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XXX Xornadas de Pastoral do Traballo: «O gran tema é o Traballo»

Coincidindo cos 30 anos da aprobación do documento ‘A pastoral obreira de toda a Igrexa’ da Conferencia Episcopal Española, case 200 persoas xuntámonos nestas 30 Xornadas de pastoral do traballo o 23 e 24 de novembro en Ávila baixo o lema ‘O gran tema é o traballo’.

No primeiro relatorio a secretaria do Dicasterio para o Servizo do Desenvolvemento Humano Integral, a doutora en economía e salesiana Alessandra Smerilli, expuxo a necesidade de que a Pastoral do Traballo combata “o paradigma tecnocrático” e, sobre todo, os límites da “meritocracia”. Neste sentido, a experta vaticana plantexou que é esencial para rematar coa falta de recoñecemento do traballo humano o concepto de “coidado”, dado que “o traballo non debe entenderse unicamente como ter un emprego ou “facer cousas”, senón que todas as formas de traballo teñen que ver coas relacións cos demais”.

Reflexionando sobre o convenio colectivo de traballo e os tribunais laborais como claves para entender o valor do traballo organizado, para saber que diso dependen as garantías dos traballadores, iniciou a súa reflexión Emilce Cuda, laica, doutora en Teoloxía Moral Social e secretaria da Pontificia Comisión para América Latina, que xunto coa Dra. Smerilli, representan a nova Igrexa de Francisco, que coloca mulleres capacitadas en postos de decisión na Curia romana.

Esta representación vaticana, que por primeira vez recae en mulleres con rango equivalente ao de cardeais, deu ás xornadas unha proxección internacional sen precedentes, reafirmando que a pastoral do traballo é unha prioridade non só para a Igrexa española, senón para a Igrexa universal.

“Fronte á deshumanización, temos que impulsar un cambio de pensar e de sentir que deixe de normalizar a precariedade laboral e da vida para poder abrirnos á tarefa de suscitar esperanza” propuxo o que fose director de Pastoral Obreira, Fernando Díaz Abajo, como tarefa de futuro. Ante os desafíos que atravesa o mundo obreiro e do traballo en permanente transformación, Díaz Abajo atreveuse a propoñer algunhas orientacións para seguir neste camiñar, “desde o acompañamento da vida das persoas e as familias do mundo obreiro en clave de misericordia”. Como primeira condición, resaltou “a formación da conciencia social dos cristiáns, e o cambio de mentalidade das mulleres e homes do mundo obreiro”.

O secretario xeral de CCOO, Unai Xordo, presente nas Xornadas, aproveitou a invitación para saudar ás persoas participantes e resaltar o valor do compromiso cristián por defender a centralidade do traballo. “Os movementos cristiáns, con esta visión social desde a Igrexa, nunca perdestes o discurso da centralidade do traballo na sociedade”, recoñeceu Xordo, quen explicou que a concepción do traballo decente é toda unha “aposta política, desde instancias democráticas e institucionais” en coherencia coa “dignidade das persoas e da clase traballadora como colectivo”.

En definitiva, hoxe, o traballo segue sendo unha necesidade, parte do sentido da vida e fundamental para comprender a cuestión antropolóxica e socioambiental. A pastoral do traballo busca precisamente visibilizar esta dimensión, afirmando a centralidade da persoa e promovendo unha cultura do traballo que constrúa fraternidade e coide da dignidade humana.

Agora, toca renovar o chamamento á participación do pobo de Deus e das súas organizacións para seguir “construíndo o reino de Dios no mundo do traballo”, segundo expresou Abilio Martínez na eucaristía. Esa “choiva fina” da pastoral do traballo e o impulso da “grande obra mestra” do pontificado social de Francisco –como subliñou Emilce Cuda–, oxalá continúe calando na misión da Igrexa, lembrándonos que a dignidade do traballo é un tema que toca a alma mesma do Evanxeo.

 

Departamento de pastoral do traballo da diocese de Santiago

 

Anexamos as PONENCIAS e o COMUNICADO FINAL das Xornadas da Pastoral do Traballo 2024 en formato PDF

 

 

 

Abierto el plazo de inscripción para las XXX Jornadas Generales de la Pastoral del Trabajo

El departamento de Pastoral del trabajo celebra este año el 30º aniversario de la publicación del documento «La pastoral obrera de toda la Iglesia» que ha sido la base de la acción pastoral de la Iglesia en el mundo obrero y del trabajo.

Como colofón de las distintas iniciativas que se han llevado a cabo para destacar los puntos fundamentales de este texto, se encuentran las XXX Jornadas Generales de la Pastoral del Trabajo que tendrán lugar el 23 y 24 de noviembre en Ávila, en las que, además, se presentará la exposición itinerante “Los rostros del mundo obrero y del trabajo”, que recorrerá distintas diócesis.

Estas jornadas son especialmente celebrativas y están abiertas a aquellas personas que se sientan interesadas. Se va a contar con personas que nos pueden aportar mucho en esta tarea de la evangelización del mundo obrero.

El plazo de inscripción ya está abierto hasta el 31 de octubre. 
Las inscripciones se deben de realizar a través de la web de la Conferencia Episcopal Española   https://jornadasconferenciaepiscopal.es/trabajo

 

 

 

Programa de las Jornadas de Pastoral del Trabajo

El obispo responsable del departamento de Pastoral del Trabajo, Mons. Abilio Martínez Varea, abrirá las jornadas el sábado 23 de noviembre.

Después intervendrá la Hna. Alessandra Smerilli, fma, secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que hablará en su ponencia sobre «La Pastoral del Trabajo en la Pastoral General de la Iglesia».

Por la tarde, será la presentación y visita a la exposición «Rostros del mundo obrero». Además, la secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, Emilce Cuda, ofrecerá una ponencia sobre «El trabajo en el pontificado de Francisco».

El documento «La pastoral obrera de toda la Iglesia» centrará la jornada del domingo 24 de noviembre. Primero intervendrá Fernando Carlos Díaz Abajo, que fue el director del departamento de Pastoral Obrera de la CEE de 2009 a 2015 y consiliario General de la HOAC de 2015-2023, con la ponencia  “Una mirada agradecida a la Pastoral Obrera y del Trabajo. ¿Hacia dónde continuar caminando?»

Seguidamente se conocerá una reflexión de los obispos de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y la Promoción Humana con motivo de este 30 aniversario.

Al medio día concluirá el encuentro con la lectura de un comunicado final.

 

TRÍPTICO Programa 30 Jornada Pastoral del Trabajo (en PDF)

 

 

En el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo: “¡No más muertes en el Trabajo! y esforcémonos en lograrlo”

 

Los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social firman una NOTA para el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo que se celebra el 28 de abril. “¡No más muertes en el Trabajo! y esforcémonos en lograrlo” es el título que encabeza este escrito. Un título que recoge la llamada que hacía el papa Francisco en su homilía de la Misa de Nochebuena 2021.

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En el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo:
“¡No más muertes en el Trabajo! y esforcémonos en lograrlo” (1)

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I. Introducción.

La vida es el mayor bien que atesoramos y que hemos de honrar viviéndola con dignidad, de acuerdo con nuestra vocación de hijas e hijos de Dios. Cuidar esta dignidad implica cuidar nuestra salud en el más amplio de los sentidos, también en el ámbito laboral, preocupándonos por la de quienes trabajan.

Con este mismo objetivo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) celebra el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo cada 28 de abril. Su objetivo es insistir en la prevención de accidentes y enfermedades en el lugar de trabajo. La celebración nos ofrece la oportunidad de concienciar a la población sobre este gran problema que afecta a tantas personas y familias.

A la Iglesia le preocupa este asunto, como demuestran las manifestaciones de apoyo y de compromiso en este ámbito, surgidas en varias diócesis españolas. También se han dado iniciativas, en este sentido, en el seno de la Conferencia Episcopal Española (2).

II. La Salud Laboral. Una realidad dura, injusta y silenciada.

Durante 2022, en España, murieron más dos personas cada día a causa de la siniestralidad laboral, registrándose 1.196.425 accidentes, más de 3.277 diarios, y se dieron 22.589 casos de enfermedad relacionada con el trabajo (3).

No son números. Son personas

Tras las cifras, hay personas, con nombre y apellidos, que forman parte de una familia. Cada número nos habla de un proyecto de vida truncado, de personas desprotegidas que deben asumir las consecuencias de un accidente que les deja mermada su capacidad para ganarse la vida y, peor aún, nos habla de la cantidad de hombres y mujeres que, saliendo de casa a ganarse la vida, acaban encontrando la muerte en su lugar de trabajo.

Normalizamos lo que no puede ser normal.

En muchas ocasiones, las muertes en el trabajo son ignoradas, normalizadas e invisibilizadas. Este problema no aparece en nuestras conversaciones, ni en las noticias de los informativos. Vivimos de espaldas a una tragedia que tampoco está presente en las agendas políticas. Más aún, se tiende a percibir esta lacra como meros episodios individuales, que atañen sólo a quienes los sufren, achacando lo sucedido a la fatalidad o a la negligencia de los propios trabajadores.

Pero la falta de salud laboral tiene que ver mucho con la calidad del puesto de trabajo, con los ritmos de producción impuestos en él, con las condiciones objetivas del trabajo o con el incumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en las empresas. Se trata, en definitiva, de un problema social relacionado con profundas y permanentes carencias estructurales de nuestro mercado laboral, que reclama respuesta y soluciones concretas y eficaces, porque cada vida importa.

III. La vida: el más sagrado de nuestros bienes… también en el trabajo.

La vida humana (…) es realidad sagrada, que se nos confía para que la custodiemos con sentido de responsabilidad” (EV, 2) (4).

La persona, centro de las relaciones laborales.

El trabajo es una dimensión consustancial al ser humano. A través de él colaboramos con el Padre en su tarea de la Creación y, a la vez, vamos experimentando nuestro propio crecimiento personal (5). Como dice s. Juan Pablo II: “el primer fundamento del valor del trabajo es el hombre mismo, su sujeto (…) una consecuencia muy importante de naturaleza ética: es cierto que el hombre está destinado y llamado al trabajo; pero, ante todo, el trabajo está «en función del hombre» y no el hombre «en función del trabajo».” (LE, 6)

La economía, al servicio de la vida.

En nuestra sociedad, vivimos una situación de profunda injusticia estructural que consiste en dar a los bienes producidos más valor que a la persona que los hace posibles. De esta manera “el hombre es considerado como un instrumento de producción” (LE, 7), lo que supone la negación de nuestra dignidad como hijas e hijos de Dios al convertirnos en simple fuerza de trabajo, en instrumento del que obtener un beneficio económico.

El trabajo es para la vida.

Por ello, debemos hacer nuestro el lamento del mismo papa Francisco en la Nochebuena del 2021: “En el día de la Vida repitamos: ¡No más muertes en el Trabajo!” y, sobre todo, hagamos mandato de lo que dijo para terminar esa frase: “y esforcémonos por lograrlo”.

La Iglesia no puede por menos que implicarse: “El compromiso al servicio de la vida obliga a todos y cada uno. Es una responsabilidad propiamente eclesial, que exige la acción concertada y generosa de todos los miembros y de todas las estructuras de la comunidad cristiana” (EV, 79).

Si verdaderamente apostamos por la vida por la defensa de la salud y la seguridad laboral necesitamos, desde la cultura del cuidado, hacer frente al descarte de lo humano“Si el trabajo es una relación, entonces tiene que incorporar la dimensión del cuidado, porque ninguna relación puede sobrevivir sin cuidado (…) Un trabajo que cuida, contribuye a la restauración de la plena dignidad humana (…) Y en esta dimensión del cuidado entran, en primer lugar, los trabajadores (…) (6)”.

IV. “Esforcémonos por lograrlo”.

Para revertir esta situación de dolor y generar movimientos comprometidos en la defensa de la salud y la seguridad en el trabajo, debemos seguir el modelo del buen samaritano. En esta parábola encontramos la guía perfecta que nos orienta sobre cómo actuar ante la siniestralidad laboral y cómo implicarnos y comprometer a otras personas e instituciones:

  • Necesitamos fijarnos en la realidad para descubrir, visibilizar y denunciar situaciones de sufrimiento; para concienciar a la sociedad, combatir la indiferencia y poner a disposición de las víctimas los recursos necesarios.
  • En nuestra tarea de acompañar a las víctimas, acerquémonos a ellas, escuchémoslas, que nuestra presencia las reconforte y sientan que no están solas.
  • Colaboremos en el cambio de mentalidad porque estos “sucesos” no son fruto de la casualidad o de la mala suerte. Combatamos, también, la resignación, pues la inmensa mayoría de las enfermedades y accidentes son evitables, si se cumple la normativa.
  • Potenciemos el asociacionismo, pues el trabajo colectivo es necesario para impulsar políticas que hagan avanzar en este compromiso.
  • Invitamos a apoyar la labor que los sindicatos y organizaciones empresariales comprometidas llevan realizando a este respecto, defendiendo el derecho a unas condiciones sanas y seguras en el trabajo, fomentando la cultura preventiva y haciendo que se cumpla la normativa vigente.
  • Reclamamos a las administraciones públicas que velen por el cumplimiento de la legislación laboral, poniendo medios para que las víctimas y sus familias no tengan que sufrir otro calvario adicional ante los procesos burocráticos y jurídicos a fin de que  sea reconocida su condición de víctimas.
  • Favorezcamos el encuentro y el diálogo entre los agentes sociales con el objetivo de compartir recursos, encontrar vías de cooperación y dar una respuesta más ágil y cercana a las víctimas.
  • Como Iglesia, debemos promover la defensa de la vida en el trabajo, creando conciencia en nuestras comunidades eclesiales, implicándonos en la denuncia de esta injusticia y apoyando las iniciativas y campañas, como la que ya lleva a cabo Iglesia por el Trabajo Decente.

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+ Obispos de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social

Madrid, 28 de abril de 2023

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(1) Francisco, Homilía en la Misa del Gallo (24-XII-2021).

(2) LXXIV Asamblea Plenaria de la C.E.E, año 2000. Nota sobre la defensa y promoción de la vida en el trabajo, “La situación de la salud laboral urge a los cristianos a comprometerse activamente por un trabajo sin víctimas” p.1

(3) Datos provisionales publicados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social.

(4) Juan Pablo II, Carta encíclica Evangelium Vitae. En adelante EV.

(5) Cf. Juan Pablo II, Carta encíclica Laboren Exercens. En adelante LE

(6) Francisco, Videomensaje con motivo de la 109 reunión de la Conferencia Internacional del trabajo (Ginebra, 17-VI-2021).

 

Fuente: conferenciaepiscopal.es

El Papa a empresarios gallegos: Transformen con creatividad el rostro de la economía

 

La mañana del 17 de octubre, el Santo Padre recibió en audiencia a los miembros de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios y de la Confederación de Empresarios de Galicia. A ellos el Pontífice les anima a:

seguir transformando con creatividad el rostro de la economía, para que esté más atenta a los principios éticos y no se olvide de que su actividad está al servicio del ser humano, no sólo de unos pocos sino de todos, especialmente de los pobres. Además, es importante que tome conciencia de que no está por encima de la naturaleza, sino que tiene que cuidar de ella, pues de esto dependen las generaciones futuras. Está en vuestras manos cambiar esa tendencia de contaminación que está destruyendo todo”

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Una economía que ayude resolver las grandes problemáticas

En sus saludos a los miembros de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios y de la Confederación de Empresarios de Galicia, el Santo Padre les dijo que, su presencia aquí es un signo de esperanza. “Nos toca una época con notorios desequilibrios sea económicos y sociales. El Concilio Vaticano II ya había afirmado que «el lujo pulula junto a la miseria. Y mientras unos pocos disponen de un poder amplísimo de decisión, muchos carecen de toda iniciativa y de toda responsabilidad, viviendo con frecuencia en condiciones de vida y de trabajo indignas de la persona humana». En este contexto – indicó el Papa – es apremiante proponer una economía adecuada para contribuir a resolver las grandes problemáticas que vivimos a nivel mundial”.

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Sin profecía, la economía está ciega

A los empresarios españoles el Papa Francisco les dirigió tres ideas para su caminar como emprendedores. En primer lugar, el Pontífice indicó que, está la profecía. “En la Biblia el profeta es aquel que habla en nombre de Dios, que transmite su mensaje, y a través del cual favorece un cambio en su entorno”. En un contexto tan complejo como el actual, señaló el Papa, caracterizado por la guerra y la crisis ambiental, a ustedes les toca desarrollar su servicio, digamos, como profetas que anuncien y edifiquen la casa común, respetando todas las formas de vida, interesándose por el bien de todos y fomentando la paz. Sin profecía, la economía, y en general toda la acción humana, está ciega. Y hablando espontáneamente, el Pontífice advirtió a estar atentos a que la economía no se transforme en finanza, porque se vuelve líquido, gaseoso.

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Atención al cuidado de la relación con Dios

El segundo aspecto al que se refirió el Papa Francisco fue el del cuidado de la relación con Dios. Como la tierra, cuando es bien cultivada y cuidada, da abundantes frutos, así también nosotros, cuando cultivamos la salud espiritual, cuando tenemos una relación bien cuidada con el Señor, comenzamos a dar muchos frutos buenos. La heroicidad que el mundo necesita hoy por parte de ustedes, sólo puede ser sostenible si hay raíces fuertes. “La conversión económica – afirmó el Pontífice – será posible cuando vivamos una conversión del corazón; cuando seamos capaces de pensar más en los necesitados; cuando aprendamos a anteponer el bien común al bien individual; cuando entendamos que la carestía de amor y justicia en nuestras relaciones son consecuencia de un descuido de nuestra relación con el Creador, y esto repercute también en nuestra casa común”.

 

“Quizás sólo en ese momento, podremos dar marcha atrás a las acciones perjudiciales que están preparando un futuro triste para las nuevas generaciones. Recuerden que cultivar la relación con el Señor hace posible tener raíces fuertes que sostendrán los proyectos que deseen emprender

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Promover los valores del trabajo y la pobreza

Finalmente, el tercer pensamiento que el Santo Padre les compartió tiene que ver con el trabajo y la pobreza. De estos nos ha dado un importante testimonio san Francisco de Asís, que llevó adelante no sólo la restauración de la capilla de san Damián, sino que, sobre todo, contribuyó a restaurar la Iglesia de su tiempo. Concretamente, lo hizo con el amor que tuvo hacia los pobres y con su forma austera de vivir. “Con los valores del trabajo y la pobreza, que implican la confianza completa en Dios y no en las cosas, se puede crear una economía que reconcilie entre sí los miembros de las diversas etapas de producción, sin que se desprecien mutuamente, sin que se creen mayores injusticias o se viva una fría indiferencia”. Por otro lado, esto no quiere decir que se ame la miseria, la cual, por el contrario, tiene que ser combatida, y para ello ustedes tienen buenos instrumentos, como la posibilidad de crear empleos, y contribuir así a dignificar a sus prójimos.

 

“Por medio del trabajo, el Señor «levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre» (Sal 113,7). De manera que aquí tenemos un remedio para combatir la enfermedad de la miseria: el trabajo y el amor a los pobres”

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Cambiar esa tendencia de contaminación que destruye

Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco animó a los Empresarios españoles a cuidar la naturaleza, la casa común, sobre todo, pensando en generaciones futuras, y dijo que, “todavía está en nuestras manos cambiar esa tendencia de contaminación que está destruyendo todo”. Asimismo, el Papa encomendó a los Empresarios a la protección de la Virgen Santísima y de san José. “Ellos supieron cuidar de su familia y de su casa con corazón de padres. Que ellos intercedan por ustedes, para que el Señor les conceda también un amor maternal y paternal para cuidar de la familia humana y de la casa común”.

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Propuesta de viaje papal a Santiago

Tras la reunión con el Papa, ha comparecido ante la prensa Juan Manuel Vieites, presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG). La organización empresarial gallega está celebrando su 40 aniversario y ha dado las gracias al Papa «por la oportunidad que ha supuesto para el tejido productivo gallego la concesión de la prórroga del Año Santo».

«Este encuentro es para nosotros un momento importante en nuestra tarea de intentar crear riqueza y empleo en nuestros territorios», ha explicado Vieites en la plaza de San Pedro. «El Papa conoce muy bien las problemáticas de la economía social, los problemas de trabajadores y empresarios, las necesidades del mundo empresarial», ha asegurado.

 

 

Fuente: vaticannews.va;      Fotos: Vatican Media

 

Vídeo del Papa. Agosto 2022. Por los pequeños y medianos empresarios que invierten la vida generando bienestar, oportunidades y trabajo

Recemos para que los pequeños y medianos empresarios, duramente afectados por la crisis económica y social, encuentren los medios necesarios para continuar su actividad al servicio de las comunidades en las que viven.

Papa Francisco – Agosto 2022

 

El Papa destaca el “valor, esfuerzo y sacrificio” de los pequeños y medianos empresarios
que “invierten en la vida generando bienestar, oportunidades y trabajo”

 

El Vídeo del Papa comparte la intención de oración que Francisco confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa. Este mes de agosto el Papa ha querido agradecer la inmensa labor de los pequeños y medianos empresarioslos artesanos, “los de los comercios, los talleres, la limpieza, el transporte y tantos otros”; reconociendo su enorme sacrificio para encontrar una salida a esta crisis, para salvar su negocio y a sus empleados.

En su mensaje, el Santo Padre subraya el impacto negativo que tienen las crisis en las pequeñas y medianas empresas y ensalza la responsabilidad social de los pequeños y medianos empresarios.

Unámonos a su agradecimiento compartiendo este video.

 

 

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La crisis que vivimos

“Como consecuencia de la pandemia y las guerras, el mundo se enfrenta a una grave crisis socioeconómica”, dice el Papa y señala que los pequeños y medianos empresarios son unos de los principales afectados. Según datos del Banco Mundial de 2021, una de cada cuatro empresas perdió la mitad de su volumen de ventas a causa de la pandemia a nivel global. Además, las ayudas públicas son débiles precisamente donde más se necesitan: en los países pobres y para las pequeñas empresas.

En este sentido, el Papa Francisco elogia a los que “con valor, esfuerzo y sacrificio, invierten en la vida generando bienestar, oportunidades y trabajo”. Entre los pequeños y medianos empresarios están incluidos los que regentan un comercio, un restaurante o un taller. Pero también aquellos que se dedican a tareas de limpieza o transporte, los artesanos, entre tantos otros. Ellos son “los que no salen en las listas de los más ricos y poderosos y, a pesar de las dificultades, crean puestos de trabajo manteniendo su responsabilidad social”. .

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La crisis como una oportunidad para construir algo diferente

El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comentó a propósito de esta intención: “Las crisis que estamos viviendo, son -como dice el Papa- un ‘momento Noé’, una oportunidad para construir algo diferente. En este sentido son de gran importancia los pequeños y medianos empresarios, su fuerza creativa, su capacidad de aportar soluciones desde abajo. Sin ellos no hubiera sido posible atravesar la crisis del Covid y siguen siendo necesarios ahora. Por eso es importante rezar por ellos”.

 

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Fuente: thepopevideo.org

“Aunque perdamos clientes, hay cosas por las que una empresa cristiana no puede pasar”

Rafael Alcalde, emprendedor y empresario católico.

  • “Eso que tú vives se va transmitiendo, ves como alguno empieza ir a misa, otro entra en un grupo, los equipos van cambiando y se trabaja muy a gusto”

  • “Lo que nosotros vivimos el mundo lo desea”

  • “Aunque perdamos clientes, hay cosas por las que una empresa cristiana no puede pasar”

Rafael Alcalde está casado y tiene dos hijos. Asegura que su matrimonio es la primera vocación. Toda su vida ha evolucionado hacia la creatividad y el desarrollo software. Tiene claro que ser emprendedor le ayuda a vivir su fe, le permite la conciliación y le sirve para fiarse de Dios cada día.

 

 

¿Cuánto tiempo llevas dedicándote a tu profesión?

Toda mi vida he estado enfocado al desarrollo software. Siempre he participado en startups o he creado las mías. Esta es la tercera. He ido evolucionando poco a poco hacia la creatividad. Creo que el Señor pone en el corazón ciertos deseos y en mi caso he visto que me ha puesto las herramientas necesarias y a la gente adecuada en el camino.

¿En qué te ayuda ser emprendedor?

A mí me ayuda a vivir la fe, sobre todo porque hace que me tenga que fiar del Señor en todo momento. A mí también me ha permitido la conciliación, saber que tú tienes una misión pero que hay otro que te ayuda a conseguirlo, que te cuida en los momentos de dificultad y te impulsa a seguir adelante.

A veces no llegamos a todo, es evidente, pero ahí te abandonas en el Señor y te dejas llevar.

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¿Cómo es tu empresa ahora mismo?

Pues creo que es una empresa diferente, en la que se puede trabajar a gusto y en la que se va viendo la evolución de la gente. En la que sabemos que tenemos una misión y nos ayudamos entre todos. Creo que los empleados se sienten cuidados, que la empresa se preocupa por ellos. Que aunque seamos una startup muy molona y moderna, puedan sentir que va más allá, que somos un equipo.

Es un punto de encuentro, tenemos mucha relación y lo que tú vives se va transmitiendo. Ves cómo alguien que no creía en Dios empieza ir a misa, o que otro entra en un grupo, que empleados de diferentes movimientos se cuidan entre sí y comparten su fe.

¿Y cómo se lleva a una empresa la misión cristiana?

Pues lo primero es que el objetivo de la empresa sea compatible con el Evangelio. En nuestro caso la principal idea es preparar equipos que puedan desarrollar otras empresas tecnológicamente, esto permite que muchos profesionales que trabajaban por encargo y en cierto modo se sentían un poco “usados” puedan encontrar un ambiente de trabajo estable, que les cuida y les permite desarrollarse en otros aspectos de la vida.

También sabes que hay cosas por las que una empresa cristiana no puede pasar, nosotros eso lo tenemos muy claro. Aunque perdamos clientes hay cosas que no podemos hacer… y a lo mejor precisamente por esto hay otros clientes que ganamos.

 

También te puede interesar:  #HazMemoria #HMLaicos

 

 

 

Fuente: conferenciaepiscopal.es

Doce semanas para hacer Memoria: #HMTrabajo

 

La Iglesia comienza en este mes de abril su proyecto #HazMemoria. Durante doce semanas queremos traer a nuestra memoria lo que es la vida de la Iglesia en los más variados ámbitos de su trabajo diario: desde el anuncio del Evangelio a la actividad socio sanitaria, desde la acogida a los enfermos a la catequesis de niños y jóvenes, desde la celebración de la eucaristía a la compañía a presos o mujeres abandonadas.

Queremos dar a conocer el trabajo de centenares de miles de personas que, desde su compromiso cristiano, entregan lo que tienen para el bien de todos: su tiempo, sus capacidades, sus donativos, sus bienes,… incluso la vida entera. Somos conscientes, como dice el Papa, de que hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece, pero estamos seguros de que lo más valioso es el bosque crece, que da frutos, que lleva a cabo lo que se espera de él, en silencio, sin prisa pero sin pausa.

Cada semana recordamos lo que la Iglesia hace en relación a un campo concreto de su actividad y porqué lo hace. Ofrecemos tres testimonios de quienes llevan a cabo ese trabajo y quienes se benefician de él.

 

 

Esta semana #HMTrabajo

 

Hay muchas formas de entender el trabajo. Posiblemente tantas como personas. Como castigo, como fortuna, como oportunidad, como necesidad. Cada persona lo vive según su propia experiencia. En los últimos años, el trabajo se ha unido más a la expresión “modo de ganarse la vida” que a la idea de “camino para la realización personal”. Y en realidad es ambas cosas: el trabajo es, durante muchos años, el modo de ganarse la vida; pero siempre es el camino para la realización personal, para el desarrollo de la propia humanidad.

Esos trabajos que te hacen crecer como persona comienzan muchas veces en el hogar y no están vinculados a un salario sino estrictamente al bien común.Son los trabajos de los niños y los jóvenes: ordenar la habitación, hacer la cama, bajar la basura, comprar el pan,… Con ellos se hacen conscientes de que forman parte de una familia en lo que todos sirven a todos según sus posibilidades y según sus capacidades. En esos trabajos se aprenden virtudes humanas que servirán para siempre mejorando la vida propia y la ajena: generosidad, entrega, laboriosidad, orden, puntualidad,…

Quien aprende eso en la familia, estará después mejor dotado para el trabajo en beneficio de la comunidad. En muchos pueblos, con cierta regularidad, se convoca a los vecinos algunos días para trabajar en pequeñas obras locales o servicios puntuales que mejoran la vida de todos. En este servicio, también sin salario, la comunidad queda mejorada por los esfuerzos colectivos de quienes forman parte de ella.

 

 

Al mismo tiempo, la persona que se involucra en ese beneficio común, también recibe su parte: sale de sí mismo, amplía sus horizontes, suma esfuerzos, comparte objetivos, alcanza metas que por sí solo nunca habría alcanzado. Es lo mismo que se produce en los trabajos de voluntariado, trabajos profesionales y valiosos que se entregan gratuitamente para el bien de todos y de uno mismo. En muchos lugares, estos trabajos voluntarios sostienen la acción imprescindible de la sociedad y de la misma Iglesia. La vida de caridad, por ejemplo, tiene su fundamento en el tiempo y las capacidades de muchas personas que se entregan como expresión visible e imprescindible de su vida cristiana.

Estos trabajos, los que sirven a los más cercanos como la familia o los que ayudan a la sociedad a la que se pertenece, no están vinculados ni a la edad ni al salario.Siempre son posibles y necesarios y descubren la verdad profunda del trabajo: que el trabajo humaniza, ayuda a construir la propia humanidad del que trabaja y de aquellos hacia los que orienta su trabajo.Da igual la edad, da igual el contenido, da igual el modo, el trabajo humaniza y por eso, desde el Génesis se afirma que el hombre está en el Paraíso para el trabajo propio del jardín del Edén, para cultivarlo y cuidarlo, para trabajarlo.

Durante una parte importante de la vida, el trabajo va unido a un salario que permite sacar adelante la propia vida, la familia y la sociedad. En ocasiones ese trabajo no satisface las propias expectativas pero siempre debe cumplir al menos dos objetivos: poder obtener los recursos necesarios para vivir y mejorar la sociedad en la que se realiza.

 

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Noticia extraída de www.conferenciaepiscopal.es