La caravana del duelo vuelve a Pontevedra para escuchar a quienes atraviesan una pérdida

La UNIDAD MÓVIL DE INTERVENCIÓN EN CRISIS Y DUELO (UMI) se desplazará esta semana a la ciudad de Pontevedra, otra vez, a fin de prestar un servicio confidencial, aconfesional y gratuito de acompañamiento a personas en duelo, promovido por el Centro de Escucha San Camilo de Pontevedra, dentro de la Red de Centros de Escucha del Centro de Humanización de la Salud de los Padres Camilos en Tres Cantos, en Madrid.

La caravana del duelo quedará instalada en la Plaza Alonso de Fonseca, junto a la Real Basílica de Santa María la Mayor, al igual que en las anteriores ocasiones. El horario de atención será entre el miércoles 2 y el jueves 3 de junio, desde las 10:00 hasta las 14:00 horas, y desde las 17:00 hasta las 21:00 h. Puede acudir cualquier persona herida que esté atravesando una situación de duelo complicado y que necesite ser escuchada y acompañada, a consecuencia de la pérdida de un ser querido. Con los voluntarios, comprometidos y formados, las personas en duelo podrán expresar lo que están viviendo incondicionalmente: con total libertad, sintiéndose escuchados, comprendidos y no juzgados.

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Dolientes y confinados:

sufrir un duelo en los tiempos del Covid

 

Con el regreso de la UMI a Pontevedra, también volverá a la ciudad del Lérez el psicólogo Valentín Rodil Gavalaorientador educativo, teólogo y máster en duelo. Es profesor del Centro de Humanización de la Salud, voluntario del Centro de Escucha San Camilo en Tres Cantos (Madrid) y responsable de la Unidad Móvil de Intervención en Crisis y en Duelo. Este miércoles, 2 de junio, Rodil Gavala ofrecerá una CHARLA sobre cómo está afectando la pandemia a las personas que perdieron a un ser querido y no pudieron despedirse por el estado de alarma. Será en la Real Basílica de Santa María la Mayor de Pontevedra, a las 20:30 h.

 

 

Jornada de formación para laicos

 

Desde la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida de la CEE nos animan a participar en una jornada de formación para Laicos sobre el Discernimiento Comunitario, que están organizando con el título “UN CAMINO PARA ESCUCHAR A DIOS EN LA HISTORIA” .

El ponente será el jesuita D. José García de Castro, profesor de Teología Universidad Pontificia de Comillas.

Tendrá lugar el sábado 5 de junio a las 10.30 h. de la mañana, con modalidad online y está abierta a todo el mundo que quiera participar: laicos de cualquier edad, sacerdotes, religiosos…

Para participar es necesario inscribirse aquí .

Puedes descargar aquí el cartel.

 

 

Fuente: pueblodediosensalida.com

 

#HazMemoria #HMEnfermos. La labor de la Iglesia con los enfermos responde a su seña de identidad: la caridad y el amor al prójimo

En la octava semana de la campaña #HazMemoria que la Conferencia Episcopal Española ha puesto en marcha junto con los medios de comunicación EcclesiaTrece y COPE, el contenido centra en la labor socio-sanitaria de la Iglesia.

La labor de la Iglesia con los enfermos

 

 

Uno de las señas de identidad de la Iglesia es la caridad y el amor al prójimo. La labor socio-sanitaria que realiza en España es muy notable. Nuestro país cuenta con 1.000 centros que ayudan a casi un millón y medio de personas durante su enfermedad. Todos tenemos algo de heridos, algo de enfermos. Cada uno de nosotros también necesitamos cuidados que en la Iglesia nos dan.

Los cristianos estamos llamados de manera primordial al amor al prójimo. Este mandamiento que Jesús pide a sus discípulos como expresión de su identidad cristiana tiene especial concreción en las personas débiles o necesitadas. Hay que cuidar más a los más débiles. La parábola del Buen Samaritano, que el Papa ha desarrollado especialmente en Fratelli Tutti, señala que todos tenemos obligaciones con el que sufre, con el herido, con el enfermo. Y también que todos tenemos algún tipo de heridas o enfermedades en nuestro cuerpo y en nuestro espíritu.

La Iglesia nos recuerda que en la debilidad y en la enfermedad, en las personas que sufren encontramos a Cristo que nos pide ayuda. En el que sufre está también Jesús, sufriendo con él, acompañando y sosteniendo en el sufrimiento, reclamando la ayuda de los prójimos que pasan por el camino de la vida. Es Jesús quien acompaña en el dolor y la enfermedad a través de su Iglesia. ¡Cristo nos da esperanza en la enfermedad!

Todos los cristianos hemos sido llamados a esa expresión de la caridad en el día a día y en medio de las ocupaciones habituales de la jornada, con la visita, la compañía y la atención a esas personas necesitadas de nuestro entorno. Regala tu tiempo al enfermo. ¡Comparte la vida!

El contenido de este tema se puede encontrar en este enlace#HMEnfermos

 

La campaña #HazMemoria

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Con este hastag #HazMemoria se pretende poner en valor el papel de la Iglesia y de los cristianos en el trabajo de la sociedad y la importancia de su aportación al bien común de todos.

Con esta campaña de doce temas, que durará hasta el 30 de junio, se pretende hacer presente en los medios de comunicación la vida real de la Iglesia, las actividades que realiza, las personas que la llevan adelante, las historias que hacen visible la acción de la Iglesia en el mundo.

 

Fuente: Conferencia Episcopal Española

Jornadas de formación sobre acompañamiento en tiempos de pandemia

El Centro de Escoita de Vigo y la Asociación Stella Maris organizan unas jornadas de formación sobre acompañamiento tituladas: «ACOMPAÑAMIENTO A LOS MARINOS EMBARCADOS EN TIEMPOS DE PANDEMIA», impartidas por Valentín Rodil, psicólogo experto en acompañamiento en crisis y duelo y formador del Centro de Humanización de la Salud.

Estas jornadas tendrán lugar en el edificio de sesiones de la Autoridad Portuaria de Vigo,  el viernes 4 de junio (de 17:00 a 20:00 h.) y el sábado 5 de junio (de 10:00 a 13:00 h.) y se realizarán modo presencial y en streaming.

Es una formación gratuita. Se requiere previa inscripción en el correo electrónico: direccion@stellamarisvigo.com o en el teléfono: 986 202 944.

Colabora el «Centro Diocesano de Escucha San Camilo» de la Archidiócesis de Santiago de Compostela.

 

 

Nuestro arzobispo preside en la Catedral la Misa de Pentecostés en el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar

  • Monseñor Barrio destaca el papel de los laicos en la Iglesia

El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, presidió hoy la Eucaristía de la Solemnidad de Pentecostés en la Catedral compostelana, una fecha en la que la Iglesia celebra también el día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar. Precisamente a los laicos se dirigió especialmente el arzobispo, animándoles a revitalizar la fe y a vivirla coherentemente en la vida personal y en el entorno familiar, profesional y cívico. Monseñor Barrio señaló, en relación con la fiesta litúrgica del día que el Espíritu Santo otorga fortaleza para testimoniar la fe y difundir el Evangelio. La Iglesia, dijo, el arzobispo, ha de construirse desde el diálogo y la acogida.

Con la Solemnidad de Pentecostés se cierra el ciclo litúrgico de la Pascua. Esta fiesta recuerda el momento en que los apóstoles recibieron el don del Espíritu Santo. Pentecostés, según dijo hoy el arzobispo, hace referencia a la unidad y a la misión de la Iglesia, que ha de abrirse a la sociedad para hacer presente su mensaje de entrega, generosidad, perdón y sanación, así como su preferencia por los más débiles y necesitados. Una tarea en la que los laicos tienen un papel significativo que cumplir en este momento.

 

Fuente: archicompostela.es

#HazMemoria #HMLaicos. La labor de los laicos en la Iglesia es llevar los valores cristianos al corazón de la sociedad en todos los ámbitos.

En la séptima semana de la campaña #HazMemoria que la Conferencia Episcopal Española ha puesto en marcha junto con los medios de comunicación EcclesiaTrece y COPE, el contenido se centra en la labor de los laicos en la Iglesia.

La presencia de los laicos en la sociedad

 

 

Los laicos son la presencia de la Iglesia en el mundo. Los laicos contribuyen a la misión de la Iglesia por su participación activa en la liturgia, en el anuncio de la Palabra de Dios y en la catequesis. Pero también, de manera especial, haciendo presente a Cristo en las realidades ordinarias: su lugar es el mundo profesional, social, económico, cultural y político.

La labor de un laico es llevar los valores cristianos al corazón de la sociedad. Su misión está en comprometerse con el mundo y desde el mundo. Su tarea es llegar a la cultura, a la ciencia, a la economía, a los hijos, a los medios de comunicación. Llegar a todos los ámbitos.

El contenido de este tema se puede encontrar en este enlace: #HMLAICOS 

 

La campaña #HazMemoria

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Con este hastag #HazMemoria se pretende poner en valor el papel de la Iglesia y de los cristianos en el trabajo de la sociedad y la importancia de su aportación al bien común de todos.

Con esta campaña de doce temas, que durará hasta el 30 de junio, se pretende hacer presente en los medios de comunicación la vida real de la Iglesia, las actividades que realiza, las personas que la llevan adelante, las historias que hacen visible la acción de la Iglesia en el mundo.

 

Fuente: Conferencia Episcopal Española

Carta Pastoral de D. Julián en el Día de la Acción Católica y Apostolado Seglar 2021: «Hay que discernir qué lugar ocupa el apostolado seglar en nuestras parroquias, y cómo impulsar la acción de los laicos»

 

Nuestro arzobispo, D. Julián nos ha escrito a todos los diocesanos una Carta Pastoral, dedicada al Día de la Acción Católica y Apostolado Seglar, que se celebrará en la solemnidad de Pentecostés, el próximo 23 de mayo, con el lema «Los sueños se construyen juntos».

En dicha carta monseñor Barrio, recordando el reciente Congreso Nacional de Laicos y el Sínodo Diocesano, nos indica que “necesitamos abrirnos a la trascendencia y a la fraternidad, al discernimiento y a la sinodalidad.”. El arzobispo añade que “en la Iglesia diocesana ha de crecer la conciencia de que el laico tiene una misión eclesial por derecho propio y como consecuencia de su pertenencia a la Iglesia”, insistiendo en que «es la hora de caminar juntos como Pueblo de Dios, pastores, consagrados y laicos, conscientes de que todos somos necesarios a la hora de evangelizar».

Esta carta de nuestro arzobispo constituye un reconocimiento a la tarea de los laicos y, a la vez, una llamada a su responsabilidad para construir junto a los pastores una Iglesia capaz de afrontar los retos del futuro. Así, el arzobispo asegura que: “hay que pasar del laico consumidor de actividades eclesiásticas a un laicado corresponsable en la misión evangelizadora de la Iglesia, evitando el peligro del clericalismo que lleva a funcionalizar el laicado y a diluir la gracia bautismal. En este sentido hay que discernir qué lugar ocupa el apostolado seglar en nuestras parroquias, y cómo impulsar la acción de los laicos en aquellas experiencias fundamentales como son la familia, la educación, la cultura, la actividad laboral y la presencia en la vida pública

“En este momento caracterizado por cambios imprevisibles que están afectando a la Iglesia”, afirma monseñor Barrio, “estamos llamados a edificar la ciudad de Dios en medio de la ciudad de los hombres, siendo amables y  comprensivos, entregando la vida por los demás como comprobamos también durante esta pandemia”.

A continuación trascribimos la carta íntegra:

 

“Los sueños se construyen juntos”

 

Queridos diocesanos:

Seguimos haciendo memoria del Congreso Nacional de Laicos y de nuestro Sínodo diocesano. En este contexto celebramos el día de la Acción Católica y  del Apostolado Seglar en la solemnidad de Pentecostés. En esta Jornada nos referimos a este texto clarificador del Papa: “He aquí un hermoso secreto para soñar y hacer de nuestra vida una hermoso aventura. Nadie puede pelear  la vida aisladamente… Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude  y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia adelante. ¡Qué importante es soñar juntos!… Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos[1].

En este momento caracterizado por cambios imprevisibles que están afectando a la Iglesia, “el esfuerzo orientado al anuncio del Evangelio a los hombres de nuestro tiempo, exaltados por la esperanza pero a la vez perturbados con frecuencia por el temor y la angustia, es sin duda alguna un servicio que se presenta a la comunidad cristiana e incluso a toda la humanidad[2]. No ignoramos que se está produciendo una ruptura en la transmisión generacional de la fe en nuestras comunidades cristianas. “Algunas causas de esta ruptura son: la falta de espacios de diálogo familiar, la influencia de los medios de comunicación, el subjetivismo relativista, el consumismo desenfrenado que alienta el mercado, la falta de acompañamiento pastoral a los más pobres, la ausencia de una acogida cordial en nuestras instituciones, y nuestra dificultad para recrear la adhesión mística de la fe en un escenario religioso plural[3]. No cabe duda de que “cuanto más se seculariza la sociedad civil y política, más deben comprender los  católicos, por encima de toda posible confusión, que su pertenencia a la Iglesia que les trasmite ya en este mundo el germen de la vida divina, libera el fondo de su ser haciéndole respirar en lo eterno”[4].

Purificando cada día nuestra fe, estamos llamados a edificar la ciudad de Dios en medio de la ciudad de los hombres, siendo amables y  comprensivos, entregando la vida por los demás como comprobamos también durante esta pandemia. Necesitamos “comunidades eclesiales maduras[5]; comunidades de fe confesada en la adhesión a la Palabra de Dios, celebrada en los sacramentos y vivida en la caridad como alma de la existencia moral cristiana[6], sabiendo que el laico cristiano ha de crecer interiormente en el itinerario progresivo de la santidad. Esto exige una formación para la misión: evangelizar en la calle con una vida coherente, viviendo la experiencia de Dios. Hay que pasar del laico consumidor de actividades eclesiásticas a un laicado corresponsable en la misión evangelizadora de la Iglesia, evitando el peligro del clericalismo que lleva a funcionalizar el laicado y a diluir la gracia bautismal. En este sentido hay que discernir qué lugar ocupa el apostolado seglar en nuestras parroquias, y cómo impulsar la acción de los laicos en aquellas experiencias fundamentales como son la familia, la educación, la cultura, la actividad laboral y la presencia en la vida pública.

Necesitamos abrirnos a la trascendencia y a la fraternidad, al discernimiento y a la sinodalidad. Es posible que no hayamos armonizado conocimiento y experiencia de fe, ni prestado atención a las inquietudes de las personas, ni realizado una revisión precisa de nuestra acción pastoral. Ante estos desafíos hemos estado tal vez distraídos y no hemos percibido la relevancia de los mismos. En este sentido el papa Francisco nos dice: “Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están. Ya no nos sirve una simple administración… Constituyámonos en todas las regiones de la tierra en un estado permanente de misión”[7]Es la hora de caminar juntos como Pueblo de Dios, pastores, consagrados y laicos, conscientes de que todos somos necesarios a la hora de evangelizar. La sinodalidad nos interpela a estar en el corazón del mundo asumiendo el compromiso en la vida pública, conscientes de que “la Iglesia  no pretende disputar poderes terrenos, sino ofrecerse como hogar entre los hogares, abierto para testimoniar al mundo actual la fe, la esperanza y el amor al Señor y a aquellos que Él ama con predilección[8].

No olvidemos que el “apostolado de los laicos, que surge de su misma vocación cristiana, no puede faltar nunca a la Iglesia” (AA 1). En la Iglesia diocesana ha de crecer la conciencia de que el laico tiene una misión eclesial por derecho propio y como consecuencia de su pertenencia a la Iglesia. Es en la historia en donde todas las realidades creadas comienzan a ser transformadas por la fuerza del Evangelio. Hay que anunciar la novedad de Cristo en esta sociedad en la que los miembros de las asociaciones de apostolado laical han de “personalizar la fe y vivirla evangélicamente, seguir un proceso de formación permanente, celebrar comunitariamente la fe, encontrar el ámbito eclesial de discernimiento comunitario, asumir las responsabilidades personales y ser fieles a los compromisos adquiridos en la comunidad eclesial y en la vida pública, constituir el sujeto social necesario para una presencia pública significativa y eficaz”[9].

¡Que el Espíritu Santo nos ilumine en la tarea evangelizadora y revitalice el Apostolado Seglar y la Acción Católica! Os saluda con afecto y bendice en el Señor.

 

+ Julián Barrio Barrio,

Arzobispo de Santiago de Compostela.

 

  • [1] FRANCISCO, Fratelli tutti, 8.
  • [2] PABLO VI, Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi, nº 1.
  • [3] FRANCISCO, Evangelii gaudium, 70.
  • [4]  HENRI DE LUBAC, Diálogo sobre el Vaticano II, Madrid 1985, 81.
  • [5] Christifideles laici, 34.
  • [6] Cf. Ibid., 33.
  • [7] FRANCISCO, Evangelii gaudium, 25.
  • [8] FREANCISCO, Fratelli tutti, 276.
  • [9] Ibid., 97.

 

Fuente: archicompostela.es

Carta Pastoral de D. Julián en la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: “Es impagable el trabajo de quienes arriesgan incluso su vida para dar a conocer la realidad en que viven los más desfavorecidos”

 

Este próximo domingo 16 mayo, solemnidad de la Ascensión, la Iglesia celebrará la edición LV de la JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES. Con este motivo, el arzobispo de Santiago ha dirigido a los profesionales y trabajadores de los medios de comunicación una Carta Pastoral: «Ven y lo verás» en la que asegura que “es impagable el trabajo de quienes arriesgan incluso su vida, como lo hemos visto hace unos días, para dar a conocer la realidad en que viven los más desfavorecidos”. Monseñor Julián Barrio hace así alusión tanto a la muerte de dos periodistas españoles en Burkina Faso, como al contenido del mensaje del papa Francisco a los comunicadores, en el que les invita a conocer la realidad allá donde se produce.

En su carta, monseñor Barrio recoge la experiencia del beato Manuel Lozano Garrido, “Lolo”, un periodista español al que también cita el papa Francisco en su Mensaje para este Jornada: “Ven y lo verás (Jn 1,36). Comunicar encontrando a las personas donde están y como son”, en la que apuesta por una relación comunicacional de persona a persona y de corazón a corazón.

 

 

 

 

Fuente: archicompostela.es

Día de la Acción Católica y Apostolado Seglar 2021: «Los sueños se construyen juntos»

 

El próximo 23 de mayo, solemnidad de Pentecostés, se celebra el DÍA DE LA ACCIÓN CATÓLICA Y DEL APOSTOLADO SEGLAR, este año bajo el lema, «LOS SUEÑOS SE CONSTRUYEN JUNTOS», que está inspirado en el Congreso de Laicos y tomado de la carta encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti, sobre la fraternidad y la amistad social, en su capítulo 8: «(…) ¡Que importante es soñar juntos! (…) Los sueños se construyen juntos. (…)»

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¿Cuál es el mensaje de los obispos?

 

A través de la Comisión Episcopal de Laicos, Familia y Vida, los obispos centran esta Jornada en la carta encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti, sobre la fraternidad y la amistad social y en el Congreso de Laicos que ha cumplido su primer aniversario. En este contexto actual, marcado por la pandemia, la línea a seguir es continuar remando como Iglesia, con el fin de hacer realidad los sueños expresados en el Congreso, marcados por la senda del discernimiento y de la sinodalidad.

«Unos sueños que no son nuestros, sino de Dios para nosotros, para la Iglesia que peregrina en España, y que desea llevar a cabo un renovado Pentecostés«, como nos dicen los obispos en su mensaje. Y sólo gracias al discernimiento podremos «captar estos sueños de Dios, su plan de salvación«, «captar como Dios está actuando en la historia», «porque Dios nos habla en la historia y en nuestra historia hablamos de Dios», siendo interpelados a «descubrir la voz de Dios en el grito de cada uno de los seres humanos que encontramos en nuestro caminar» y de ahí «nos llevemos a preguntar, como aparece en el Evangelio «Entonces ¿qué debemos hacer?» (Lc 3,10)»

Otro aspecto importante que destacan los obispos es «el otro gran sueño de Dios para su Iglesia, el de la sinodalidad, que nos debe llevar a descubrir que somos un único Pueblo de Dios, pastores, vida religiosa y laicos, y que todos somos necesarios para llevar a cabo la tarea evangelizadora«, siendo conscientes de que los laicos no somos actores de reparto o secundarios, sino protagonistas en nuestra misión de anunciar el Evangelio de Jesucristo, y que «para ir haciendo realidad este sueño es imprescindible que evitemos caer en la tentación del clericarismo». 

No debemos olvidar que los sueños se construyen juntos, los obispos apuntan que este sueño de «la sinodalidad nos debe llevar también a vivir la comunión entre Movimientos y Asociaciones, y en relación a la diócesis y las parroquias. El sueño de una Iglesia sinodal se traduce en una Iglesia en salida, del acompañamiento, de la fraternidad. Una Iglesia que busca crear puentes de diálogo, de encuentro con los que son y piensan diferente a nosotros, frente a una cultura del enfrentamiento, del descarte».

Por tanto, estos sueños también deben interpelarnos como laicado a estar en el corazón del mundo. «Es necesario que volvamos a redescubrir que lo propio y peculiar de los laicos es su compromiso en la vida pública», impulsando entre otras cosas la caridad política.

Terminan este mensaje agradeciendo «el trabajo de las delegaciones diocesanas de Apostolado Seglar, los Movimientos y Asociaciones, la Acción Católica, el Consejo Asesor de Laicos, y el testimonio silencioso y abnegado de tantos laicos de nuestras parroquias, que se esfuerzan ¡cada día por vivir su vocación laical en la Iglesia y en el mundo, desde el discernimiento y la sinodalidad»,  y deseando que nos sirva de estímulo este día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar para discernir y seguir el camino construyendo juntos, sinodalmente (pastores, vida consagrada y laicos), «haciendo realidad, en la Iglesia y en nuestras sociedad, los sueños de Dios para la humanidad».

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Catequista: el nuevo ministerio laical dentro de la Iglesia instituido por el Papa

 

La Oficina de Prensa vaticana ha presentado a los medios de comunicación la carta apostólica en forma del Motu proprio «ANTIQUUM MINISTERIUM» del Sumo Pontífice Francisco con la que se instituye el ministerio laical del catequista .

En 2018, el Papa ya había hablado de esa necesidad de dar a este servicio del catequista una dimensión institucional en la Iglesia. En ese año el Papa había anunciado en un videomensaje a los catequistas que: «Ser catequista, esta es la vocación, no trabajar de catequista». Y poco después añadió que esta «forma de servicio que se realiza en la comunidad cristiana» requería ser reconocida «como un verdadero y genuino ministerio de la Iglesia».

La convicción ha tomado la forma del Motu proprio Antiquum ministerium que ha sido presentado en presencia del arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, y de Mons. Franz-Peter Tebartz-van Elst, delegado para la Catequesis del dicasterio.

En primera línea

 

 

El Motu proprio, por tanto, establecerá formalmente el ministerio laical del catequista, desarrollando esa dimensión evangelizadora de los laicos deseada por el Vaticano II. Un papel al que, según dijo Francisco, le corresponde «un primer anuncio». En un contexto de «indiferencia religiosa – había indicado el Papa – vuestra palabra será siempre un primer anuncio, que llega a tocar el corazón y la mente de tantas personas que esperan encontrarse con Cristo.

En el contexto de la evangelización en el mundo contemporáneo y ante “la imposición de una cultura globalizada”, de hecho, “es necesario reconocer la presencia de laicos y laicas que, en virtud del propio bautismo, se sienten llamados a colaborar en el servicio de la catequesis”, que debe realizarse de forma secular, sin caer en la clericalización.

 

 

A este ministerio de catequista pueden ser llamados los laicos «hombres y mujeres, de profunda fe y madurez humana, que participen activamente en la vida de la comunidad cristiana, que puedan ser acogedores, generosos y vivan en comunión fraterna». Necesitan recibir «la debida formación bíblica, teológica, pastoral y pedagógica» y tener «experiencia previa de catequesis», deben colaborar fielmente con los presbíteros y diáconos, estar «dispuestos a ejercer el ministerio donde sea necesario y estar animados por un verdadero entusiasmo apostólico”. Después del «debido discernimiento por parte del obispo y del rito de institución», serán llamados a «un servicio estable» a la Iglesia local «según las necesidades pastorales identificadas» por el ordinario.

El motu proprio anuncia que «la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos se encargará en breve de publicar el rito de institución», e invita a las conferencias episcopales a hacerlo efectivo «estableciendo el necesario itinerario de formación y los criterios normativos para acceder a él».

 

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