La Iglesia Diocesana de Santiago, en comunión con la Iglesia Universal, reza por Benedicto XVI

 

Foto de archivo: El papa Francisco con Benedicto XVI L’OSSERVATORE ROMANO

 

 

Esta fue la petición del Papa Francisco al final de la audiencia general que tuvo lugar este miércoles, 28 de diciembre, al dirigirse en sus saludos a los asistentes en el Aula Pablo VI del Vaticano. Las palabras del Papa dejan entrever el delicado estado de salud de su predecesor.

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Una vida dedicada a la oración, la música, el estudio y la lectura

Recordamos que, el pasado 16 de abril, Joseph Ratzinger cumplió 95 años y algunos meses después de su dimisión en febrero de 2013, se trasladó al monasterio Mater Ecclesiae, en los Jardines Vaticanos, donde vive actualmente. En todo este periodo es asistido por las consagradas de la Asociación Memores Domini y su secretario personal, monseñor Georg Gänswein, que a lo largo de los años siempre ha hablado de una vida dedicada a la oración, la música, el estudio y la lectura.

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Cercanía y cortesía con Benedicto XVI

En numerosas ocasiones, el Papa Francisco ha hablado del vínculo con su predecesor, al que llamó «padre» y «hermano» en el Ángelus del 29 de junio de 2021, con ocasión del 70 aniversario de ordenación sacerdotal de Ratzinger. Asimismo, desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco ha iniciado la «tradición» de encontrarse con el Papa emérito, empezando por la primera visita histórica del Papa recién elegido, que llegó en helicóptero a la residencia de Castel Gandolfo, donde Benedicto permaneció unas semanas antes de trasladarse al monasterio Mater Ecclasiae en el Vaticano. En vísperas de las vacaciones de Navidad o Pascua, o con ocasión de los consistorios con los nuevos cardenales, el Papa Francisco nunca ha querido perderse el gesto de cercanía y cortesía de acudir al monasterio vaticano para saludarlo y expresarle sus mejores deseos.

 

 

 

 

 

 

Próximas celebraciones de Navidad en la Catedral de Santiago

 

 

Jueves 29 de diciembre: FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA.

-19:30 h. el Sr. Arzobispo convoca a las familias de la Diócesis a celebrar la Santa Misa por el Jubileo de las familias.

 

Viernes 30 de diciembre: FIESTA DE LA TRASLACIÓN DEL APÓSTOL SANTIAGO.

-11:40 h. Procesión solemne y Misa Estacional. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Julián Barrio Barrio, con la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago el Mayor, por parte del Excmo. Sr. Delegado Regio. Funcionamiento del Botafumeiro. Capilla Musical.

-16:30 h. PEREGRINACIÓN DIOCESANA y VIGILIA DE ORACIÓN con motivo de la clausura del Año Santo Compostelano.

 

Sábado 31 de diciembre: CIERRE SOLEMNE DE LA PUERTA SANTA y MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS con motivo de la clausura del Año Santo Compostelano.

-16:30 h. Acto de cierre de la Puerta Santa y Santa Misa.

 

Domingo 1 de enero: SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS. JORNADA MUNDIAL POR LA PAZ.

-12:00 h. Misa Estacional. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Julián Barrio Barrio.

 

Viernes 6 de enero: SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR.

-11:40 h. Procesión solemne y Misa Estacional. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Julián Barrio Barrio. Funcionamiento del Botafumeiro. Acompañamiento musical por parte de la Escolanía.

 

Fuente: pastoralsantiago.org

Carta Pastoral de nuestro arzobispo D. Julián con motivo de la clausura del Año Santo Compostelano

 

“¡Damos gracias a Dios al clausurar este Año Santo Compostelano, que nos invita a mirar, por una parte, con gratitud el pasado, pero que nos abre con tanta esperanza al futuro!”

 

Así iniciaba el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, la carta pastoral con motivo de la clausura del Año Santo Compostelano: “LA ALEGRÍA DE LA CONVERSIÓN: FRUTO DEL AÑO SANTO 2021-22”

El prelado compostelano indica que este tiempo Jubilar “ha estado marcado durante la primera parte por la incertidumbre de la pandemia y en la segunda por una multitud extraordinaria de peregrinos que han venido en peregrinación hasta la tumba del Apóstol. La Iglesia en Santiago agradece a todos el mantener viva la tradición de peregrinar a Santiago y el querer compartir con nosotros la celebración de este Año Santo que está llegando a su fin”.

El arzobispo también afirma que el Año Santo ha sido “una experiencia de gracia del que esperamos para nuestra Iglesia diocesana, y para toda la Iglesia en Galicia, España y el mundo, frutos abundantes de renovación personal y comunitaria que nos ayude a ejercer la fraternidad, avivar la esperanza, trabajar por la justicia e impulsarnos a llevar a todos la alegría del Evangelio de Jesucristo”.

Mons. Barrio destaca, por su importancia para el presente y el futuro de la Iglesia, la Peregrinación Europea Jóvenes que se desarrolló del 3 al 7 de agosto: “Fueron días inolvidables por la honda alegría, a veces desbordante, por el clima sereno de oración compartida, de catequesis y celebraciones litúrgicas marcadas por el encuentro con el Señor”. Y añade que “durante estos dos años jubilares también muchas personas han acudido como visitantes y han regresado como peregrinos al haber sentido que su corazón había sido tocado por Dios. Y es que la vida se transforma cuando dejamos que Dios entre en ella”.

En la segunda parte de la Carta Pastoral, “Nuestra memoria agradecida. A los cuarenta años del Discurso Europeísta de San Juan Pablo II”, el arzobispo afirma que el Año Santo ha sido un “Año de gracia de Dios a quien agradecemos todos los dones que hemos recibido a lo largo de estos dos años. La gracia que se nos ha dado es esperanza en medio de nuestras incertidumbres y es caridad como testimonio de nuestra vida cristiana que nos animan a vivir con espíritu de peregrinos en la vocación a la que hemos sido llamados y en las circunstancias de nuestra vida”.

Mons. Barrio agradece al Papa Francisco, por la prórroga de este Año Santo: “Le agradecemos además que nos esté marcando este rumbo renovado en la Iglesia y en especial por esa mirada a los más frágiles, a los más pobres. Desde aquí le mostramos nuestra comunión afectuosa, que se hace oración por todas sus intenciones. Nuestro agradecimiento también para todos los que de un modo u otro han participado durante estos dos años en la organización del Año Jubilar Compostelano y en todas las celebraciones”.

En este contexto, el arzobispo recuerda también con gratitud el memorable discurso que con sentido profético pronunciaba san Juan Pablo II en la Catedral compostelana hace cuarenta años: “Llegó como maestro y como testigo, para confirmarnos en la fe y alentarnos en una nueva evangelización, tan necesaria entonces como lo es hoy para el mundo”.

En la tercera parte de la Carta, mons. Barrio invita a vivir el presente con pasión evangelizadora: “Las celebraciones de los Años Santos Compostelanos buscan favorecer la realización integral de la persona y son una llamada constante a la conversión que nos ayuda a renovarnos espiritualmente, recordando los contenidos de nuestra fe y acogiendo la salvación para ser evangelizadores en medio de la indiferencia religiosa, incertidumbre moral y pérdida del sentido transcendente”. En este contexto, el prelado compostelano hace referencia a la crisis económica y moral, la crisis de fe, desafío para la Iglesia y al Camino de Santiago, como camino de fe: “La peregrinación cristiana se caracteriza por una expectativa que nace de una nostalgia de infinito, de trascendencia, que tarde o temprano -consciente o inconscientemente- emergerá. Pues la razón más profunda de la peregrinación es la conversión al Dios vivo a través del encuentro consigo mismo”.

La cuarta y última parte de la Carta el arzobispo recuerda el sufrimiento de las numerosas víctimas de la pandemia, así como del sentimiento generalizado de miedo y desconfianza: “Muchas personas han experimentado la pérdida de familiares y amigos por causa del virus y han traído su memoria ante el Apóstol Santiago”.

Y añade: “como nunca antes hemos percibido que pertenecemos a una gran familia espiritual, la Iglesia, donde hemos sentido la cercanía y la solidaridad a través de la oración y la ayuda mutua. Juntos nos hemos dado cuenta de la maravillosa realidad teológica de la comunión santos. Esa experiencia de fraternidad, vivida tendría que empujarnos a superar cualquier rastro de individualismo egoísta y acrecentar nuestra caridad y actitud de servicio a los demás, especialmente a los más pobres y vulnerables. A pesar de todos los sufrimientos y dificultades vividas, una vez más se ha puesto de manifiesto que, incluso en tiempos de oscuridad, Dios siempre nos da la fortaleza de su gracia y sale a nuestro encuentro con su amor providente”.

Termina mons. Julián Barrio recordando el objetivo de este Año Santo Compostelano expresado en su carta pastoral de convocatoria fue “Sal de tu tierra. El Apóstol Santiago te espera. Poneos en camino”. En este sentido invita a mirar con esperanza al futuro: “la peregrinación es un viaje que se realiza movidos por la fe y la esperanza, y en el que no sólo es importante el destino al que se llega, sino la experiencia de peregrinar en sí misma, que no hacemos solos, sino con los otros, compañeros de ruta, peregrinos como nosotros. Los esfuerzos y sacrificios de la peregrinación, las relaciones fraternas entre los peregrinos y quienes los acogen, provocan la lectura de un significado que enmudece la cultura pragmática y la realidad de lo inmediato en la que vivimos. En ese viaje aprendemos a “caminar juntos”. Esta experiencia exige dejar de lado las actitudes individualistas y abrirnos al conocimiento de los que caminan conmigo. Y al mismo tiempo compartir y valorar la riqueza que los compañeros de camino me aportan”.

 

 

Fuente: pastoralsantiago.org

30 Diciembre. Clausura del Año Santo 21-22: VIGILIA DE ORACIÓN

Con motivo de la Clausura del Año Santo 21-22, el arzobispo de Santiago de Compostela, mons. Julián Barrio, nos convoca a una Vigilia Oración en Santiago de Compostela para que todos los que fieles cristianos de la Iglesia agradezcamos los dones recibidos, que en este “Año Santo han contribuido a la edificación espiritual de muchas personas animadas a vivir su compromiso cristiano en las comunidades parroquiales y diocesanas, calzadas con las sandalias de la esperanza”.

 

Carta del arzobispo D. Julián Barrio

 

El acto tendrá lugar el viernes 30 de diciembre por la tarde en Santiago

  • Se inicia con una peregrinación desde la Alameda compostelana a las 16,30 h
  • La peregrinación discurrirá por la Rúa del Villar para encaminarse hacia la Catedral y entrar por la Puerta Santa
  • A continuación, sobre las 17 h, tendrá lugar una Vigilia de Oración en la catedral presidida por el Sr Arzobispo que duraría aproximadamente una hora

 

CARTEL:

 

 

Noticia extraída de: pastoralsantiago.org

29 Diciembre. Jornada de la Sagrada Familia. Diócesis de Santiago de Compostela

 

Nuestro arzobispo Don Julián, como todos los años convoca a todas las familias de la diócesis el día 29 de diciembre  para celebrar la Jornada de la Sagrada Familia, bajo el lema “La familia, cuna de la vocación al amor.

El marco de esta celebración es muy significativo, porque se da en las vísperas de la clausura del Año Jubilar Compostelano y el cierre de la puerta santa. Por esta última, muchas familias han cruzado para encontrar cobijo de Dios y acogida del apóstol Santiago.

Con tal motivo, y como es tradición, D. Julián presidirá la Eucaristía en la Catedral de Santiago, a las 19:30 horas. Todas las familias están invitadas a participar.

La Familia de Belén, como modelo para todas las familias, recuerda que cada una de ellas está llamada a custodiar la vida y a cultivar el amor de Dios, por eso pueden venir padres, abuelos, hermanos, tíos, primos, etc. a celebrar juntos este día tan especial, para que cada vez nuestras familias se parezcan más a la Sagrada Familia de Nazareth.

 

Materiales

La Conferencia Episcopal Española por medio de la Subcomisión Episcopal y la Defensa de la Vida, nos ofrece algunos materiales para la Jornada de la Sagrada Familia, que se celebrará el viernes 30 de Diciembre. Entre estos materiales se incluye un folleto para orar en familia esta Navidad.

 

 

 

 

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El Papa en el Ángelus: “Caridad, Palabra y perdón”, las claves del testimonio cristiano

 

El Santo Padre en el Ángelus de este lunes 26 de diciembre, fiesta de San Esteban, protomártir, nos remarcó las tres claves del verdadero testimonio cristiano: crecer en la caridad, en el amor a la Palabra y en el perdón

 

“Pidamos a Jesús recién nacido la novedad de un corazón capaz de perdonar: la fuerza para rezar por quienes nos han hecho daño y para dar pasos de apertura y reconciliación” (Papa Francisco)

 

Con estas palabras lo dijo el Papa Francisco antes de rezar la oración mariana del Ángelus de este lunes, 26 de diciembre, fiesta de San Esteban, protomártir, al explicar lo que significa el testimonio cristiano, que está centrado en “la caridad hacia los hermanos, la fidelidad a la Palabra de Dios y el perdón”.

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Profundizar en el misterio de la Navidad.

Al saludar a los miles de fieles y peregrinos que se dieron cita en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre señaló que, la liturgia para ayudarnos a acoger y profundizar mejor la Navidad, prolonga la duración de esta fiesta por ocho días, hasta el 1 de enero. Sin embargo, sorprendentemente, en estos mismos días se conmemoran algunas figuras dramáticas de los santos mártires.

 

“Hoy, por ejemplo, San Esteban, el primer mártir cristiano; pasado mañana, los Santos Inocentes, los niños mandados a matar por el rey Herodes por miedo a que Jesús le arrebatara el trono (cf. Mt 2, 1-18). En resumen, la liturgia parece querer alejarnos del mundo de las luces, los almuerzos y los regalos en el que podemos estar algo entregados en estos días. ¿Por qué?”.

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La Navidad no es la fábula del nacimiento de un rey.

Al responder a esta pregunta, el Papa Francisco afirmó que, la Navidad no es la fábula del nacimiento de un rey, sino la venida del Salvador, que nos libra del mal tomando sobre sí nuestro mal: el egoísmo, el pecado, la muerte. Y en esto, indicó el Pontífice, los mártires son los más parecidos a Jesús.

 

“De hecho, la palabra mártir significa testigo: los mártires son testigos, es decir, hermanos y hermanas que, con su vida, nos muestran a Jesús, que venció el mal con la misericordia. E incluso, en nuestros días los mártires son numerosos. Hoy rezamos por estos hermanos y hermanas perseguidos que dan testimonio de Cristo. Pero intentemos preguntarnos: ¿damos nosotros testimonio? ¿Y cómo podemos mejorar en esto? Nos puede ayudar precisamente la figura de san Esteban”.

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Esteban el testigo de la caridad y el anuncio.

Y explicando la figura de San Esteban, el Santo Padre señaló que, los Hechos de los Apóstoles nos dicen que él era uno de los siete diáconos que la comunidad de Jerusalén había consagrado para el servicio de la caridad. “Esto significa – afirmó el Papa – que su primer testimonio no lo dio con palabras, sino a través del amor con el que sirvió a los más necesitados”. Pero Esteban no se limitaba a esta labor de asistencia. A los que encontraba les hablaba de Jesús: compartía su fe a la luz de la Palabra de Dios y de la enseñanza de los Apóstoles. “Esta es la segunda dimensión de su testimonio – indicó el Pontífice – acoger la Palabra y comunicar su belleza, contar cómo el encuentro con Jesús cambia la vida”.

 

“Esto era tan importante para Esteban que no se dejó intimidar ni siquiera por las amenazas de sus perseguidores, ni siquiera cuando vio que las cosas se le estaban complicando (cf. v. 54). Caridad y anuncio, este era Esteban. Sin embargo, su mayor testimonio es otro: es que supo unir la caridad al anuncio y al perdón. Y nos dio este testimonio cuando estaba a punto de morir, cuando, siguiendo el ejemplo de Jesús, perdonó a sus asesinos (cf. v. 60; Lc 23,34)”.

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La novedad de un corazón capaz de perdonar.

Esta es la respuesta a nuestra pregunta, indicó el Papa Francisco, nosotros podemos mejorar nuestro testimonio mediante la caridad hacia los hermanos, la fidelidad a la Palabra de Dios y el perdón. Caridad, Palabra y perdón. “Es el perdón – subrayó el Pontífice – el que dice si realmente practicamos la caridad hacia los demás y si vivimos la Palabra de Jesús”.

 

El ‘per-dón’ es en realidad, como la propia palabra lo indica, un don más grande, un don que damos a los demás porque somos de Jesús, somos perdonados por Él. Pensemos en nuestra capacidad de perdonar, en estos días en los que nos podemos encontrar, entre otras muchas, algunas personas con las que no nos hemos llevado bien, que nos han herido, con las que nunca hemos arreglado nuestra relación. Pidamos a Jesús recién nacido una novedad, es decir, la novedad de un corazón capaz de perdonar: todos tenemos la necesidad de un corazón que perdona. Pidamos al Señor esta gracia: Señor, que yo aprenda perdonar. La fuerza para rezar por quienes nos han hecho daño, orar por las personas que me hann herido y para dar pasos de apertura y reconciliación”.

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Crecer en la caridad, el amor a la Palabra y el perdón

El Santo Padre concluyó su alocución invitando a los miles de fieles y peregrinos, a pedir a la Madre Dios que, en estos días de Navidad, el Señor nos de la gracia de ser testigos de su Hijo que viene a salvarnos.

 

“Que María, Reina de los mártires, nos ayude a crecer en la caridad, en el amor a la Palabra y en el perdón”.

 

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Fuente: vaticanews.va

Papa Francisco: Mensaje Navideño e bendición “Urbi et Orbi” 2022

 

El Papa Francisco en su mensaje Urbi et Orbi recordó los conflictos que afectan a la humanidad y los países donde se muere de hambre. Al mencionar Ucrania, dijo que desde que comenzó allí la guerra muchos países especialmente en el Cuerno de África y Afganistán están en peligro de carestía. Pidió que hoy, mientras disfrutamos la alegría de encontrarnos con nuestros seres queridos, en una mesa bien preparada, pensemos en las familias que están más heridas por la vida, y en aquellas que, en este tiempo de crisis económica, tienen dificultades a causa de la falta de trabajo y de lo necesario para vivir.

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Jesús nace entre nosotros: es Dios con nosotros

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Que el Señor Jesús, nacido de la Virgen María, traiga a todos ustedes el amor de Dios, fuente de fe y de esperanza; junto con el don de la paz, que los ángeles anunciaron a los pastores de Belén: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!» (Lc 2,14).

En este día de fiesta volvamos la mirada a Belén. El Señor vino al mundo en una gruta y fue recostado en un pesebre para los animales, porque sus padres no pudieron encontrar un albergue, a pesar de que a María le había llegado ya la hora del parto. Vino a estar entre nosotros en el silencio y en la oscuridad de la noche, porque el Verbo de Dios no necesita reflectores ni el clamor de voces humanas. Él mismo es la Palabra que da sentido a la existencia, la luz que alumbra el camino. «La luz verdadera, al venir a este mundo —dice el Evangelio—, ilumina a todo hombre» (Jn 1,9).

 

“Jesús nace entre nosotros, es Dios-con-nosotros. Viene para acompañar nuestra vida cotidiana, para compartir todo con nosotros, alegrías y dolores, esperanzas e inquietudes. Viene como un niño indefenso. Nace en el frío, pobre entre los pobres. Necesitado de todo, llama a la puerta de nuestro corazón para encontrar calor y amparo”.

 

Palabras del Papa Francisco en el mensaje Urbi et Orbi de este 25 de diciembre, donde nos pide que, como los pastores de Belén, dejemos que nos envuelva la luz y vayamos a ver el signo que Dios nos ha dado. Francisco nos pidió que venzamos el letargo del sueño espiritual y las falsas imágenes de la fiesta que hacen olvidar quién es el homenajeado, que salgamos del bullicio que anestesia el corazón y nos conduce a preparar adornos y regalos más que a contemplar el Acontecimiento: el Hijo de Dios que nació por nosotros.

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Adoremos al Príncipe de la Paz

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Jesús, es nuestra paz; esa paz que el mundo no puede dar y que Dios Padre dio a la humanidad enviando a su Hijo, recordó el Santo Padre mencionando además a  San León Magno, que tiene “una expresión que, en la concisión de la lengua latina, resume el mensaje de este día: «Natalis Domini, Natalis est pacis», «el Nacimiento del Señor es el Nacimiento de la paz» (Sermón 6,5)”.

Jesucristo es también el camino de la paz, dijo en su mensaje el Papa, Jesús con su encarnación, pasión, muerte y resurrección, abrió el paso de un mundo cerrado, oprimido por las tinieblas de la enemistad y de la guerra, a un mundo abierto, libre para vivir en la fraternidad y en la paz. Francisco nos pidió que sigamos esa senda, pero para ser capaces de seguir a Jesús “debemos despojarnos de las cargas que nos lo impiden y que nos mantienen bloqueados”.

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Cargas que no nos permiten seguir a Jesús

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Las cargas que nos impiden seguir al Príncipe de la Paz, son las mismas pasiones negativas que impidieron que el rey Herodes y su corte reconocieran y acogieran el nacimiento de Jesús, señaló Francisco: el apego al poder y al dinero, la soberbia, la hipocresía, la mentira.

 

“Estas cargas imposibilitan ir a Belén, excluyen de la gracia de la Navidad y cierran el acceso al camino de la paz. Y, en efecto, debemos constatar con dolor que, al mismo tiempo que se nos da el Príncipe de la paz, crudos vientos de guerra continúan soplando sobre la humanidad”.

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Que sea la Navidad de Jesús y de la paz

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“Si queremos que sea Navidad, la Navidad de Jesús y de la paz”, dijo el Papa,

 

«contemplemos a Belén y fijemos la mirada en el rostro del Niño que nos ha nacido: Y en ese pequeño semblante inocente reconozcamos el de los niños que en cada rincón del mundo anhelan la paz”.

 

Francisco una vez más recordó a Ucrania, pidió que nuestra mirada se llene de los rostros de los hermanos y hermanas ucranianos, que viven esta Navidad en la oscuridad, a la intemperie o lejos de sus hogares, a causa de la destrucción ocasionada por diez meses de guerra.

Que abramos el corazón a Dios y que permitamos que el Señor nos disponga a realizar gestos concretos de solidaridad para ayudar a quienes están sufriendo. Que Dios, dijo, ilumine las mentes de quienes tienen el poder de acallar las armas y poner fin inmediatamente a esta guerra insensata.

 

“Lamentablemente, se prefiere escuchar otras razones, dictadas por las lógicas del mundo. Pero la voz del Niño, ¿quién la escucha?

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El mundo necesita paz

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En su mensaje Urbi et Orbi, el Papa Francisco recordó otros escenarios de conflictos, algunos que llevan tiempo, algunos han sido olvidados por la humanidad:

“Nuestro tiempo está viviendo una grave carestía de paz también en otras regiones, en otros escenarios de esta tercera guerra mundial. Pensemos en Siria, todavía martirizada por un conflicto que pasó a segundo plano pero que no ha acabado; pensemos también en Tierra Santa, donde durante los meses pasados aumentaron la violencia y los conflictos, con muertos y heridos. Imploremos al Señor para que allí, en la tierra que lo vio nacer, se retome el diálogo y la búsqueda de confianza recíproca entre israelíes y palestinos”.

Pidió que el Niño Jesús sostenga a las comunidades cristianas que viven en todo el Oriente Medio, para que en cada uno de esos países se pueda vivir “la belleza de la convivencia fraterna entre personas pertenecientes a diversos credos”. Francisco pidió al Niño Jesús que ayude al Líbano, para que, con el apoyo de la comunidad internacional y con la fuerza de la fraternidad y la solidaridad pueda recuperarse.

Que Dios ayude a la región del Sahel, donde la convivencia pacífica entre pueblos y tradiciones se ve perturbada por enfrentamientos y violencia. Pidió por una tregua en Yemen y hacia la reconciliación en Myanmar y en Irán, para que cese todo derramamiento de sangre.

América Latina también en el corazón del Papa, pidió al Niño Jesús, que inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad en el continente americano, a esforzarse por pacificar las tensiones políticas y sociales que afectan a varios países, recordó a Haití que está sufriendo hace mucho tiempo.

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La humanidad sufre de hambre

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Francisco, pensando en este día, en el que se reúne la familia en una mesa “bien preparada”, pidió no desviar la mirada de Belén, que significa “casa del pan”, y cada uno piense en las personas que sufren hambre, sobre todo los niños. Recordó una vez más, que, mientras se desperdician grandes cantidades de alimentos y se derrochan bienes a cambio de armas, pueblos enteros sufren de hambre.

Desde que comenzó la guerra en Ucrania, poblaciones enteras en Afganistán y los países del Cuerno de África, están sufriendo la carestía. Las guerras provocan hambre, afirmó el Papa, y usan “la comida como arma, impidiendo su distribución a los pueblos que ya están sufriendo”.

Que, aprendiendo del Príncipe de la paz, afirmó, nos comprometámonos todos —en primer lugar, los que tienen responsabilidades políticas—, para que la comida no sea más que un instrumento de paz.

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Un mundo enfermo de indiferencia

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Francisco dijo por último, que, hoy como en ese entonces, Jesús, la luz verdadera, viene a un mundo enfermo de indiferencia, que no lo acoge, más bien lo rechaza, como ocurre hoy día con los extranjeros, o se le ignora a Jesús, como pasa con los pobres.

 

«No nos olvidemos hoy de tantos migrantes y refugiados que llaman a nuestra puerta en busca de consuelo, calor y alimento. No nos olvidemos de los marginados, de las personas solas, de los huérfanos y de los ancianos que corren el riesgo de ser descartados; de los presos que miramos sólo por sus errores y no como seres humanos».

 

Belén, afirmó, muestra  la sencillez de Dios, que no se revela a los sabios y a los doctos, sino a los pequeños, a quienes tienen el corazón puro y abierto como los pastores. Nos pide que como ellos, vayamos también nosotros sin demora y dejémonos maravillar por el acontecimiento impensable de Dios que se hace hombre para nuestra salvación.

 

«Aquel que es fuente de todo bien se hace pobre y pide como limosna nuestra pobre humanidad. Dejémonos conmover por el amor de Dios y sigamos a Jesús, que se despojó de su gloria para hacernos partícipes de su plenitud. ¡Feliz Navidad a todos!»

 

Mensaje "Urbi et Orbi" Navidad 2022 del Papa Francisco íntegro

 

 

Noticia extraída de vaticannews.va

Navidad: Dios viene al mundo pequeño

 

«Si realmente queremos celebrar la Navidad, redescubramos a través del pesebre la sorpresa y el asombro de la pequeñez, la pequeñez de Dios, que se hace pequeño. No nace en el esplendor de las apariencias, sino en la pobreza de un establo«. Con estas palabras del Papa Francisco llegamos al tiempo litúrgico de la Navidad: Dios nace y se hace hombre para salvarnos.

En su homilía de la misa de Nochebuena del año 2021 nos recordaba que «hoy todo se invierte. Dios viene al mundo pequeño. Su grandeza se ofrece en la pequeñez» .

«Para encontrarse con Él hay que llegar allí, donde está; -continuaba el Papa- hay que rebajarse, hacerse pequeño, dejar toda la vanidad, donde está Él. Y la oración es la mejor manera decir gracias ante este regalo de amor gratuito, de decir gracias a Jesús que desea entrar en nuestras casas, que desea entrar en nuestros corazones».

 

 

Para esta NAVIDAD 2022 en la web de la CEE, en la sección Creemosse han preparado unos materiales para estos días que comienzan el 25 de diciembre, cuando se celebra la Natividad del Señor, y finalizan con la fiesta de su Bautismo, el 8 de enero.

En este especial se pueden encontrar los comentarios y lecturas de domingos y festivos de este tiempo de Navidad; «Orar en familia», diferentes textos para utilizar en celebraciones, catequesis o en casa elaborado por La Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida con motivo de Jornada de la Sagrada Familia, que se celebra este año el viernes 30 de diciembre; y diferentes artículos sobre el significado de la Navidad, de El Belén o la Misa del Gallo, además de cine y una playlist de música para disfrutar en Navidad.

 

Especial NAVIDAD

 

Fuente: conferenciaepiscopal.es

Mensaje de Navidad de nuestro arzobispo D. Julián

 

“Hoy brillará la luz sobre nosotros, porque nos ha nacido el Señor” proclamaremos con gozo este fin de semana al comienzo de la Misa de la Aurora de la Solemnidad de la Natividad. Es el gran anuncio que conmueve en este día a los cristianos y que, a través de ellos, se dirige a la Humanidad entera. Dios está aquí.

Nochebuena, Navidad… No se trata de la celebración de una fecha sino de un hecho, el nacimiento del Salvador, acontecimiento absolutamente decisivo en la historia de la salvación. En la Noche santa se cumple la antigua promesa:  el tiempo de la espera ha terminado, y la Virgen da a luz al Mesías por eso es una Nochebuena, una noche Santa: Dios se acerca tanto al hombre, que va a compartir nuestra misma naturaleza; el Señor quiere entrar en la Historia, en tu historia, en tu casa, en tu familia. Un Recién nacido que viene a unir, a aliviar las penas, a robarte una sonrisa, a conseguir que te encuentres con los que hace mucho que no ves, a que hasta el corazón más duro sea capaz de asombrarse, abajarse, enternecerse.

Es ciertamente una noche santa porque en ella el misterio de Dios se ha hecho presencia real y encarnada en el Hijo de María, en ese Hijo que es Palabra viva del Padre. ¡Feliz y Santa Navidad! Es el tiempo de la alegría, de la esperanza cumplida, del sueño de Dios realizado. Es el tiempo del asombro agradecido, es la hora de la gloria divina, del amor y de la paz.

El Papa Francisco con motivo de estas fiestas nos recordaba que “la Navidad suele ser una fiesta ruidosa y que nos vendría bien un poco de silencio, para oír la voz del Amor.

Dios está más empeñado que nosotros mismos en nuestra felicidad: dejémosle que nazca en casa, en la familia, en el hogar; que se haga Niño con vuestros hijos, que acaricie a los mayores y quede al lado de los enfermos, de los débiles, de los que sufren.

El Santo Padre también nos invitaba días atrás a vivir una navidad bajo la bandera de la sobriedad y la humildad, manteniendo el espíritu festivo y la tradición de los regalos, recordando a la población ucraniana en medio de las dificultades y penurias por las que está pasando. Hago extensiva esta invitación para recordar también a tantos conciudadanos nuestros que en su día a día lo pasan mal, pidiéndole al Señor que caliente sus corazones y abra y fortalezca los nuestros para que ardan en deseos de ayudar más a los necesitados.

A todos imparto mi bendición.

Feliz Nochebuena. Feliz Navidad

 

+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela

 

Fuente:archicompostela.es

Celebraciones de Navidad en la Catedral de Santiago

 

CELEBRACIONES DE NAVIDAD – CATEDRAL DE SANTIAGO
Año Santo Compostelano 2021-2022

 

 

Sábado 24 de diciembre: MISA DE MEDIANOCHE o del GALLO.

-24:00 h. Misa Estacional. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Julián Barrio Barrio. Capilla Musical.

 

Domingo 25 de diciembre: NATIVIDAD DEL SEÑOR

-11:40 h. Procesión solemne y Misa Estacional. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Julián Barrio Barrio. Funcionamiento del Botafumeiro. Capilla Musical.

 

Jueves 29 de diciembre: FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA.

-19:30 h. el Sr. Arzobispo convoca a las familias de la Diócesis a celebrar la Santa Misa por el Jubileo de las familias.

 

Viernes 30 de diciembre: FIESTA DE LA TRASLACIÓN DEL APÓSTOL SANTIAGO.

-11:40 h. Procesión solemne y Misa Estacional. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Julián Barrio Barrio, con la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago el Mayor, por parte del Excmo. Sr. Delegado Regio. Funcionamiento del Botafumeiro. Capilla Musical.

-16:30 h. PEREGRINACIÓN DIOCESANA y VIGILIA DE ORACIÓN con motivo de la clausura del Año Santo Compostelano.

 

Sábado 31 de diciembre: CIERRE SOLEMNE DE LA PUERTA SANTA y MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS con motivo de la clausura del Año Santo Compostelano.

-16:30 h. Acto de cierre de la Puerta Santa y Santa Misa.

 

Domingo 1 de enero: SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS. JORNADA MUNDIAL POR LA PAZ.

-12:00 h. Misa Estacional. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Julián Barrio Barrio.

 

Viernes 6 de enero: SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR.

-11:40 h. Procesión solemne y Misa Estacional. Preside el Excmo. Sr. Arzobispo, Don Julián Barrio Barrio. Funcionamiento del Botafumeiro. Acompañamiento musical por parte de la Escolanía.

 

 

Noticia extraída de www.pastoralsantiago.org