Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz 2025

Os compartimos el Mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz, que la Iglesia celebra el 1 de enero. El Santo Padre propone como lema para este año «Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz».

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Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz

I. Escuchando el grito de la humanidad amenazada

1. Al inicio de este nuevo año que nos da el Padre celestial, tiempo jubilar dedicado a la esperanza, dirijo mi más sincero deseo de paz a toda mujer y hombre, en particular a quien se siente postrado por su propia condición existencial, condenado por sus propios errores, aplastado por el juicio de los otros, y ya no logra divisar ninguna perspectiva para su propia vida. A todos ustedes, esperanza y paz, porque este es un Año de gracia que proviene del Corazón del Redentor.

2. En el 2025 la Iglesia católica celebra el Jubileo, evento que colma los corazones de esperanza. El “jubileo” se remonta a una antigua tradición judía, cuando el sonido de un cuerno de carnero —en hebreo yobel— anunciaba, cada cuarenta y nueve años, uno de clemencia y liberación para todo el pueblo (cf. Lv 25,10). Este solemne llamamiento debía resonar idealmente en todo el mundo (cf. Lv 25,9), para restablecer la justicia de Dios en distintos ámbitos de la vida: en el uso de la tierra, en la posesión de los bienes, en la relación con el prójimo, sobre todo respecto a los más pobres y a quienes habían caído en desgracia. El sonido del cuerno recordaba a todo el pueblo —al que era rico y al que se había empobrecido— que ninguna persona viene al mundo para ser oprimida; somos hermanos y hermanas, hijos del mismo Padre, nacidos para ser libres según la voluntad del Señor (cf. Lv 25,17.25.43.46.55).

3. También hoy, el Jubileo es un evento que nos impulsa a buscar la justicia liberadora de Dios sobre toda la tierra. Al comienzo de este Año de gracia, en lugar del cuerno nosotros quisiéramos ponernos a la escucha del «grito desesperado de auxilio» (1) que, como la voz de la sangre de Abel el justo, se eleva desde muchas partes de la tierra (cf.  Gn 4,10), y que Dios nunca deja de escuchar. También nosotros nos sentimos llamados a ser voz de tantas situaciones de explotación de la tierra y de opresión del prójimo (2). Dichas injusticias asumen a menudo la forma de lo que san Juan Pablo II definió como «estructuras de pecado» (3), porque no se deben sólo a la iniquidad de algunos, sino que se han consolidado —por así decirlo— y se sostienen en una complicidad extendida.

4. Cada uno de nosotros debe sentirse responsable de algún modo por la devastación a la que está sometida nuestra casa común, empezando por esas acciones que, aunque sólo sea indirectamente, alimentan los conflictos que están azotando la humanidad. Así se fomentan y se entrelazan desafíos sistémicos, distintos pero interconectados, que asolan nuestro planeta (4). Me refiero, en particular, a las disparidades de todo tipo, al trato deshumano que se da a las personas migrantes, a la degradación ambiental, a la confusión generada culpablemente por la desinformación, al rechazo de toda forma de diálogo, a las grandes inversiones en la industria militar. Son todos factores de una amenaza concreta para la existencia de la humanidad en su conjunto. Por tanto, al comienzo de este año queremos ponernos a la escucha de este grito de la humanidad para que todos, juntos y personalmente, nos sintamos llamados a romper las cadenas de la injusticia y, así, proclamar la justicia de Dios. Hacer algún acto de filantropía esporádico no es suficiente. Se necesitan, por el contrario, cambios culturales y estructurales, de modo que también se efectúe un cambio duradero (5).

II. Un cambio cultural: todos somos deudores

5. El evento jubilar nos invita a emprender diversos cambios, para afrontar la actual condición de injusticia y desigualdad, recordándonos que los bienes de la tierra no están destinados sólo a algunos privilegiados, sino a todos (6) . Puede ser útil recordar lo que escribía san Basilio de Cesarea: «¿Qué cosa, dime, te pertenece? ¿De dónde la has tomado para ponerla en tu vida? […] ¿Acaso no saliste desnudo del vientre de tu madre?, ¿no tornarás desnudo nuevamente a la tierra? Los bienes presentes, ¿de dónde te vienen? Si dices del azar, eres impío, porque no reconoces al Creador, ni das gracias al que te ha dado» (7). Cuando falta la gratitud, el hombre deja de reconocer los dones de Dios. Sin embargo, el Señor, en su misericordia infinita, no abandona a los hombres que pecan contra Él; confirma más bien el don de la vida con el perdón de la salvación, ofrecido a todos mediante Jesucristo. Por eso, enseñándonos el “Padre nuestro”, Jesús nos invita a pedir: «Perdona nuestras ofensas» ( Mt 6,12).

6. Cuando una persona ignora el propio vínculo con el Padre, comienza a albergar la idea de que las relaciones con los demás puedan ser gobernadas por una lógica de explotación, donde el más fuerte pretende tener el derecho de abusar del más débil (8). Como las élites en el tiempo de Jesús, que se aprovechaban de los sufrimientos de los más pobres, así hoy en la aldea global interconectada (9), el sistema internacional, si no se alimenta de lógicas de solidaridad y de interdependencia, genera injusticias, exacerbadas por la corrupción, que atrapan a los países más pobres. La lógica de la explotación del deudor también describe sintéticamente la actual “crisis de la deuda” que afecta a diversos países, sobre todo del sur del mundo.

7. No me canso de repetir que la deuda externa se ha convertido en un instrumento de control, a través del cual algunos gobiernos e instituciones financieras privadas de los países más ricos no tienen escrúpulos de explotar de manera indiscriminada los recursos humanos y naturales de los países más pobres, a fin de satisfacer las exigencias de los propios mercados (10). A esto se agrega que diversas poblaciones, más abrumadas por la deuda internacional, también se ven obligadas a cargar con el peso de la deuda ecológica de los países más desarrollados (11). La deuda ecológica y la deuda externa son dos caras de una misma moneda de esta lógica de explotación que culmina en la crisis de la deuda (12). Pensando en este Año jubilar, invito a la comunidad internacional a emprender acciones de remisión de la deuda externa, reconociendo la existencia de una deuda ecológica entre el norte y el sur del mundo. Es un llamamiento a la solidaridad, pero sobre todo a la justicia (13).

8. El cambio cultural y estructural para superar esta crisis se realizará cuando finalmente nos reconozcamos todos hijos del Padre y, ante Él, nos confesemos todos deudores, pero también todos necesarios, necesitados unos de otros, según una lógica de responsabilidad compartida y diversificada. Podremos descubrir «definitivamente que nos necesitamos y nos debemos los unos a los otros» (14).

III. Un camino de esperanza: tres acciones posibles

9. Si nos dejamos tocar el corazón por estos cambios necesarios, el Año de gracia del jubileo podrá reabrir la vía de la esperanza para cada uno de nosotros. La esperanza nace de la experiencia de la misericordia de Dios, que es siempre ilimitada (15).

Dios, que no debe nada a nadie, continúa otorgando sin cesar gracia y misericordia a todos los hombres. Isaac de Nínive, un Padre de la Iglesia oriental del siglo VII, escribía: «Tu amor es más grande que mis ofensas. Insignificantes son las olas del mar respecto al número de mis pecados; pero, si pesamos mis pecados, respecto a tu amor, se esfuman como la nada» (16). Dios no calcula el mal cometido por el hombre, sino que es inmensamente «rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó» ( Ef 2,4). Al mismo tiempo, escucha el grito de los pobres y de la tierra. Bastaría detenerse un momento, al inicio de este año, y pensar en la gracia con la que cada vez perdona nuestros pecados y condona todas nuestras deudas, para que nuestro corazón se inunde de esperanza y de paz.

10. Por eso Jesús, en la oración del “Padre nuestro”, establece una afirmación muy exigente: «como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden», después de que hemos pedido al Padre la remisión de nuestras ofensas (cf. Mt 6,12). Para perdonar una ofensa a los demás y darles esperanza es necesario, en efecto, que la propia vida esté llena de esa misma esperanza que llega de la misericordia de Dios. La esperanza es sobreabundante en la generosidad, no calcula, no exige cuentas a los deudores, no se preocupa de la propia ganancia, sino que tiene como punto de mira un sólo fin: levantar al que está caído, vendar los corazones heridos, liberar de toda forma de esclavitud.

11. Al inicio de este Año de gracia, quisiera, por tanto, sugerir tres acciones que puedan restaurar la dignidad en la vida de poblaciones enteras y volver a ponerlas en camino sobre la vía de la esperanza, para que se supere la crisis de la deuda y todos puedan volver a reconocerse deudores perdonados.

Sobre todo, retomo el llamamiento lanzado por san Juan Pablo II con ocasión del Jubileo del año 2000, de pensar «en una notable reducción, si no en una total condonación, de la deuda internacional, que grava sobre el destino de muchas naciones» (17). Que, reconociendo la deuda ecológica, los países más ricos se sientan llamados a hacer lo posible para condonar las deudas de esos países que no están en condiciones de devolver lo que deben. Ciertamente, para que no se trate de un acto aislado de beneficencia, que lleve a correr el riesgo de desencadenar nuevamente un círculo vicioso de financiación-deuda, es necesario, al mismo tiempo, el desarrollo de una nueva arquitectura financiera, que lleve a la creación de un Documento financiero global, fundado en la solidaridad y la armonía entre los pueblos.

Además, pido un compromiso firme para promover el respeto de la dignidad de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, para que toda persona pueda amar la propia vida y mirar al futuro con esperanza, deseando el desarrollo y la felicidad para sí misma y para sus propios hijos. Sin esperanza en la vida, en efecto, es difícil que surja en el corazón de los más jóvenes el deseo de generar otras vidas. Aquí, en particular quisiera invitar una vez más a un gesto concreto que pueda favorecer la cultura de la vida. Me refiero a la eliminación de la pena de muerte en todas las naciones. Esta medida, en efecto, además de comprometer la inviolabilidad de la vida, destruye toda esperanza humana de perdón y de renovación (18).

Me atrevo también a volver a lanzar otro llamamiento, apelándome a san Pablo VI y a Benedicto XVI (19), para las jóvenes generaciones, en este tiempo marcado por las guerras: utilicemos al menos un porcentaje fijo del dinero empleado en los armamentos para la constitución de un Fondo mundial que elimine definitivamente el hambre y facilite en los países más pobres actividades educativas también dirigidas a promover el desarrollo sostenible, contrastando el cambio climático (20). Debemos buscar que se elimine todo pretexto que pueda impulsar a los jóvenes a imaginar el propio futuro sin esperanza, o bien como una expectativa para vengar la sangre de sus seres queridos. El futuro es un don para superar los errores del pasado, para construir nuevos caminos de paz.

IV. La meta de la paz

12. Aquellos que emprenderán, por medio de los gestos sugeridos, el camino de la esperanza, podrán ver cada vez más cercana la tan anhelada meta de la paz. El salmista nos confirma en esta promesa: cuando «el Amor y la Verdad se encontrarán, la Justicia y la Paz se abrazarán» ( Sal 85,11). Cuando me despojo del arma del préstamo y restituyo la vía de la esperanza a una hermana o a un hermano, contribuyo al restablecimiento de la justicia de Dios en esta tierra y me encamino con esta persona hacia la meta de la paz. Como decía san Juan XXIII, la verdadera paz sólo podrá nacer de un corazón desarmado de la angustia y el miedo de la guerra (21).

13. Que el 2025 sea un año en el que crezca la paz. Esa paz real y duradera, que no se detiene en las objeciones de los contratos o en las mesas de compromisos humanos (22). Busquemos la verdadera paz, que es dada por Dios a un corazón desarmado: un corazón que no se empecina en calcular lo que es mío y lo que es tuyo; un corazón que disipa el egoísmo en la prontitud de ir al encuentro de los demás; un corazón que no duda en reconocerse deudor respecto a Dios y por eso está dispuesto a perdonar las deudas que oprimen al prójimo; un corazón que supera el desaliento por el futuro con la esperanza de que toda persona es un bien para este mundo.

14. El desarme del corazón es un gesto que involucra a todos, a los primeros y a los últimos, a los pequeños y a los grandes, a los ricos y a los pobres. A veces, es suficiente algo sencillo, como «una sonrisa, un gesto de amistad, una mirada fraterna, una escucha sincera, un servicio gratuito» (23). Con estos pequeños-grandes gestos, nos acercamos a la meta de la paz y la alcanzaremos más rápido; es más, a lo largo del camino, junto a los hermanos y hermanas reunidos, nos descubriremos ya cambiados respecto a cómo habíamos partido. En efecto, la paz no se alcanza sólo con el final de la guerra, sino con el inicio de un mundo nuevo, un mundo en el que nos descubrimos diferentes, más unidos y más hermanos de lo que habíamos imaginado.

15. ¡Concédenos tu paz, Señor! Esta es la oración que elevo a Dios, mientras envío mis mejores deseos para el año nuevo a los jefes de estado y de gobierno, a los responsables de las organizaciones internacionales, a los líderes de las diversas religiones, a todas las personas de buena voluntad.

Perdona nuestras ofensas, Señor,
como nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
y en este círculo de perdón concédenos tu paz,
esa paz que sólo Tú puedes dar
a quien se deja desarmar el corazón,
a quien con esperanza quiere remitir las deudas de los propios hermanos,
a quien sin temor confiesa de ser tu deudor,
a quien no permanece sordo al grito de los más pobres.

 

Vaticano, 8 de diciembre de 2024

FRANCISCO

 

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[1] Spes non confundit. Bula de convocación del Jubileo Ordinario del Año 2025 (9 mayo 2024), 8.

[2] Cf. S. Juan Pablo II, Carta ap. Tertio millennio adveniente (10 noviembre 1994), 51.

[3] Carta enc. Sollicitudo rei socialis (30 diciembre 1987), 36.

[4] Cf. Discurso a los participantes en el Encuentro promovido por las Academias Pontificias de las Ciencias y de las Ciencias Sociales (16 mayo 2024).

[5] Cf. Exhort. ap. Laudate Deum (4 octubre 2023), 70.

[6] Cf. Spes non confundit. Bula de convocación del Jubileo Ordinario del Año 202(9 mayo 2024), 16.

[7] Homilia de avaritia, 7:  PG 31, 275.

[8] Cf. Carta enc. Laudato si’ (24 mayo 2015), 123.

[9] Cf. Catequesis (2 septiembre 2020): L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (4 septiembre 2020), p. 12.

[10] Cf. Discurso a los participantes en el Encuentro “Abordando la crisis de deuda en el Sur Global” (5 junio 2024).

[11] Cf. Discurso a la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático ― COP 28 (2 diciembre 2023).

[12] Cf. Discurso a los participantes en el Encuentro “Abordando la crisis de deuda en el Sur Global” (5 junio 2024).

[13] Cf. Spes non confundit. Bula de convocación del Jubileo Ordinario del Año 2025 (9 mayo 2024), 16.

[14] Carta enc. Fratelli tutti (3 octubre 2020), 35.

[15] Cf. Spes non confundit. Bula de convocación del Jubileo Ordinario del Año 2025 (9 mayo 2024), 23.

[16] Discurso X (Tercera colección),  Oración, 100-101:  CSCO 638, 115. San Agustín incluso llega a afirmar que Dios no deja de hacerse deudor del hombre: «Porque aunque “tu misericordia es infinita”, tienes a bien hacerte deudor con promesas de aquellos mismos a quienes tú perdonas todas sus deudas» (cf.  Confesiones, 5,9,17:  PL 32, 714).

[17]  Carta ap. Tertio millennio adveniente (10 noviembre 1994), 51.

[18] Cf. Spes non confundit. Bula de convocación del Jubileo Ordinario del Año 2025 (9 mayo 2024), 10.

[19] Cf. S. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio (26 marzo 1967), 51; Benedicto XVI, Discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede (9 enero 2006); Íd., Exhort. ap. postsin. Sacramentum caritatis (22 febrero 2007), 90.

[20] Cf. Carta enc. Fratelli tutti (3 octubre 2020), 262; Discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede (8 enero 2024); Discurso a la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático ― COP 28 (2 diciembre 2023).

[21] Cf. Carta enc. Pacem in terris (11 abril 1963), 113.

[22] Cf. Conmemoración en el décimo aniversario de la “Invocación a la paz en Tierra Santa” (7 junio 2024).

[23] Spes non confundit. Bula de convocación del Jubileo Ordinario del Año 2025 (9 mayo 2024), 18.

29 DIC | Apertura del Año Jubilar en la Archidiócesis de Santiago de Compostela

La Catedral de Santiago acoge la apertura solemne del Jubileo 2025 en nuestra archidiócesis

 

El Papa Francisco, que abrió el Año Jubilar 2025 en la tarde de este 24 de diciembre, ha dispuesto que en el resto de Diócesis del mundo se haga el 29 de diciembre, como signo de comunión con Roma. En el caso de la Diócesis de Santiago de Compostela, será la catedral la que acoja la ceremonia litúrgica de apertura del Jubileo. «Peregrinos de Esperanza» es el lema elegido para la ocasión, ya que, tal y como indica el Papa en la carta para el Jubileo 2025, «debemos mantener encendida la llama de la esperanza que nos ha sido dada, y hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar al futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras. El próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente».

La celebración estará presidida por el Arzobispo, Mons. Francisco Prieto, y dará inicio a las 16:30h, en la iglesia conventual de San Francisco, donde se realizarán los primeros ritos, bajo el nombre de «Collectio».

A continuación, partirá la procesión litúrgica hasta la plaza del Obradoiro, para acceder a la catedral atravesando el Pórtico de la Gloria. La procesión estará encabezada por la cruz jubilar, en este caso la misma cruz que se estrenó para la apertura de la Puerta Santa el 31 de diciembre de 2020. Se trata de una cruz realizada por el taller Ramón González Orfebres, diseñada por el orfebre compostelano Antonio R. González Porto. Aunque contemporánea en su concepción, integra elementos cincelados a modo tradicional en las piezas de plata que enmarcan el tetramorfos tallado en placas de marfil. La figura de la cruz surge de un aparente cruce casual de eslabones de una cadena, que evocan el encuentro entre culturas, razas, lenguas y también individuos que conforman una cruz que quiere acogerlas a todas.

Una vez en el interior de la Catedral, tendrá lugar la Misa Solemne, también presidida por el Arzobispo, con la participación de sacerdotes y laicos de toda la diócesis.

Durante todo el 2025, la catedral será templo jubilar, en el que obtener la Indulgencia Plenaria, cumpliendo las prescripciones establecidas (confesión sacramental; celebración de la Sagrada Eucaristía y comunión; y oración por las intenciones del Sumo Pontífice).

El Jubileo es el año santo que el papa convoca periódicamente desde 1300 y que convierte a Roma en destino para millones de peregrinos procedentes de todas las partes del mundo. El intervalo entre los Jubileos ha cambiado varias veces a lo largo de la historia, pero actualmente es de 25 años.

 

Libro APERTURA DEL AÑO JUBILAR 2025 en nuestra ARCHIDIÓCESIS DE SANTIAGO

 

Fuente: archicompostela.org

DECRETO sobre las disposiciones diocesanas para el Jubileo 2025 “Peregrinos de la Esperanza”

Con fecha del 9 de mayo de 2023, solemnidad de la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo, el Papa Francisco hizo pública la convocatoria del Jubileo ordinario de 2025 mediante la Bula Spes non confundit (“La esperanza no defrauda”). Bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”, se invita a todos los fieles del mundo a vivir un tiempo privilegiado de conversión, penitencia y renovación espiritual. El Jubileo comenzó el 24 de diciembre de 2024 con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, y concluirá el 6 de enero de 2026.

Siguiendo las indicaciones de la Bula y del Decreto de la Penitenciaría Apostólica de 13 de mayo de 2024, el Santo Padre ha dispuesto que el Jubileo sea celebrado también en todas las Iglesias particulares, permitiendo que todos los fieles puedan beneficiarse de las gracias jubilares en su propia diócesis.

Atendiendo a este Decreto y tomando en cuenta la facultad dada al Obispo diocesano, el Arzobispo de Santiago de Compostela, Mons. Francisco José Prieto Fernández, ha decretado lo siguiente para la Archidiócesis:

 

1. Apertura del Jubileo en la Diócesis:

La apertura solemne será el 29 de diciembre de 2024, festividad de la Sagrada Familia, comenzando a las 16:30 en la iglesia conventual de San Francisco con la “estación” y continuando con una peregrinación a la Catedral de Santiago, donde se celebrará la Eucaristía.

 

2. Templos jubilares en la Diócesis:

  • La Catedral de Santiago.
  • Un templo en cada arciprestazgo durante su “semana jubilar”.
  • Los santuarios marianos: Ntra. Señora de la Barca (Muxía), Ntra. Señora de los Milagros de Amil (Moraña), y Ntra. Señora de Pastoriza (Arteixo).

 

3. Indulgencia plenaria: Los fieles que cumplan con las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa) podrán obtener la indulgencia plenaria, una vez al día, de varias maneras tal y como se recoge en este Decreto.

 

4. Iniciativas Jubilares Diocesanas:

  • Semanas Jubilares: Los arciprestazgos promoverán “semanas jubilares” con peregrinaciones a templos designados, celebraciones eucarísticas, liturgias penitenciales e iniciativas caritativas y culturales, enfocadas en las obras de misericordia.
  • Sacramento de la Reconciliación: Los sacerdotes facilitarán la experiencia del sacramento de la Reconciliación, poniéndose a disposición de los fieles.
  • Catequesis y Cultura: Se promoverán catequesis sobre el significado del Jubileo e iniciativas culturales que iluminen aspectos del Año Santo.
  • Instrumentos de Esperanza: Parroquias, comunidades religiosas y laicos se convertirán en instrumentos de esperanza a través de obras de caridad y solidaridad, especialmente a favor de los más desfavorecidos.
  • Peregrinación a Roma: La archidiócesis realizará una peregrinación a Roma del 24 al 29 de agosto, cruzando la Puerta Santa de las Basílicas papales.
  • Calendario Temático: Se alienta a participar en eventos como el Jubileo de los Jóvenes, el Jubileo de los Catequistas y el Jubileo de las Familias.

 

5. Clausura del Jubileo en la Diócesis:

De acuerdo con lo establecido por el Papa Francisco, el Año Jubilar concluirá en las Iglesias particulares el domingo 28 de diciembre de 2025, con una solemne celebración eucarística en la Iglesia Catedral, en acción de gracias por todo lo recibido durante este año especial de oración y conversión.

 

Decreto sobre las disposiciones diocesanas para el Jubileo 2025 “Peregrinos de la Esperanza” (PDF)

 

 

Fuente: archicompostela.org

 

 

“Guía del peregrino”, para ayudarnos a vivir el Jubileo 2025

El papa Francisco abrirá el 24 de diciembre la Puerta Santa de la Basílica de San Pedroun gesto con el que dará comienzo el Jubileo 2025 bajo el lema «Peregrinos de esperanza»El domingo siguiente, 29 de diciembre de 2024, fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, se celebrará la apertura del Jubileo en las Iglesias particulares.

Después de estos dos años de preparación, la Conferencia Episcopal Española continúa animando la celebración del Jubileo y ha publicado, en EDICE, la “Guía del peregrino”, editada por el director del Secretariado del Jubileo 2025 de la Conferencia Episcopal Española, Francisco Julián Romero Galván.

 

GUÍA DEL PEREGRINO (en PDF)
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Vivir el Jubileo y la peregrinación Jubilar

Romero Galván, que también firma la presentación, explica que peregrinar “es hacer un camino exterior que expresa el camino interior que renueva la vida y la hace ser según el plan y el proyecto de Dios”. Además, el Jubileo debe animar “a construir el reino de Dios en su entorno, siendo promotor de esperanza, especialmente para los que la han perdido”. Así, esta Guía quiere ofrecer la ayuda para vivir el Jubileo y la peregrinación Jubilar.

Las primeras páginas, a modo de introducción, están escritas por el nuncio apostólico en España, Mons. Bernardito Auza. Después, el presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Luis Argüello, explica el lema Jubilar.

Le siguen tres reflexiones-catequesis que ayudan a profundizar en los aspectos significativos del Jubileo:

  • una sobre Jesucristo que es el camino, la verdad y la vida con el que nos encontramos y cuya presencia experimentamos;
  • otra sobre la celebración litúrgica a la que estamos invitados a participar en este tiempo santo;
  • y la tercera, el compromiso social que trae consigo la vivencia personal y comunitaria del Jubileo de la esperanza.

Estas tres reflexiones están guiadas, respectivamente, por los obispos Mons. José Rico, Mons. Leonardo Lemos y Mons. Jesús Fernández.

Seguidamente se encuentra el documento de la Penitenciaría Apostólica sobre la concesión de la indulgencia durante el Jubileo ordinario del año 2025.

También se dedican tres capítulos al examen de conciencia, a la celebración penitencial, y la lectio divina sobre el encuentro de Jesús con Zaqueo.

Antes de finalizar con el apéndice oracional, se indica la obra social que se quiere apoyar España para este Jubileo y la manera de contribuir económicamente como peregrinos a la misma.

Proyecto social con motivo del Jubileo

La vivencia personal y comunitaria del Jubileo también trae consigo el compromiso social. Un compromiso que el secretariado para el Jubileo de la Conferencia Episcopal Española ha querido concretar en un proyecto social, que ha encargado a la Comisión para la Pastoral Social y Promoción humana.

Este proyecto social para el Jubileo tiene como claves:

  • Visibilizar: La realidad de la trata de personas, la explotación sexual y laboral, como un signo de los tiempos. Conocer la labor y respuesta de la Iglesia, que desde hace años vienen dando las diversas congregaciones religiosas y proyectos de Cáritas, acogiendo a las personas heridas por el drama que han vivido, acompañado sus procesos y restaurando su dignidad agraviada, además de contribuir a prevenir, sensibilizar y concienciar. Conoceremos también los desafíos y retos que se nos presentan para, entre todos, caminando juntos, podamos construir un mundo de mujeres y hombres libres, sin personas explotadas y esclavizadas.
  • Reflexionar y orar: Se ofrecerán recursos para motivar la reflexión y la oración sobre estas realidades de sufrimiento que necesitan y reclaman de nosotros, como Iglesia, ese “clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento”.
  • Compromiso: Para quienes se sientan motivados a adquirir un compromiso, se ofrecerán orientaciones.
  • Aportación económica: Se ofrecerá la posibilidad de realizar alguna aportación económica que irá destinada a las diversas entidades.

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A lo largo del Año Jubilar se facilitarán los materiales preparados desde el departamento de Trata de Personas de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana.

En primer lugar, se lanzarán los materiales correspondientes a la campaña de la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la trata, 8 de febrero, día de Santa Josefina Bakhita.

El resto de los materiales irán enfocados a los tiempos litúrgicos, y serán en torno a esas fechas cuando estarán disponibles en la web: Cuaresma (marzo), Pascua (mayo), Tiempo Ordinario (septiembre) y Adviento (noviembre).

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Fuente: conferenciaepiscopal.es

Jornada de la Sagrada Familia en Cambados

El próximo domingo 29 de diciembre se celebrará la Jornada de la Sagrada Familia, «Familia, fuente de esperanza»  con una Eucaristía en la parroquia de Santa Mariña, en la localidad pontevedresa de Cambados, organizada por la delegación de Pastoral Familiar de nuestra archidiócesis.

La misa será presidida por el arzobispo de Santiago, mons. Francisco José Prieto Fernández y comenzará a las 12.30 h. Como es tradicional, renovarán sus promesas matrimonios que hayan celebrado este año sus bodas de oro o plata. También se reconocerá el compromiso eclesial de los laicos que a lo largo de muchos años han sido colaboradores fieles en el servicio a sus hermanos en el ámbito de sus respectivas parroquias. Se trata de celebrar el gozo de la entrega y la fidelidad en la construcción del Reino de Dios.

Desde la delegación de Familia y Vida nos invitan a todos los bautizados de la Archidiócesis de Santiago a acompañar al arzobispo en esta Eucaristía solemne.

 

 

Bo Nadal 2024 !!!!

Nuestro arzobispo D. Francisco nos felicita la Navidad

En un mensaje navideño dirigido a todos los diocesanos, nuestro Arzobispo de Santiago, Mons. Francisco José Prieto Fernández, nos invita a vivir y hacer resonar la esperanza en nuestros hogares, en nuestras parroquias, en nuestra comunidad diocesana.

«Que resuene la esperanza en esta sociedad, en esta humanidad que la necesita»

 

Y de una manera significativa graba este mensaje desde el Pórtico de la Gloria en la Catedral de Santiago, renombrándolo, con permiso del maestro Mateo, como Pórtico de la Esperanza, la esperanza en la historia de la Salvación, la esperanza en Cristo el Señor.

«Os deseo de corazón a todos que la celebración de la Navidad en familia, en parroquia, sea la celebración de Aquel que viene, de Aquel que el Padre nos da una vez más, como la Palabra que ilumina el corazón del hombre, como la Esperanza que no declina, como el Amor que siempre nos vincula y nos compromete en una fraternidad que tenemos que construir entre todos»

 

Nuestro arzobispo, D. Francisco, también nos pide que, en estos días de Navidad,  hagamos un hueco en nuestra mesa para Cristo, que se hace presente en el prójimo, al que tenemos que extender nuestra mano para seguir acompañando con esperanza en el camino de la vida, sobre todo a los más vulnerables, a los mayores, jóvenes, niños..

«A todos vos desexo de corazón un Bo Nadal… Que as mesas do noso Nadal sexan mesas de fraternidade bendecidas polo Señor».

 

 

 

 

El regalo que buscas esta Navidad

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¿Buscando un regalo especial?

Cada Navidad, buscamos algo que haga brillar los ojos de quienes amamos: un regalo que sea símbolo de amor, un detalle que quede en el corazón.

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Tenemos ese regalo

En aquella primera noche de Navidad, Dios nos dio un regalo que no se envuelve en papel ni se envía por correo: su Hijo, Jesús. Un regalo de amor puro, que sigue siendo un faro de esperanza para el mundo.

Un regalo que transforma

El regalo de Jesús tiene el poder de transformar. Nos llena de paz en momentos de dificultad, nos reconcilia, nos renueva y nos da una luz que nunca se apaga.

Recíbelo y luego, comparte

Esta Navidad, recibe el regalo de Jesús en tu corazón. Deja que Él transforme tu vida y compártelo con el mundo que tanto lo necesita.

Que la luz de Jesús te acompañe en esta Navidad y siempre.

 

¡Feliz Navidad!

 

 

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Noticia extraída de www.conferenciaepiscopal.es

Celebraciones de Navidad en la Catedral

Martes 24 de diciembre: MISA DE MEDIANOCHE o del GALLO.

A medianoche. Misa Estacional. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Francisco Prieto. Capilla Musical.

Miércoles 25 de diciembre: NATIVIDAD DEL SEÑOR

11:40 h. Procesión solemne, chirimías y Botafumeiro. A continuación, Misa Estacional. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Francisco Prieto. Capilla Musical.

Domingo 29 de diciembre: Solemne Apertura del AÑO JUBILAR ROMANO

16:30 h. Procesión desde San Francisco. 17:00 h Misa Solemne en la Catedral. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Francisco Prieto. Coro Cardenal Quiroga.

Lunes 30 de diciembre: FIESTA DE LA TRASLACIÓN DEL APÓSTOL SANTIAGO.

11:40 h. Procesión solemne, chirimías y Botafumeiro. A continuación, Misa Estacional con Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago el Mayor. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Francisco Prieto. Capilla Musical.

Miércoles 1 de enero: SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS. JORNADA MUNDIAL POR LA PAZ.

12:00 h. Misa Estacional. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Francisco Prieto.

Lunes 6 de enero: SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR.

11:40 h. Procesión solemne, chirimías y Botafumeiro. A continuación, Misa Estacional. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Francisco Prieto. Acompañamiento musical por parte de la Escolanía.

Domingo 12 de enero: FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR.

12:00 h. Misa Estacional. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Francisco Prieto.

 

***Aviso: los días 25 de diciembre y 1 de enero se suprime la misa de las 7:30 h. a.m. La Catedral abre a las 9:00 h.