Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2023. Día 6: » Lo que hicisteis con uno de estos mis pequeños… a mí me lo hicisteis»

DÍA 6:  Lo que hicisteis con uno de estos mis pequeños… a mí me lo hicisteis

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Lecturas

– Ez 34, 15-20: Buscaré a las ovejas perdidas y haré volver a las descarriadas; vendaré a las heridas y robusteceré a las débiles.

– Mt 25, 31-40: Os aseguro que todo lo que hayáis hecho en favor del más pequeño de mis hermanos, a mí me lo habéis hecho.

Reflexión

En el Evangelio de Mateo, se nos recuerda que no podemos separar nuestro amor a Dios del amor a los demás. Amamos a Dios cuando alimentamos al hambriento, damos de beber al sediento, acogemos al extranjero, vestimos al desnudo, cuidamos al enfermo y visitamos al encarcelado. Cuando cuidamos y servimos al «más pequeño de mis hermanos», estamos cuidando y sirviendo a Cristo mismo.

Los años 2020 y 2021 hicieron visible el inmenso sufrimiento entre los miembros de la familia de Dios. La pandemia mundial de Covid-19, junto con las disparidades económicas, educativas y ambientales, nos impactó de tal manera que se necesitarán décadas para la recuperación. Expuso el sufrimiento individual y colectivo en todo el mundo y unió a los cristianos en amor, empatía y solidaridad. Mientras tanto, en Minnesota, el asesinato de George Floyd por el oficial de policía Derek Chauvin puso de manifiesto la continua injusticia racial. El grito de Floyd de «no puedo respirar» también fue el grito de muchos que sufren bajo el peso de la pandemia y la opresión.

Dios nos llama a honrar la sacralidad y la dignidad de cada miembro de la familia de Dios. Cuidar, servir y amar a los demás no muestra quiénes son ellos, sino quiénes somos nosotros. Como cristianos, debemos estar unidos en nuestra responsabilidad de amar y cuidar a los demás, pues nosotros mismos somos cuidados y amados por Dios. Al hacerlo, compartimos nuestra fe en las obras al servicio del mundo.

Unidad cristiana

El profeta Ezequiel describe a Dios, el Señor, como un pastor que cuida del rebaño reuniendo a los que se han desviado y vendando a los heridos. La unidad es el deseo del Padre para su pueblo y él continúa congregando en esta unidad, para que todos sean un mismo rebaño por la acción del Espíritu Santo. Por la oración nos abrimos para acoger al Espíritu que restaura la unidad de todos los bautizados.

Desafío

¿Cómo son invisibles los «más pequeños» para ti o tu iglesia? ¿Cómo pueden nuestras Iglesias trabajar juntas para cuidar y servir a «los más pequeños»?

Oración

Dios de amor, te damos gracias por tu infinito cuidado y amor hacia nosotros. Ayúdanos a cantar cantos de redención. Abre nuestros corazones para recibir tu amor y extiende tu compasión sobre toda la familia humana.

Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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Fuente: conferenciaepiscopal.es

Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2023. Día 5: «Cantos de Sion en tierra extraña»

DÍA 5: Cantos de Sion en tierra extraña

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Lecturas

– Sal 137, 1-4: Quienes nos deportaron nos pedían canciones, alegría quienes nos estaban oprimiendo: «¡Cantadnos un canto de Sion!».

– Lc 23, 27-31: Mujeres de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad, más bien, por vosotras mismas y por vuestros hijos.

Reflexión

El lamento del salmista se origina en el exilio de Judá en Babilonia, sin embargo, el dolor del exilio reverbera a través del tiempo y la cultura. Tal vez el salmista lanzó este canto hacia los cielos. Probablemente cada uno de estos versículos hayan sido pronunciados entre profundos sollozos de aflicción. Quizá este poema se escribiera fruto de un encogerse de hombros mostrando la indiferencia del que se ha instalado en la injusticia y se siente impotente para llevar a cabo un cambio significativo. Independientemente de cómo se hayan pronunciado estas palabras, la angustia de este pasaje encuentra resonancia en los corazones de aquellos que son tratados como extraños en otras tierras o en sus propias tierras.

La petición del salmo viene del opresor que reclama que lo haga reír y divertirse, a costa de unos cantos que reflejan un pasado «feliz». Esa exigencia ha llegado también a todas las personas marginadas a lo largo de la historia. Ya sea en espectáculos de juglares (12), o danzas de geishas (13), o espectáculos de vaqueros e indios del Salvaje Oeste (14), los opresores a menudo han exigido que las personas oprimidas actúen felices para garantizar su propia supervivencia. Su mensaje es tan simple como cruel; tus canciones, tus ceremonias, tu identidad cultural, lo que te hace sagradamente único, solo está permitido mientras está a nuestro servicio.

En este salmo se les da voz a las generaciones oprimidas. ¿Cómo podríamos cantar el canto del Señor mientras somos extranjeros en nuestra propia tierra? No cantamos para nuestros captores, sino para alabar a Dios. Cantamos porque no estamos solos, porque Dios nunca nos ha abandonado. Cantamos porque estamos rodeados de una nube de testigos. Los antepasados y los santos nos inspiran. Nos animan a cantar canciones de esperanza, canciones de libertad, canciones de liberación, canciones de una patria donde el pueblo es restaurado.


(12) Se cree que es la primera forma original de entretenimiento popular estadounidense, los espectáculos de juglares, se originaron en la década de 1830 como una combinación de blackface, una forma de maquillaje teatral empleado principalmente por personas blancas y producciones teatrales que representan apariencias despectivas y personajes de afroamericanos. Sin embargo, en la década de 1890, los artistas afroamericanos «se ennegrecieron», cantaron, bailaron y discutieron temas provocativos como el sexo en los «espectáculos de juglares de color» mientras sentían la responsabilidad adicional de contrarrestar los estereotipos de la identidad negra como risibles, primitivos y demasiado sensuales, lo que los llevó a desarrollar una autopresentación en el escenario que equilibraba los estereotipos racistas y los comentarios políticos.
(13) En el siglo XVII, el papel de la geisha surgió en Japón como una «artista» que entretenía con danza, música, conversación y otros actos en varias ceremonias del té.
(14) Después de la Batalla de Little Bighorn de 1876, Buffalo Bill Cody fundó el Wild West Show, un concurso itinerante de todos los temas del oeste, incluida una recreación de la última resistencia del General Custard. El mayor atractivo fueron los nativos americanos que parecían domesticados en lugar de salvajes, participando en los espectáculos mientras el gobierno estadounidense todavía estaba participando en la batalla en territorio indio.

Unidad cristiana

El Evangelio de Lucas muestra que las personas, muchas de ellas mujeres, siguen a Jesús incluso mientras carga con la cruz hacia el Calvario. Este seguimiento es un discipulado fiel. Además, Jesús reconoce las situaciones difíciles y el sufrimiento que tendrán que soportar por cargar con fidelidad sus propias cruces.

Gracias al movimiento ecuménico, los cristianos de hoy pueden compartir himnos, oraciones, reflexiones y perspectivas a través de sus propias tradiciones. Los acogemos mutuamente como dones que nacen de la fe y del seguimiento que hacen tantos cristianos, en medio de grandes luchas, que pertenecen a comunidades distintas a las nuestras. Estos dones compartidos son riquezas que deben ser atesoradas y dan testimonio de la fe cristiana que compartimos.

Desafío

¿Cómo planteamos las historias de antepasados y santos que vivieron entre nosotros y han cantado canciones de fe, esperanza y liberación desde el cautiverio?

Oración

Dios de los oprimidos, abre nuestros ojos al dolor que continúa siendo infligido a nuestras hermanas y hermanos en Cristo. Que tu Espíritu nos dé el valor de cantar al unísono, y alzar nuestras voces con aquellos cuyo sufrimiento no es escuchado.

Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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Fuente: conferenciaepiscopal.es

Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2023. Día 4: «Ahí está el llanto de los oprimidos»

DÍA 4: Ahí está el llanto de los oprimidos

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Lecturas

– Ecl 4, 1-5: Volví a considerar todas las opresiones que se cometen bajo el sol. Ahí está el llanto de los oprimidos, ¡y no encuentran consuelo! La fuerza en manos de sus opresores, ¡y no encuentran consuelo!

– Mt 5, 1-8: Felices los que están tristes, porque Dios mismo los consolará.

Reflexión

«Ahí está el llanto de los oprimidos». Como se puede suponer, el escritor ha sido ya testigo de atrocidades como esta con anterioridad y con una escalofriante regularidad. Y, sin embargo, tal vez sea esta la primera vez que el escritor se ha fijado en las lágrimas de los oprimidos, se ha implicado plenamente en su dolor y en su humillación. Si bien es cierto que hay mucho que lamentar, una nueva mirada y una nueva visión supone un germen de esperanza: quizá esta vez sea la que conduzca definitivamente al cambio y marque un antes y un después.

Una joven miró y vio las lágrimas de los oprimidos. El video que grabó en su teléfono del asesinato de George Floyd en mayo de 2020 fue visto en todo el mundo y desató una ira sagrada, que llevó a la gente a presenciar y reconocer lo que los afroamericanos han vivido durante siglos: la subyugación indebida por parte de sistemas opresivos mientras tantos viandantes privilegiados en su ceguera pasaban de largo sin querer mirar. Reconocer esta dolorosa realidad ha llevado a una efusión global de compasión tanto en forma de oración como de protesta por la justicia.

La evolución de un simple mirar a un ver y comprender nos alienta a tomar parte activa en esta realidad terrena: Dios puede quitar las escamas de nuestros ojos para presenciar las cosas de maneras nueva y liberadora. A medida que esas escamas caen, el Espíritu Santo ofrece la intuición, y también la convicción para responder de una manera nueva y sin límites. Una de las acciones de las Iglesias y comunidades fue establecer una tienda de oración en la Plaza George Floyd, el lugar de su asesinato. De esta manera, estas Iglesias y comunidades se unieron para ofrecer consuelo a aquellos que lloraban y se sentían oprimidos.

Unidad cristiana

El relato de Mateo de las Bienaventuranzas comienza presentando a Jesús que mira a la multitud. En esa multitud ha debido ver a los constructores de la paz, a los pobres de espíritu, a los limpios de corazón, a hombres y mujeres que lloraban, y a los que tenían hambre de justicia. En las bienaventuranzas, Jesús no solo ve el sufrimiento de las personas, sino que también les asigna una dignidad futura: hijos de Dios y herederos del reino de los Cielos. Como cristianos estamos llamados a mirar con atención el sufrimiento sagrado en que se encuentran nuestros hermanos y hermanas en Cristo.

Desafío

¿Cómo es tu compromiso con los grupos cristianos que afrontan la opresión en tu vecindario? ¿Cómo pueden las Iglesias de tu localidad unirse para mostrar mayor solidaridad con aquellos que sufren la opresión?

Oración

Dios de justicia y bondad, quita las escamas de nuestros ojos para que podamos ver con sinceridad la opresión que nos rodea. Te lo pedimos en el nombre de Jesús que vio a las multitudes y tuvo compasión de ellas. Amén.

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Fuente: conferenciaepiscopal.es

Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2023. Día 3: «Haz justicia, ama la misericordia, camina humildemente»

DÍA 3: Haz justicia, ama la misericordia, camina humildemente

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Lecturas

– Mi 6, 6-8: Lo que el Señor exige de ti, ser mortal, tan solo respetar el derecho, practicar con amor la misericordia y caminar humildemente con tu Dios.

– Mc 10, 17-31: Maestro bueno, ¿qué he de hacer para alcanzar la vida eterna?

Reflexión

Un nosotros, no un yo. El profeta advierte al pueblo lo que significa fidelidad a la alianza con Dios: «Lo que el Señor exige de ti, tan solo respetar el derecho, practicar con amor la misericordia y caminar humildemente con tu Dios». En hebreo bíblico, la justicia y la bondad (misericordia) no son diferentes u opuestas entre sí. De hecho, están unidas en una sola palabra, mishpat. Dios nos ha mostrado lo que es bueno, pidiéndonos que practiquemos la justicia amando la bondad y caminando humildemente con tu Dios. Caminar humildemente con Dios significa caminar junto a los demás y, por lo tanto, no se trata solo de algo individual: mi caminar, mi amor.

El amor al que Dios nos invita es siempre un amor que nos reúne en comunión: un nosotros, no un yo. Esta perspectiva marca la diferencia en el modo de «practicar la justicia». Como cristianos, actuamos con justicia para manifestar la presencia del reino de Dios en el mundo y, de esta manera, invitar a otros a entrar en este espacio de la bondad del amor de Dios. En el reino de Dios todos somos amados por igual como hijos de Dios, y como Iglesia de Dios estamos llamados a amarnos unos a otros como hermanos y hermanas e invitar a otros a participar de ese amor.

Practicar la justicia, amar la bondad y caminar humildemente con nuestro Dios es una llamada para todos los cristianos a trabajar juntos dando testimonio del reino de Dios en nuestras comunidades: como un nosotros, no como un yo.

Unidad cristiana

«Caminar humildemente» fue el gran desafío del joven rico que le preguntó a Jesús qué debía hacer para heredar la vida eterna. Había obedecido todos los mandamientos desde su juventud, pero no podía dar el paso para unirse a los discípulos de Jesús debido a su riqueza; estaba en deuda con sus posesiones. Qué difícil es para los cristianos soltar aquello que consideramos nuestras riquezas, que nos alejan de una riqueza mayor, la de unirnos a los discípulos de Jesús en la unidad de los cristianos.

Desafío

¿Cómo pueden nuestras Iglesias responder mejor a las necesidades de nuestros prójimos más vulnerables? ¿Cómo podemos hacer para que cada voz sea respetada en nuestras comunidades?

Oración

Dios de amor y misericordia, Ensancha nuestra mirada para que podamos comprender la misión a la que estamos llamados junto a nuestros hermanos y hermanas cristianas, de manera que mostremos la justicia y la bondad misericordiosa de tu reino. Ayúdanos a acoger a nuestros prójimos como tu Hijo nos acogió. Ayúdanos a ser más generosos al dar testimonio de la gracia que nos has concedido por tu liberalidad. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

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Fuente: conferenciaepiscopal.es

Semana de oración por la Unidad de los cristianos 2023. Día 2: «Cuando se hace justicia»

DÍA 2: Cuando se hace justicia…

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Lecturas

– Prov 21, 13-15Cuando se cumple el derecho, el justo se alegra y los malhechores se echan a temblar.
– Mt 23, 23-25: No se preocupan de lo más importante de la ley, que es la
justicia, la misericordia y la fe.

Reflexión

Desde el principio, el libro de Proverbios se propone dar a conocer la sabiduría y la educación en «justicia, derecho y honradez» (1, 3). A través de sus oráculos de sabiduría, la llamada a actuar con justicia y a buscar la justicia es un estribillo constante que todos comparten y afirman rigurosamente, siendo más agradable a Dios que cualquier sacrificio. En una sola frase, que es una perla de sabiduría, el orador testifica que los justos se regocijan cuando se hace justicia. Pero la justicia molesta a quienes practican la iniquidad. Los cristianos, allende sus separaciones, deben estar unidos en alegría cuando se hace justicia, y han de estar preparados cuando la práctica de la justicia conlleve la oposición de los demás. Cuando hacemos lo que el Señor nos pide y nos atrevemos a buscar la justicia, podemos encontrarnos insertos en un torbellino de resistencia y oposición a cualquier intento de hacer las cosas bien en favor de los más vulnerables que se encuentran entre nosotros.

Aquellos que se benefician de los sistemas y estructuras respaldadas por la idea de la supremacía de los blancos y otras ideologías como el sistema de castas o el «patriarcado», pondrán impedimentos a la justicia, incluso ejerciendo la violencia. Pero buscar la justicia es golpear el corazón de los poderosos, abriendo espacio para la recta y estable sabiduría de Dios en un mundo que se muestra con frecuencia impasible ante el sufrimiento. Aun así, hay alegría cuando se actúa con justicia. Hay gozo cuando se afirma que «la vida de los negros importa» y se persigue que se haga justicia con aquellos que son oprimidos, sometidos y explotados, que son los preferidos de Dios.

Hay alegría en la búsqueda de la reconciliación con otros cristianos, pues de esa manera podemos servir mejor a la proclamación del reino. Dejemos que esa alegría se manifieste a través de nuestras experiencias compartidas de la presencia de Dios en comunidad, en aquellos espacios conocidos y desconocidos donde descubrimos a Dios caminando con nosotros hacia la salvación, la reconciliación y la unidad en Cristo.

Unidad cristiana

Los líderes religiosos a los que Jesús se dirige en el pasaje del Evangelio se han acostumbrado y se han acomodado a las injusticias del mundo. Se sienten a gusto cumpliendo los preceptos religiosos del diezmo de la menta, el eneldo y el comino, pero descuidan las exigencias más importantes y más desestabilizadoras de la justicia, la misericordia y la fidelidad. Del mismo modo, los cristianos nos hemos acostumbrado y acomodado a las divisiones que se dan entre nosotros. Somos fieles, en gran parte, a la observancia de los preceptos religiosos, pero descuidamos el desafiante deseo del Señor de que todos sus discípulos sean uno.

Desafío

¿Cómo pueden las congregaciones locales apoyarse mutuamente para resistir la oposición que puede derivarse de obrar con justicia?

Oración

Dios, tú eres la fuente de nuestra sabiduría. Te pedimos sabiduría y coraje para obrar con justicia y para enderezar aquello que está errado en nuestro mundo; te pedimos sabiduría y coraje para crecer en la unidad de tu Hijo, Jesucristo, que contigo y el Espíritu Santo, reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

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Fuente: conferenciaepiscopal.es

Semana de oración por la Unidad de los cristianos 2023. Día 1: «Aprended a hacer el bien»

 

La Iglesia celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos del 18 al 25 de enero de 2023 este año con el lema, «Haz el bien; busca la justicia» (cf. Is 1,17).

 

 

Además de los materiales que el Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos y la Comisión fe y constitución del Consejo Ecuménico de Iglesias elaboran conjuntamente para ayudar a la reflexión y para preparar las celebraciones del Octavario, desde la Conferencia Episcopal Española nos proponen una serie de reflexiones bíblicas y oraciones para cada día del octavario

 

DÍA 1: Aprended a hacer el bien

 

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1.- Lecturas

  • Is 1, 12-18: Aprended a hacer el bien, tomad decisiones justas, restableced al oprimido, haced justicia al huérfano, defended la causa de la viuda.
  • Lc 10, 25-36: Le preguntó a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?».

2.- Reflexión

Según Isaías, Dios quiere que Judá no solo practique la justicia, sino que abrace el principio de hacer siempre el bien. Dios quiere que no solo cuidemos a los huérfanos y las viudas, sino que obremos con justicia y busquemos el bien para ellos y para cualquier persona marginada por la sociedad. La palabra hebrea para bien es yaw-tab’ y significa estar contento, alegre, ser agradable, hacer el bien, hacer algo hermoso.

Ser cristiano significa ser discípulo. Todos los cristianos están bajo la Palabra de Dios, aprendiendo juntos lo que es hacer el bien, y quiénes son los necesitados de solidaridad. A medida que la sociedad se vuelve más indiferente ante las necesidades de los demás, nosotros, como hijos de Dios, debemos aprender a hacer nuestra la causa de nuestros hermanos y hermanas oprimidos diciendo la verdad a los poderosos y, si es necesario, defendiéndolos para que puedan vivir en paz y con justicia. ¡Haciendo esto siempre actuamos con justicia!

Nuestro empeño en erradicar el pecado del racismo para poder ser sanados requiere de nosotros que estemos preparados y dispuestos para entrar en relación con nuestras hermanas y hermanos cristianos.

3.- Unidad cristiana

Un doctor de la ley le preguntó a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?». La respuesta de Jesús exige de nosotros que miremos por encima de las divisiones por motivos religiosos, tribales o nacionalistas para poder reconocer a nuestro prójimo necesitado. Los cristianos también deben ver más allá de estas divisiones que existen dentro de la familia cristiana para reconocer y amar a nuestros hermanos y hermanas en Cristo.

4.- Desafío

¿Quiénes son los marginados u oprimidos en tu sociedad? ¿Cómo podrían las Iglesias caminar juntas con estos hermanos y hermanas, responder a sus necesidades y hablar en su nombre?

5.- Oración

Señor, llamaste a tu pueblo de la esclavitud a la libertad, danos fuerza y coraje para salir al encuentro de aquellos que están necesitados de justicia. Permítenos ver esta necesidad y proporcionar ayuda, y, a través de tu Espíritu Santo, reúnenos en el único redil de Jesucristo, nuestro pastor.
Amén.

 

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Fuente: conferenciaepiscopal.es

 

La Iglesia celebra el 22 de enero el Domingo de la Palabra

 

El tercer domingo del tiempo ordinario, este año el 22 de enero, la Iglesia celebra el Domingo de la Palabra de Dios. Una Jornada que instituyó el papa Francisco el 30 de septiembre de 2019, con la firma de la Carta apostólica en forma de «Motu proprio» Aperuit illiscon el fin de dedicar un domingo completamente a la Palabra de Dios. 

La Conferencia Episcopal Española se une cada año a la celebración de este Día y anima a su celebración con la publicación de los materiales que elabora el área de Pastoral bíblica de la Comisión para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado. Este año, además, se aporta una novedad: en el marco de esta celebración y teniendo en cuenta que el 27 de enero es la fiesta de san Enrique de Ossó, patrón de los catequistas de España, se propone dedicar estos días a concienciar sobre la responsabilidad que tiene la comunidad parroquial en la catequesis. Así, este año, a los materiales para el Domingo de la Palabra de Dios, se suman otros documentos para difundir la figura de san Enrique de Ossó y la importancia de los catequistas en la vida de la Iglesia.

Descargar los materiales
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Un domingo para que repercuta en todo el año

El obispo responsable del área de Pastoral bíblica, Mons. Julián Ruiz Martorell, firma la presentación del Domingo de la Palabra de Dios. El prelado recuerda en su escrito que el Papa instituyó este Domingo para que repercuta en todo el año: «El día dedicado a la Biblia no ha de ser “una vez al año”, sino una vez para todo el año, porque nos urge la necesidad de tener familiaridad e intimidad con la Sagrada Escritura y con el Resucitado, que no cesa de partir la Palabra y el pan en la comunidad de los creyentes. Para esto necesitamos entablar un constante trato de familiaridad con la Sagrada Escritura, si no el corazón queda frío y los ojos permanecen cerrados, afectados como estamos por innumerables formas de ceguera «.

También destaca el deseo del Santo Padre para que este Domingo «haga crecer en el pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura, como el autor sagrado lo enseñaba ya en tiempos antiguos: esta Palabra “está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que la cumplas”.

¿Cómo leer la Palabra de Dios? Método de la lectio divina

La lectio divina es una antigua práctica que enseña a leer, meditar y vivir un texto de la Palabra de Dios por medio de un método muy sencillo que consiste en seguir varios pasos. Entre los materiales que se han editado este año se proponen tres esquemas de lectio divina: La primera para niños, tomando como base el salmo responsorial; la segunda para jóvenes, a partir del texto de la primera Carta a los Corintios; y la tercera para adultos, desde el texto del evangelio.

Con estos esquemas, se podrá seguir el proceso de la lectio divina. Como paso previo, se hace la señal la cruz, y tras un momento de silencio, la Oración de preparación.

Empezamos: guía paso a paso

  1. Lectura de la Palabra de Dios: ¿qué dice el texto? Leemos el texto las veces que sea necesario hasta que comprendamos bien lo que en él se dice. Hay que hacer una lectura pausada. Este momento es de suma importancia. Es necesaria la comprensión de lo que la Palabra narra.
  2. ¿Qué me dice Dios con este texto? Tras otra lectura nos detenemos a preguntarnos lo que el Señor nos ha dicho por medio del texto. Es el momento de la profundización de la Palabra de Dios para acogerla en nuestro interior. Dios cuando inspiró al autor quiso hablar a los hombres. Intentamos descubrir el mensaje divino contenido en el texto: ¿qué me dice el Señor?, ¿qué mensaje particular me quiere Dios hacer llegar? Tomamos el tiempo necesario para descubrirlo. Lo hacemos con serenidad y paz.
  3. Ora. Habla con Dios sobre lo que te ha comunicado. Dialoga con el Señor sobre lo que has descubierto en este texto. Puedes, si es necesario y lo quieres expresar, darle gracias, pedir perdón, alabarle, adorarle, hacerle alguna petición… dile todo lo que esté en tu corazón. Cuéntaselo con sinceridad.
  4. Contemplación: queda unos instantes en silencio en la presencia de Dios. No digas nada. Solamente pon tu pensamiento y tus afectos en el Señor.
  5. Acción: es el momento de concretar lo que el Señor quiere que vivas de lo que te ha dicho. No hay que ponerse muchos propósitos. Intenta concretar y decide realizar una acción o a lo sumo dos. Ve cómo la(s) puedes poner en práctica en tu vida real y concreta.
  6. Terminamos con una oración final de acción de gracias: da gracias al Señor por esta lectio divina que has vivido.

Divulgar la Palabra de Dios y valor ecuménico

El papa Francisco instituía esta Jornada el 30 de septiembre de 2019 con la firma de la Carta apostólica en forma de «Motu proprio» Aperuit illis.

El Pontífice propone este Domingo dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios:

  • Para comprender la riqueza que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo.
  • Para que la Iglesia reviva el gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable.
  • Para que nunca falte la relación decisiva con la Palabra viva que el Señor nunca se cansa de dirigir a su Esposa, para que pueda crecer en el amor y en el testimonio de fe.

Además, la celebración se ha hecho coincidir con la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Un tiempo «en el que estamos invitados a fortalecer los lazos con los judíos y a rezar por la unidad de los cristianos. No se trata de una mera coincidencia temporal: celebrar el Domingo de la Palabra de Dios expresa un valor ecuménico, porque la Sagrada Escritura indica a los que se ponen en actitud de escucha el camino a seguir para llegar a una auténtica y sólida unidad».

 

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Fuente: conferenciaepiscopal.es

El Papa en el Ángelus: «Libertad de los apegos, cultivar la virtud de hacernos a un lado»

 

El Santo Padre en el Ángelus de este domingo 15 de enero nos explica la importancia de dejar de lado los apegos, cultivar la virtud del hacernos a un lado en el momento oportuno, testimoniando que el punto de referencia de la vida es Jesús.

 

El Papa Francisco este domingo, previo al Ángelus, ha reflexionado sobre el Evangelio correspondiente a ese día que recoge el testimonio de Juan el Bautista sobre Jesús después de haberlo bautizado en el río Jordán. Al respecto reflexionó sobre la importancia de ser libres de los apegos, de cultivar la virtud de hacerse a un lado.

Nos cuestionó si somos capaces de hacer sitio a los demás, de  escucharlos, de dejarlos libres, de no atarlos a nosotros pretendiendo gratitud. Francisco nos preguntó si somos capaces de atraer a los demás hacia Jesús o hacia nosotros mismos. Y siguiendo  el ejemplo de Juan, nos preguntó si sabemos  alegrarnos de que las personas emprendan su propio camino y sigan su llamada, incluso si eso implica un poco de desapego respecto a nosotros, si nos alegramos de sus logros, ¿con sinceridad y sin envidia?

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Juan el Bautista

Juan el Bautista hablando de Jesús dice: «A Él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo» (vv. 29-30). Al respecto, Francisco, hablando de Juan el Bautista, explicó que esta declaración revela el espíritu de servicio de Juan. Él fue enviado a preparar el camino al Mesías, y lo hizo sin ahorrar esfuerzos, dijo el Papa.

 

“Humanamente, se podría pensar que le será entregado un “premio”, un puesto relevante en la vida pública de Jesús. En cambio, no. Una vez cumplida su misión, Juan sabe hacerse a un lado, se retira de la escena para dejar el sitio a Jesús. Ha visto al Espíritu descender sobre Él (cfr. vv.33-34), lo ha señalado como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y ahora se dispone a escucharlo humildemente”.

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El signo del verdadero educador

Juan el Bautista, afirmó el Papa, predicó y reunió discípulos, los formó, y, sin embargo, señaló Francisco, no ata a nadie a sí. Este es el signo del verdadero educador remarcó, no atar a las personas a uno mismo.

 

“Juan pone a sus discípulos sobre las huellas de Jesús. No está interesado a tener seguidores, a obtener prestigio y éxito, sino que presenta su testimonio y luego da un paso atrás para que muchos tengan la alegría de encontrar a Jesús.

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La libertad respecto a los apegos

Con este espíritu de servicio, con su capacidad de dejar sitio, Juan el Bautista nos enseña una cosa importante, enfatizó Francisco: la libertad respecto a los apegos. Sí, porque es fácil apegarse a roles y posiciones, a la necesidad de ser estimados, reconocidos y premiados.

Sin embargo, para el Santo Padre, este apego, aunque si es natural, no es bueno, porque como dijo el Papa, el servicio implica la gratuidad, el cuidar de los demás sin ventajas para uno mismo, sin segundos fines.

 

“Nos hará bien cultivar, como Juan, la virtud del hacernos a un lado en el momento oportuno, testimoniando que el punto de referencia de la vida es Jesús”.

«Hacerse a un lado, aprender a despedirse: he cumplido esta misión, he tenido este encuentro, me hago a un lado y dejo lugar al Señor. Aprender a hacerse a un lado, a no tomar algo como una recompensa para nosotros».

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Crecer en espíritu de servicio 

Libertad de los apegos, esto dijo el Papa es importante, para un sacerdote “que está llamado a predicar y celebrar no por afán de protagonismo o por interés, sino para acompañar a los demás hacia Jesús”. O en los padres de familia, que educan a sus hijos con sacrificios y luego los dejan libres para que sigan su propio camino en la vida. Al respecto, el Pontífice dijo que es justo que “los padres sigan asegurando su presencia diciendo a los hijos: «no los dejamos solos»; pero con discreción, sin intromisión”.

Liberarse de los apegos y hacerse a un lado cuesta recordó Francisco, pero es importante hacerlo siempre, en todo momento, en la amistad, en la vida de pareja, en la vida comunitaria: es el paso decisivo para crecer en el espíritu de servicio.

 

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Fuente: vaticanews.va

Jornada de Infancia Misionera: «Uno para todos, todos para Él»

 

El domingo 15 de enero los niños españoles tienen una cita con la Jornada de Infancia Misionera -“el Domund de los niños”-, para ayudar a los misioneros en su trabajo con la infancia. Esta Jornada lleva este año por lema: «UNO PARA TODOS Y TODOS PARA ÉL» 

Esta Jornada es promovida por las Obra Misionales Pontificias. A través de ella, el Santo Padre implica a los niños del mundo para ayudar a otros pequeños como ellos en las misiones. Y cuenta también con adultos comprometidos, para que los misioneros sigan proporcionando educación, salud y formación cristiana a más de 4 millones de niños en 120 países, especialmente a los que no tienen lo necesario para vivir o no conocen a Dios. Somos misioneros, y nosotros vamos a ayudarles con nuestra oración y nuestro dinero.

 

“A los débiles, especialmente a los niños, debemos darles lo mejor que tenemos”
(Papa Francisco)

 

Este año, la Obra Pontificia de la Santa Infancia o de la Infancia Misionera, que lo mismo es, quiere que pongamos nuestro pensamiento en la comuniónen la unidad de todos los que creemos en Cristo. Ya lo dijo el Santo Padre Benedicto XVI la última vez que estuvo en España, para la JMJ de 2011: “Permitidme que os recuerde que seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario (Homilía, 21-8-2011)…

Los niños en la Infancia Misionera deben disfrutar de esta experiencia de Iglesia. Experiencia de compartir, pero no solo los bienes materiales: también la fe, la alegría de saberse querido. La experiencia de saberse útiles, necesarios para los demás, ayudando a llevar la cruz, la dificultad, el peso del día a día a quienes, como nosotros, tienen deseos de ir al cielo.

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MATERIALES propios de esta Jornada.

Tríptico
Guión de Formación
Guión Litúrgico
Revista Iluminare
Cartel Jornada
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(Fuente: https://omp.es/infancia-misionera/)

Carta Pastoral de D. Julián en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos: “Recemos por la Unidad a Dios”

 

Del 18 al 25 de enero tiene lugar en todas las Iglesias y confesiones cristianas la Semana de Oración por la Unidad de todos los Cristianos. Se trata de una respuesta a una invitación que se repite desde el concilio Vaticano II y que llega a través del Magisterio de los distintos santos Pontífices que han gobernado la Iglesia.

Con tal motivo el arzobispo de Santiago D. Julián Barrio ha publicado esta Carta Pastoral dirigida a todos sus diocesanos:

 

“Haz el bien; busca la justicia” (Is 1,17)

Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 18 a 25 de enero de 2023

 

Queridos diocesanos:

Concluido un dúplice año santo, tiempo de conversión y de caminar hacia Cristo, se nos invita a crecer en la justicia y el bien con una frase que nos pide los frutos de la conversión y la gracia jubilar recibidas. Desde el Dicasterio por la Promoción de la Unidad de los Cristianos y  el  Consejo Mundial de Iglesias, un año más se nos motiva a unirnos en la oración por el don de la Unidad, por la que repetidamente pide Nuestro Señor entre la Cruz y en la Pascua, según el discurso de despedida del Evangelio de Juan. Esa unidad es expresión de la llamada de Dios a la fe en comunidad, como recuerda Pablo, a los Efesios. Precisamente es la fiesta del Apóstol de las Gentes, Pablo, la que nos hace mirar a todos los cristianos no a nosotros mismos, causa de nuestro egoísmo y división, sino hacia Cristo, unidos. La mirada pura del corazón es la mirada en oración compartiendo la caridad fraterna: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”.

“El Concilio Vaticano II enseñó que “este santo propósito de reconciliar a todos los cristianos en la unidad de la única Iglesia de Jesucristo excede las fuerzas y la capacidad humana” (UR 24). Al orar por la unidad reconocemos que esta es un don del Espíritu Santo y que no podemos alcanzarla con nuestras propias fuerzas. La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos se celebra cada año del 18 al 25 de enero. “El recentísimo Vademecum ecuménico vaticano nos recuerda que no es una devoción privada sino oración de toda la Iglesia. Esta invitación a la oración por la unidad y a unirnos en la oración se repite desde el Concilio Vaticano II y llega a nosotros en el Magisterio de los distintos santos Pontífices que han gobernado la barca de la Iglesia en las tormentas del cambio de siglo. También el ecumenismo ha sufrido el rechazo de aquellos que, ante la tempestad, como los apóstoles, temen naufragar y prefieren la comodidad del antiguo puerto seguro a responder confiadamente al arriesgado “duc in altum“, “rema mar adentro”. Son aquellos que vacilan a echarse al agua como Pedro, que tan sólo sigue confiado los pasos de Cristo, aunque sea sobre el agua, aunque no haya camino preparado”1.

El miedo al ecumenismo nos lleva a ver en él una especie de deformación según los tiempos, tentación que nos bloquea a corregirnos y renovar nuestra fe como venimos de hacer todo un Año Santo. “Ante todo, el ecumenismo no consiste en una solución de compromiso, como si la unidad tuviera que lograrse a expensas de la verdad. Al contrario, la búsqueda de la unidad nos lleva a una valoración más plena de la verdad revelada por Dios” (UR 11)2. Estas palabras recogen una intuición que de forma clarividente exponía el entonces Joseph cardenal Ratzinger: “No es el consenso el que funda la verdad, sino la verdad el consenso… La unanimidad no es el fundamento del carácter vinculante de algo, sino el signo de la verdad que se manifiesta”3.

Pero precisamente es esa búsqueda de Dios y de la Verdad la que debe movernos siempre de tal manera que no nos conformemos con un ídolo, con una apariencia formal externa, acorde a nuestros gustos, sino que luchemos por acercarnos a Dios a través de su Palabra, su Imagen, su Hijo, para dejar restablecer en nosotros su semejanza. “Distinguir las separaciones meramente humanas de las divisiones realmente teológicas. Precisamente las separaciones meramente humanas gustan de darse la importancia de lo esencial; se esconden, por así decir, detrás de lo esencial… La tácita divinización de lo propio, que es la permanente tentación del hombre, se extiende… El ecumenismo exigía y exige el intento de liberarse de tales, con frecuencia, sutiles falsificaciones… Debería despertarse una tolerancia para lo otro que no esté basada en la indiferencia ante la verdad, sino en la distinción entre verdad y mera tradición humana”4.

Esta actitud humilde interior y de búsqueda sin duda nos llevará igualmente a profundizar en la fe desde el respeto a quienes la viven, auténticamente en conciencia, de formas tan diversas, sin relativizar ni consensuar la fe, pero sí respetándonos en el amor. “El mandato del amor purificará a ojos vistas también nuestra fe y nos ayudará a distinguir lo esencial de lo que no lo es”5.

El amor es la virtud que mejor expresa la autenticidad teológica y espiritual de la conversión, de la fe que siempre busca crecer y renovar al individuo y a la Iglesia. Por eso desde el amor, el compromiso por la justicia no es simple altruismo o valores humanos, sino conversión de fe, que además nos lleva de la mano a todos los discípulos de Cristo. Como nos recuerda el Santo Padre el papa Francisco “mientras nos encontramos todavía en camino hacia la plena comunión, tenemos ya el deber de dar testimonio común del amor de Dios a su pueblo colaborando en nuestro servicio a la humanidad”6. Las dos últimas encíclicas del papa Francisco Laudato Si’ Fratelli Tutti son expresión de cómo la conversión y reforma de la Iglesia, en cuanto nos reconducen al centro que es Cristo, nos llevan a la Unidad que Él ha querido para sus discípulos a quienes nos llama amigos. Con ambas encíclicas el Papa quiere llegar también a los cristianos no católico-romanos como signo de unidad. También nos muestran que, junto con la oración y el ecumenismo espiritual, el ecumenismo de la caridad, del compromiso y de la justicia nos llevan de la mano en cuanto que no son sólo un camino humano, sino hacia Dios y desde Dios, en la fe que actúa en el amor. No son pocas las pequeñas acciones cotidianas de nuestros fieles, parroquias y movimientos que lo están demostrando a diario sin buscar protagonismos.

Recemos por la Unidad a Dios, cuyo Espíritu es el único que la puede construir entre nosotros. Pero luchemos contra las tentaciones egoístas que nos llevan a mirarnos a nosotros mismos sin humildad, dejando de mirar a Cristo mismo. Superemos la tentación derrotista que nos hace abandonar la lucha porque no alcanzamos resultados humanos, como si no fuese toda nuestra vida cristiana un sembrar una semilla que no es humana ni crece por acción humana. No olvidemos que el don de Dios siempre es más grande que nosotros, y se reparte entre muchos, para compartirlo y entregarlo, pero también recibirlo de los demás.

Os saluda con afecto y bendice en el Señor.

 

+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.

 

1 Pontificio Consejo [hoy Dicasterio] para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, El obispo y la unidad de los cristianos. Vademécum Ecuménico, Ciudad del Vaticano 2020, nº 18.

2Id. nº 11.

3Joseph Ratzinger, “Sobre la situación del ecumenismo” (1997), en Obras completas VIII/2 Iglesia Signo entre los Pueblos, Madrid 2010, pp. 710-711.

4Id. pp. 708-709.

5Id. p. 715.

6Francisco papa, Encíclica Fratelli Tutti, Ciudad del Vaticano, 2020, nº 280.

 

 

Fuente: archiucompostela.es