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Concluye la fase diocesana del Sínodo 2021-2023 con una Asamblea final el 11 de junio en Madrid

 

La Iglesia en España celebró el sábado 11 de junio la fiesta del Sínodo. Pasadas las 11.00 horas daba comienzo, en la Fundación Pablo VI, la Asamblea final con la que se cierra la fase diocesana del Sínodo 2021-2023.

 

 

Han sido testigos de este gran acontecimiento de la Iglesia en España alrededor de 600 personas de todos los ámbitos eclesiales. Han estado presentes 58 obispos; el nuncio apostólico en España; 80 sacerdotes; 360 laicos; así como más de 100 representantes de la vida consagrada: religiosas y religiosos, monjas de clausura, miembros de Institutos seculares, vírgenes consagradas; y miembros de otras confesiones religiosas.

 

 

El momento central del encuentro llegó a las 12.30 h. Es el tiempo marcado para conocer la síntesis final. Isaac Martín, laico de la diócesis de Toledo; Dolores García, presidenta del Foro de Laicos; y Olalla Rodríguez, laica de la Renovación carismática católica son las voces del equipo sinodal que ha redactado este documento a la luz de todas las aportaciones que se han recibido desde las 70 diócesis, de la vida consagrada, movimientos, asociaciones y todos aquellos colectivos o personas individuales que han querido sumarse a esta invitación del papa Francisco.

 

 

La presentación de esta síntesis es una radiografía de lo que ha supuesto la fase diocesana del Sínodo en la Iglesia peregrina en España. El acontecimiento eclesial que ha conseguido convocar a más gente para un trabajo continuado en la experiencia de la Iglesia en España. Ha implicado a casi 220.000 personas, con más de 14.000 grupos, la mayoría en parroquias, pero también en numerosas congregaciones religiosas, regionales, monasterios de clausura, Cáritas diocesanas, movimientos y asociaciones laicales e institutos seculares.

 

 

Descargar Síntesis

 

Lo más valorado ha sido el proceso mismo: una Iglesia que se encuentra para escucharse y ponerse en discernimiento, dando continuidad al camino que se emprendió en el Congreso de Laicos de febrero 2020.

De hecho, este movimiento sinodal comenzó su andadura superando las dificultades de la pandemia y de la falta entusiasmo, especialmente por parte de algunos sacerdotes. Y al terminar el proceso, los grupos han mostrado su profundo agradecimiento por este tiempo vivido: un momento de gracia, construido desde la escucha mutua, activa y respetuosa, la apertura para hablar con franqueza, compartiendo experiencias gratificantes y con intercambios constructivos.

Desde los grupos sinodales se lanzan dos ideas para avanzar en la misión de la Iglesia: la conversión personal y la proximidad. Una fuerte conversión personal, comunitaria y pastoral a través de la oración, los sacramentos y la formación. Y la proximidad, siendo una Iglesia que escucha, acompaña y se hace presente donde están quienes necesitan tanto acompañamiento material como espiritual.

Para hacerlo posible se resalta la importancia de la complementariedad y la corresponsabilidad de las tres vocacioneslaicado, sacerdocio y vida consagrada. Para ello, se advierte, hay que evitar el clericalismo, la falta de compromiso laical o perder la esencia de la vida consagrada. Y crecer en la identidad que cada uno tiene y en su misión en cada campo de la Iglesia.

En las aportaciones de los grupos de trabajo se resumen tres llamadas entrelazadas entre sí.  Crecer en sinodalidad, lo queexige formación en sinodalidad, capacidad de acogida, escucha activa, comprensión, acompañamiento y discernimiento. Dar cabida a las preguntas con el fin de conocer, a partir de la escucha abierta a las aportaciones de todos, el plan de Dios para este tiempo y para este lugar. Promover la participación de los laicos, empezando por definir los asuntos respecto de los cuales sus participaciones tienen carácter decisorio, especialmente en aquellos campos que son más propios de su vocación en el mundo. Y superar el clericalismo, compartiendo responsabilidades, lo que también implica, en ocasiones, vencer la pasividad y la falta de implicación de muchos fieles laicos en la edificación de la Iglesia.

 

 

Los participantes evaluaron el proceso sinodal, que ha obtenido un 7,5 . El resultado de los trabajos por grupo se resume en diez ideas fundamentales: Conversión personal, Formación, Liturgia, Sinodalidad, Mujer en la Iglesia, Clericalismo bilateral, Acogida, Discernimiento, Pastoral familiar y jóvenes, Continuidad del proceso. También se han expuesto algunas lagunas: La ausencia de niños, mayores y discapacitados, Pastoral vocacional y la referencia al diaconado permanente y Palabra, Primer anuncio, misión, comunicación.

 

 

Después de exponer los resultados de los trabajos por grupos, el arzobispo emérito de Zaragoza, Mons. Vicente Jiménez, coordinador del equipo sinodal, ha entregado al presidente de la CEE un pendrive con la síntesis final y las nuevas propuestas. Una vez incorporadas, la síntesis se enviará a la Secretaría General del Sínodo junto con todos los materiales y anexos recibidos.

 

 

 

Ya por la tarde, a las 17.00 horas, se ha celebrado la Eucaristía para dar gracias al Padre por haber puesto a la Iglesia universal en el camino sinodal”, como ha señalado el cardenal Omella al iniciar su homilía. Agradecimientos también al Santo Padre y a los grupos sinodales por todo el trabajo realizado en esta fase diocesana. “Estoy seguro de que, pese a las dificultades que hayan podido surgir, todos nos hemos sentido llamados a hacer camino juntos, animados por el Espíritu Santo”. También ha resaltado la importancia de que “este proceso que hemos iniciado no se acabe hoy aquí. Que no sea un momento puntual, sino el inicio de un largo recorrido, porque el Señor nos quiere juntos, quiere que avancemos juntos como «pueblo de Dios en marcha» bajo la guía del Espíritu Santo”. «Estamos llamados a ser signo de comunión en medio de nuestra sociedad«, para ello «es necesario romper los muros que nos separan y tender puentes. Que estos trabajos del Sínodo nos enseñen a acoger a los demás, a superar las diferencias y a contemplar a nuestros hermanos con la mirada de Dios Padre. Seamos una Iglesia sinodal, como la que nos pide el papa Francisco: una Iglesia en salida, misionera, familiar, con las puertas abiertas.”

 

Descargar Homilia

 

 

El secretario general de la CEE, Mons. Luis Argüello, ha sido el encargado del acto final de envío: “ahora, somos enviados a seguir peregrinando como discípulos-misioneros por quien es Camino, Verdad y Vida y a sembrar en nuestra sociedad la novedad del Evangelio. Salgamos a los caminos “sin que nos escandalicen y desanimen las dificultades, pues la mesa de la Comunión está definitivamente puesta y la senda de la Misión está definitivamente abierta”.  “Id, amigos y hermanos. El Señor os envía como sembradores de la buena semilla del Reino. Ahondad en vuestra participación en el Misterio, para que la Comunión se afiance y ensanche y la Misión se adentre en la espesura de la historia, hasta que Él vuelva”. Con estas palabras ha concluido  la fase diocesana del Sínodo 2021-2023: “Por una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación y Misión”.

Como símbolo de “envío” se ha entregado a los participantes un pequeño saquito de semillas, elaborado por las Monjas Concepcionistas de Osuna (Sevilla).

 

Descargar Envío

 

Concluía así esta Asamblea convertida en un día festivo, de encuentro, de experiencias compartidas y con la esperanza puesta en este camino que se ha comenzado, pero que hoy no termina.

 

Más información en el siguiente enlace: https://www.conferenciaepiscopal.es/asamblea-final-del-sinodo-junio-2022/

 

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