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¿Quieres saber como transcurrió la Asamblea Diocesana de final de curso pastoral?

 

El arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, presidió el pasado sábado 25 junio la Asamblea diocesana de final de curso pastoral. Una cita anual que se celebra después de dos años sin poder realizarse.

La Asamblea se desarrolló en el colegio La Salle de Compostela a partir de las 10:45 horas. Las distintas realidades que conforman la Iglesia diocesana que peregrina en Santiago de Compostela se unieron en este encuentro fraterno, en el que se pudieron compartir experiencias, opiniones y testimonios.

 

 

Tras un momento de oración compartida, en el encuentro se ha proyectado este vídeo en el que se recogen las distintas realidades que conforman la Iglesia diocesana que peregrina en Santiago de Compostela, donde podemos descubrir que tras la experiencia de lo vivido en la pandemia, seguimos caminando juntos con esperanza.

 

 

Se escucharon varios testimonios de diversas experiencias pastorales muy interesantes  que se están llevando a cabo en estos momentos en nuestra diócesis, experiencias de «Evangelio en movimiento» que prueban que somos Iglesia en camino, comunidades vivas , llenas de fe, de ilusión y de esperanza que sueñan y caminan juntas, confiando sus proyectos a Dios: albergue de peregrinos de Milladoiro; oficina del peregrino de Santiago; la adoración perpetúa, grupo shekinah y cenas alpha de la parroquia de San Fernando en Santiago y los proyectos de  vida, de fe, de acogida y transformación de la asociación A Raiña.

 

 

Además fue el momento escogido para la puesta en común de la Síntesis de la fase diocesana del Sínodo.

 

 

El equipo sinodal diocesano, en las personas de Concepción Maté y Alfredo Losada, presentó un resumen de la riqueza de la Síntesis diocesana, síntesis ya enviada a todos los grupos sinodales, y que se acaba de publicar para conocimiento general.

 

 

Destacar en las conclusiones que entre todos construimos comunidad, que tenemos que revisar el papel de la mujer en la Iglesia, que hace falta potenciar los ministerios laicales y revitalizar la Iglesia en la línea de la sinodalidad, actualizando el lenguaje pastoral con celebraciones litúrgicas participadas y gozosas. Se mostró la necesidad de transparencia, el deseo de que la Iglesia sea de todos y para todos, poniendo de manifiesto a urgencia de un trabajo interparroquial, especialmente en el rural, para adoptar una pastoral en salida y abierta, que lleve a un testimonio creíble y caridad evangélica por parte de los cristianos.

 

 

La importancia de los trabajos sinodales se puso de manifiesto puesto que las conclusiones tienen un reflejo importante en el Plan pastoral de la diócesis para los próximos 3 cursos, que presentó a la asamblea el obispo auxiliar D. Francisco.

 

 

Un plan pastoral en el que siempre resuene la Palabra de Dios, con una llamada en común: «Poneos en camino» (Lc 10,3) , que pretende ser la brújula para el camino.

Como nos indicó el obispo auxiliar, en este plan pastoral es el mismo Señor el que nos invita a ponernos en camino, porque somos Iglesia, Pueblo de Dios, en camino sinodal, con nuestra diversidad de carismas, pero siempre todos en la misma dirección, dejando atrás los lamentos para abrir nuevos senderos. Donde todos tenemos que sentirnos partícipes y darle entre todos la forma, según el aliento del Espíritu.

Y como todo camino, este plan pastoral tiene varias etapas traducidas en 3 cursos pastorales: En este próximo curso 22/23 nos ponemos en camino pero no de cualquier manera, sino con un estilo evangélico, «con un mismo amor y un mismo sentir» (Flp 2,2), siempre en comunión. En el segundo curso 23/24 este plan trienal nos invita a «haced esto en memoria mía» (Lc 22,19), es decir a ponerse en camino siendo memoria de Aquel que está siempre presente en nuestras celebraciones y en nuestros testimonios de vida. Siendo Iglesia que celebra con gozo su fe. Y por último en el tercer curso 24/25, nos ponemos en camino para ser «sal de la tierra… y luz del mundo» (Mt 5, 13, 14) en medio de la sociedad. Siendo peregrinos de esperanza.

En definitiva, este plan pastoral pretende recoger la invitación del Señor a ponernos en camino en nuestra Iglesia diocesana para ser la Iglesia que El quiere, corresponsable y ministerial, escuela de comunión donde aprendamos a escuchar con oídos del corazón. Tenemos camino por andar, lo importante es que caminemos juntos, con el Señor en medio de nosotros, y sin que nadie se quede al borde del camino. D. Francisco concluyó su intervención con la invitación: ¡Pongámonos a caminar como Iglesia!

 

 

Y como no podía ser de otra manera, como cierre de la asamblea tuvimos las palabras de esperanza y gratitud que nos dedicó nuestro arzobispo D. Julián.

El arzobispo reconoció que siempre intenta que la diócesis tenga ese sentido de peregrinación especial que nos da ser casa del apóstol Santiago. Nos instó a descubrir la luz y la novedad en nuestro peregrinar. Nos invitó a «ponernos en camino» en este hermoso y concreto momento para nuestra diócesis, reconociendo que es Dios quien nos busca primero y que de nosotros ha de partir la disponibilidad y valentía de acercarnos a Él.  Y así debemos seguir poniéndonos en camino saliendo de nuestros intereses, de nuestros egoísmos, de tantas cosas que nos mediatizan, dejándonos guiar por el apóstol Santiago que nos indica el camino que tenemos que seguir.

También D. Julián nos pidió que más que hablar de Cristo, volvamos a Cristo, que es lo que necesitamos realmente en este momento. Cristo es la referencia constante que hemos de tener si queremos salir al encuentro de tantas y tantas personas que están necesitando esa luz, esa verdad, ese camino , esa vida que es Cristo. Nuestro arzobispo nos compartió que sueña una Iglesia diocesana que sea puente para que Dios venga a nosotros y nosotros vayamos a Dios. Esto solo se puede hacer con una gran confianza en Dios, como ya vio en los testimonios de la mañana.  Pero también indicó que es necesario que le demos un espacio significativo a Dios en nuestras vidas, especialmente cuando nos sentimos derrotados y sentimos que nuestras redes vuelven vacías.

Y termina diciéndonos que nos quiere felices en todo momento, siendo consciente que la felicidad no es otra cosa que la vivencia de reconocer a Cristo como Camino, Verdad y Vida.  Nos agradeció nuestra disponibilidad, nuestra bondad y generosidad: «Gracias por todo lo que habéis hecho, por todo lo que estáis haciendo y que sin duda alguna también vais a seguir haciendo. Que Dios con la intercesión del apóstol Santiago, os siga bendiciendo. Así lo pido y lo seguiré pidiendo»

 

Por todo lo vivido, podemos decir que esta asamblea resultó “una jornada para celebrar y orar, escuchar y compartir, una oportunidad para renovar la esperanza en Cristo y el compromiso de seguir sembrando el Evangelio, siendo una Iglesia que camina unida, siempre juntos”, como ya expresaba en su carta el obispo auxiliar, mons. Francisco Prieto, cuando nos invitaba a todos a participar en la misma.