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Nuestro arzobispo D . Julián se dirige a los niños de la diócesis en una Carta Pastoral en la Jornada de Infancia Misionera 2022

La Iglesia, el día 16 de enero, celebra la JORNADA DE LA INFANCIA MISIONERA. Una jornada que es «la fiesta de los niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños del mundo” (mensaje del Papa Francisco: «Una luz que compartir»). Así, siguiendo la línea del lema de este año, “Con Jesús a Jerusalén. ¡Luz para el mundo!”, esta jornada nos recuerda que todos, niños y mayores, somos misioneros  llamados llevar la luz de Dios a todos los rincones del planeta.

 

 

Y con motivo de esta jornada de celebración, nuestro arzobispo, Monseñor Barrio, ha escrito una  CARTA PASTORAL a los niños y niñas de la Diócesis, en la que les pide su testimonio para contribuir al esfuerzo misionero, afirmando que :  “sois los pequeños misioneros que imitando a Jesús comunicáis que Dios nos ama, una noticia que tiene que llegar hasta el confín de la tierra»

En esta carta D. Julián les dice a los niños que “quien sigue a Jesús debe acoger su luz y manifestarla a través de sus obras. Esta es la tarea y el don de los misioneros, y deben ser los vuestros, queridos niños, llamados a difundir la luz de Jesús, es decir la fe, a tantos niños que todavía no le conocen”. ” Para ello el arzobispo les pide que deben “fortalecer esta luz que habéis de transmitir, participando en la catequesis, encontrando a Jesús junto al sagrario y recibiendo los sacramentos«.

Carta íntegra:

 

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Carta Pastoral en la Jornada de la Infancia Misionera. Enero 2022

“Con Jesús a Jerusalén, ¡Luz para el mundo!»

 

Queridos niños y niñas diocesanos:

La Iglesia, el día 16 de este mes, celebra la Jornada de la Infancia misionera. Con Jesús que iba creciendo en estatura, sabiduría y gracia en Nazaret, este año peregrinamos a Jerusalén donde sufre la pasión, muere y resucita por la salvación de todos los hombres.

Jerusalén, ciudad de la paz

Jesús en Jerusalén anuncia el Reino de Dios y se manifiesta como Luz. Pasados unos días de su nacimiento, cumpliendo la ley del Señor, es presentado por María y José en el templo de Jerusalén donde es recibido por el anciano Simeón que lleno del Espíritu Santo, “lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos, luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel” (Lc 2,28-31). Más tarde, dirigiendo su palabra a los fariseos les dirá: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Jn 8,12). Quien sigue a Jesús debe acoger su luz y manifestarla a través de sus obras. Esta es la tarea y el don de los misioneros, y deben ser los vuestros, queridos niños, llamados a difundir la luz de Jesús, es decir la fe, a tantos niños que todavía no le conocen. Por eso dirá también a los que le seguían: “Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt 5,14-16). Se nos ha dado la luz para que la hagamos llegar a los que están con nosotros y en nuestro entorno. No la debemos esconder ni tampoco contentarnos con iluminar solamente nuestro camino. Esta luz se manifiesta en el amor para producir el deshielo del egoísmo que desfigura nuestra sociedad.

Avivar la luz

Debéis fortalecer esta luz que habéis de transmitir, participando en la catequesis, encontrando a Jesús junto al sagrario y recibiendo los sacramentos. También en esta ocasión quiero recordaros que sois los pequeños misioneros que imitando a Jesús comunicáis que Dios nos ama, una noticia que tiene que llegar hasta el confín de la tierra. Aunque las dificultades no sean pequeñas, no debemos acobardarnos confiando en la providencia de Dios Padre que está siempre pendiente de nosotros. De manera especial en esta pandemia en la que los niños del mundo también se han visto afectados, hemos de pensar en ellos y tratar de ayudarles con nuestra aportación económica.

Jornada de la Infancia Misionera

El papa Francisco recuerda que “la Jornada de la Infancia Misionera es la fiesta de los niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños del mundo”. Con Jesús en Jerusalén sed misioneros escuchándole y acogiendo su luz. No olvidéis que estáis llamados a ayudar a millones de niños y niñas que necesitan de vuestra oración, sacrificio y amor. Ellos esperan vuestra respuesta. Os lo agradezco también en su nombre. Rezamos por los misioneros y misioneras. Pido que el Niño Dios os bendiga a vosotros, a vuestras familias y a nuestra Diócesis. Recemos unos por otros, encomendándonos a la protección de la Virgen María y al patrocinio del Apóstol Santiago el Mayor en este Año Santo Compostelano 2022.

En la Solemnidad de la Epifanía del Señor, con mi afectuoso saludo y bendición,

+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.

 

 

Nuestro arzobispo D. Julián Barrrio nos felicita el Año Nuevo

 

Fuente: archicompostela.es

Escucha el mensaje que nuestro arzobispo nos manda en la Jornada de la Sagrada Familia

El arzobispo preside la Navidad compostelana

  • El arzobispo de Santiago, D. Julián Barrio, presidirá las celebraciones litúrgicas que tendrán lugar este fin de semana en la Catedral De Santiago.

A las 24:00 h. del 24 de diciembre la sede compostelana acogerá la tradicional misa de medianoche, conocida como Misa del Gallo antesala de la Navidad. Fue el Papa Sixto III quien introdujo la costumbre de celebrar la Navidad con una vigilia nocturna, celebrada a medianoche, ante el pesebre situado tras el altar Mayor de la Basílica de Santa Maria la Mayor, llamada “Ad galli cantus” en referencia a la expresión romana “canto del gallo” para designar el comienzo del día.

El sábado 25, Solemnidad de la Natividad del Señor, con la procesión del Cabildo Catedralicio a las 11:40 h. dará comienzo la Misa estacional presidida por D. Julián que estará acompañado por algunos de los canónigos a la que se invita a participar a todos los diocesanos.

Al día siguiente, domingo 26 de la octava de Navidad, Fiesta de la Sagrada Familia, el prelado celebrará a las 19:30 h. la Misa de Las Familias, una jornada -la de Familia y Vida- que viene marcada en el calendario litúrgico diocesano y que, desde hace años, convoca a través de la Delegación Diocesana de Pastoral Familiar a numerosas familias de diferentes parroquias de la Diócesis.

Además Monseñor Barrio también presidirá las siguientes celebraciones de Navidad en la Catedral de Santiago:

  • Jueves 30 de diciembre de 2021.-Festividad de la Traslación del Apóstol Santiago. A las 11:40 h. Procesión del cabildo y Misa estacional con Ofrenda Nacional. Funcionamiento del Botafumeiro.
  • Sábado 1 de enero de 2022.- Santa María Madre de Dios. Jornada Mundial por la Paz. A las 12:00 h. Misa estacional.
  • Jueves 6 de enero de 2022.- Epifanía del Señor. A las 11:40 h. Procesión del cabildo y Misa estacional. Funcionamiento del Botafumeiro.

 

Fuente: www.pastoralsantiago.org

El arzobispo se suma a la celebración de la Jornada de personas con discapacidad

 

Día diocesano de las personas con discapacidad. Diciembre 2021

“Dichoso el que escucha y cumple”

 

Queridos diocesanos:

El 5 de diciembre conmemoramos en la Diócesis el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Mi cercanía a todas ellas. Cuando todavía estamos luchando contra la pandemia, hemos de ser conscientes que las cosas no van a ser como antes. En este sentido no será bueno posponer o suprimir nuestras responsabilidades en el itinerario de la vida. Hay que avivar nuestra creatividad  para acompañar a las personas y sobre todo a las que se ven afectadas por discapacidades graves. No podemos caer en el riesgo inhumano de la cultura del descarte. Para esta cultura “partes de la humanidad parecen sacrificables en beneficio de una selección que favorece a un sector humano digno de vivir sin límites. En el fondo no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitados”[1]. Todos hemos de contribuir a que estas personas vivan el sentido no sólo de presencia sino también de pertenencia y de participación en los diferentes ámbitos de la existencia. Así el papa Francisco nos dice: “Tengan el valor de dar voz a quienes son discriminados por su discapacidad, porque desgraciadamente en algunas naciones, todavía hoy, se duda en reconocerlos como personas de igual dignidad”[2].

La Virgen María, ejemplo a seguir

La Virgen María mantuvo siempre una actitud de escucha que le   llevó a percibir lo que los demás podían necesitar y salir a su encuentro. Ella acoge siempre bajo su amparo cualesquiera que sean las circunstancias y, como madre amorosa, vela por todos sin distinción ni condiciones. La vemos que va de prisa a visitar a su prima Isabel. Está pendiente en las bodas de Caná para ayudar a aquellos esposos que en el banquete de boda se habían quedado sin vino, evitándoles la humillación de tener que mandar a los invitados a sus casas. Teniendo en cuenta la petición de su madre, Jesús realizó el milagro. Ella sale al encuentro de su Hijo en la vía dolorosa y está con Él junto a la cruz. Escuchar nos lleva a acoger a los demás y ofrecerles nuestra ayuda, no sólo a dar sino sobre todo a compartir. A veces escuchamos la Palabra de Dios pero fácilmente olvidamos que son dichosos los que la escuchan y la cumplen reconociendo en los demás la presencia de Cristo, sobre todo en los más débiles y descartados de nuestra sociedad.

Redescubrir a Cristo en la Navidad

Navidad es Jesucristo que se ha hecho semejante a nosotros excepto en el pecado. Es necesario volver a las raíces cuando el sentimiento de lo desconocido está generando incertidumbre ante el futuro y afectando a certezas que parecían consolidadas. Necesitamos acompañar y dejarnos acompañar, y conformarnos con la historia y persona de Cristo, en la búsqueda paciente de la verdad. “El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado… Cristo el nuevo Adán manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la grandeza de su vocación” (GS 22). ¡Comprometámonos a edificar el presente y proyectar el futuro desde la verdad auténtica del hombre, desde la libertad que respeta esa verdad y desde la justicia para todos! “Vivir en la caridad es pues un gozoso anuncio para todos, haciendo creíble el amor de Dios que no abandona a nadie”. Nuestro mañana reflejará la esperanza del hoy.

Os animo a todos a vivir esta Jornada en nuestra Diócesis, ofreciendo un mensaje de esperanza a las personas con discapacidad. Os saluda con afecto y bendice en el Señor,

 

+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.

 

[1] FRANCISCO, Fratelli tutti, 18.

[2] Ibid., 98.

 

Fuente: archicompostela.es

Nuestro arzobispo D. Julián en su Carta Pastoral para este Adviento nos invita a redescubrir a Cristo en la Navidad

 

Al inicio del tiempo de Adviento, comienzo del Año Litúrgico, el arzobispo compostelano ha hecho pública una Carta Pastoral en la que nos invita a todos los diocesanos a preparar con intensidad la Navidad, redescubriendo a Cristo.

En su carta «Navidad: Filiación y fraternidad», Monseñor Barrio señala que «la Navidad nos recuerda que Dios Padre nos ha hecho hijos en su Hijo Jesucristo y por tanto hermanos los unos de los otros” y nos indica que “el Adviento no puede quedar reducido a ser un tiempo para la publicidad comercial, es preparación a la Navidad animando nuestra esperanza al recordarnos que Dios nos creó por amor y no nos abandonó para que tengamos vida eterna».

Y, como el año pasado, D. Julián nos insta a que «llevemos a las personas necesitadas material y espiritualmente la Luz que brilló en Belén, ofreciéndoles nuestra ayuda». Por su parte monseñor quiere llegar a nuestros hogares y proclamarnos «ese gran anuncio de esperanza cristiana: “Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”, pidiendo al Niño Dios que «bendiga a todas las familias, en especial a las que en estas fechas el recuerdo de las personas queridas se trasluce en tristeza»

 

Texto íntegro de la Carta Pastoral:

 

Navidad: Filiación y fraternidad

Queridos diocesanos:

Se habla en estos días de que esta Navidad será diferente, refiriéndose a los añadidos que se han ido adhiriendo a lo que realmente es el misterio que celebramos. Tal vez el gozo del nacimiento del Hijo de Dios hecho hombre ha quedado diluido en los aspectos materiales. Seguramente que en estos tiempos casi post-pandémicos muchas personas y familias no tengan posibilidad de hacer los gastos que acostumbraban en otros años. Lo necesario en todo caso deberían tenerlo. Y en esto hemos de ser todos corresponsables. Pues precisamente la Navidad nos recuerda que Dios Padre nos ha hecho hijos en su Hijo Jesucristo y por tanto hermanos los unos de los otros. Así “los gozos y las esperanzas, las  tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón… La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia” (GS 1).

El nacimiento del Hijo de Dios en la humildad de nuestra carne  indica la relación entre  naturaleza, hombre y Dios creador que “tanto amó al mundo    que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3, 16). San Pablo nos recuerda que “lo único que nosotros hacemos es colaborar con Dios; vosotros sois el campo que Dios cultiva, la casa que Dios edificaNadie se engañe; si alguno entre vosotros cree que es sabio según este siglo, hágase necio para llegar a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es necedad para Dios” (1Cor 3,18-23). El Adviento no puede quedar reducido a ser un tiempo para la publicidad comercial, es preparación a la Navidad animando nuestra esperanza al recordarnos que Dios nos creó por amor y no nos abandonó para que tengamos vida eterna.

Redescubrir a Cristo en la Navidad

Navidad es Jesucristo, “el mismo ayer, hoy y siempre” (Heb 13,8), “que hace nuevas todas las cosas” (Ap 21,5), “alianza de un pueblo y luz de las naciones” (Is 42,6). “El ángel dijo a los pastores: No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy en la ciudad de David, os ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor… Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre” (Lc 2, 10-11.16)). Es necesario volver a las raíces cuando el sentimiento de lo desconocido está generando incertidumbre ante el futuro y afectando a certezas que parecían consolidadas. “La tempestad, decía el papa Francisco refiriéndose a la pandemia, nos muestra cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad. Pone al descubierto todos los intentos de encajonar y olvidar lo que nutrió el alma de nuestros pueblos; todas esas iniciativas de anestesiar con aparentes rutinas salvadoras, incapaces de apelar a nuestra raíces”. Ya surgen voces de pensadores fuera del cristianismo, que afirman que necesitamos a Cristo. Ciertamente sólo Él da la esperanza para que la vida no se vea condenada a la insignificancia. Pero la esperanza es inseparable del amor solidario. “Vivir en la caridad es pues un gozoso anuncio para todos, haciendo creíble el amor de Dios que no abandona a nadie”.

Necesitamos conformarnos con la historia y persona de Cristo, en la búsqueda paciente de la verdad. Es el afán de verdad lo que promueve la fe cristiana. “El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado… Cristo el nuevo Adán manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la grandeza de su vocación” (GS 22). “La verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando hasta el extremo”[1]. En el contexto de una cultura neopagana el hombre sigue buscando el signo de una esperanza alegre y generosa, como norma inspiradora de todo auténtico progreso que forja una convivencia de todos en caridad que nos compromete a edificar el presente y proyectar el futuro desde la verdad auténtica del hombre, desde la libertad que respeta esa verdad y desde la justicia para todos. A esto nos compromete la Navidad con la alegría de los villancicos y sin el agobio del consumismo. Nuestro mañana reflejará la esperanza del hoy.

Exhortación para la Navidad

Como os escribía la pasada Navidad, no amortigüemos las consecuencias del mensaje de Jesús sobre los almohadones de nuestros prejuicios y sentimentalismos. Llevemos a las personas necesitadas material y espiritualmente la Luz que brilló en Belén, ofreciéndoles nuestra ayuda. Por mi parte quiero llegar a vuestros hogares y proclamaros ese gran anuncio de esperanza cristiana: “Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”. Pido al Niño Dios que bendiga a todas las familias, en especial a las que en estas fechas el recuerdo de las personas queridas se trasluce en tristeza. ¡Feliz Navidad a todos!

Os saluda con afecto y bendice en el Señor,

+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.

 

[1] BENEDICTO XVI, Spe salvi, nº 26 y 27.

 

Fuente: archicompostela.es

En el Día de los Abuelos, el arzobispo nos recuerda en su Carta Pastoral lo importantes que son.

 

El arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor D. Julián Barrio, ha escrito una Carta Pastoral, ante el Día de los Abuelos, que la archidiócesis compostelana festejará el próximo día 26 de julio, lunes.

En su carta, D. Julián nos insta a poner en valor a los abuelos que como señala son «el gran crisol del amor de la familia», «testigos del pasado e inspiradores de sabiduría para las nuevas generaciones». Y también nos recuerda «a tantos abuelos que murieron en la pandemía» asegurando que «son muchos los nietos que, en este Año Santo Compostelano, los llevan en su corazón haciendo el camino de Santiago por ellos».

Texto íntegro de la Carta Pastoral:

 

En el Día de los Abuelos. Julio 2021

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En este Año Santo Compostelano y con tantos sentimientos en esta historia del coronavirus recordamos a tantos abuelos que murieron en la pandemia. Son muchos los nietos que los llevan en su corazón haciendo el camino de Santiago por ellos.

No ignoramos lo importantes que son los abuelos, “testigos del pasado e inspiradores de sabiduría para las nuevas generaciones”, en la formación y en la educación dentro de la escuela familiar donde son maestros de la comprensión y del afecto, de la fe y de la oración, en el aconsejar y en el consolar. Es una imagen entrañable encontrar a los abuelos por nuestras calles acompañando a los nietos, ya sea camino a casa, a la Iglesia o al colegio, o sencillamente dando un paseo. Una imagen llena de serenidad y ternura, de confianza y esperanza. Es el horizonte donde se forja una nueva convivencia y cultura humana, uniendo el pasado y el presente, la experiencia y la curiosidad, la sabiduría y el afán de aprender.

Los abuelos son el gran crisol del amor de la familia. En este escenario  desempeñan un papel importante, y no deben ser considerados como un peso inútil, ni tampoco deben ser contemplados sólo como “objeto de atención, cercanía y servicio”. Es preciso valorar su presencia como transmisores de una sabiduría que va más allá de una simple cultura. En la historia de todos los pueblos y en el sentir de todas las generaciones, están aureolados por el prestigio y rodeados de veneración.

Acogerles y mostrarles nuestra solidaridad más allá de todo deber, lo hemos de sentir como una necesidad. Es preciso ofrecerles todo nuestro apoyo, colaborando a su calidad de vida. En sus ojos cansados pero oteando siempre nuevos horizontes, encontramos esa chispa de viveza que nos descubre una existencia profunda y serena. En su rostro surcado por las arrugas, fruto de un largo bregar, descubrimos tristezas y esfuerzos que van a dar a la mar de un alma tranquila y confiada. En sus palabras tejidas con la mente y el corazón se nos ofrece el consejo tantas veces pensado en el ámbito misterioso de sus soledades. No busquemos en ellos las flores de la primavera,  exuberantes y vistosas, sino los frutos sazonados del otoño, que se manifiestan con lucidez.

En los abuelos percibimos la paz y la armonía que las destroza no el dolor sino el desamor. Ayudemos a nuestros abuelos no a recordar sino a seguir viviendo mientras caminan hacia la plenitud de la felicidad. Los encomendamos a San Joaquín y a Santa Ana, abuelos de Jesús.

Con afecto pastoral y bendición en el Señor,

 

+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Santiago

 

Fuente: archicompostela.es

Carta Pastoral de D. Julián dirigida a las gentes del mar en la festividad de la Virgen del Carmen 2021

   

 

“No estáis solos; no estáis olvidados”

Queridos diocesanos:

Como todos los años al llegar la festividad de la Virgen del Carmen, patrona y protectora de los hombres y mujeres de la mar, me dirijo a todos vosotros uniéndome cordialmente a esta celebración en nuestras parroquias de la costa y también del interior, para haceros llegar mi cercanía y mis mejores deseos con mi oración a quienes, bajo la protección de Nuestra Señora, surcáis los mares buscando vuestro sustento y el de vuestras familias, o siendo una garantía para la libertad y seguridad.

El lema escogido para esta Jornada indica la preocupación de la Iglesia hacia el colectivo del mar: “No estáis solos, no estáis olvidados”, en la situación vivida en este año tan especial, marcado por la pandemia que ha traído tantas dificultades, y ha repercutido con acentos propios en vuestras vidas y en vuestro trabajo. Nuevos problemas se han añadido a los ya existentes. La Iglesia es sabedora. Así lo reflejaba en su mensaje en el día mundial de la pesca el Cardenal Turkson cuando decía: “los efectos de la pandemia del COVID-19 se han propagado rápidamente por todo el mundo, con consecuencias dramáticas para las economías de muchos países, y un grave impacto en sectores tan vulnerables como el de la pesca. El impacto del COVID-19 en la industria pesquera atañe principalmente al ámbito de las respuestas estratégicas que han adoptado los gobiernos frente a la pandemia, como el distanciamiento social, el cierre de mercados de pescado, la escasa afluencia de clientes a hoteles y restaurantes. Esto supone un grave problema para la venta de pescado fresco y otros productos pesqueros, sobre todo en lo que se refiere a la disminución de la demanda y a la caída del precio del pescado, razón por la cual, en la situación actual, la pesca, el procesamiento de pescado, el consumo y el comercio han disminuido de manera constante”[1].

“No estáis solos, no estáis olvidados”: sabéis, por la experiencia de la fe, que Dios nunca nos abandona. Él, que es Padre, se muestra compasivo en medio de las dificultades y nos hace llegar, de muchas maneras diferentes, el calor y la fuerza de su amor. No estáis solos, porque en cada singladura, al contemplar la quietud del mar en calma o al afanaros en los temporales y en los momentos más intensos de labor, contáis también con la presencia amorosa de la Virgen, la estrella de los mares, que, silenciosa, quedamente, deja caer su manto sobre vosotros, mirándoos con ternura, protegiéndoos y amparándoos.

“No estáis solos; no estáis olvidados”, porque, en vuestra vida como miembros de la Iglesia, sentís el calor de la fraternidad que lleva a preocuparos los unos por los otros, a vivir la solidaridad en vuestros problemas y a contribuir a su solución, como expresión de la comunión de vida en la que nuestro ser cristiano nos inserta desde el bautismo. La Iglesia es también vuestra familia, y, con vosotros, celebra vuestras alegrías y padece vuestras penas; porque también ella, como comunidad, está presente en vuestras vidas.

Particularmente querría subrayar la presencia y la labor de los capellanes y voluntarios del apostolado del mar, haciendo mías las palabras del Papa: “Gracias a vosotros, las personas más vulnerables pueden reencontrar la esperanza de un futuro mejor. Vuestro esfuerzo puede ayudarlas a no rendirse ante una vida precaria y a veces marcada por la explotación. Vuestra presencia en los puertos, tanto grandes como pequeños, debería ser en sí misma un recordatorio de la paternidad de Dios y del hecho de que ante Él todos somos hijos y hermanos; una referencia al valor primario de la persona humana antes y por encima de cualquier interés y un incentivo para todos, comenzando por los más pobres, a esforzarse por la justicia y el respeto de los derechos fundamentales[2].

En este año Santo, os encomiendo a la Virgen del Carmen y al Santo Apóstol Santiago, que compartió vuestro trabajo, para que os sintáis siempre en compañía de Dios y de su Iglesia: “¡Santo Apóstol!, haz que desde aquí se fortalezca la esperanza que ayuda a superar la preocupación angustiosa por el presente, y el escepticismo que dificulta el ejercicio de la caridad. Es tiempo para rezar, amar, salir al encuentro de los demás con obras de misericordia, revitalizando la fraternidad que “permite reconocer, valorar y amar más allá de la cercanía física”, procurando que las personas pobres y las más vulnerables tengan siempre la preferencia[3]. Tengo muy presentes a quienes han perdido su vida faenando en el mar y a sus familias. Encomendándome también a vuestra oración, os saluda con afecto y bendice en el Señor.

+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.

 

[1] Card. P. TURKSON, Mensaje por el día mundial de la pesca, 21-XI-2020.

[2] FRANCISCO, Audiencia con los participantes en el encuentro de capellanes y voluntarios de Stella Maris- Apostolado del Mar, 27-VI-2019.

[3] J. BARRIO, Homilía en la Apertura de la Puerta Santa, 31 de dic. 2020.

 

Fuente: archicompostela.es

Ante la ley de la eutanasia, nuestro arzobispo D. Julián nos recomienda hacer testamento vital

Carta Pastoral a todos los diocesanos del arzobispo de Santiago de Compostela, D. Julián Barrio:

 

Queridos diocesanos:

Os recomiendo hacer el testamento vital ante la ley de la eutanasia recientemente aprobada. En el peregrinar de nuestra existencia es necesaria la credencial de este testamento. La Iglesia defiende la vida desde su concepción hasta la muerte natural, insistiendo en el respeto debido y en la atención especial de aquellas personas debilitadas. “La vida es un valor sagrado e intangible”. Estamos llamados a acogerla, protegerla y acompañarla en todas sus etapas, y en cualquiera de sus circunstancias. Así podremos ofrecer a nuestra sociedad signos de esperanza “trabajando para que aumenten la justicia y la solidaridad, y se afiance una nueva cultura de la vida humana para la edificación de una auténtica civilización de la verdad y del amor”, como indicaba San Juan Pablo II.

Hay que amar, respetar y proteger siempre la dignidad de los enfermos incurables o agonizantes, ya sean niños, jóvenes, adultos o ancianos. “Una acción o una omisión que, de suyo o en la intención, provoca la muerte para suprimir el dolor, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo y creador. El error de juicio en el que se puede haber caído de buena fe no cambia la naturaleza de este acto homicida, que se ha de rechazar y excluir siempre”, según el Catecismo de la Iglesia Católica.

No podemos quedar impasibles ante una cultura que frivoliza la realidad de la vida. En el sufrimiento insoportable la solución no es la eutanasia sino la atención humana, espiritual y médica. Los cuidados paliativos que no curan pero cuidan, tienen esta finalidad. Se trata de poner los medios necesarios para aliviar el sufrimiento y suprimir el dolor y no al paciente. La eutanasia no es la solución. “La  verdadera compasión hace solidarios con el dolor de los demás y  no elimina a la persona cuyo sufrimiento no se puede soportar”. Sembrar esperanza verdadera, aliviar la soledad con una compañía afectiva y efectiva, hacerse cargo del enfermo: en esto consiste la verdadera compasión.

Con el papa Francisco afirmamos: “La eutanasia  y el suicidio  asistido son una derrota para todos. La respuesta a la que estamos llamados es no abandonar nunca a los que sufren, no rendirse nunca, sino cuidar y amar para dar esperanza”. El sueño que vale la pena, se construye acompañando, asistiendo, protegiendo, animando y sacrificándose por los demás. Por aquí comienza la verdadera cultura de la vida en la que todos caben, donde todos son valiosos.

Os saluda y bendice en el Señor.

+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela

 

Para encontrar el formulario de Testamento Vital propuesto por la Conferencia Episcopal Española pincha sobre el dibujo:

 

Fuente: archicompostela.es

Un encuentro diocesano de Movimientos y Asociaciones Laicales con algunos retos por delante.

El  viernes día 25 de junio tuvo lugar un encuentro diocesano de responsables y representantes de movimientos  y asociaciones laicales presentes en la archidiócesis de Santiago de Compostela, con el delegado de Apostolado Seglar, D. Javier Porro, y los dos subdelegados, D. Francisco Durán y D. Alfredo Losada. Este encuentro tuvo lugar en la Casa de Ejercicios de Santiago  y  fue presidido por el arzobispo de Santiago, mons. Julian Barrio. Participó también el obispo auxiliar mons. Francisco José Prieto.

 

Tras compartir un momento de oración, nuestro ARZOBISPO D. JULIÁN dirigió unas palabras a los participantes de este encuentro, invitándonos a tomar conciencia de que «vivimos hoy un momento muy hermoso de la Iglesia, y, a pesar de todo, un momento esperanzador”, en el que la semilla del Evangelio está creciendo. «Esta es la hora del discernimiento y la sinodalidad«, el momento de preguntarnos qué nos pide el Señor, qué caminos nos marca para hacerlo presente en nuestro mundo.

El arzobispo reconoció que en nuestra sociedad hay “muchos prejuicios anti cristianos: no nos conocen y hablan de nosotros como si nos conocieran». Pero eso no debe ser un obstáculo para apostar por ser una Iglesia en salida, para “lanzarnos a lo que está por delante” porque “para no volvernos marginales necesitamos manifestar lo que somos y creemos y no diluirnos en las opiniones comunes” anti cristianas.

Recalcó que «estamos en una sociedad necesitada de Dios y de una humanidad verdadera«. En este sentido presentó como reto para todos los cristianos «ser faro de humanidad que dé respuestas a tantas personas, desde la auténtica verdad, desde la libertad, desde la justicia». El arzobispo compostelano hizo un llamamiento a «abrirnos a la fraternidad«, a «no hacer de nuestra vida un muro de lamentaciones, sino entregarla a los hermanos porque “es más hermoso sostener a los demás que mendigar que nos sostengan a nosotros”. En este sentido insistió a los movimientos y asociaciones laicales en la necesidad de “comunicar la novedad de Cristo, personalizar la fe y vivirla evangélicamente».

Nuestro arzobispo sueña con tener en la diócesis “comunidades eclesiales maduras”, formaciones para la comunión, para la Iglesia, y no para cotos cerrados, sino comunidades que rompan competitividades, que favorezcan el crecimiento de todos. Nos advierte que «si crecemos solo como laicado, y no crecen la vida consagrada y los sacerdotes, entonces no lo estamos haciendo bien». Solo en la medida que crezcan los demás, y ayudemos a crecer a los demás, nosotros crecemos.

«Hoy la sociedad necesita el paso de los santos, y me atrevo a decir que vosotros sois santos, santos de la puerta de casa» continuó el arzobispo, recordando  al papa Francisco cuando aseguró que “el Pueblo de Dios es santo, por la unción que se nos ha dado, y le hace infalible cuando cree”. Pidió a los asistentes tener muy en cuenta esta verdad en el día a día, para no olvidar que “todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús. Descubrir ese amor nos permite salir de nosotros para anunciar el amor de Dios. Por eso somos discípulos y misioneros”.

Además, don Julián puso también el acento en la conversión personal, lo que traduce en la necesidad de dejar que los demás nos evangelicen. «Para evangelizar nosotros tenemos primero que dejarnos evangelizar, para encontrar el modo de comunicar a Jesús desde la situación en la que nosotros nos encontremos, aun con imperfecciones porque en nuestra debilidad se muestra la fuerza de Dios”.

En un ambiente de fraternidad, mons. Barrio reconoció sentirse “orgulloso de nuestra diócesis y de vosotros, los laicos comprometidos en la construcción del Reino». E insistió en que “esto es fruto de una realidad que he vivido con vosotros durante veintinueve años y sintiéndome muy acompañado”.

 

Después de estas inspiradoras palabras de nuestro arzobispo, el encuentro continuó con las intervenciones sobre tres temas importantes, que se nos presentan en un futuro próximo, y que requerirán la participación activa de los movimientos y asociaciones laicales, desde nuestra diócesis:

 

1.- POSCONGRESO DE LAICOS: PUEBLO DE DIOS EN SALIDA (Cursos 2021-2022; 2022-2023 y siguientes)

 

D. Alfredo Losada informó como se están desenvolviendo todas las iniciativas que se pusieron en marcha a raíz de la celebración del Congreso de Laicos «Pueblo de Dios en salida» en febrero de 2020, y que son:

  • Publicación de la Guía de Trabajo: «Hacia un Renovado Pentecostés»
  • Funcionamiento del Consejo Asesor de Laicos
  • Formación de Equipos de Trabajo del Poscongreso, impulsados desde las Delegaciones de Apostolado Seglar
  • Publicación del Documento-plan de trabajo «Novos froitos», donde se recogen las actividades propuestas para los próximos cursos: 3 Encuentros de Trabajo a nivel diocesano para discernir comunitariamente como estamos en cada una de nuestras realidades eclesiales  (curso 2021-2022) y varios Encuentros Nacionales de Laicos con carácter periódico (curso 2022-2023 y siguientes). En todos estos encuentros se profundizará en cada uno de los 4 itinerarios del Congreso de Laicos.

Todo esto está recogido en el siguiente documento:  1. Poscongreso e borrador Novos Froitos. Alfredo Losada.

 

2.- LXIII SEMANA SOCIAL (Nov 2021- en adelante)

 

D. Francisco Durán comunicó la vuelta de las Semanas Sociales de la Iglesia con la LXIII Semana Social que se celebrará en Sevilla los días 25, 26 y 27 de Noviembre y se podrá participar de modo presencial y virtual.

El principal objetivo de estas semanas sociales, organizadas desde la Conferencia Episcopal Española, es dar a conocer y difundir la doctrina social de la Iglesia en nuestra sociedad. Y están abiertas a la participación de todos (por primera vez además del ámbito caritativo y social se incorporan los secretariados de catequesis y apostolado seglar), desde el discernimiento personal y comunitario.

En esta ocasión el tema elegido es «La regeneración de la vida pública. Una llamada al bien común y a la participación» y, como novedad, tendrán lugar unos seminarios previos (foro de deliberación) a escala diocesana, donde a través del diálogo y debate se llegará a unas conclusiones que servirán de base para la celebración de la LXIII Semana Social en Sevilla. Previamente se presentará un documento o guía de trabajo para estos seminarios preparatorios en las diócesis, donde se tratará:

  • la presencia renovada de los católicos en la vida pública,
  • las nuevas esferas públicas desde donde se construye esta regeneración de la vida pública,
  • el papel de la religión cuando entra en el espacio público
  • y los escenarios que se nos abren para esta vida pública.

Todo esto está recogido en el siguiente documento: 2. Semanas Sociales. Conferencia Episcopal Española. Francisco Durán.

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3.- SÍNODO DE LOS OBISPOS (octubre 2021- octubre 2023)

 

Dª. Marina Hernando informó sobre el próximo Sínodo de Obispos que ha convocado el Papa Francisco sobre la sinodalidad, un concepto que tiene que ver con nuestro modo de ser y de obrar como Pueblo de Dios unidos a Cristo, que se concreta en la unidad, corresponsabilidad y la participación de todos en la vida de la Iglesia y de la sociedad.

Este sínodo de Obispos por deseo del Santo Padre no será un evento sino un camino sinodal en tres años (2021-2023), articulado en tres fases -diocesana, continental y universal-, para hacer posible la participación y la verdadera escucha de todo el Pueblo de Dios -laicos, pastores y obispo de Roma-. Culminará con la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que se celebrará en octubre de 2023 en Roma.

«Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión» es el tema escogido para este Sínodo de Obispos y contará con varias novedades como:

  • Se celebrará en cada Iglesia particular (diócesis) en los cinco continentes, con trabajo en grupos del documento preparatorio y asambleas pre-sinodales.
  • Será necesario elegir representantes (equipo) para la sinodalidad de cada diócesis, de cada Conferencia Episcopal y de la Reunión Internacional de Conferencias Episcopales, que participarán en la XVI Asamblea en el Vaticano (pueden ser laicos, religiosos, o sacerdotes)
  • Saldrán varios documentos de trabajo: 2 Instrumentum Laboris y el documento final

Todo esto junto con el itinerario sinodal está recogido en el siguiente documento: 3. Sínodo de los Obispos convocado por el Papa Francisco. Marina Hernando.

 

Al hilo de este tema, el OBISPO AUXILIAR D. FRANCISCO concretó algunos aspectos de este Sínodo de Obispos relevantes para nuestra archidiócesis. «Este camino de sinodalidad será un cambio total. Antes la consulta se hacia solo con los obispos y especialistas y ahora se quiere implicar a todo el Pueblo de Dios con la diversidad y complejidad que eso supone, sin duda un gran esfuerzo pero que merece la pena y el Espíritu lo suscita». – explicó monseñor Prieto.

Seguidamente expuso la necesidad de nombrar a nivel diocesano un responsable para este Sínodo (que puede ser un laico o laica), que haga equipo, y como se encargaría de elaborar un cuestionario práctico, real y eficaz, adaptado a nuestra archidiócesis, a partir del documento general que se va a enviar desde la secretaría del sínodo en septiembre, la elección no debe tardar mucho.

Con respecto a como se participará en este Sínodo de Obispos concretamente desde nuestra diócesis, D. Francisco comentó que al ser Santiago una archidiócesis muy extensa, la consulta de ese cuestionario se hará desde las vicarías territoriales,  buscando que sea representativa. Para eso,- continuó- «no hace falta que sean muchos los que participen, sino que expresen la riqueza de la pluralidad de nuestra diócesis». Esta consulta se llevará a cabo desde la inauguración del Sínodo de Obispos en la diócesis el 17 de octubre de 2021 hasta marzo de 2022, cuando se enviarán las aportaciones de cada vicaria al responsable diocesano del Sínodo, que, con su equipo, se encargarán de sintetizarlas y presentarlas posteriormente en la reunión pre-sinodal. Estas contribuciones, con el visto bueno del arzobispo, se presentarán en el encuentro de obispos y responsables de cada diócesis reunidos en Asamblea en la Conferencia Episcopal Española a finales de abril de 2022.

Por último propone para nuestra consulta diocesana invitar a cristianos alejados e incluso a no creyentes de todos los ámbitos: universidad, social, cultural, artístico… «que no forman parte de nuestra Iglesia pero que nos observan», para preguntarles, con valentía y desde una acogida cordial y agradecida, como nos ven y que nos piden. «De este modo la aportación de nuestra archidiócesis a la reflexión sinodal sea más enriquecedora y realista».

El obispo auxiliar nos animó a  vivir este momento como Iglesia diocesana unida, parroquias y movimientos, «como una oportunidad muy providencial que nos pone a todos en movimiento para recuperar esa «musculatura» que perdimos con la pandemia  y que caminemos y gustemos el hecho de ser Pueblo de Dios»

 

Al hilo de estas intervenciones, el DELEGADO de APOSTOLADO SEGLAR, D. Javier Porro, invitó a los asistentes a que hubiera algunas personas concretas (1, 2 ó 3) que estén interesadas y puedan trabajar y profundizar en alguna de estas tres propuestas (Poscongreso, Semana Social y Sínodo de Obispos) en cada uno de sus movimientos y asociaciones laicales. No haría falta que todo el grupo, movimiento o asociación participe activamente en todas las propuestas, sino que se organicen y sugirió que lo tuvieran en cuenta en sus respectivas programaciones para el curso pastoral que viene.

 

Y por último, para finalizar este encuentro, se abrió un COLOQUIO ABIERTO  con los asistentes de los distintos movimientos laicales presentes en nuestra diócesis, en el que aprovecharon para comentar como han vivido desde sus movimientos estos meses de pandemia y como se presenta el futuro para cada uno de ellos.