Nota de la Comisión Ejecutiva de la CEE ante el inicio de la salida del confinamiento

 

 

La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española quiere expresar al Pueblo de Dios y a toda la sociedad española:

1. Nos alegra y damos gracias a Dios, de que la enfermedad vaya siendo controlada y pueda iniciarse, aún con reservas y precauciones, la recuperación de las actividades habituales de nuestra vida común. Tras este tiempo de dolor y sufrimiento a causa del fallecimiento de seres queridos y de los graves problemas sanitarios, sociales, económicos y laborales, hemos de afrontar esta situación con esperanza, fomentando la comunión y sintiéndonos llamados a ejercer la caridad personal, política y social.

2. Compartimos el dolor de miles de familias ante los fallecimientos causados por esta pandemia. Hemos orado por su eterno descanso y por el consuelo de familiares y amigos; queremos expresar nuestro deseo de celebrar en las próximas semanas las exequias con quienes lo soliciten en cada parroquia, y, más adelante, en una celebración diocesana para manifestar la esperanza que nos ofrece el Resucitado.

3. Agradecemos de nuevo el trabajo realizado con generosa entrega por tantas personas de los servicios sanitarios y de numerosas actividades que hacen posible la vida cotidiana en nuestra sociedad. De forma especial, reconocemos la disponibilidad y el servicio de los sacerdotes, consagrados y laicos en estas semanas.

4. Continuaremos impulsando con las personas que se ven afectadas por la crisis económica y social, el trabajo de Cáritas y de otras instituciones eclesiales para paliar estas consecuencias de la pandemia. Ofrecemos los principios de la Doctrina Social de la Iglesia y la acción de los católicos en la reconstrucción de la vida social y económica, siguiendo el “plan para resucitar” del papa Francisco.

5. Después de semanas sin expresar comunitariamente nuestra fe en templos y locales parroquiales, queremos recuperar progresivamente la normalidad de la vida eclesial. En esta fase de transición, mantenemos la propuesta de dispensar del precepto de participar en la Misa dominical y sugerimos a personas de riesgo, mayores y enfermos, que consideren la posibilidad de quedarse en casa y sigan las celebraciones por los medios de comunicación. Pedimos a los sacerdotes y colaboradores que hagan un esfuerzo por facilitar la celebración y la oración, cuidando las medidas organizativas e higiénicas. Las personas que acudan a la iglesia para las celebraciones o para oración personal, deben hacerlo siguiendo las pautas y recomendaciones que unimos a esta nota, siempre a expensas de las normas de las autoridades sanitarias.

6. Instamos a las autoridades de las diversas administraciones públicas, a los partidos políticos y organizaciones empresariales y sindicales, a otras asociaciones e instituciones, así como a todos los ciudadanos, al acuerdo y colaboración en favor del bien común. Todos estamos llamados a ser responsables en la convivencia para evitar en lo posible la expansión de la enfermedad y ayudar a los pobres y a quienes más padezcan las consecuencias de esta pandemia.

7. Nos unimos en la oración común que afianza la fraternidad, suplicamos la gracia del Señor y la luz del Espíritu Santo para discernir lo que Dios nos quiere decir en esta circunstancia; pedimos especialmente por los investigadores a fin de que alcancen un remedio a la pandemia. Nos ponemos bajo la  protección materna de la Inmaculada patrona de España.

Madrid, 29 de abril de 2020

MEDIDAS DE PREVENCIÓN PARA LA CELEBRACIÓN DEL CULTO PÚBLICO EN LOS TEMPLOS CATÓLICOS DURANTE LA DESESCALADA DE LAS MEDIDAS RESTRICTIVAS EN TIEMPO DE PANDEMIA

El coronavirus continúa propagándose por España. Dada la grave responsabilidad que supone, para todos, prevenir el contagio de la enfermedad, proponemos estas disposiciones, aconsejando máxima prudencia en su aplicación que cada Diócesis habrá de concretar. Será necesaria una evaluación continuada que permita valorar su puesta en práctica y modificación en las situaciones que sea necesario, teniendo en cuenta lo que la autoridad sanitaria disponga en cada momento.

1. Fases de aplicación

Fase 0: Mantenemos la situación actual. Culto sin pueblo. Atención religiosa personalizada poniendo atención especial a los que han perdido a seres queridos. Preparamos en cada diócesis y parroquias las fases siguientes.

Fase 1: Se permite la asistencia grupal, pero no masiva, a los templos sin superar el tercio del aforo, con eucaristías dominicales y diarias. Quizá con preferencia al acompañamiento de las familias en su duelo.

Fase 2: Restablecimiento de los servicios ordinarios y grupales de la acción pastoral con los criterios organizativos y sanitarios –mitad del aforo, higiene, distancia– y medidas que se refieren a continuación.

Fase 3: Vida pastoral ordinaria  que tenga en cuenta las medidas necesarias hasta que haya una solución médica a la enfermedad.

2. Disposiciones de carácter general

  1. Ante esta circunstancia, prorrogamos la dispensa del precepto dominical, invitando a la lectura de la Palabra de Dios y a la oración en las casas, pudiendo beneficiarse de la retransmisión a través de los medios de comunicación para quien no pueda acudir al templo. También, se invita las personas mayores, enfermas o en situación de riesgo a que valoren  la conveniencia de no salir de sus domicilios.
  2. Se establece el aforo máximo de los templos (1/3 en la primera fase y 1/2 en la segunda) y respetar la distancia de seguridad.
  3. En las Eucaristías dominicales, allí donde sea necesario y posible, procurar aumentar el número de celebraciones cuando haya mayor afluencia de fieles, a fin de descongestionar los templos.
  4. Se recomienda que los fieles hagan uso de mascarilla con carácter general
  5. Las pilas de agua bendita continuarán vacías.
  6. Las puertas de las iglesias se mantendrán abiertas a la entrada y salida de las celebraciones para no tener que tocar manillas o pomos.

3. A la entrada de la celebración

  1. Organizar, con personas responsables, la apertura y cierre las puertas de entrada al templo,ladistribución los fieles en el templo, el acceso a la hora de comulgar y  la salida de la iglesia al finalizar, respetando la distancia de seguridad
  2. Ofrecer gel hidroalcohólico o algún desinfectante similar, a la entrada y salida de la iglesia.

4. A tener en cuenta durante la liturgia

  1. Evitar los coros en la parroquia: se recomienda mantener un solo cantor o algunas voces individuales y algún instrumento. No habrá hoja de cantos ni se distribuirán pliegos con las lecturas o cualquier otro objeto o papel.
  2. El cestillo de la colecta no se pasará durante el ofertorio, sino que el servicio de orden lo ofrecerá a la salida de la misa, siguiendo los criterios de seguridad señalados.
  3. El cáliz, la patena y los copones, estarán cubiertos con  la “palia” durante la plegaria eucarística.
  4. El sacerdote celebrante desinfectará sus manos al empezar el canon de la misa, y los demás ministros de la comunión antes de distribuirla.
  5. El saludo de la paz, que es facultativo, se podrá sustituir por un gesto evitando el contacto directo.
  6. El diálogo individual de la comunión (“El Cuerpo de Cristo”. “Amén”), se pronunciará de forma colectiva después de la respuesta “Señor no soy digno…”, distribuyéndose la Eucaristía en silencio.
  7. En el caso de que el sacerdote fuera mayor, establecer ministros extraordinarios de la Eucaristía para distribuir la comunión.

5. A la salida de la celebración

  1. Establecer la salida ordenada de la iglesia evitando agrupaciones de personas en la puerta.
  2. Desinfección continua del templo, bancos, objetos litúrgicos, etc.

6. Otras celebraciones

  1. La celebración del Sacramento de la reconciliación y los momentos de escucha de los fieles: además de las medidas generales, se ha de escoger un espacio amplio, mantener la distancia social asegurando la confidencialidad. Tanto el fiel como el confesor deberán llevar mascarilla. Al acabar, se aconseja reiterar la higiene de manos y la limpieza de las superficies.
  2. Bautismo: Rito breve. En la administración del agua bautismal, hágase desde un recipiente al que no retorne el agua utilizada, evitando cualquier tipo de contacto entre los bautizandos. En las unciones se puede utilizar un algodón o bastoncillo de un solo uso, incinerándose al terminar la celebración.
  3. Confirmación:   En la crismación se puede utilizar un algodón o bastoncillo, como se ha indicado en el caso del bautismo. Obsérvese la higiene de manos entre cada contacto, cuando haya varios confirmandos.
  4. Matrimonio: Los anillos, arras, etc., deberán ser manipulados exclusivamente por los contrayentes. Manténganse la debida prudencia en la firma de los contrayentes y los testigos, así como en la entrega de la documentación correspondiente.
  5. Unción de enfermos: Rito breve. En la administración de los óleos puede utilizarse un algodón o bastoncillo como se ha indicado anteriormente. Los sacerdotes muy mayores o enfermos no deberían administrar este sacramento a personas que están infectadas por coronavirus. En todo caso, obsérvense las indicaciones de protección indicadas por las autoridades sanitarias correspondientes.
  6. Exequias de difuntos: Los funerales y las exequias seguirán los mismos criterios de la misa dominical. Aunque sea difícil en esos momentos de dolor, insistir en evitar los gestos de afecto que implican contacto personal y la importancia de mantener distancia de seguridad.

7. Visitas a la Iglesia para la oración o adoración del Santísimo

  1. Seguir las pautas generales ofrecidas, evitando la concentración y señalando los lugares para la oración y la adoración
  2. No permitir visitas turísticas en la fases 1 y 2 de la desescalada.

8. Utilización de dependencias parroquiales para reuniones o sesiones formativas

  1. En la segunda fase las reuniones en dependencias parroquiales seguirán las pautas utilizadas para las reuniones culturales previstas por el ministerio de sanidad que consiste en un máximo de 1/3 de aforo en lugares cuyo aforo habitual es de 50 personas, respetando la distancia de seguridad y la utilización de mascarillas.
  2. En la tercera fase el aforo pasa a ser de 1/2 en lugares de un aforo habitual de 50 personas y de 1/3 en lugares de un aforo habitual de 80 personas en las mismas condiciones de distancia y utilización de mascarillas.

9. Propuesta de inicio de puesta en marcha de estas medidas

Según las indicaciones recibidas, se comenzará la aplicación de estas medidas desde el lunes 11 de mayo, para que en las celebraciones del domingo 17 de mayo, tengamos una evaluación y una experiencia suficiente de los días anteriores.

 

Noticia extraida de www.conferenciaepiscolarespañola.es

 

La experiencia de una parroquia en el «Día internacional del libro»

 

LECTURA DE LA BIBLIA «ON LINE» POR VIDEOCONFERENCIA

 

El pasado jueves día 23 fue el “Día internacional del libro” por lo que surgieron distintas iniciativas en las redes sociales, para la lectura “on line” por parte de voluntarios, de libros importantes como por ejemplo El Quijote. Aprovechando la ocasión, Antonio López (responsable del grupo de Liturgia de la parroquia), anunció ese mismo día por los distintos grupos de WhatsApp de la parroquia que, de 17.00h a 18.00h, todo aquél que quisiera participar en la lectura de la Sagrada Biblia, lo podría hacer por medio de la aplicación JisticMeet y con el enlace SantamaríalecturaBiblia. Aunque la convocatoria se hizo con poco tiempo de margen, lo cierto es que a las 17.00h estábamos conectadas y dispuestas seis personas: Pilar, Reme, Paola, Saly, Antonio y Gabriel.

Leímos por turnos los 12 primeros capítulos del Génesis, que relatan la Creación, el pecado original, los descendientes de Adán y Eva, Noé y el diluvio universal, etc. Fue una experiencia muy gratificante que contribuye además a que en estos momentos de confinamiento nos podamos ver, apoyar, rezar juntos y animarnos unos a otros. Hemos decidido por tanto que este tiempo de lectura va a seguir en las próximas semanas los jueves a la misma hora. Estará abierto a todas las personas que puedan, por lo que podemos invitar a amigas y amigos para que se animen,

“Porque donde están dos o tres reunidos en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos” (Mt 18,20)

Gabriel Bravo

 


 

Desde pequeña, mi profesora Delia nos leía la Biblia, todos los viernes,… Solo en la clase de los mayores ( yo me sentía una privilegiada) por este hecho, pues además de aprender a escribir, leer y multiplicar, nos leían un libro fantástico que nos hablaba de un Dios bueno que nos ama….Tengo que reconocer que era el único día de la semana, en que me sentaba en la primera fila, y además estaba muy atenta (cosa rara en mi)… La directora se reía, ya está Paola en primera fila, se nota que toca Biblia… Parezco así dicho una niña repelente y chapona, que nunca lo fui, más bien de esas listas pero vagas, que se sientan en la última fila que es más guay…

Después de esta etapa, vino la adolescencia… en la cual dejé la biblia para mejor ocasión…
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Pero esa ocasión llegó, tenía 20 años cuando murió mi madre, y en vista de que en el pueblo la iglesia siempre estaba cerrada, me decidí a comprarme mi Biblia, y empecé a leerla, claro… En la palabra de Dios encontré el consuelo, esperanza, guía y la luz de mi vida, así como el sustento de mi fe. Recuerdo cuanto me sorprendió las palabras de San Juan: «Dios es Amor» (1Jn 4. 8)…. Fue todo un descubrimiento, una alegría inmensa, si Dios es Amor, yo estoy en las mejores manos!!!
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Así que os podéis imaginar, mi alegría cuando Antonio propuso la lectura de la Biblia, empezando por el Génesis, como yo siempre quise hacer pero no tenía el suficiente coraje…. Así que sin dudarlo me apunte, y… si, como decía Gabriel, leímos 12 capítulos, 2 cada uno, intercalados, que se hicieron muy amenos, tanto que el tiempo paso volando, así que espero poder continuar, y así un día llegar a leer la Palabra de Dios, de Pe a Pa…… Y hacer mi sueño realidad!!!
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A los que puedan hacerlo les animo… Les va a encantar la experiencia!!!
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Paola Menéndez
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Experiencia de Gabriel Bravo y Paola Menéndez

Parroquia de Santa María la mayor de Pontevedra

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Carta pastoral del arzobispo a todos los diocesanos

El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, ha dado a conocer una carta pastoral, en la que bajo el título de “La pastoral del día después”, anima a todos los diocesanos a recuperar el ritmo de la vida eclesial una vez que se haya superado el estado de alarma.

 

En la festividad de San Marcos. Abril 2020

La pastoral del “día después”

Queridos sacerdotes, diáconos, miembros de Vida Consagrada y laicos:

Poco a poco, y Dios quiera que cuanto antes, nos vamos acercando a ese día después de la situación que estamos viviendo con motivo de la pandemia del coronavirus. La programación pastoral que pensábamos realizar en el comienzo de la Cuaresma hemos tenido que realizarla de otra manera distinta a cómo habíamos pensado.Posiblemente las orientaciones de las autoridades sanitarias cuando sea posible afrontar una determinada normalidad, nos van a condicionar en relación con los hábitos y costumbres que formaban parte de nuestra vida hasta ahora. En este tiempo la familia ha redescubierto y vivido su condición de iglesia doméstica. Pero sentimos ya la necesidad de celebrar fraternal y comunitariamente nuestra fe día a día y sobre todo en el Domingo, día del Señor. Agradecemos las posibilidades que nos han ofrecido los medios telemáticos pero hemos echado en falta las presencias personales.

Momento de transformar

En estos momentos está condicionando el futuro la idea de suspender y trasladar:muchos acontecimientos de tipo pastoral, cultural, social, y deportivo, algunosse suspenden y otros se trasladana nuevas fechas. Nuestra preocupación pastoral debe ser transformarcon creatividad la nueva realidad que va a tocar vivir conforme al espíritu del libro del Apocalipsis. Nos preguntamos ¿qué nos dice el Señor del tiempo y de la historia, el Alfa y el Omega, a la Iglesia que peregrina en Santiago de Compostela en esta tribulación?[1]También como al evangelista San Juan se nos responde hoy: “No temas; yo soy el Primero y el Último, el Viviente; estuve muerto, pero ya ves: vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la muerte y del abismo” (Apoc 1,17-18). “Mira, hago nuevas todas las cosas… Estas palabras son fieles y verdaderas” (Apoc 21,5). A la luz de las Escrituras hemos de interpretar lo acontecido como Jesús les hizo caer en la cuenta a los discípulos de Emaús. La Iglesia como un río ha seguido discurriendo y reflejando nuestras caras de asombro en sus aguas mientras seguía su curso. Nos dejaba el mensaje de que el contenido de vida cristiana se fundamenta en conocer a Cristo, en vivir la eucaristía, en compartir la propia existencia con los demás y en asumir la acción misionera (cf. Hech 2,42-47). Ahora es necesario retomar las catequesis, preparar la celebración de los sacramentos: bautizos, primeras comuniones, confirmaciones, matrimonios, ordenaciones sacerdotales, confesiones, unciones de los enfermos,y recordar en la eucaristía con los familiares a los fallecidos, no olvidando el compromiso caritativo y social. Es la Iglesia humilde y cercana a la condición humana y espiritual del hombre, y portadora de salvación y de esperanza.

Fortalecer las raíces

En la reflexión de nuestro peregrinar por este largo desierto del confinamiento hemos considerado posiblemente que es necesario volver al hecho cristiano fundamental, identificándonos con la persona y la historia de Jesús, y dando testimonio de que el cristianismo es un modo fascinante de vivir la propia humanidad a la hora de dar sentido a la existencia. La enseñanza de los apóstoles, garantes del testimonio de toda la Iglesia, es vivir en espíritu de comunión que se explicita en la unión interna de los corazones manifestada en la unidad, en un mismo ánimo, en compartir los bienes y en la oraciónya sea comunitaria o privada, de súplica, de alabanza, o de acción de gracias.

La Iglesia ha de estar atenta a cuanto se mueve en la sociedad civil yésta debe considerar la propuesta eclesialdemostrándose que cuando se converge en la dignidad y en la realización integral de la persona las características propias de cada institución siempre son complementarias y compatibles. El sentir religioso no desaparecerá jamás porque no se puede eliminar del corazón del hombre la promesa sobre el significado  de la propia vida que siempre bordea el misterio. Nos da confianza en medio de todo saber que el destino de la Iglesia no depende de nosotros y que nosotros dependemos de Cristo: “Sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15,5). San Pablo dirá: “Todo lo puedo en Aquel  que me conforta” (Fil 4,13). El fruto no está nunca en nuestras manos. En la misión no va incluido el éxito pero esta certeza no ha de llevarnos ni a la indiferencia, ni a la pasividad ni a ser prisioneros de los propios proyectos. “No tenemos excusa para no dar frutos de santidad que den gloria a Dios”. La realidad siempre es más grande que nuestros esquemas. La vida misma es vocación que debe ser vivida siempre con esperanza cristiana.Es momento de estar con las lámparas encendidas (cf. Lc 12,35). Una Iglesia así interpelará proféticamente y nunca defraudará. “La gracia del Señor Jesús esté con todos” (Apoc 22,21).

Unidos en la oración, también en nombre del Sr. Obispo Auxiliar, os saluda con afecto y bendice en el Señor.

+Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela

 

[1] Cf. Capítulos 2 y 3, 21 y 22 del Libro del Apocalipsis.

 

Carta Pastoral extraida de www.archicompostela.es

 

 

El testimonio de Ana…

Este sábado he tenido que salir a comprar a una tienda del centro de Pontevedra bastante alejada de mi calle. Ya sé que nos recomiendan comprar en tiendas próximas a nuestras viviendas pero lo que tenía que comprar era algo específico que sólo podía encontrar allí. Cuando salí de casa camino a la tienda iba mirando para todos los lados disfrutando de la paz que se respiraba, del silencio, de la tranquilidad…podía pararme a ver todo lo que me rodeaba sin interrupciones de ningún tipo, sin movimientos por todos lados, sin ruidos de coches, sin voces  hablando a gritos por el móvil y pensaba que un poco de tranquilidad en las calles no estaba nada mal. Y ahí di de lleno con el matiz, «un poco» porque una vez que venía de regreso con mi compra la sensación fue bien distinta. Estaba pasando por zonas en las que habitualmente había un trajín de gente por ser muy céntricas y sin embargo esta vez no había nadie, no había nada, el silencio era absoluto, la quietud total. Estando ya cerca de mi casa entré en una calle en la que me invadió una sensación muy extraña y angustiosa. Miraba hacia adelante y no había nada, un silencio como de desierto o incluso peor pues ni siquiera se oía el aire al moverse, había como un vacío total. Miraba hacia los lados y más de lo mismo, nada. Alcé la mirada hacia arriba porque pensé que quizá estaría alguien mirando por la ventana pero no había nadie. Allí parada recorrí  con la vista todo lo que me rodeaba y nada de nada. A medida que fui avanzando por la calle me iba invadiendo una sensación inquietante, me sentía la única persona del planeta, era como si la humanidad hubiera sido aniquilada y empezó a entrarme algo de miedo, más bien pánico y apuré el paso hasta llegar a mi calle en donde, al menos, había alguna persona eso sí pocas, en el más absoluto silencio y colocadas en fila a una distancia prudencial esperando para entrar al supermercado. Me paré a observar la escena y mi estado no mejoró. Ahora era una profunda tristeza lo que sentía. Las personas más que humanas parecían autómatas, no hablaban entre ellas y prácticamente ni se miraban… Me pregunté ¿Qué nos está pasando?…¿ Nos hemos olvidado de quienes somos?..¿ Nos hemos convertido en una especie de robots?.

Pasé todo el día con «mal cuerpo» primero porque no entendía por qué recorriendo el mismo trayecto,  la sensación del camino de ida a la tienda fue una y a la vuelta la contraria y lo que es peor no conseguía entender cómo esta pandemia nos estaba transformando de ser seres altamente sociables a convertirnos en una especie de islas humanas. Es cierto que debemos mantenernos a distancia unos de otros, pero ¿ desde cuándo eso nos ha impedido hablar? Ahora parece que nos miramos con cierto recelo, como si el otro fuera un apestado y pudiera contagiarnos sólo con mirarnos, porque ni a la cara nos miramos.

Fue uno de los días más tristes que recuerdo.

Por la noche, en las noticias, el presidente del gobierno anunciaba que se empezaban a relajar un poco las medidas de este confinamiento y no solo  los niños podrían salir a pasear, en una semana también podríamos salir los mayores. Esta noticia me hizo mucha ilusión porque después de la experiencia vivida esa mañana entendía que esta situación de encierro empezaba a hacer mella en mi ánimo pero, al mismo tiempo sentía cierta preocupación por cómo íbamos a reaccionar en esa primera salida. Igual algunas personas decidían no salir por miedo al contagio o si decidían salir lo harían con tanto miedo que le impediría disfrutar de ese momento. Quizá vayamos huyendo unos de otros y ese control por mantener las distancias genere más estrés que alegría… Yo que sé. Me acosté con toda esta mezcla de extrañas sensaciones.

Pero Dios es Grande, muy Grande y esta mañana me ha permitido vivir una escena maravillosa que ha borrado de un plumazo mi agobio. Estaba haciendo cosas por casa y, de repente, oí unos gritos infantiles. Era bien temprano y hacía tanto tiempo que no se oían voces de niño en la calle que salí corriendo a la ventana. Había un niño en la acera mirando hacia arriba y gritando.
¡Abuelo, abuelo, sal que estoy aquí!

De repente vi abrirse una ventana  y la cabeza de un señor mayor que se asomaba con una enorme sonrisa.  ¡Que diferente esta escena a la de ayer! No había ni un ápice de tristeza, miedo o preocupación sólo había alegría y felicidad. Se produjo un maravilloso diálogo entre ellos de amor y esperanza a pesar de que les separaba más distancia del ya conocido metro y medio y hubo muchos, muchos besos lanzados al aire.

Fue un momento de mucha emoción que agradecí a Dios  y que yo viví como la respuesta del Señor a mi angustia, a mi preocupación, porque el Señor es así, se comunica todos los días con nosotros, a través de personas, de gestos, de situaciones, de la misma naturaleza…en todo hay signos de Su presencia y en nuestras manos está aprender a reconocerlos.

Hoy Jesús me tranquilizó y me enseña que debemos ser como ese niño  y mostrar nuestra alegría, nuestra emoción y nuestros deseos de volver a recuperar nuestra esencia de seres sociales y necesitados de comunicarnos, de relacionarnos sin miedo y aunque los gestos físicos de cariño tendrán que esperar un poco, para eso están los besos lanzados al aire.

¡ Sed como niños ! ….. ¡Que razón tienes Maestro!

Testimonio de Ana Penas Balchada

 

 

 

 

 

 

 

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Manifiesto de la iniciativa «Iglesia por el Trabajo Decente» de la diócesis de Santiago en torno al 1 de mayo

Con motivo del Dia Internacional del Trabajo, 1 mayo, desde la iniciativa «Iglesia por el Trabajo Decente» de la diócesis de Santiago nos emiten el siguiente manifiesto:

 

MANIFESTO ANTE O PRIMEIRO DE MAIO


Ante o 1º de Maio de 2020, Día Internacional do Traballo, extraordinariamente marcado pola crise da pandemia, as organizacións promotoras da iniciativa Igrexa polo Traballo Decente (ITD) unimos as nosas voces e forzas, nesta celebración do traballo e de san Xosé obreiro, para reafirmar que o traballo é para a vida, que debe garantirse unhas condicións laborais que protexan a integridade física e psíquica da persoa, e favoreza a súa protección social, esenciais para unha vida digna.

Non nos cabe dúbida de que a crise laboral e económica provocada pola pandemia da COVID-19, tivese un menor impacto, sen a indecente precariedade laboral, ese “virus” que caracteriza o sistema de relacións laborais, que lesiona os dereitos das persoas traballadoras e das súas familias; se a sanidade e o conxunto de políticas sociais contasen cos recursos que necesitan e que foron recortados como consecuencia da anterior crise financeira.

Os empregos máis precarizados, como son os de persoas traballadoras do fogar e de coidados, da agricultura, de establecementos de alimentación ou repartidoras, que ata o momento estiveron invisibilizados e non tiveron un xusto recoñecemento laboral e social, son os que neste momento de crise sanitaria, que supón a paralización do sistema produtivo e económico, «descubríronse» como esenciais para a sustentabilidade da vida, para garantir o benestar de todas as persoas e que non nos falten alimentos e coidados durante o período de corentena. Pero continúan exercendo as súas funcións en condicións precarias e na maioría dos casos sen a protección adecuada. Amplificamos o noso aplauso, tamén para estas realidades.

«Paréceme totalmente inxusto non ter dereito ao paro, non nos tratan como a un asalariado máis… No momento en que cotizas e traballas deberías ter os mesmos dereitos, non? Isto significa non valorar ese traballo ou valoralo menos, non ten sentido. Nunha empresa de limpeza na que se limpan edificios si que cotizas para a prestación por desemprego, entón non entendo porque unha empregada do fogar non pode cotizar no mesmo réxime.» Consuelo, empregada de fogar en Pontevedra.

A iso únense o drama do desemprego rexistrado, que, xunto ao estrutural, son a punta do iceberg dunha crise do emprego moito maior; que non computa os traballos non recoñecidos, nin o emprego suspendido por expedientes de regulación temporal. O emprego que en primeiro lugar destruíuse é o máis débil, o que carece de redes de protección social. Por iso, a todas as persoas que verán reducidos os seus ingresos, mesmo ata límites que non garantan o mínimo para vivir dignamente, súmanse as que non contan con ningún tipo de protección.

Facemos un chamamento para que se articulen e impulsen todas as medidas necesarias evitando que isto volva pasar, e para apoiar e coidar ás persoas máis afectadas, especialmente a quen está na rúa, sen teito e as que nunca reúnen os requisitos para percibir algunha renda mínima. ITD, constituída por institucións que acompañan ás vítimas da precariedade, esiximos construír unha rede de protección social para quen perdeu emprego, salario e dereitos, para que ninguén quede atrás.

Necesitamos superar formulacións individualistas e comprometernos solidariamente coa comunidade e o ben común. Valoramos o compromiso da cidadanía e o de tantas empresas, e subliñamos que son as Administracións Públicas as garantes últimas do ben común da nosa sociedade.

Desde estas constatacións, reclamamos:

  • O recoñecemento dun ingreso mínimo garantido nun programa articulado que integre as políticas sociais en España.
  • O dereito á prestación por desemprego para as persoas empregadas de fogar, así como o recoñecemento social do traballo de fogar e de coidados.
  • A regularización extraordinaria e urxente dos traballadores e as traballadoras “sen papeis” e descartados dos dereitos de cidadanía.
  • Un pacto de Estado, entre toda a sociedade e as súas institucións que, entre outras cuestións, aposte pola centralidade da persoa e o traballo decente, pedra angular sobre o que se sostén todo o demais.
  • O fortalecemento do alicerce dos dereitos sociais en Europa.

Como entidades da Igrexa sensibles e comprometidas coa realidade no mundo obreiro e do traballo, neste 1º de Maio e de san Xosé obreiro convidamos as comunidades cristiás a unirnos, desde a distancia físicaobrigatoria, desde as nosas casas, na celebración e a oración. Convidámosvos a participar con creatividade naquelas accións que poidan facer visible a necesidade dun traballo decente acorde coa dignidade humana.

 

 

Se puede descargar el documento en pdf pinchando aquí

 

La familia de Talleres de Oración y Vida te invitan a un programa de Retiros Espirituales Virtuales

Tienes una INVITACIÓN de TALLERES DE ORACIÓN ?? Y ❤️ VIDA:

 

La familia TOV, Talleres de Oración y Vida, vamos a iniciar un programa de Retiros Espirituales Virtuales, con el objetivo de ayudar, en estos tiempos de confinamiento por la Pandemia, a profundizar la relación personal con Dios de cada participante.

Está dirigido a:

  • Cualquier persona, sin tomar en cuenta credo o religión, interesada en profundizar su relación personal con Dios.

Iniciaremos con el Retiro «TRANSFIGURACIÓN».

  • Fecha: sábado 25 de abril hasta martes 28, con duración de una hora y media por sesión, que cada uno podrá vivir en el horario que más le convenga.
  • Puede realizarse individual ¡pero sería ideal vivirlo en familia!

Abre este enlace para unirte a mi grupo de WhatsApp: https://chat.whatsapp.com/K6JuP21ddqYDu7YUMe6nn9 o al Canal de telegram https://t.me/tovpil.

Si algún grupo se encontrase completo envíanos un correo electrónico a tovespana@pm.me para que te asignemos otro, por favor.

 

 

El arzobispo llama a la generosidad de los diocesanos para un compromiso económico que permita mantener la acción caritativa y social de la Iglesia

  • El arzobispo expresa su preocupación por la situación de “muchas personas” que acuden a  Cáritas y por los efectos de la crisis que se avecina en los más vulnerables

El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, pide a la Diócesis en general y a cada diocesano en particular, un especial esfuerzo de solidaridad y compromiso económico para que la iglesia, a través de sus instituciones de acción caritativa y social, puedan afrontar el reto de la crisis que se avecina. “Son momentos”, explica monseñor Barrio en un carta pastoral, “en los que debe prevalecer la generosidad, asumiendo la corresponsabilidad en el sostenimiento de la Iglesia y en la solidaridad con los pobres de cerca y de lejos. Mirar a los demás con los ojos del corazón es tratar de que nadie se quede atrás. En este sentido os hago una llamada a todos los diocesanos, también a las personas de buena voluntad, pidiéndoos vuestra colaboración económica en la forma en que creáis más oportuna y podáis hacerlo”.

La preocupación de la Iglesia diocesana por las consecuencias económicas y sociales derivadas de la crisis sanitaria del COVID 19 se manifiesta en las palabras del arzobispo: “No son momentos fáciles los que se nos avecinan también desde el punto de vista económico. Ya están llamando a las puertas familias y personas que se sienten agobiadas económicamente. La crisis la estamos percibiendo”, indica monseñor Barrio.

El arzobispo, tras expresar su dolor por los fallecidos, su cercanía a las familias de las víctimas del coronavirus y compartiendo el sufrimiento por no haber podido despedir, “como sentíamos la necesidad de hacerlo”, a los difuntos, explica que “vemos ya que nuestras Cáritas están sobrepasadas por las muchas personas que han de ser atendidas”, al tiempo que recuerda que “los ingresos en las parroquias en esta temporada no es que hayan descendido, sino que no los ha habido”.

Monseñor Barrio explica que “el cauce de esa posible aportación podría ser a través de la parroquia o de la Administración diocesana en nº de cuenta: ES25 2080  5155 9730 4006 2341 de ABANCA, o en el portal www.donoamiiglesia.es tratando de aliviar las consecuencias generadas por la pandemia. Esta es mi propuesta y petición que dejo a vuestra generosa consideración”.

 

Fuente: www.archicompostela.es