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Vídeo del Papa. Julio 2024. Por el cuidado pastoral de los enfermos: “La Unción de los Enfermos no es un sacramento solo para aquellos que están a punto de morir”

 

Oremos para que el sacramento de la Unción de los Enfermos dé a las personas que lo reciben y a sus seres queridos la fuerza del Señor, y se convierta cada vez más para todos en un signo visible de compasión y de esperanza.

Papa Francisco – Julio 2024

 

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La intención de oración del Papa Francisco para este mes de julio es por el cuidado pastoral de los enfermos. El Video del Papa, producido y difundido por su Red Mundial de Oración, nos acerca este mes al significado del sacramento de la Unción de los enfermos y quienes pueden recibirlo. Para Francisco, la Unción de los Enfermos no es solo para quienes están “a punto de morir”, es un sacramento de sanación del espíritu,  por ello  eleva su oración para que este sacramento se convierta cada vez más en un “signo visible de compasión y de esperanza”.

Este videomensaje cuenta con la colaboración de un equipo de profesionales de la Arquidiócesis de Los Ángeles.

 

 

 

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El consuelo, motor de la esperanza

 

“Cuando el sacerdote se acerca a una persona para darle la Unción de los Enfermos, no está necesariamente ayudándole a despedirse de la vida. Pensar así es renunciar a toda esperanza. Es dar por sentado que después del cura llega el enterrador”, comenta Francisco al inicio del video.

Los sacramentos de la Iglesia son regalos, las formas en las que Jesús se hace presente para bendecir, animar, acompañar, consolar. La Iglesia cree y confiesa que el sacerdote viene a ayudar al administrar la Unción de los Enfermos, un sacramento que ofrece consuelo a los que padecen una enfermedad y a sus seres queridos.

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Un sacramento de dimensión comunitaria

 

La invitación del Papa Francisco a la oración de toda la Iglesia es un modo de visibilizar que la Unción de los Enfermos es un sacramento de naturaleza comunitaria y relacional.

“En el momento del dolor y de la enfermedad no estamos solos: el sacerdote y quienes están presentes durante la Unción de los enfermos representan, en efecto, a toda la comunidad cristiana que, como un único cuerpo nos reúne alrededor de quien sufre y de los familiares, alimentando en ellos la fe y la esperanza, y sosteniéndolos con la oración y el calor fraterno”, afirmó el Papa ante miles de fieles en una audiencia general en febrero de 2014, dedicada a este sacramento

 

La cercanía de Jesús

 

Este sacramento asegura la cercanía de Jesús al dolor de quien yace enfermo o anciano, el alivio de sus sufrimientos y el perdón de sus pecados, pero no es sinónimo de la recepción de un milagro de sanación del cuerpo ni de la muerte inminente.

La Unción de los Enfermos es, muchas veces, el sacramento olvidado, o menos reconocido, continuó el Papa. Sin embargo, “es Jesús mismo quien viene a aliviar al enfermo, a darle fuerza, a darle esperanza, a ayudarlo; y también para perdonar sus pecados. ¡Y esto es muy hermoso!”, de ahí su importancia pastoral.

Las imágenes que acompañan las palabras de Francisco -filmadas en dos diócesis estadounidenses: Allentown (Pensilvania) y Los Ángeles (California)- ponen de relieve precisamente los diferentes contextos en los que se puede administrar el sacramento. En el vídeo, realizado por un equipo de profesionales de la Arquidiócesis de Los Ángeles, se entrelazan dos historias aparentemente muy diferentes en edad y situación clínica del enfermo, pero unidas por la gracia del sacramento y el gran afecto de los seres queridos que se reúnen en torno al receptor

 

La Unción de los Enfermos a la luz de los Evangelios

 

El Padre Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, destaca que aunque muchos hayan redescubierto la profundidad del Sacramento de la Unción de los Enfermos, todavía se entiende a menudo como una forma de preparar a los enfermos para la muerte. “Esto es lo que dice Papa Francisco cuando recuerda que, cuando alguien está gravemente enfermo, queremos postergar siempre más el Sacramento de la Unción de los Enfermos, pues persiste la idea de que los sepultureros llegan después del sacerdote (Audiencia general del 26 de febrero de 2014). Por eso, Papa Francisco desea que este mes podamos redescubrir toda la profundidad y el verdadero sentido de este sacramento, no solo como una preparación para la muerte, sino como un sacramento que ofrece consuelo a los enfermos en tiempos de enfermedad grave, a sus seres queridos y fuerza a quienes los cuidan”.

La persona enferma no está sola; con el sacerdote y las personas presentes, es toda la comunidad cristiana que lo apoya con sus oraciones, nutriendo su fe y esperanza, y asegurándole, así como a su familia, que no están solos en su sufrimiento. Todos conocemos personas enfermas, recemos por ellas, y si consideramos que enfrentan una enfermedad grave, así como aquellos que son ancianos y están en declive, no dudemos en proponerles vivir este Sacramento de consolación y esperanza”, concluyó el Padre Fornos.

 

 

 

 

 

 

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Fuente: thepopevideo.org

El Papa en el Ángelus: «En las tempestades, aferrémonos a Jesús para encontrar la paz»

Previo a la oración mariana del Ángelus el XII Domingo del Tiempo Ordinario, el Papa subrayó que las pruebas afrontadas con el Señor al lado nos hacen más valientes.

 

«Incluso en medio de la confusión y la angustia, debemos abandonarnos al Señor, confiando siempre en Él»

 

Este fue el reconfortante mensaje que el Papa Francisco ofreció a los fieles en su reflexión previa a la oración mariana del Ángelus correspondiente al Domingo 23 de junio de 2024.

Dirigiéndose a los miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre reflexionó sobre la lectura del Evangelio de hoy según San Marcos, que narra la historia de cuando Jesús y los discípulos estaban en una barca en el lago Tiberíades, y los discípulos estaban atemorizados, mientras Jesús dormía, cuando una repentina y fuerte tormenta amenazó, o eso parecía, con hundir la barca.

 

«Parece que Jesús quiere ponerlos a prueba»

 

observó el Pontífice, quien de inmediato aclaró: «Sin embargo, no los deja solos, se queda con ellos en la barca, tranquilo, incluso durmiendo. Y cuando estalla la tormenta, con su presencia los tranquiliza, los anima, los incita a tener más fe y los acompaña más allá del peligro

 

«¿Por qué hace así?»… «Para fortalecer la fe de los discípulos y hacerlos más valientes».

 

Y añadió «En efecto, salen de esta experiencia más conscientes del poder de Jesús y de su presencia en medio de ellos y, por tanto, más fuertes y dispuestos a afrontar otros obstáculos y dificultades, incluido el miedo a aventurarse a proclamar el Evangelio. Habiendo superado esta prueba con Él, sabrán afrontar muchas otras, incluso hasta la cruz y el martirio, para llevar el Evangelio a todos los pueblos».

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Confiar en el Señor en medio de la confusión

«Jesús hace lo mismo con nosotros, particularmente en la Eucaristía», afirmó el Sucesor de Pedro: «Nos reúne en torno a Sí, nos da su Palabra, nos alimenta con su Cuerpo y su Sangre, y luego nos invita a ponernos en camino, a transmitir a todos lo que hemos oído y a compartir con todos lo que hemos recibido, en la vida cotidiana, incluso cuando es difícil».

 

«No nos ahorra las contrariedades, pero sin abandonarnos nunca, nos ayuda a afrontarlas. Nos hace valientes. Así también nosotros, superándolas con su ayuda, aprendemos cada vez más a abrazarnos a Él, a confiar en su poder, que va mucho más allá de nuestras capacidades, a superar incertidumbres y hesitaciones, cerrazones y prejuicios, con valentía y grandeza de corazón, para decir a todos que el Reino de los Cielos está presente, está aquí, y que con Jesús a nuestro lado podemos hacerlo crecer juntos más allá de todas las barreras.»

 

¿Me dejo arrollar por la agitación o me aferro a Él?

Hacia el final de su meditación, el Papa invitó a los fieles a preguntarse:

 

“En tiempos de prueba, ¿soy capaz de hacer memoria de los momentos de mi vida en los que he experimentado la presencia y la ayuda del Señor? Cuando llega alguna tormenta, ¿me dejo arrollar por la agitación, o me aferro a Él para encontrar la calma y la paz en la oración, en el silencio, en la escucha de la Palabra, en la adoración y en el compartir fraterno de la fe?”

 

El Pontífice elevó una súplica a la Virgen María, «que aceptó la voluntad de Dios con humildad y valentía», para que «nos conceda, en los momentos difíciles, la serenidad del abandono en Él«.

 

 

 

Fuente: vaticanews.va

Catequesis del Papa Francisco: «Hagamos de los Salmos nuestra oración»

En la audiencia general, el Papa Francisco habló de los Salmos de la Biblia, describiéndolos como «cantos» inspirados por el Espíritu; y dijo: «No hay estado de ánimo o necesidad» en la que no acudan a nuestro rescate introduciéndonos en esa «gran orquestación que es la comunión de los santos». Son la invitación a hacer sonar «una verdadera sinfonía de oración» con vistas al Jubileo
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Los Salmos «son los cantos que el Espíritu mismo ha puesto en labios de la Esposa», es decir, de la Iglesia. Juntos, recogidos en el Libro de los Salmos, forman «una sinfonía de oración» en la que hay diversos «movimientos» que necesitan ser redescubiertos en su riqueza y actualidad.

Precisamente a «una gran sinfonía de oración» había pedido el Papa Francisco que se dedicara este año 2024, en preparación del Jubileo del 2025, y en su catequesis de la audiencia general de este miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro, lo recordó, invitando a hacer resonar en la Iglesia de hoy esas palabras, inspiradas por el Espíritu.

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Los numerosos «movimientos» contenidos en los Salmos

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«Alabanza, acción de gracias, súplica, lamento, narración» son los géneros de oración expresados en los Salmos, señaló el Papa Francisco, subrayando el «lugar privilegiado» que ocupan en el Nuevo Testamento.

«Tengo en mi escritorio – dijo – una edición en ucraniano» del Nuevo Testamento junto con los Salmos, un libro que perteneció a «un soldado que murió en la guerra, y que me enviaron. Y él rezaba en el frente con este libro». A lo que el Santo Padre añadió:

 

No todos los Salmos  pueden ser repetidos y hechos propios por los cristianos, y menos aún por el hombre moderno. Reflejan, a veces, una situación histórica y una mentalidad religiosa que ya no son las nuestras. Esto no significa que no sean inspirados, sino que en algunos aspectos están ligados a una época y a una etapa provisional de la revelación, como ocurre también con gran parte de la legislación antigua.”

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Los Salmos deben convertirse en nuestra oración

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Los Salmos, continuo diciendo el Papa Francisco, «fueron la oración de Jesús, de María, de los Apóstoles» y de las comunidades cristianas que nos precedieron. Recitándolos participamos en esa «gran orquestación que es la comunión de los santos». Volvemos a encontrarlos en la celebración de la Misa y en la Liturgia de las Horas, pero, advirtió Francisco, «no podemos limitarnos a vivir de la herencia del pasado», deben convertirse en «nuestra oración».

 

Si hay Salmos, o simplemente versículos, que hablan a nuestro corazón, es bueno repetirlos y rezarlos a lo largo del día. Los Salmos son oraciones «para todas las estaciones»: no hay estado de ánimo o necesidad que no encuentre en ellos las mejores palabras para convertirlas en oración. A diferencia de todas las demás oraciones, los salmos no pierden su eficacia a fuerza de repetirlos; al contrario, la aumentan”.

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No sólo una petición, sino alabanza y agradecimiento

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El Pontífice puso algunos ejemplos acerca de cómo las palabras de los Salmos vienen en nuestra ayuda en las distintas situaciones de la vida. En el remordimiento, el miedo o la angustia podemos repetir: «Ten piedad de mí, oh Dios, en tu amor» y «El Señor es mi pastor…». O para expresar nuestro vínculo con Dios, podemos hacer nuestras las expresiones: «Oh Dios, tú eres mi Dios (…) mi alma tiene sed de ti».

 

“Los Salmos nos permiten no empobrecer nuestra oración reduciéndola a peticiones, a un continuo «dame, danos…». (…) Las salmos nos ayudan a abrirnos a una oración menos egocéntrica: una oración de alabanza, de bendición, de acción de gracias; y nos ayudan también a ser la voz de toda la creación, haciéndola partícipe de nuestra alabanza”.

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De ahí la invitación a hacer «resonar hoy en la Iglesia», las palabras dadas por el Espíritu a su Esposa, la Iglesia y a «hacer de este año preparatorio del Jubileo una sinfonía de oración».

 

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Fuente: vaticanews.va

Vídeo del Papa. Abril 2024. Por el papel de las mujeres: «No les neguemos a las mujeres la voz»

 

Oremos para que la dignidad y la riqueza de las mujeres sean reconocidas en todas las culturas, y para que cese la discriminación que sufren en diversas partes del mundo.

Papa Francisco – ABRIL 2024

 

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“Respetemos a las mujeres. Respetémoslas en su dignidad, en sus derechos fundamentales. Y si no lo hacemos, nuestra sociedad no avanzará.” (Papa Francisco)

 

Este mes de abril, la nueva intención de oración que a través del Video del Papa  difunde la Red Mundial de Oración por el Papa es por  el papel de las mujeres. El Papa Francisco subraya la importancia de que “los gobiernos se comprometan a erradicar leyes discriminatorias”, trabajando activamente para “que la dignidad y los derechos humanos de las mujeres estén garantizados”.

Muchas mujeres son tratadas como “material de descarte”. “Hay países donde las mujeres tienen prohibido acceder a ayudas para armar un negocio o ir a la escuela”. ¿Sabías que esto sigue sucediendo en pleno siglo XXI? Es momento de actuar.

El Santo Padre insiste en los pasos que hay que dar en la sociedad actual y pide a los cristianos que se unan a él en la oraciónpara que la dignidad y la riqueza de las mujeres sean reconocidas en todas las culturas, y para que cese la discriminación que sufren en diversas partes del mundo»

 

 

 

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La denuncia de Francisco

 

Una mujer asiática con lágrimas en los ojos, otra detrás de una reja con la mirada triste, un grupo de víctimas de violación expulsadas de sus pueblos, una fila de adolescentes a la espera de una mutilación genital: el Vídeo que acompaña la intención de oración de Francisco se abre con imágenes fuertes, en línea con la sentida denuncia del Papa. Su mensaje remarca la gran distancia entre las declaraciones de principio y la realidad de los hechos («En las palabras todos estamos de acuerdo en que hombres y mujeres tienen la misma dignidad como personas. Pero en la práctica eso no ocurre»).

Es el propio Papa quien da ejemplos concretos, citando «leyes discriminatorias» actualmente en vigor: sobre la obligación de vestir de una determinada manera, sobre los obstáculos para continuar los estudios, sobre la negación de subvenciones para abrir un puesto de trabajo. Y recuerda que «en muchos países, todavía hoy se practican mutilaciones genitales». Por ello, pide a los gobiernos que «se comprometan a eliminar» esta discriminación y «trabajen para que se garanticen los derechos fundamentales de las mujeres»; nos pide a todos que respetemos a las mujeres, que desgraciadamente siguen siendo tratadas «como material de descarte» en muchas partes del mundo y que muy a menudo, incluso en países que se dicen más avanzados, son víctimas de violencia y abusos. “Y si no lo hacemos», añade, «nuestra sociedad no avanzará».

En el mundo actual, por desgracia, no faltan las contradicciones. Si bien en algunos países, las mujeres tienen acceso a la educación y ofertas de empleo y ocupan posiciones de liderazgo en empresas y organizaciones, muchas aún no disfrutan de las mismas oportunidades que los hombres. Basta pensar en el mercado laboral: menos de una de cada dos mujeres en el mundo trabaja y las mujeres ganan un 23% menos que los hombres. Lo mismo ocurre con la educación, si tenemos en cuenta que en algunos países las mujeres adultas que saben leer y escribir son minoría: por ejemplo, en Afganistán son el 23%, en Níger el 27%. Y menos oportunidades se traducen en enormes dificultades económicas: según ONU Mujeres, se estima que para el 2030 el 8% de las mujeres y niñas vivirán en pobreza extrema, mientras que el 25% de las mujeres no tendrá suficiente comida.

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Varón y mujer, una misma dignidad

 

El respeto por la dignidad de todas las personas es un tema central en el cristianismo. Pues la vida de cada persona es sagrada por ser creada a imagen de Dios (Libro del Génesis 1:26-27).

El tema sobre el papel de las mujeres resonó también en la síntesis de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos realizada en octubre del año pasado. “Hemos sido creados hombre y mujer, a imagen y semejanza de Dios. Desde el principio, la creación articula unidad y diferencia, dando al hombre y a la mujer una naturaleza, una vocación y un destino compartidos y dos experiencias distintas de lo humano. Durante la Asamblea, hemos experimentado la belleza de la reciprocidad entre mujeres y hombres. Juntos, lanzamos la llamada de las precedentes fases del proceso sinodal, y pedimos a la Iglesia el crecimiento de su empeño en comprender y acompañar a las mujeres, desde el punto de vista pastoral y sacramental” manifestaron los participantes del Sínodo en el documento

 

Heroínas de todos los tiempos

 

El Padre Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, recuerda que “desde el principio, Jesús acogió a mujeres como discípulas, lo cual era novedoso en la sociedad de aquel tiempo. María, la madre de Jesús, tuvo un lugar preponderante entre los Apóstoles y en la comunidad primitiva, como lo atestiguan los evangelios. A una mujer, María Magdalena, Jesús le confió la misión de anunciar su resurrección a sus hermanos. A lo largo de la historia, las mujeres han aportado un verdadero dinamismo espiritual a la Iglesia: Teresa de Ávila, Catalina de Siena, Teresa de Lisieux, reconocidas como ‘doctoras de la Iglesia’, y un sinfín de santas. Dado que el Papa nos llama este mes a orar ‘para que la dignidad y la riqueza de las mujeres sean reconocidas en todas las culturas, y para que cese la discriminación que sufren en diversas partes del mundo’, continuemos también reconociendo su papel dentro de la Iglesia. Primera evidencia: sin la participación activa de las mujeres, la comunidad cristiana, si fuera una empresa, estaría en quiebra”.

 

 

 

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Fuente: thepopevideo.org

Mensaje de Pascua y Bendición «Urbi et Orbi» 2024 del Papa Francisco

El Papa Francisco dirigió su mensaje pascual a los fieles de la ciudad de Roma y del mundo e impartió la Bendición Urbi et Orbi este Domingo de Resurrección, 31 de marzo, desde el balcón central de la fachada de la Basílica de San Pedro.

En su Mensaje de Pascua el Papa recordó que el Resucitado es el único que puede hacer rodar la piedra de la guerra y de las crisis humanitarias y abrir el camino de la vida. También rezó por las víctimas y los niños de Israel, Palestina y Ucrania, y pidió el intercambio de rehenes y el alto el fuego en la Franja. Asimismo oró por Siria, el Líbano, Haití, el pueblo Rohingyá y los países africanos en dificultades. Y subrayó que con frecuencia el don de la vida es despreciado por el hombre

 

A continuación, el Mensaje Urbi et Orbi del Papa Francisco:

 

Queridos hermanos y hermanas: ¡Feliz Pascua!

 

Hoy resuena en todo el mundo el anuncio que salió hace dos mil años desde Jerusalén: “Jesús  Nazareno, el Crucificado, ha resucitado” (cf. Mc 16,6).

La Iglesia revive el asombro de las mujeres que fueron al sepulcro al amanecer del primer día  de la semana. La tumba de Jesús había sido cerrada con una gran piedra; y así también hoy hay rocas  pesadas, demasiado pesadas, que cierran las esperanzas de la humanidad: la roca de la guerra, la roca  de las crisis humanitarias, la roca de las violaciones de los derechos humanos, la roca del tráfico de  personas, y otras más. También nosotros, como las mujeres discípulas de Jesús, nos preguntamos unos  a otros: “¿Quién nos correrá estas piedras?” (cf. Mc 16,3).

Y he aquí el gran descubrimiento de la mañana de Pascua: la piedra, aquella piedra tan grande,  ya había sido corrida. El asombro de las mujeres es nuestro asombro. La tumba de Jesús está abierta  y vacía. A partir de ahí comienza todo. A través de ese sepulcro vacío pasa el camino nuevo, aquel  que ninguno de nosotros sino sólo Dios pudo abrir: el camino de la vida en medio de la muerte, el  camino de la paz en medio de la guerra, el camino de la reconciliación en medio del odio, el camino  de la fraternidad en medio de la enemistad.  

Hermanos y hermanas, Jesucristo ha resucitado, y sólo Él es capaz de quitar las piedras que  cierran el camino hacia la vida. Más aún, Él mismo, el Viviente, es el Camino; el Camino de la vida,  de la paz, de la reconciliación, de la fraternidad. Él nos abre un pasaje que humanamente es imposible,  porque sólo Él quita el pecado del mundo y perdona nuestros pecados. Y sin el perdón de Dios esa  piedra no puede ser removida. Sin el perdón de los pecados no es posible salir de las cerrazones, de  los prejuicios, de las sospechas recíprocas o de las presunciones que siempre absuelven a uno mismo  y acusan a los demás. Sólo Cristo resucitado, dándonos el perdón de los pecados, nos abre el camino  a un mundo renovado.

Sólo Él nos abre las puertas de la vida, esas puertas que cerramos continuamente con las  guerras que proliferan en el mundo. Hoy dirigimos nuestra mirada ante todo a la Ciudad Santa de  Jerusalén, testigo del misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y a todas las comunidades  cristianas de Tierra Santa.

Mi pensamiento se dirige principalmente a las víctimas de tantos conflictos que están en curso  en el mundo, comenzando por los de Israel y Palestina, y en Ucrania. Que Cristo resucitado abra un  camino de paz para las martirizadas poblaciones de esas regiones. A la vez que invito a respetar de  los principios del derecho internacional, hago votos por un intercambio general de todos los  prisioneros entre Rusia y Ucrania: ¡todos por todos!

Además, reitero el llamamiento para que se garantice la posibilidad del acceso de ayudas  humanitarias a Gaza, exhortando nuevamente a la rápida liberación de los rehenes secuestrados el  pasado 7 de octubre y a un inmediato alto el fuego en la Franja.

No permitamos que las hostilidades en curso continúen afectando gravemente a la población  civil, ya de por sí extenuada, y principalmente a los niños. Cuánto sufrimiento vemos en sus ojos.  Con su mirada nos preguntan: ¿por qué? ¿Por qué tanta muerte? ¿Por qué tanta destrucción? La guerra  es siempre un absurdo y una derrota. No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más  fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo. Que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme.  La paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón.

No nos olvidemos de Siria, que lleva catorce años sufriendo las consecuencias de una guerra  larga y devastadora. Muchísimos muertos, personas desaparecidas, tanta pobreza y destrucción  esperan respuestas por parte de todos, también de la Comunidad internacional.

Mi mirada se dirige hoy de modo especial al Líbano, afectado desde hace tiempo por un  bloqueo institucional y por una profunda crisis económica y social, agravados ahora por las  hostilidades en la frontera con Israel. Que el Resucitado consuele al amado pueblo libanés y sostenga  a todo el país en su vocación a ser una tierra de encuentro, convivencia y pluralismo.

Mi pensamiento se orienta en particular a la Región de los Balcanes Occidentales, donde se  están dando pasos significativos hacia la integración en el proyecto europeo. Que las diferencias  étnicas, culturales y confesionales no sean causa de división, sino fuente de riqueza para toda Europa  y para el mundo entero.

Asimismo, aliento las conversaciones entre Armenia y Azerbaiyán para que, con el apoyo de  la Comunidad internacional, puedan proseguir el diálogo, ayudar a las personas desplazadas, respetar  los lugares de culto de las diversas confesiones religiosas y llegar cuanto antes a un acuerdo de paz  definitivo.

Que Cristo resucitado abra un camino de esperanza a las personas que en otras partes del  mundo sufren a causa de la violencia, los conflictos y la inseguridad alimentaria, como también por  los efectos del cambio climático. Que dé consuelo a las víctimas de cualquier forma de terrorismo.  Recemos por los que han perdido la vida e imploremos el arrepentimiento y la conversión de los  autores de estos crímenes.

Que el Resucitado asista al pueblo haitiano, para que cese cuanto antes la violencia que lacera  y ensangrienta el país, y pueda progresar en el camino de la democracia y la fraternidad.  Que conforte a los Rohinyá, afligidos por una grave crisis humanitaria, y abra el camino de la  reconciliación en Myanmar, país golpeado desde hace años por conflictos internos, para que se  abandone definitivamente toda lógica de violencia.

Que abra vías de paz en el continente africano, especialmente para las poblaciones exhaustas  en Sudán y en toda la región del Sahel, en el Cuerno de África, en la región de Kivu en la República  Democrática del Congo y en la provincia de Cabo Delgado en Mozambique, y ponga fin a la  prolongada situación de sequía que afecta a amplias zonas y provoca carestía y hambre.

Que el Resucitado haga resplandecer su luz sobre los migrantes y sobre todos aquellos que  están atravesando un período de dificultad económica, brindándoles consuelo y esperanza en los  momentos de necesidad. Que Cristo guíe a todas las personas de buena voluntad a unirse en la  solidaridad, para afrontar juntos los numerosos desafíos que conciernen a las familias más pobres en  su búsqueda de una vida mejor y de la felicidad.

En este día en que celebramos la vida que se nos da en la resurrección del Hijo, recordamos  el amor infinito de Dios por cada uno de nosotros, un amor que supera todo límite y toda debilidad.  Y, sin embargo, con cuánta frecuencia se desprecia el don precioso de la vida. ¿Cuántos niños ni  siquiera pueden ver la luz? ¿Cuántos mueren de hambre o carecen de cuidados esenciales o son  víctimas de abusos y violencia? ¿Cuántas vidas se compran y se venden por el creciente comercio de  seres humanos?

En el día en que Cristo nos ha liberado de la esclavitud de la muerte, exhorto a cuantos tienen  responsabilidades políticas para que no escatimen esfuerzos en combatir el flagelo de la trata de seres  humanos, trabajando incansablemente para desmantelar sus redes de explotación y conducir a la  libertad a quienes son sus víctimas. Que el Señor consuele a sus familias, sobre todo a las que esperan  ansiosamente noticias de sus seres queridos, asegurándoles conforto y esperanza.

Que la luz de la resurrección ilumine nuestras mentes y convierta nuestros corazones,  haciéndonos conscientes del valor de toda vida humana, que debe ser acogida, protegida y amada.  ¡Feliz Pascua a todos!

 

 

 

Fuente: vaticannews.va

Vía Crucis del Papa Francisco: «En oración con Jesús en el camino de la cruz»

El Papa Francisco siguió el VÍA CRUCIS desde la Casa Santa Marta, unido a la oración de 25000 personas presentes en el Coliseo de Roma:

 

“Jesús, en la cruz tienes sed, es sed de mi amor y de mi oración”

 

 

Con esta oración dio comienzo el Vía Crucis en el Coliseo de Roma:

“Señor Jesús, al mirar tu cruz comprendemos tu entrega total por nosotros. Te consagramos y ofrecemos este tiempo. Queremos pasarlo junto a ti, que rezaste desde el Getsemaní hasta el Calvario. En el Año de la oración nos unimos a tu camino orante”

 

Después las meditaciones escritas por el Santo Padre fueron leídas en cada estación por una religiosa, un eremita, laicos, sacerdotes, migrantes, personas con discapacidad, familias, catequistas, miembros de un grupo de oración, una mujer dedicada a la pastoral sanitaria, y miembros de casa de acogida y asistencia social.

 

MEDITACIONES VIACRUCIS 2024

 

Mientras la cruz que presidía el Viacrucis recorría el Coliseo de Roma, las meditaciones ofrecían una súplica por un mundo herido por la guerra, la indiferencia y el pecado:

 

“Jesús, nosotros también cargamos nuestras cruces, a veces muy pesadas: una enfermedad, un accidente, la muerte de un ser querido, una decepción amorosa, un hijo que se perdió, la falta de trabajo, una herida interior que no cicatriza, el fracaso de un proyecto, una esperanza más que se malogra… Jesús, ¿cómo rezar ahí? ¿Cómo hacerlo cuando me siento aplastado por la vida, cuando un peso oprime mi corazón, cuando estoy bajo presión y ya no tengo fuerzas para reaccionar? Tu respuesta se encuentra en una invitación: «Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré» (Mt 11,28)”

 

 

Y al meditar como Jesús fue clavado en la cruz, el Papa Francisco en su meditación escribe:

“Jesús, te perforan las manos y los pies con clavos, lacerando tu carne, y justo ahora, mientras el dolor físico se hace más insoportable, brota de tus labios la oración imposible, perdonas al que te está hundiendo los clavos en las muñecas. Y no sólo una vez, sino muchas veces, como recuerda el Evangelio, con ese verbo que indica una acción repetida, decías ‘Padre, perdona’. Por eso, contigo, Jesús, también yo puedo encontrar el valor de elegir el perdón que libera el corazón y relanza la vida».

 

 

Luego de muerte de Jesús en la Cruz, el Papa Francisco también hizo presente en su meditación la perseverancia de María que recibe en sus brazos a su Hijo muerto y destrozado:

“María, después de tu ‘sí’ el Verbo se hizo carne en tu seno; ahora yace en tu regazo su carne torturada. Aquel niño que tuviste en tus brazos ahora es un cadáver destrozado. Sin embargo, ahora, en el momento más doloroso, resplandece la ofrenda de ti misma: una espada atraviesa tu alma y tu oración sigue siendo un ‘sí’ a Dios”.

 

 

Y final de la meditación, el Papa invita a suplicar de manera personal al Señor, y pronunciando el nombre de Jesús con las siguientes invocaciones:

 

Jesús, tu nombre salva, porque tú eres nuestra salvación.

Jesús, tú eres mi vida y para no perderme en el camino te necesito a ti, que perdonas y levantas, que sanas mi corazón y das sentido a mi dolor.

Jesús, tú tomaste sobre ti mi maldad, y desde la cruz no me señalas con el dedo, sino que me abrazas; tú, manso y humilde de corazón, sáname de la amargura y del resentimiento, líbrame del prejuicio y de la desconfianza.

Jesús, te contemplo en la cruz y veo que se despliega ante mis ojos el amor, que da sentido a mi ser y es meta de mi camino. Ayúdame a amar y a perdonar, a vencer la intolerancia y la indiferencia, a no quejarme.

Jesús, en la cruz tienes sed, es sed de mi amor y de mi oración; los necesitas para llevar a cabo tus planes de bien y de paz.

Jesús, te doy gracias por los que responden a tu invitación y tienen la perseverancia de rezar, la valentía de creer y la constancia para seguir adelante a pesar de las dificultades.

Jesús, te encomiendo a los pastores de tu pueblo santo: su oración sostiene el rebaño; que encuentren tiempo para estar ante ti y que asemejen su corazón al tuyo.

Jesús, te bendigo por las contemplativas y los contemplativos, cuya oración, oculta al mundo, es agradable a ti. Protege a la Iglesia y a la humanidad.

Jesús, traigo ante ti las familias y las personas que han rezado esta noche desde sus casas; a los ancianos, especialmente a los que están solos; a los enfermos, gemas de la Iglesia que unen sus sufrimientos a los tuyos.

Jesús, que esta oración de intercesión abrace a los hermanos y hermanas de tantas partes del mundo que sufren persecución a causa de tu nombre; a los que padecen la tragedia de la guerra y a los que, sacando fuerzas de ti, cargan con pesadas cruces.

Jesús, por tu cruz has hecho de todos nosotros una sola cosa: reúne en comunión a los creyentes, infúndenos sentimientos fraternos y pacientes, ayúdanos a cooperar y a caminar juntos; mantén a la Iglesia y al mundo en la paz.

Jesús, juez santo que me llamarás por mi nombre, líbrame de juicios temerarios, chismes y palabras violentas y ofensivas.

Jesús, que antes de morir dijiste “todo se ha cumplido”. Yo, en mi miseria, no podré decirlo nunca. Pero confío en ti, porque eres mi esperanza, la esperanza de la Iglesia y del mundo.

Jesús, una palabra más quiero decirte y seguir repitiéndote: ¡Gracias! Gracias, Señor mío y Dios mío.

 

 

 

 

Fuente: vaticannews.va

Semana Santa 2024: Estas son las celebraciones que presidirá el Papa Francisco desde el Vaticano

La Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice dio a conocer el calendario de las celebraciones litúrgicas de Semana Santa que serán presididas por el Santo Padre:

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24 de marzo: Domingo de Ramos, Pasión del Señor

Este año, la Semana Santa iniciará con la celebración de la Santa Misa del Domingo de Ramos:  Pasión del Señor, que será presidia por el Santo Padre el domingo 24 de marzo, a las 10.00 de la mañana (hora de Roma), en la Plaza de San Pedro, en la cual se conmemora la entrada del Señor en Jerusalén.

Se puede seguir en directo aquí.

 

28 de marzo: Jueves Santo

El Triduo Pascual se iniciará el Jueves 28 de marzo, con la celebración de la Misa Crismal que será presidida por el Obispo de Roma, en la Basílica de San Pedro a las 9.30 de la mañana (hora de Roma).

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Después por la tarde tendrá lugar la Santa Misa de la Cena del Señor que se celebrará  en la cárcel de mujeres de Rebibbia, en Roma a las 16:00 h. 

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29 de Marzo: Viernes Santo

El Viernes Santo, «Pasión del Señor», el Papa Francisco presidirá la Celebración de la Pasión del Señor, en la Basílica de San Pedro a las 5.00 de la tarde.

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Mientras que a las 9.15 de esa noche, el Santo Padre dirigirá el tradicional Vía Crucis en el Coliseo romano, en la «Pasión del Señor».

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30 de marzo: Vigilia Pascual en la Noche Santa

Al día siguiente, sábado 30 de marzo, el Pontífice presidirá la Vigilia Pascual en la Noche Santa, en la Basílica de San Pedro a las 7.30 de la noche, en espera de la «Resurrección del Señor».

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31 de marzo: «Resurrección del Señor»

Mientras que el 31 de marzo, Domingo de Pascua «Resurrección del Señor», el Papa Francisco presidirá la Santa Misa del día de la «Resurrección del Señor», en la Plaza de San Pedro a las 10.00 de la mañana.

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Concluida la Misa del Domingo de Pascua de «Resurrección del Señor», el Obispo de Roma a las 12.00 del mediodía, desde el balcón central de la Basílica Vaticana impartirá su Bendición «Urbi et Orbi»,  a la ciudad de Roma y al mundo entero.

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Fuente: vaticannews.va

Vivir el Año de la Oración: «La oración nos transforma, infunde la fuerza para perdonar» (Papa Francisco)

“La oración nos transforma: apacigua la ira, sostiene el amor, multiplica la alegría, infunde la fuerza para perdonar”, lo recuerda el Papa Francisco en un post de su cuenta oficial en la red social X @Pontifex este lunes 18 de marzo, motivando así también a vivir el Año de la Oración 2024 como preparación al Jubileo de 2025.

Las palabras fueron pronunciadas por el Santo Padre en la catequesis sobrela oración en la vida cotidiana”, en la que insistía en la presencia del Señor en la vida del hombre y la mujer: “Jesús nos viene al encuentro hoy, este hoy que estamos viviendo. Y es la oración que transforma este hoy en gracia, o mejor, que nos transforma: apacigua la ira, sostiene el amor, multiplica la alegría, infunde la fuerza para perdonar. En algún momento nos parecerá que ya no somos nosotros los que vivimos, sino que la gracia vive y obra en nosotros mediante la oración”.

En el caminar hacia el próximo Jubileo, la oración va iluminando el peregrinar cuyo camino permite el encuentro con el prójimo: “La oración nos ayuda a amar a los otros, no obstante sus errores y sus pecados. La persona siempre es más importante que sus acciones, y Jesús no ha juzgado al mundo, sino que lo ha salvado”.

Y el Papa invita a vivir esa oración que transforma la relación con Dios y con el prójimo: “Jesús ha venido a salvarnos: abre tu corazón, perdona, justifica a los otros, entiende, también tú sé cercano a los otros, ten compasión, ten ternura como Jesús”.

En aquella catequesis, el Pontífice recordaba lo enseñado por el Catecismo de la Iglesia Católica: «Orar en los acontecimientos de cada día y de cada instante es uno de los secretos del Reino revelados a los “pequeños”, a los servidores de Cristo, a los pobres de las bienaventuranzas. Es justo y bueno orar para que la venida del Reino de justicia y de paz influya en la marcha de la historia, pero también es importante impregnar de oración las humildes situaciones cotidianas. Todas las formas de oración pueden ser la levadura con la que el Señor compara el Reino».

El Año de la Oración es una oportunidad para dejarnos transformar por el Señor, para ello es necesario entrar en diálogo con él para ser sostenidos por su amor misericordioso que es capaz de borrar el odio de nuestro corazón y llenarlo de la abundante alegría de su paz y de la valentía del perdón.

El Dicasterio para la Evangelización ha publicado algunos subsidios que buscan ayudar a los fieles y a las comunidades a vivir con fe este tiempo tan importante.  Uno de sllos titulado «ENSÉÑANOS A ORAR» ya está disponibles online en la web del Jubileo 2025 y se puede descargar gratuitamente en versión digital en español.  Se puede descargar en PDF pinchando sobre la imagen.

 

 

 

 

Noticia extraída de: vaticannews.va

Vídeo del Papa. Marzo 2024. Por los nuevos mártires, testigos de Cristo : «El coraje de los mártires, el testimonio de los mártires, es una bendición para todos»

 

Oremos para que quienes, en diversas partes del mundo, arriesgan su vida por el Evangelio, contagien a la Iglesia su valentía, su impulso misionero. Y abiertos a la gracia del martirio.

Papa Francisco – MARZO 2024

 

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“Los mártires son la señal de que vamos por el camino correcto” (Papa Francisco)”

 

Este mes de marzo, la nueva intención de oración que a través del Video del Papa  difunde la Red Mundial de Oración por el Papa es por los nuevos mártires, testigos de Cristo. A lo largo de la historia de la Iglesia Católica, muchos creyentes han sido perseguidos y asesinados por su fe. Ante esta realidad, el Papa insiste en que su testimonio “es una bendición para todos” y pide rezar por los nuevos mártires de este tiempo, para que “contagien a la Iglesia su valentía y su impulso misionero”. Un mártir es un cristiano que da testimonio del Evangelio hasta la muerte sin recurrir a la violencia.

Este video cuenta con la colaboración de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) y se estrena en el mes que se celebra la Jornada de los Mártires Misioneros.

 

 

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Historias de valentía y testimonios de amor

 

La vida de esas personas que se entregan como testigos de Cristo son, sobre todo, historias reales, con características que las vuelven únicas en sí mismas. En su videomensaje, que este mes recibe el apoyo de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), una organización caritativa católica internacional y fundación pontificia cuya misión es ayudar a los fieles allí donde estén perseguidos, oprimidos o necesitados mediante la información, la oración y la acción — Francisco recuerda el testimonio y el dolor de un esposo que conoció en la isla griega Lesbos: “Vieron a mi mujer con el crucifijo y le dijeron que lo tirara al suelo. Ella no lo hizo y la degollaron delante de mí”.

Precisamente la historia de esta mujer, que dejó un «ejemplo de amor» por Cristo y de fidelidad «hasta la muerte», se reconstruye en el Video del Papa del mes de marzo, en el que se alternan también imágenes de comunidades cristianas en peligro y se citan ejemplos de valentía: como el del primer siervo de Dios de Pakistán, Akash Bashir, que murió a los 20 años en 2015 para evitar un atentado terrorista contra una iglesia llena de fieles en Lahore.

 

Mártires, héroes de todos los tiempos

 

Hay muchos mártires escondidos, los héroes del mundo de hoy, que llevan adelante una vida ordinaria con coherencia y con el valor de aceptar la gracia de ser testigos hasta el final, hasta la misma muerte. El Papa insiste: “Hermanos, hermanas, siempre habrá mártires entre nosotros, es la señal de que vamos por el camino correcto”. El hecho que haya mártires significa que algunos han arriesgado sus vidas para seguir a Jesús, para vivir según su mensaje y encarnar en el mundo su Evangelio de amor, paz y fraternidad. No lo han renegado ni olvidado, sino que han mantenido firme su fe y han demostrado su fidelidad a Jesucristo. Por eso indican el camino correcto para la Iglesia.

«Una persona que sabe me decía que hay más mártires hoy que al inicio del cristianismo», añade Francisco, subrayando como el  tema de los cristianos perseguidos y que dan la vida por su fe es de gran actualidad. Solo en el 2023, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) recibió denuncias en 40 países de personas asesinadas o secuestradas a causa de su fe. Nigeria se convirtió en el país con mayor cantidad de asesinatos; en Pakistán, en la diócesis de Faisalabad los templos y los hogares de los cristianos de Jaranwala fueron atacados; y, en Burkina Faso, los católicos de Débé fueron expulsados de su aldea debido, únicamente, a su fe; por solo mencionar algunos ejemplos.

Frente a este panorama, la presidente ejecutiva de la fundación pontificia, Regina Lynch, expresa: “La libertad religiosa, reconocida en la Declaración Universal de Derechos Humanos, es un derecho inalienable y ningún cristiano debería perder la vida por ejercerlo. Es crucial garantizar el derecho a practicar la fe como parte de la dignidad de todos los seres humanos”. En ese sentido, asegura que la intención de este mes de Francisco es “muy importante para animar a orar por las víctimas de la persecución, así como abogar por aquellos que sufren discriminación por su fe. Además, debemos involucrar a los políticos para que defiendan los derechos de los más vulnerables”.

 

La valentía de testimoniar con la propia vida

 

El Padre Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, recuerda lo que decía un día San Francisco de Asís a sus hermanos: «Anuncien siempre el Evangelio. Si es necesario, usen palabras». Y agrega: “Estamos llamados a dar testimonio de Cristo con toda nuestra vida. Un mártir es un testigo de Cristo cuya existencia misma es un testimonio vivo, es decir, encarna el Evangelio poniendo en riesgo su propia vida, sin recurrir a la violencia. La intención de oración del Papa nos interpela: ¿Cómo damos testimonio de Cristo allí donde estamos? No todos estamos llamados a arriesgar nuestra vida para ser fieles a Jesucristo, pero puedo preguntarme: ante situaciones que van en contra de la ética cristiana, del Evangelio, en mi trabajo, mis actividades, mi círculo social o en mi familia, ¿tomo posición para seguir el camino de Cristo a pesar de las dificultades y los desafíos que puedan surgir, o lo esquivo? Por eso, oremos con el Papa para que quienes en diversas partes del mundo arriesgan su vida por el Evangelio contagien a la Iglesia su valentía y su impulso misionero”.

 

 

 

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Fuente: thepopevideo.org

Vídeo del Papa. Febrero 2024. Por los enfermos terminales: «No siempre se consigue la curación. Pero siempre podemos cuidar al enfermo, acariciar al enfermo»»

 

Oremos para que los enfermos terminales y sus familias reciban siempre los cuidados y el acompañamiento necesarios, tanto desde el punto de vista médico como humano.

Papa Francisco – FEBRERO 2024

 

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"Francisco pide cuidar y acompañar a los enfermos terminales y sus familias”

 

En una nueva intención de oración de El Video del Papa correspondiente al mes de febrero, mes en que la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Enfermo, el Papa Francisco hace un llamamiento para que los enfermos terminales reciban siempre los cuidados y el acompañamiento médico, psicológico, espiritual y humano necesarios.  Y remarca que “las familias no pueden quedarse solas”.

El Santo Padre  constata que “hay dos palabras que, cuando algunos hablan de enfermedades terminales, no debemos confundir: incurable e in-cuidable”.

“Curar si es posible, cuidar siempre”, afirma Francisco haciendo referencia a san Juan Pablo II en el videomensaje que dirige a cada creyente, a través de la Red Mundial de Oración del Papa.

 

 

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Cuidar y curar

 

Una pareja, de espaldas, contempla el mar: el niño abraza a la niña, que se ha quedado sin cabello a causa de la quimioterapia. Una niña está en la cama de su abuelo, en el hospital, abrazándole. Un hombre está junto a la cama de su padre, con una Biblia en el regazo y un Rosario en las manos. Una enfermera acompaña al jardín a un paciente que ya no puede caminar. Un médico explica a una familia el difícil camino que tendrá que recorrer a partir de ahora con su ser querido.

Según cómo las miremos, estas imágenes de El Video del Papa de febrero nos hablan de una serie de fracasos o de éxitos: fracasos, si el único resultado aceptable es la sanación; éxitos, si el objetivo es el cuidado. Sanar y curar parecen sinónimos, pero no lo son. Francisco lo explica claramente: incluso cuando hay pocas posibilidades de curación, «todos los enfermos tienen derecho al acompañamiento médico, al acompañamiento psicológico, al acompañamiento espiritual, al acompañamiento humano». Y continúa: “No siempre se consigue la curación. Pero siempre podemos cuidar al enfermo, acariciar al enfermo”.

 

 

Enfermos, familias y cuidados paliativos

 

En nuestra cultura del descarte no hay lugar para los enfermos terminales. Y no es casualidad que, en las últimas décadas, la tentación de la eutanasia haya ido ganando terreno en muchos países. En cambio, Francisco nos invita a mirar al enfermo con amor -a comprender, por ejemplo, que el contacto físico puede dar mucho incluso a quien ya no es capaz de hablar y parece no reconocer ya a sus propios familiares- y a acompañarle de la mejor manera posible, durante todo el tiempo que necesite.

No se trata de prolongar innecesariamente el sufrimiento: al contrario, el Papa insiste en la importancia de los cuidados paliativos y de la familia, que “está al lado del enfermo y da testimonio de su valor único e irrepetible”.

Sobre los cuidados paliativos, Francisco reitera que “garantizan al paciente no solo la atención médica, sino también un acompañamiento humano y cercano”. En tanto, al hablar sobre el rol de las familias, recuerda que “no pueden quedarse solas en esos momentos difíciles”, pues “su papel es decisivo y tienen que tener los medios adecuados para desarrollar el apoyo físico, espiritual y social”.

 

Como el Buen Samaritano

 

El Padre Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, ante la pregunta: “¿Para qué sirve rezar por esta intención?  ¿Realmente cambia algo rezar? responde: “Cuando la enfermedad llama a la puerta de nuestra vida, siempre aflora en nosotros la necesidad de tener cerca a alguien que nos mire a los ojos, que nos tome de la mano, que manifieste su ternura y nos cuide, como el Buen Samaritano de la parábola evangélica. Esta cercanía y cariño con las personas en fase terminal podría parecer accesorio y secundario respecto al acompañamiento médico, al igual que puede parecerlo la oración; sin embargo, este apoyo es esencial. Es el amor que se expresa a través de estos gestos y nuestra oración. En esos momentos difíciles, las familias tienen un papel decisivo, dice Francisco. Oremos, pues, para que los enfermos terminales y sus familias reciban siempre los cuidados y el acompañamiento necesarios”.

 

 

 

 

 

 

 

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Fuente: thepopevideo.org