El testimonio de Carmen de los Círculos de Oración y Vida

EL CRISTIANO ENCUENTRA RESPUESTAS EN EL SUFRIMIENTO MIENTRAS EL RESTO HUYE

Estos días de cuarentena me han traído a la memoria la frase que encabeza este post; no recuerdo donde lo leí pero me vino a la mente meditando las lecturas que la Iglesia nos invita a leer y rezar durante esta cuaresma tan atípica y, al mismo tiempo, tan reveladora.

¿Por qué reveladora? Pues porque el miedo y la impotencia que se han instalado entre nosotros, nos recuerda nuestra fragilidad, que no podemos controlarlo todo, que la ciencia y los avances tecnológicos no lo pueden todo. En resumen, que estamos hechos de barro y, que así como con un soplo se nos dio vida, en un instante se nos acaba y lo que parecía importante ya no lo es tanto.

En estos momentos de zozobra ¡que suerte tenemos los católicos de tener fe, de creer en un Padre que, como el de la parábola del hijo pródigo, espera al hijo y cuando vuelve, lo acoge sin reproches, lo perdona y hace una fiesta!

Ahora, en este desamparo, suplicamos, imploramos, oramos y nos acogemos al Señor y, estoy segura, de que El nos escucha, nos acompaña, nos consuela,pero me surgen preguntas: Cuando este tiempo acabe,

  • ¿Nos acordaremos de darle gracias con la misma intensidad?
  • ¿Seguirán nuestros corazones abiertos a El?
  • ¿Estaremos mas preparados para celebrar, con espíritu verdadero, las celebraciones litúrgicas y que no seamos consumidores de ritos y rutinas?

Seguramente, cuando esta cuarentena termine, se hará un gran acto de acción de gracias y me imagino que será multitudinario, pero no olvidemos que todos los jueves podemos acercarnos a adorar y dar gracias al Santísimo. No le dejemos tan solo como venia sucediendo hasta ahora.

Yo os invito humildemente a que dediquemos una hora semanal a darle gracias y a rezar por los que han muerto en esta epidemia solos, sin el consuelo de los suyos. Ellos, como Jesús, que no se sientan abandonados.

Recordemos esta cuaresma todos los jueves del año y demos gracias a Dios adorando a Jesús Eucaristía.

“Vamos, volvamos al Señor. Porque él ha desgarrado y él nos curará”.
“Vendrá como la lluvia, como la lluvia de primavera que empapa la tierra” (Oseas 6, 1-6)

 

El testimonio-reflexión de Carmen Sánchez Villalustre

Círculo de Oración y Vida «Betania»

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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