Entrevista con Javier Porro Martínez, nuevo Vicario Episcopal de Pastoral de la Diócesis de Santiago
El pasado lunes 4 de septiembre, el Arzobispo de Santiago de Compostela, Mons. Francisco José Prieto Fernández, ha hecho públicos los nombramientos de los nuevos Vicarios Episcopales de la Diócesis de Santiago de Compostela. Uno de ellos, Javier Porro Martínez, será Vicario Episcopal de Pastoral. Tomará posesión de su cargo el próximo jueves en la Curia del Arzobispado de Santiago de Compostela.
Rostro conocido en la Diócesis por sus tareas en la Delegación de Pastoral de Juventud y, actualmente, en la de Apostolado Seglar, Javier Porro asume una Vicaría de la cual delinea unas breves pinceladas en esta entrevista realizada en el Programa “El Espejo”, de la Cope:
¿Qué tal el nombramiento? ¿Sorprendido? ¿Ilusionado?
Cuando el señor Arzobispo me llamó y me comunicó que quería nombrarme Vicario de Pastoral, la verdad es que me sorprendió, no solamente porque pensara en mí, sino sobre todo porque se trata de una Vicaría de nueva creación.
El Azobispo me explicó que lo que él pretendía era coordinar un poco lo que es la Pastoral en la Diócesis. Lo recibí con mucho agrado y con mucha alegría, sobre todo también porque mis compañeros vicarios también son personas que tienen experiencia de trabajar equipo, y eso me ha dado mucha esperanza.
¿Qué se pretende con una Vicaría de Pastoral?
La Vicaría de Pastoral va a coordinar a sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos, hombres y mujeres, niños, jóvenes, adultos, ancianos y familias. Esto no va a ser una cosa en la que tengamos una receta mágica desde arriba, en que vayamos a llevar la solución y la receta a los problemas pasados que tenemos.
Si todos nos implicamos, en ese todos también incluyo a los jóvenes, a los matrimonios, a las personas viudas, a las familias, si todos nos implicamos, pues podemos ir avanzando, pero hay que trabajar de manera coordinada, en equipo, de manera sinodal. Y yo creo que eso es lo que nos llama el Señor. El Señor los enviaba de dos en dos, prometía su presencia de tres en tres, y yo veo que el punto arranque va a ser, por supuesto, la familia. Y la familia tiene una fuerza espectacular. Y creo va a ser el gran agente evangelizador de la próxima década.
El objetivo que tiene la Vicaría de Pastoral es precisamente esa coordinación entre todo lo que es la Pastoral de la Diócesis: las Delegaciones, la Pastoral ordinaria de las parroquias, grupos, movimientos, asociaciones laicales. En nuestra Diócesis se trabaja mucho y muy bien desde hace mucho tiempo. Pero sí que es cierto que hace falta una cierta coordinación. Y no solamente eso, sino también abrir nuevos canales y nuevas vías.
El pasar, por ejemplo, de lo que son parroquias como las tenemos ahora con una mentalidad cristiana, de comunidad cristiana, pero puede que un poquito cerrada hacia dentro, a dar el paso hacia unas parroquias de talante evangelizador, por ejemplo. Y también impulsar nuevos proyectos de pastoral que pueda hacer frente a lo que es el siglo veintiuno.
¿Habrá un nuevo Plan Pastoral Diocesano?
Personalmente, sobre los Planes Pastorales diocesanos, yo soy un poquito escéptico. Me refiero a que hemos hecho planes maravillosos, en textos, en folletos, en libros, pero muchas veces se ha quedado en eso, en planes personales en el papel. Luego, lo que nos cuesta pasarlo a la realidad…
Yo soy más bien un poco de menos letra y un poco más de vida. Creo que el Plan Pastoral fundamental es Jesucristo, la misión de la Iglesia es la evangelización y yo creo que lo fundamental es centrarnos en eso.
Luego, ¿cómo vamos a llevarlo? Pues evidentemente habrá un Plan Pastoral. Pero quizás como el primer paso, antes de ponernos a hacer cosas en papel, a lo mejor hay que hacer un proceso de sanación.
Lo que estoy detectando yo es que hay personas, sacerdotes, laicos, comunidades, órdenes religiosas, movimientos que a veces están un poco heridos, heridos en el pasado. Entonces, antes de ponernos a construir algo nuevo, o dar o poner objetivos nuevos, igual que hacer una sanación de experiencias, de la memoria. Todo eso, claro, tiene que ser obra del Espíritu Santo y ser conscientes de que esas heridas, si todavía cargamos con ellas y están abiertas, nos dificultan a abrirnos a algo nuevo, que es lo que el Señor quiere para nosotros. Por eso, quizás mi intuición es que antes de empezar cualquier Plan Pastoral, a veces hay que sanar y curar por obra del Espíritu Santo.
¿Alguna línea maestra o intuición en la tarea de la Vicaría?
Pues yo la intuición que tengo es que hay que trabajar de una manera sinodal, y sinodal significa que a lo mejor es bueno que en el futuro, y eso también lo decía el señor Arzobispo y los vicarios y el resto agentes de pastoral implicados, los nombramientos sean, siempre que se pueda, hacerlos en equipo.
Es decir, ¿por qué una Delegación tiene que estar solamente con un nombramiento de un delegado? Pues quizás lo que hay que hacer es nombrar un equipo, aunque sea un equipo de dos, de tres. Y eso va a ayudar muchísimo. Cuando un sacerdote va a una zona, ¿es necesario que esté él solo para tener una parroquia o más bien con otro sacerdote? Y lo mismo, a lo que hemos llamado unidades pastorales.
La intención mía es que hay que trabajar el equipo, pero ya desde el nombramiento, o sea, ya desde el comienzo. Y luego también otra intuición que yo tengo es que es necesario una formación. Una formación como de talante evangelizador de nuevas parroquias de otra manera. Es cierto que se está trabajando mucho y bien, pero hay que darle una vuelta. Hay que repensarlo todo y ese talante de primera Evangelización y primer anuncio, que es lo que se está trabajando ahora mismo en la Conferencia Episcopal, tenemos aterrizarlo después en nuestro día a día. Yo creo que por el tema del primer anuncio podría ser otra de las intuiciones.
¿Va a seguir viviendo en Pontevedra?
Pues muchas personas me han preguntado si eso significa que dejo Pontevedra y me voy a Santiago. A mí me gusta mucho la pastoral directa. Me gustaría, si pudiera, seguir atendiendo las parroquias de Pontevedra, tanto con don Calixto como con don Luis Seoane. Otra cosa, es que le voy a tener que dedicar mucho tiempo, pues a ir a Santiago y a moverme por toda la Diócesis. En principio, este año, mientras que vamos arrancando, voy a seguir viviendo en Pontevedra.
El año que viene, el curso que viene, ya se verá, si es que se ve que me vaya a Santiago, estoy disponible, si es bueno que me quede aquí, pues también, pero eso es yo creo que lo de menos.
Sí que me gustaría continuar lo que es una pastoral directa, de atención a las parroquias, como he estado he estado trabajando en estos últimos diez años.
Noticia extraída de pastoralsantiago.org