación de todos los hombres.

Jerusalén, ciudad de la paz

Jesús en Jerusalén anuncia el Reino de Dios y se manifiesta como Luz. Pasados unos días de su nacimiento, cumpliendo la ley del Señor, es presentado por María y José en el templo de Jerusalén donde es recibido por el anciano Simeón que lleno del Espíritu Santo, “lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos, luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel” (Lc 2,28-31). Más tarde, dirigiendo su palabra a los fariseos les dirá: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Jn 8,12). Quien sigue a Jesús debe acoger su luz y manifestarla a través de sus obras. Esta es la tarea y el don de los misioneros, y deben ser los vuestros, queridos niños, llamados a difundir la luz de Jesús, es decir la fe, a tantos niños que todavía no le conocen. Por eso dirá también a los que le seguían: “Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt 5,14-16). Se nos ha dado la luz para que la hagamos llegar a los que están con nosotros y en nuestro entorno. No la debemos esconder ni tampoco contentarnos con iluminar solamente nuestro camino. Esta luz se manifiesta en el amor para producir el deshielo del egoísmo que desfigura nuestra sociedad.

Avivar la luz

Debéis fortalecer esta luz que habéis de transmitir, participando en la catequesis, encontrando a Jesús junto al sagrario y recibiendo los sacramentos. También en esta ocasión quiero recordaros que sois los pequeños misioneros que imitando a Jesús comunicáis que Dios nos ama, una noticia que tiene que llegar hasta el confín de la tierra. Aunque las dificultades no sean pequeñas, no debemos acobardarnos confiando en la providencia de Dios Padre que está siempre pendiente de nosotros. De manera especial en esta pandemia en la que los niños del mundo también se han visto afectados, hemos de pensar en ellos y tratar de ayudarles con nuestra aportación económica.

Jornada de la Infancia Misionera

El papa Francisco recuerda que “la Jornada de la Infancia Misionera es la fiesta de los niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños del mundo”. Con Jesús en Jerusalén sed misioneros escuchándole y acogiendo su luz. No olvidéis que estáis llamados a ayudar a millones de niños y niñas que necesitan de vuestra oración, sacrificio y amor. Ellos esperan vuestra respuesta. Os lo agradezco también en su nombre. Rezamos por los misioneros y misioneras. Pido que el Niño Dios os bendiga a vosotros, a vuestras familias y a nuestra Diócesis. Recemos unos por otros, encomendándonos a la protección de la Virgen María y al patrocinio del Apóstol Santiago el Mayor en este Año Santo Compostelano 2022.

En la Solemnidad de la Epifanía del Señor, con mi afectuoso saludo y bendición,

+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.

 

 

Monseñor Barrio pide a los niños y niñas de la Diócesis ayuda y oración en el Día de la Infancia Misionera

La Jornada de la Infancia Misionera, se celebrará el próximo domingo 17 de enero, con el lema «Con Jesús a Nazaret, ¡somos una gran familia!» y, por este motivo nuestro arzobispo ha querido dirigirse a los niños y niñas de la Diócesis en una Carta Pastoral. Según sus palabras, D. Julián les escribe para que «fijándoos en Él (en Jesús), le ayudéis a ser mensajeros de ese amor, buena noticia, que ha de llegar a todos lo niños del mundo». Para ello, les pide su oración e implicación para contribuir al esfuerzo misionero, y les recuerda que son muchos los pequeños afectados en el mundo por la pandemia y que «hemos de pensar en ellos y tratar de ayudarles también con nuestra aportación económica»

 

 

“Con Jesús a Nazaret, ¡somos una gran familia!”

 

Queridos niños y niñas diocesanos:

La Iglesia el día 17 de este mes celebra la Jornada de la Infancia misionera. Cuando todavía percibimos los ecos del nacimiento de Jesús que nos anunciaba el amor de Dios, os escribo para que fijándoos en Él, le ayudéis a ser mensajeros de ese amor, buena noticia, que ha de llegar a todos los niños del mundo.

Jornada Mundial de la Infancia Misionera

Este año vamos con Jesús a Nazaret, para descubrir cómo discurría su vida junto a María y José en el entorno familiar. Vemos que Jesús, Niño Dios, crece en la sencillez y en la humildad del hogar de Nazaret donde el sol del Amor brillaba todos los días aún en medio de las dificultades. Allí vivió en la obediencia filial a su Padre celestial, dejándose enseñar por María y José. Después de visitar el templo por la fiesta de la Pascua donde escuchó e hizo preguntas a los maestros que admiraron su talento y las respuestas que daba, nos dice el evangelista Lucas que “bajó con María y José y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo eso en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres” (Lc 2, 51). Está sujeto a ellos porque María y José están sujetos a Dios. “El núcleo familiar de Jesús, María y José, dice el papa Francisco, es para todo creyente y en especial para las familias, una auténtica escuela del Evangelio… Aquí aprendemos que todo núcleo familiar cristiano está llamado a ser iglesia doméstica para hacer resplandecer las virtudes evangélicas y llegar a ser fermento de bien en la sociedad”. Es necesaria una sana vida espiritual donde se mantenga la presencia de Dios orientándonos con su luz y fortaleciéndonos con su bendición. Decir vida espiritual significa vida de oración, de escucha de la Palabra de Dios, de vida sacramental, de amor a Dios y al prójimo, y de trabajo. El taller de José es símbolo de ese otro taller en el que con Jesús hemos de conformar nuestra personalidad siempre en esa actitud de aprender en la vida de cada día.

¡Somos una familia! Tenemos una familia en el hogar en que vivimos y de la que forman también parte los familiares cercanos. En ella aprendemos a querernos y ayudarnos. Pero tenemos otra gran familia: la Iglesia en la que debemos ocuparnos de nuestros hermanos, especialmente de los más necesitados: la familia es iglesia doméstica y la Iglesia es familia de Dios en el mundo.

Acoger el espíritu misionero nos lleva a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los demás y anunciarles la buena nueva del Evangelio. Siempre me alegra vuestra presencia y participación en la catequesis y conocer vuestras iniciativas e inquietudes. También en esta ocasión quiero recordaros que sois los pequeños misioneros que imitando a Jesús comunicáis que Dios nos ama, una noticia que tiene que llegar hasta el confín de la tierra. Aunque las dificultades no sean pequeñas, no debemos acobardarnos confiando en la providencia de Dios Padre que está siempre pendiente de nosotros. De manera especial en esta pandemia en la que los niños del mundo también se han visto afectados, hemos de pensar en ellos y tratar de ayudarles con nuestra aportación económica.

Jornada de la Infancia Misionera

El papa Francisco recuerda que “la Jornada de la Infancia Misionera es la fiesta de los niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños del mundo”. Con Jesús en Nazaret tratad de ser misioneros mirándole y viéndole en los demás niños. No olvidéis que estáis ayudando a millones de niños y niñas que necesitan de vuestra oración, sacrificio y amor, ayudándoles a conocer a Jesús y a tener una buena formación. Ellos esperan vuestra respuesta. Rezamos por los misioneros y misioneras. Os lo agradezco también en su nombre. Pido que el Niño Dios os bendiga a vosotros, a vuestras familias y a nuestra Diócesis. Recemos unos por otros, encomendándonos al patrocinio del Apóstol Santiago el Mayor en este Año Santo Compostelano.

En la Solemnidad de la Epifanía del Señor, con mi afectuoso saludo y bendición,

  + Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.

 

 

Fuente: archicompostela.es