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La Archidiócesis de Santiago de Compostela se une al día de ayuno y oración por la paz en Israel

 

El martes 17 de octubre, la Archidiócesis de Santiago de Compostela se suma al llamamiento que hace el Patriarca latino de Jerusalén y presidente de la Asamblea de los Ordinarios Católicos de Tierra Santa, Pierbattista Card. Pizzaballa.

En su mensaje, invita a todas las parroquias y comunidades religiosas de todo el mundo a una Jornada de ayuno y oración por la Paz y reconciliación en Tierra Santa para el martes 17 de octubre.

Según indica la misiva, los momentos de oración deben organizarse con la Adoración eucarística y con el Rosario a la Santísima Virgen.

Secundando, pues, la petición del Patriarca latino de Jerusalén, les invito a comunicar a los fieles -en las Eucaristías de este fin de semana- el contenido de su carta, de modo que todos nos unamos el martes 17 de octubre a su petición de oración y ayuno. Así mismo, pedimos que ese día -se ofrezcan las misas- en la medida de lo posible por la Paz en Tierra Santa y se organicen momentos de oración por la misma intención.

La participación puede ser en comunidad o particular mediante la oración en la parroquia, en casa, en familia… Y el ayuno nos sirve para recordar el sufrimiento de miles de personas en Tierra Santa.

El Señor nos enseñó que todo lo que pedimos con fe se nos concederá. Pidamos de todo corazón, por la Paz en Tierra Santa y en otros lugares del mundo donde hay conflictos.

Santiago de Compostela, 14 de octubre de 2023

 

 Ilmo. Sr. D. José Andrés Fernández Farto
Vicario General de la Archidiócesis de Santiago de Compostela

 

 

 

 

Noticia extraida de:  www.archicompostela.es

El Papa invita a una jornada de oración y ayuno por la paz en Ucrania el 2 de marzo

“Que la Reina de la Paz preserve al mundo de la locura de la guerra.”

 

El papa Francisco, al finalizar la audiencia general del miércoles 23 de febrero, ha hecho un llamamiento a creyentes y no creyentes a unirse en oración y ayuno por la paz en Ucrania el próximo 2 de marzo, miércoles de ceniza.

El Santo Padre exhorta a todas la partes implicadas «que se abstengan de toda acción que provoque aún más sufrimiento a las poblaciones, desestabilizando la convivencia entre las naciones y desacreditando el derecho internacional».

 

 

 

Los obispos de la CEE convocan a los católicos españoles a una jornada de ayuno y oración para el día 16 de diciembre ante la eutanasia

«La vida es un don, la eutanasia un fracaso»

 

La Conferencia Episcopal Española convoca a los católicos a una Jornada de ayuno y oración el 16 de diciembre para “pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana”. Así lo han expresado los obispos españoles en una nota que se ha hecho pública el pasado 11 de diciembre, titulada «La vida es un don, la eutanasia un fracaso».

Ante la inminente aprobación del Congreso de la Ley de Eutanasia, los obispos españoles señalan que “esta tramitación se ha realizado de manera sospechosamente acelerada, en tiempo de pandemia y estado de alarma, sin escucha ni diálogo público”. Por eso, urgen “a la promoción de los cuidados paliativos, que ayudan a vivir la enfermedad grave sin dolor y al acompañamiento integral, por tanto también espiritual, a los enfermos y a sus familias. Este cuidado integral alivia el dolor, consuela y ofrece la  esperanza que surge de la fe y da sentido a toda la vida humana, incluso en el sufrimiento y la vulnerabilidad”.

Por todo ello, la CEE invita a los católicos a responder a esta llamada con “oración, el cuidado y el testimonio público que favorezcan un compromiso personal e institucional a favor de la vida”.

 

Nota de la Conferencia Episcopal Española ante la aprobación en el Congreso de los Diputados de la ley de la eutanasia

1.- El Congreso de los Diputados está a punto de culminar la aprobación de la Ley Orgánica de regulación de la eutanasia. La tramitación se ha realizado de manera sospechosamente acelerada, en tiempo de pandemia y estado de alarma, sin escucha ni diálogo público.  El hecho es especialmente grave, pues instaura una ruptura moral; un cambio en los fines del Estado: de defender la vida a ser responsable de la muerte infringida; y también de la profesión médica, «llamada en lo posible a curar o al menos a aliviar, en cualquier caso a consolar, y nunca a provocar intencionadamente la muerte». Es una propuesta que hace juego con la visión antropológica y cultural de los sistemas de poder dominantes en el mundo.

2.- La Congregación para la Doctrina de la Fe, con la aprobación expresa del papa Francisco publicó la Carta Samaritanus bonus sobre el cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida. Este texto ilumina la reflexión y el juicio moral sobre este tipo de legislaciones. También la Conferencia Episcopal Española, con el documento Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida, ofrece unas pautas clarificadoras sobre la cuestión.

3.- Urgimos a la promoción de los cuidados paliativos, que ayudan a vivir la enfermedad grave sin dolor y al acompañamiento integral, por tanto también espiritual, a los enfermos y a sus familias. Este cuidado integral alivia el dolor, consuela y ofrece la  esperanza que surge de la fe y da sentido a toda la vida humana, incluso en el sufrimiento y la vulnerabilidad.

4.- La pandemia ha puesto de manifiesto la fragilidad de la vida y ha suscitado solicitud por los cuidados, al mismo tiempo que indignación por el descarte en la atención a personas mayores. Ha crecido la conciencia  de que acabar con la vida no puede ser la solución para abordar un problema humano. Hemos agradecido el trabajo de los sanitarios y el valor de nuestra sanidad pública, reclamando incluso su mejora y mayor atención presupuestaria. La muerte provocada no puede ser un atajo que nos permita ahorrar recursos humanos y económicos en los cuidados paliativos y el acompañamiento integral.  Por el contrario, frente a la muerte como solución, es preciso invertir en los cuidados y cercanía que todos necesitamos en la etapa final de esta vida. Esta es la verdadera compasión.

5.- La experiencia de los pocos países donde se ha legalizado nos dice que la eutanasia incita a la muerte a los más débiles. Al otorgar este supuesto derecho, la persona, que se experimenta como una carga para la familia y un peso social, se siente condicionada a pedir la muerte cuando una ley la presiona en esa dirección. La falta de cuidados paliativos es también una expresión de desigualdad social. Muchas personas mueren sin poder recibir estos cuidados y sólo cuentan con ellos quienes pueden pagarlos.

6.- Con el Papa decimos: «La eutanasia y el suicidio asistido son una derrota para todos. La respuesta a la que estamos llamados es no abandonar nunca a los que sufren, no rendirse nunca, sino cuidar y amar para dar esperanza». Invitamos a responder a esta llamada con la oración, el cuidado y el testimonio público que favorezcan un compromiso personal e institucional a favor de la vida, los cuidados y una genuina buena muerte en compañía y esperanza.

7.- Pedimos a cuantos tienen responsabilidad en la toma de estas graves decisiones que actúen en conciencia, según verdad y justicia.

8.- Por ello, convocamos a los católicos españoles a una Jornada de ayuno y oración el próximo miércoles 16 de diciembre, para pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana.  Invitamos a cuantas personas e instituciones quieran unirse a esta iniciativa.

Nos acogemos  a Santa María, Madre de la Vida y Salud de los enfermos y a la intercesión de San José, patrono de la buena muerte, en su año jubilar.

Madrid 11 de diciembre de 2020

 

Fuentes: archicompostela.es y conferenciaepiscopal.es