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Programa piloto sobre corresponsabilidad parroquial (curso 2023/2024)

 

El Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia de la Conferencia Episcopal Española (CEE) pone en marcha un ‘Programa piloto sobre corresponsabilidad parroquial’, entre septiembre de 2023 y junio de 2024.

El objetivo principal es que quien termine el programa sepa cómo implantar la corresponsabilidad en sus parroquias de modo progresivo y adaptado a sus circunstancias.

El curso está dirigido a cualquier sacerdote, religioso/a, laico/a, agente de pastoral, colaborador… que quiera impulsar en su parroquia o comunidad la corresponsabilidad como forma de vida,
potenciando el compromiso de los fieles.

Modalidad online

El plazo de inscripción finaliza el 10 de julio de 2023.

En el caso de que haya varios miembros de una misma parroquia o entidad que estén interesados, deben inscribirse remitiendo cada uno su propio formulario.

 

 

Nota de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida a propósito de la maternidad subrogada

 

La Iglesia no cesa de proclamar el “Evangelio de la Vida”, iluminando la obligación de todo Estado de respetar la dignidad de toda vida humana y la defensa de la misma desde el inicio hasta el final. Hoy, como siempre, la Iglesia quiere llevar el amor y la esperanza a la sociedad, a menudo oscurecida por el individualismo y la cosificación de la persona humana. Por eso, ante tanta tiniebla originada por las leyes injustas promulgadas contra la vida y la dignidad de todo ser humano, a la luz de la razón e iluminados por la fe, cumplimos el deber pastoral de recordar al pueblo de Dios, sacerdotes, consagrados y laicos, y a cuantos quieran escuchar con la mejor voluntad la enseñanza de la Iglesia, siempre en favor del hombre y de su dignidad.

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I.- A favor de la dignidad

La importancia y el significado de la vida humana exigen una fundada reflexión, que busque su dignidad en el marco de un humanismo que sea fiel a la verdad del ser humano.

El Papa Benedicto XVI afirmaba que “sin el principio fundador de la dignidad humana sería arduo hallar una fuente para los derechos de la persona e imposible alcanzar un juicio ético respecto a las conquistas de la ciencia que intervienen directamente en la vida humana”[1]. Hay que recordar que la dignidad humana es un valor fundamental que debe ser respetado y protegido, independientemente de las creencias religiosas o de la falta de ellas.

Cristo, a la luz de su Encarnación, revela el sentido y el misterio del ser humano y su dignidad, y confirma a la razón su vocación trascendente y su anhelo de alcanzar la vida sin fin y la felicidad plena, por eso, la relación de la persona con Dios es esencial para comprender su dignidad. Todo hombre representa una novedad, es único e irrepetible. La vida es un bien fundamental del hombre, que vale por sí misma y que no está a disposición de nadie.

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II.- Aspectos éticos de la maternidad sustitutiva

Son varios los documentos en los que la Iglesia se ha pronunciado sobre la maternidad sustitutiva o gestación subrogada (especialmente la Instrucción Donum Vitae y la Instrucción Dignitas Personae).  De hecho, la instrucción Donum Vitae del Dicasterio para la Doctrina de la Fe define la maternidad sustitutiva del siguiente modo:

a) la mujer que lleva la gestación de un embrión implantado en su útero, que le es genéticamente ajeno, obtenido mediante la unión de gametos de «donadores», con el compromiso de entregar el niño, inmediatamente después del nacimiento, a quien ha encargado o contratado la gestación;

b) la mujer que lleva la gestación de un embrión a cuya procreación ha colaborado con la donación de un óvulo propio, fecundado mediante la inseminación con el esperma de un hombre diverso de su marido, con el compromiso de entregar el hijo, después de nacer, a quien ha encargado o contratado la gestación.

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A la luz de dichos documentos, queremos destacar los siguientes aspectos éticos:

1.- La maternidad por subrogación es, inequívocamente, una nueva forma de explotación de la mujer, contraria a la dignidad de la persona humana, pues usa el cuerpo femenino, y toda su persona, reduciéndola a ser una incubadora humana.

2.- En toda maternidad subrogada hay una fecundación artificial heteróloga que “es contraria a la unidad del matrimonio, a la dignidad de los esposos, a la vocación propia de los padres y al derecho de los hijos a ser concebidos y traídos al mundo en el matrimonio y por el matrimonio”[2]. Recordemos que el fin nunca justifica los medios y que toda persona humana es fin en sí mismo. Negar estas verdades nos llevaría a afirmar que todo lo técnicamente posible se puede realizar y a legitimar la cosificación y el uso de unas personas por otras.

3.- A todo lo anterior se añade, que con el llamado “útero de alquiler” se convierte la maternidad en objeto de comercio, que se compra y se vende. La mujer queda reducida a un simple instrumento, un “útero” a disposición del contratante, abriendo el camino a la explotación y a la comercialización de la persona humana. El contrato se culmina con la entrega del niño. Como afirma el Papa Francisco: “la dignidad del hombre y de la mujer también se ve amenazada por la práctica inhumana y cada vez más extendida del “vientre de alquiler”, en la que las mujeres, casi siempre pobres, son explotadas, y se trata a los niños como mercancías”[3].

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III.- La vida como don y el interés superior del menor

1.- Una vida humana es un don y no un derecho. “La Iglesia reconoce la legitimidad del deseo de un hijo, y comprende los sufrimientos de los cónyuges afligidos por el problema de la infertilidad. Sin embargo, ese deseo no puede ser antepuesto a la dignidad que posee cada vida humana hasta el punto de someterla a un dominio absoluto. El deseo de un hijo no puede justificar la “producción” del mismo, así como el deseo de no tener un hijo ya concebido no puede justificar su abandono o destrucción”[4].

No existe un “derecho a la procreación” y por tanto un “derecho al hijo”. La voluntad reproductiva no puede anular la gestación ni la maternidad. Recordemos lo que afirma la Conferencia Episcopal Española al decir que “La separación entre procreación y sexualidad representa una herida profunda a la naturaleza humana y a la familia. A la naturaleza, porque transforma al hijo en un producto, insinuando la idea de que la vida pueda ser una producción humana. A la sociedad, porque la nueva vida presupone solo una capacidad técnica y no un contexto de amor de esposos que quieren ser padres… La familia natural es así deconstruida y reconstruida artificialmente de muchas formas, siguiendo los deseos de cada individuo[5]. Esto implica que hay que favorecer “los derechos del niño a una familia compuesta por un hombre y una mujer unidos por un pacto duradero de amor recíproco”[6].

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2.- El bien del niño. Ninguna vida humana debe ser considerada como un producto o un bien de consumo. La vida de ningún niño nunca debe ser tratada como algo sometido al tráfico y al comercio. Debería buscarse en primer lugar el bien del menor, y no que éste quede supeditado al deseo de los comitentes y a su decisión. Por otro lado, la posibilidad de abandono de niños (real, sucedida en algunos países por partos gemelares, por patología o por preferencia de sexo), supone una grave marginación que atenta contra el principio de no discriminación del menor o de toda persona discapacitada.

También debemos tener presente que cada vez aparecen más datos científicos destacando la importancia que para la salud física y psicológica tiene la relación materno filial en la gestación. Esto, por el bien del niño, nos obliga a ser aún más precavidos a la hora de aprobar los úteros del alquiler.

Hay que priorizar el bien de los niños gestados por la maternidad subrogada, buscando la mejor solución acerca de su estatus jurídico, siendo conscientes que tienen toda la dignidad y merecen ser acogidos y respetados. Un niño, independientemente de cómo haya sido concebido, ha de ser amado y respetado en sus derechos.

Teniendo presente que en la actualidad “el derecho a decidir y el deseo-sentimiento adquieren categoría jurídica al servicio de la construcción de un nuevo modelo social, para lo que es preciso «deconstruir» lo esencial del sistema vigente”[7], es necesario recordar la afirmación de S. Juan Pablo II: “para el futuro de la sociedad y el desarrollo de una sana democracia, urge pues descubrir de nuevo la existencia de valores humanos y morales esenciales y originarios, que derivan de la verdad misma del ser humano y expresan y tutelan la dignidad de la persona. Son valores, por tanto, que ningún individuo, ninguna mayoría y ningún Estado nunca pueden crear, modificar o destruir, sino que deben sólo reconocer, respetar y promover”[8]. Por eso, creemos que es necesaria una legislación que impida esta práctica de la maternidad subrogada.

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Que Santa María, Madre de la Vida, nos ayude a acoger y defender el don de la vida, promoviendo la dignidad de cada persona humana.

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[1] BENEDICTO XVI, Discurso a los participantes en la Asamblea General de la Academia Pontificia para la Vida, 13 de febrero de 2010.

[2] CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Instrucción Donum Vitae.

[3] PAPA FRANCISCO, Discurso a los miembros de la Federación de Asociaciones de Familias Católicas de Europa, 10 de junio de 2022.

[4] CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Instrucción Dignitas Personae nº 16.

[5] CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, “El Dios fiel mantiene su alianza” nº 61

[6] Idem.

[7] CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, “El Dios fiel mantiene su alianza” nº 39

[8] SAN JUAN PABLO II, Encíclica Evangelium Vitae nº 71.

 

 

Fuente: conferenciaepiscopal.es

25 de marzo, Jornada por la Vida con el lema «Contigo por la vida, siempre»

 

«Contigo por la vida, siempre» es el lema con el que se celebra este año la Jornada por la Vida. Será el sábado 25 de marzosolemnidad de la Anunciación del Señor. «Este día la Iglesia celebra el misterio de la encarnación, cuando el Verbo de Dios asumió, por amor, nuestra naturaleza humana para llevarla a su plenitud». Así lo recuerdan los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida en su Mensaje para esta Jornada.

Además del Mensaje, esta Subcomisión ha editado unos materiales para la difusión y celebración de esta Jornada.

¿Cuál es el mensaje de los obispos?

Los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida “invitan a acompañar la vida humana, la vida de cada persona, en todas las fases de su existencia, desde su concepción hasta su muerte natural, aumentando los cuidados cuando la vida es más vulnerable”. Y enumeran las vidas “que deben ser acompañadas”.

En primer lugar, señalan “al inicio de la vida”. Los obispos afirman que “plantear que eliminar una vida humana pueda ser solución para algún problema es una grave equivocación, como ocurre en el caso de un embrión o un feto en el seno de su madre”. Por eso, “las leyes que promueven y amplían el supuesto «derecho al aborto» son absolutamente injustas porque “legalizan la muerte de personas inocentes e indefensas”.

Los prelados reclaman “una serena reflexión” que “vaya a las raíces del problema y busque alternativas reales para que las madres que afrontan, muchas veces en soledad, un embarazo no deseado no tengan que recurrir al aborto”.

También piden acompañamiento para los refugiados e inmigrantes “que llegan a nuestras fronteras, la mayoría de las veces en condiciones tan trágicas”. Recuerdan las palabras del papa Francisco en Fratelli tutti: “Nunca se dirá que no son humanos, pero, en la práctica, con las decisiones y el modo de tratarlos, se expresa que se los considera menos valiosos, menos importantes, menos humanos. Es inaceptable que los cristianos compartan esta mentalidad y estas actitudes, haciendo prevalecer, a veces, ciertas preferencias políticas por encima de hondas convicciones de la propia fe: la inalienable dignidad de cada persona humana más allá de su origen, color o religión, y la ley suprema del amor fraterno”.

En la enfermedad mental pues ante el “alarmante” aumento de suicidios, especialmente entre los más jóvenes, es “un tema que merece ser considerado con hondura”. Los obispos ofrecen la colaboración de la Iglesia para afrontar el tema y manifiestan su deseo de “estar cerca de los familiares y amigos de las personas que se han suicidado, acogiendo y acompañando con respeto su dolor”.

En la ancianidad porque “en una sociedad del descarte y la desvinculación, los mayores siempre tienen mucho que perder” y es necesario “un planteamiento en el que las personas mayores sean protagonistas” y “crear cauces para escuchar su voz y para darles espacio en la vida de la Iglesia y de la sociedad”.

Y al final de la vida, cuando la vida humana “en muchas ocasiones vuelve a ser frágil” y “la gran tentación consiste en buscar falsas vías, que pretenden eliminar el sufrimiento, cuando lo que están haciendo es acabar con la vida de la persona”. Por eso, una vez más, “manifestamos nuestro rechazo a la ley que regula la eutanasia y pedimos la aprobación de una ley integral de cuidados paliativos, dotada de los recursos necesarios, para acompañar de manera verdaderamente humana a las personas en la fase final de su vida”.

Los obispos continúan su mensaje aportando algunas propuestas de acción porque “el análisis realista de la situación” en lugar de “llevarnos al pesimismo” debe “comprometernos en la transformación de este mundo al cual Dios ama tanto”.

En primer lugar, “conscientes de la magnitud del desafío, debemos promover la oración por la defensa de la vida humana”. En segundo lugar, proponen el testimonio personal. Cada fiel cristiano está llamado a dar “testimonio del amor verdadero con palabras y con obras”. En tercer lugar, exhortan a los laicos a comprometerse y acompañar a las personas que deben ser, especialmente, acompañadas.

Los prelados terminan su mensaje pidiendo a “María Santísima, Madre de la Vida, que infunda en nosotros un amor concreto y creativo para instaurar la cultura de la vida, acompañando y acogiendo a cada persona”.

Carteles en castellano y gallego

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El Papa Francisco: “Es hora de que laicos y pastores caminen juntos, en la Iglesia y en el mundo”

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Dios está mostrando a la Iglesia el camino de la comunión, de caminar juntos“, una invitación a “superar las vías paralelas que nunca se encuentran”. Lo dijo el Papa Francisco cuando recibió el pasado 18 de febrero en el Aula del Sínodo a los responsables de las Comisiones Episcopales para el laicado que participaban en el Congreso sobre laicado en Roma con el lema “Pastores y fieles laicos llamados a caminar juntos”  promovido por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Al hacerlo, Francisco recordó que “la necesidad de valorar a los laicos no depende de alguna novedad teológica”, sino que se basa en “una correcta visión de la Iglesia“, la de “la Iglesia como Pueblo de Dios, del que los laicos forman parte de pleno derecho junto con los ministros ordenados“. Del Papa la invitación a los cerca de doscientos presentes a “recuperar una eclesiología integral”, que ponga el acento en la unidad y no en la separación, donde “el laico no es el no religioso, sino el bautizado”, y se le aplique el término “discípulo, hermano”, como se aplicaba en el Nuevo Testamento a todos, “fieles laicos y ministros ordenados”.

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Superar los modos autónomos de actuar

Francisco comenzó recordando a los presentes que “todavía queda mucho camino por recorrer para que la Iglesia viva como un cuerpo, como un verdadero Pueblo“, pero es Dios quien muestra el camino a seguir, ese “vivir más intensa y concretamente en comunión”. Así, el Obispo de Roma habla de las muchas “vías paralelas que nunca se encuentran” y que estamos llamados a superar:

El clero separado de los laicos, los consagrados separados del clero y de los fieles, la fe intelectual de ciertas élites separada de la fe popular, la Curia romana separada de las Iglesias particulares, los obispos separados de los sacerdotes, los jóvenes separados de los ancianos, los cónyuges y las familias poco implicados en la vida comunitaria, los movimientos carismáticos separados de las parroquias, etcétera. Esta es la tentación más grave en este momento. 

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Un pueblo unido en la misión

El Papa subrayó que todo el Pueblo de Dios está unido por una única fe, no es “ni populismo ni elitismo, sino el santo Pueblo fiel de Dios”, que está “animado por el mismo Espíritu santificador y orientado a la misma misión de anunciar el amor misericordioso de Dios Padre”. Este último aspecto, estar unidos en la misión, es decisivo:

La sinodalidad encuentra su fuente y su fin último en la misión: nace de la misión y está orientada a la misión. Compartir la misión, en efecto, acerca a pastores y laicos, crea comunión de intenciones, manifiesta la complementariedad de los distintos carismas y, por tanto, suscita en todos el deseo de caminar juntos.

No faltan ejemplos, empezando por Cristo, pasando por san Pablo y llegando hasta los “grandes momentos de impulso misionero en la Iglesia”:

Lo vemos en el mismo Jesús, que se rodeó, desde el principio, de un grupo de discípulos, hombres y mujeres, y vivió con ellos su ministerio público. Nunca solo. Y cuando envió a los Doce a anunciar el Reino de Dios, los envió “de dos en dos”. Lo mismo vemos en San Pablo, que siempre evangelizó junto con colaboradores, incluidos laicos y parejas casadas. No solo. Y así fue en los momentos de gran renovación e impulso misionero en la historia de la Iglesia: pastores y fieles laicos juntos. No individuos aislados, ¡sino un pueblo que evangeliza! El Pueblo santo de Dios. 

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Todos somos discípulos

Tras recordar la importancia de la formación de los laicos, “indispensable para vivir la corresponsabilidad” siempre que no sea “escolástica, limitada a ideas teóricas”, sino “también práctica”, el Pontífice invitó a todos a recuperar una eclesiología integral, “como en los primeros siglos, en la que todo se unifica en la pertenencia a Cristo”, superando así “una visión sociológica que distingue clases y rangos sociales y que se basa fundamentalmente en el poder asignado a cada categoría”:

El acento debe ponerse en la unidad y no en la separación. El laico, más que como “no clérigo” o “no religioso”, debe ser considerado como bautizado, como miembro del pueblo santo de Dios, es el sacramento que abre todas las puertas. La palabra “laico” no aparece en el Nuevo Testamento, sino que habla de “creyentes”, “discípulos”, “hermanos”, “santos”, términos aplicados a todos: fieles laicos y ministros ordenados.

El pensamiento del Papa se dirige después a la Carta a la Iglesia de Laodicea, “cuando Jesús dice estoy a la puerta y llamo”. Pero “hoy el drama de la Iglesia es que Jesús sigue llamando a la puerta, ¡pero desde dentro porque no le dejamos salir! Tantas veces la Iglesia está aprisionada, no logra dejar salir al Señor. El Señor vino para la misión y quiere que seamos misioneros”.

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Mayor colaboración

Esta corresponsabilidad vivida entre laicos y pastores permitirá “superar dicotomías, miedos y diferencias recíprocas”. Para Francisco, “es hora de que pastores y laicos caminen juntos, en todos los ámbitos de la Iglesia y en todas las partes del mundo”. De ahí la llamada a una mayor valoración de los laicos, pensando especialmente en las mujeres:

Los fieles laicos no son “huéspedes” en la Iglesia, están en su casa, por lo que están llamados a cuidar de su propia casa. Los laicos, y especialmente las mujeres, deben ser más valorados en sus competencias y en sus dones humanos y espirituales para la vida de las parroquias y de las diócesis. Pueden llevar el anuncio del Evangelio en su lenguaje “cotidiano”, comprometiéndose en diversas formas de predicación. Pueden colaborar con los sacerdotes en la formación de niños y jóvenes, ayudar a los novios en su preparación al matrimonio y acompañarles en su vida conyugal y familiar. Deben ser siempre consultados en la preparación de nuevas iniciativas pastorales a todos los niveles, local, nacional y universal. Deben tener voz en los consejos pastorales de las Iglesias particulares. Deben estar presentes en las oficinas de las diócesis. Pueden ayudar en el acompañamiento espiritual de otros laicos y también aportar su contribución en la formación de seminaristas y religiosos. 

A continuación, el Pontífice recuerda una pregunta que le hicieron, a saber, si un laico puede ser director espiritual. La respuesta es que se trata de “un carisma laical, no sacerdotal”, depende de “si el Señor te da la capacidad para hacerlo”. De ahí la importancia del papel de los laicos también en ambientes seculares:

Y, junto con los pastores, deben llevar el testimonio cristiano en los ambientes seculares: el mundo del trabajo, de la cultura, de la política, del arte, de la comunicación social.

Finalmente, del Papa una advertencia: no caer en el clericalismo. “Los laicos clericalizados -dice- son una plaga en la Iglesia”.

 

 

 

Fuente: vaticannews.va

Jornadas de Apostolado Seglar. “El primer anuncio en clave de sinodalidad”

 

Las Jornadas de delegados de Apostolado Seglar y responsables de movimientos y asociaciones tendrán lugar en Madrid, los días 22 y 23 de octubre, en torno al tema, «El primer anuncio en clave de sinodalidad». 

Reflexionar sobre la importancia del primer anuncio desde las claves de la sinodalidad y el discernimiento; diseñar la hoja de ruta teniendo presente el proceso sinodal y el Congreso de Laicos; y hacer experiencia de sinodalidad (comunión) entre las delegaciones, movimientos y asociaciones, son los objetivos de este encuentro.

La Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida, que convoca este encuentro, invita a participar online de la ponencia inaugural en la que el presidente del Dicasterio para la Nueva Evangelización, Mons. Rino Fisichella, hablará sobre la importancia y prioridad pastoral del primer anuncio en el actual contexto social.

 

 

El horario previsto es de las 10.15 a las 13.30 horas y para participar solo será necesario inscribirse en:

Antes de esta ponencia, abriendo la sesión inaugural, intervendrán el presidente y el director del secretario de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida, Mons. Carlos Escribano y Luis Manuel Romero.

Después se tocará el tema del primer anuncio en claves prácticas con las intervenciones del consiliario nacional de Acción Católica General (ACG), José A. Cano, y el responsable del proyecto cuatro40 de ACG, Francisco Ramírez.

Para la sesión de la tarde se ha programado un taller sobre «El primer anuncio en diversos contextos», se expondrá la propuesta de trabajo para este nuevo curso y se debatirá en tertulia sobre ¿Cómo evangelizar en el contexto actual?

La jornada del domingo, sólo en sesión de mañana, se dedicará al tema «Un proceso global: la complementariedad de los 4 Itinerarios». Además, se compartirán informaciones prácticas de la Comisión.

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Fuente: https://laicos.conferenciaepiscopal.es/

¿Quieres descubrir los Nuevos Apostolados eclesiales que el Espíritu Santo está suscitando en nuestra diócesis? Desde Pastoral Santiago nos proponen hacerlo con este camino virtual.

Pastoral Santiago nos propone para el mes de septiembre un Camino Virtual en 30 etapas basado en Nuevos Apostolados eclesiales.

El recorrido que ahora se inicia está centrado en las novedades que el Espíritu Santo está suscitando en toda la Iglesia. Se recogen algunas de las que han llegado o están por llegar a este Finisterrae de la Iglesia que peregrina en Santiago de Compostela. Se trata de experiencias que parten de una antigua tradición y han arraigado durante el siglo XX y estos comienzos del siglo XXI. En otros casos, su confirmación o afianzamiento irá avanzando, con la ayuda de Dios. Algunas de estas realidades serán como el agua de mayo, más fugaces, pero que habrán tenido su razón de ser. Deseamos que este recorrido virtual inspirado en el rastro deseoso de iniciativas que la PEJ nos ha dejado en el alma, sirvan para acercarnos a un rostro apostólico y activo de la Iglesia que nace de la contemplación serena e inspiradora de quien pone en práctica las inspiraciones del Espíritu en un tiempo y un lugar concretos.

 

 

Noticia extraída de pastoralsantiago.org

La diversidad de ministerios es una riqueza, pero sin “clericalizar” a los laicos

Celebración litúrgica en la Iglesia del Santo Spirito en Sassia, Roma. (Imagen de Vatican Media)

 

El secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, se alegra de transmitir el saludo cordial del Papa Francisco al presidente del Centro de Acción Litúrgica, el arzobispo de Catanzaro-Squillace -monseñor Claudio Maniago- y a todos los participantes en la 72 Semana Litúrgica Nacional que se está celebrando estos días en Salerno, Italia, promovida por el Centro de Acción Litúrgica.  Los trabajos, con el tema elegido, ‘Los ministerios al servicio de una Iglesia sinodal‘, “tienen un significado particular para la Iglesia en el momento histórico actual”, indicó el cardenal.

Además el cardenal Parolin citó las palabras del Papa cuando instó a la Iglesia a vivir el itinerario del Sínodo en el que está comprometida hoy, convirtiéndose en “expertos en el arte del encuentro“, y dispuestos a ayudarse mutuamente “para que la diversidad de carismas, vocaciones y ministerios nos enriquezca“.

El Secretario de Estado precisa lo que, desde esta perspectiva, espera el Papa Francisco de las jornadas de estudio que reúnen a obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas y numerosos laicos. “La esperanza del Santo Padre -escribe- es que esta asamblea cualificada contribuya a la profundización teológico-litúrgica-pastoral de la realidad ministerial, abriendo perspectivas que se ofrezcan al discernimiento pastoral de la comunidad eclesial”.

Los participantes en esta semana de estudios, analizarán sobre el impacto real de los nuevos ministerios instituidos del Lector, Acólito y Catequista en la práctica eclesial.

 

Pasajes del Magisterio sobre la ‘ministerialidad’

Parolin recuerda entonces algunas intervenciones del Magisterio Pontificio en materia de ministerialidad como, hace 50 años, el Motu proprio ‘Ministeria quaedam‘ con el que, escribe, “San Pablo VI había revisado toda la materia de las órdenes menores, conservando las del Lector y el Acólito como ministerios instituidos, ya no considerados como reservados a los candidatos al Sacramento del Orden”.

A partir de este documento, explicó el cardenal Parolin, el Centro de Acción Litúrgica “propone oportunamente una reflexión sobre la animación litúrgica de todo el Pueblo de Dios“. El Papa contempla la renovación de la Iglesia en una dirección cada vez más “comunitaria” y menos clerical. Con el Motu proprio ‘Spiritus Domini‘, Francisco supera la limitación que excluía a las mujeres del acceso a los dos primeros ministerios, mientras que con el motu proprio ‘Antiquum Ministerium‘, da a la Iglesia “la figura del ministerio instituido del catequista”.

“En esta línea de profundización de una ministerialidad diversificada se sitúa vuestra Conferencia -continuó el cardenal Parolin- recordando siempre que todo ministerio en la Iglesia debe inspirarse en el espíritu de servicio vivido por Jesús, y creyendo que el trabajo de la Semana puede ser una buena oportunidad para verificar el derrame en la vida de la Iglesia y la promoción de estos mismos ministerios”.

 

Hay que valorar a los laicos sin confundir los roles

Una Iglesia entendida como “misterio de comunión”, prosigue el Secretario de Estado, pone de relieve en mayor medida el papel de los laicos, se trata entonces de “fomentar en los fieles laicos una conciencia más clara de su vocación, que se expresa en una pluralidad de tareas”.

Pero advierte: “Al tratar estas cuestiones, hay que tener cuidado de no confundir el sacerdocio común y el sacerdocio ministerial, interpretando arbitrariamente el concepto de “sustitución”, “clericalizando” y corriendo así el riesgo de crear realmente una estructura eclesial de servicio paralela a la fundada en el sacramento del Orden”.

 

El cardenal Parolin concluye su mensaje asegurando a todos los participantes en la Conferencia, que finalizará el próximo 25 de agosto, la oración y la bendición del Papa Francisco, a la que añade su deseo personal “por el pleno éxito de esta importante iniciativa pastoral”.

 

 

Fuente: vaticanews.va

Presentación de la PEJ 2022 que se celebra en Santiago del 3 al 7 de agosto

 

El director del secretariado de la Subcomisión Episcopal para la Juventud y la Infancia, Raúl Tinajero, y el director de la Oficina de Información de la CEE, José Gabriel Verapresentan el viernes 22 de julio la Peregrinación Europea de Jóvenes (PEJ) 2022 que tendrá lugar en Santiago de Composteladel 3 al 7 de agostocon motivo del Año Santo Compostelano.

La archidiócesis de Santiago de Compostela convoca este encuentro que reunirá en la capital gallega a cerca de 12.000 personas. Todo el programa de actos se organiza junto con la Subcomisión de Juventud e Infancia de la Conferencia Episcopal Española.

La Peregrinación Europea de Jóvenes (PEJ) es el encuentro en el que jóvenes de todo el continente europeo acuden peregrinando a la tumba del apóstol Santiago. Inicialmente estaba prevista el verano pasado, pero a raíz de la pandemia de la covid-19 y con la ampliación del Año Santo 2021 concedida por el papa Francisco a la archidiócesis de Santiago de Compostela se celebrará en la primera semana de agosto.

Aunque la PEJ comienza oficialmente el 3 de agosto, los grupos de jóvenes comenzarán a desplazarse a Santiago días antes para hacer el Camino. Para evitar aglomeraciones, se han propuesto 11 rutas.

El miércoles 3 de agosto tendrá lugar el acto de acogida y bienvenida de los peregrinos en la plaza del Obradoiro. Durante las jornadas del jueves al sábado, se ofrecerá un amplio programa de actividades que incluye espacios y momentos para la formación, la oración y el ocio.

Además de la inauguración, los actos centrales serán el sábado por la noche, la vigilia de oración, y el domingo por la mañana, la eucaristía dominical con la que se clausurará la PEJ. Ambos trascurrirán en el Monte del Gozo, al aire libre, para dar cabida a los 12 mil peregrinos.

La misa de clausura será presidida por el Card. Antonio Augusto dos Santos Marto, enviado especial del papa Francisco, obispo emérito de Leiria-Fátima.

 

 

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Fuente: conferenciaepiscopal.es

¡Vente al Encuentro de Laicos de parroquia de este verano!

 

 

DEL  21 AL 24 DE JULIO DE 2022 en Barcelona

Desde Acción Católica General se están preparando, con alegría y esperanza, para celebrar ahí su próxima Asamblea General

Una asamblea que pretende ser algo más: Un ENCUENTRO DE LAICOS DE PARROQUIA abierto y para tod@s: niños, jóvenes y adultos, en el que profundizar y compartir la llamada de toda la Iglesia a ponernos en clave de MISIÓN y a «ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los mÉtodos evangelizadores» (EG 33).

Y por ello, el lema escogido es: “ANUNCIAR A JESUCRISTO CON OBRAS Y PALABRAS” para realizar el  “Caminar juntos” que nos pide el Papa Francisco

 

 

¡No te lo puedes perder!

 

 

 

 

 

Fuente: accioncatolicageneral.es

Sí a la familia y sí a la vida

 

La Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida hace pública hoy, miércoles 22 de junio, una Nota con el título, «Sí a la familia y sí a la vida».

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Nota de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida

 

«Sí a la familia y sí a la vida»

(Texto íntegro)

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Del 22 al 26 de junio se celebra en Roma el X Encuentro Mundial de las Familias; un encuentro que ha tenido que aplazarse un año por los efectos de la pandemia y que ahora no sólo tiene lugar en Roma, sino que, según lo establecido por el Papa Francisco, es «multicéntrico y generalizado».

El Santo Padre manifestó en su mensaje del 2 de julio de 2021 que, en las convocatorias anteriores, “se percibía el Encuentro como una realidad lejana, a lo sumo seguida por televisión, o desconocida para la mayoría de las familias”. Esta vez se seguirá una modalidad inédita, y “será una oportunidad de la Providencia para realizar un evento mundial capaz de involucrar a todas las familias que quieran sentirse parte de la comunidad eclesial”.

El tema del encuentro es ‘El amor familiar: vocación y camino de santidad’, y busca mostrar la belleza y la felicidad del amor en la familia. En medio de las crisis culturales y sociales actuales, el anuncio de la familia sigue siendo una alegría y una esperanza para todos pues, como afirma el Papa, “nadie puede pensar que debilitar a la familia como sociedad natural fundada en el matrimonio es algo que favorece a la sociedad. Ocurre lo contrario: perjudica la madurez de las personas, el cultivo de los valores comunitarios y el desarrollo ético de las ciudades y pueblos”. Y luego recuerda que “el matrimonio va más allá de cualquier moda pasajera y persiste. Su esencia está arraigada en la naturaleza misma de la persona humana y de su carácter social”. Formar una familia significa “ser parte del sueño de Dios, uniéndose a Él en la construcción de un mundo donde nadie se sienta solo” (1).

El Papa Francisco ha insistido reiteradas veces sobre el genuino valor del matrimonio y la familia cristiana; valor aún hoy más necesario, cuando constatamos que se va instaurando una cultura de la muerte. La familia es la célula de la cultura de la vida y de la civilización del amor. Por ello, invitamos a todos a participar en las diferentes celebraciones y actos proponiendo la maravilla de la familia cristiana y el respeto a la vida de todo ser humano desde su comienzo hasta su final.

Son muchas las actividades programadas por la diferentes diócesis y movimientos eclesiales para mostrar este sí a la familia que es también sí a la vida, ya que la propuesta de la familia cristiana va unida a la transmisión y defensa de la vida. Animamos a todos a promover el sí a la vida y expresamos nuestro apoyo en favor de quienes tienen derecho a nacer y a ser acogidos por sus padres con amor; en favor de las madres, que tienen derecho a recibir el apoyo social y estatal necesario para evitar convertirse en víctimas del aborto; en favor de la libertad de los padres y de las escuelas que colaboran con ellos para dar a sus hijos una formación integral, que otorgue la necesaria importancia hoy a la educación afectiva y sexual, de acuerdo con unas convicciones morales que los preparen de verdad para ser padres y acoger el don de la vida; en favor de los cuidados paliativos y de la libertad de conciencia; denunciando las situaciones en las que se ve amenazada, como se sigue constatando en diversas formas de esclavitud, en la trata de personas o en las condiciones laborales abusivas.

En definitiva, alentamos a todos los católicos a promover la defensa de la vida, denunciando los proyectos legislativos que atentan contra ella y confunden la injusticia con el derecho. Animamos así, con todos los cauces que permite una sociedad democrática, a movilizarse en favor de la vida y a buscar con creatividad nuevos modos de instaurar esta necesaria cultura del cuidado que la promueva y proteja.

 


+ Mons. D. José Mazuelos Pérez, obispo de Canarias, Presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida

+ Mons. D. Juan Antonio Reig Plà, obispo de Alcalá de Henares

+ Mons. D. Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro-Monzón

+ Mons. D. Santos Montoya Torres, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño

+ Mons. D. Francisco Gil Hellín, arzobispo emérito de Burgos


 

[1] PAPA FRANCISCO, Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia, número 52, 131,321.

 

Fuente: conferenciaepiscopal.es