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El Papa a los jóvenes en la Misa de envío de la JMJ Lisboa 2023: ¿Qué nos llevamos con nosotros volviendo a la vida cotidiana?

 

 

 

“Lisboa permanecerás en la memoria de estos jóvenes como casa de fraternidad y ‘ciudad de los sueños”, fue el agradecimiento del Papa Francisco a la ciudad que este fin de semana reunió a 1.500.000 de peregrinos en el “Campo de Gracia” para la Vigilia de Oración y la Misa de envío.

Luego de una noche marcada por el momento de adoración Eucarística, y el descanso bajo las estrellas, los jóvenes despiertan con la oración matutina y la alegría de la música que prepara el inicio la Misa que presidió el Papa Francisco.

Entre los sectores donde están ubicados a los jóvenes, los más cercanos al altar son los jóvenes con discapacidades o capacidades diversas -algunos de ellos en sillas de ruedas asistidos por los voluntarios-. Otros seguían las indicaciones del lenguaje de señas, participando así de la gran fiesta de la juventud. Otros jóvenes en la gran Parque Tejos en Lisboa seguían la ceremonia a través de grandes pantallas.

«Señor, ¡qué bien estamos aquí!» (Mt 17,4) dijo el Papa al comienzo de su homilía, recordado las palabras del apóstol Pedro en el monte de la Transfiguración, y también la experiencia de la Jornada Mundial de Juventud en el encuentro con Cristo: “Es hermoso lo que estamos experimentando con Jesús, lo que hemos vivido juntos y es hermoso cómo hemos rezado, y con tanta alegría de corazón”.

Y les preguntó a los jóvenes de la JMJ: 

 

¿qué nos llevamos con nosotros volviendo a la vida cotidiana?

 

“Quisiera responder a este interrogante con tres verbos, siguiendo el Evangelio que hemos escuchado. ¿Qué nos llevamos? Resplandecer, escuchar y no tener miedo. ¿Qué nos llevamos?, respondo con estas tres palabras: Resplandecer, escuchar y no tener miedo”, dijo el Papa.

 

Resplandecer, la primera palabra, sean luminosos, escuchar, para no equivocarse el camino, y al final, la tercera palabra, no tener miedo. No tengan miedo. Una palabra que en la Biblia se repite tanto, en los Evangelios, no tengan miedo. Estas fueron las últimas palabras que en este momento de la transfiguración Jesús dijo a los discípulos: No tengan miedo».

 

 

Jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud, Lisboa 2023

 

El intenso sol de la mañana en Lisboa hacía de la ceremonia una luminosa celebración acompañada por 1.500.000 peregrinos, entre ellos 10.000 sacerdotes y 700 obispos concelebrantes.

Una peregrina mexicana, Luisa, nos comenta que para ella la invitación del Papa a “Resplandecer” es una invitación a “testimoniar con la vida la fe que vivimos, incluso con las debilidades, pero siempre confiados en Dios”.

Otro peregrino, Ricardo de España, que hacía cantos junto a su grupo de amigos, dijo a Vatican News que para él la exhortación del Santo Padre a “Escuchar” es “dejarse iluminara por la Palabra de Dios, y crecer en el amor a leer el Evangelio cada día”.

También Estefanía de República Dominicana, compartió su apreciación sobre la invitación a “No tener miedo”, considerando que “la mejor manera es tener a Cristo en el corazón, sin dejarlo a un lado”.

 

Nuestra Señora de Fátima, Madre de los JMJ

 

Los organizadores portugueses en el Campo de Gracia, ya vivían la alegría de la tarea bien cumplida de la JMJ 2023. Y el Papa les agradecía: “obrigado”, junto a todos los jóvenes, autoridades del país, la Iglesia en Portugal, y de manera espacial también recordó a San Juan Juan Pablo II: “que dio vida a las Jornadas Mundiales de la Juventud”.

Para luego anunciar las próximas citas internacionales de la juventud católica, invitándolos primero a Roma (Italia) en el 2025 para el Jubilo de los Jóvenes. Y en el 2027 en Seúl (Corea del Sur) la próxima Jornada Mundial de la Juventud: “desde la frontera occidental de Europa se trasladará al Lejano Oriente: ¡este es un hermoso signo de la universalidad de la Iglesia y del sueño de unidad del que ustedes son testigos!”, expresó el Papa.

Luego de la bendición, la gran multitud de peregrinos comenzaron a dejar el campo de Gracia para volver a sus patrias a dar respuestas personales de lo que se llevan de la JMJ.

 

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Texto completo de la homilia:

 

“Señor, ¡qué bien estamos aquí!” (Mt 17,4). Estas palabras, le dijo el apóstol Pedro a Jesús en el monte de la Transfiguración, y también las queremos hacer nuestras después de estos días intensos. Es hermoso lo que estamos experimentado con Jesús, lo que hemos vivido juntos y es hermoso cómo hemos rezado, con tanta alegría de corazón. Y entonces nos podemos preguntar: ¿qué nos llevamos con nosotros volviendo a la vida cotidiana?

Quisiera responder a este interrogante con tres verbos, siguiendo el Evangelio que hemos escuchado: ¿qué nos llevamos? Resplandecer, escuchar y no tener miedo. ¿Qué nos llevamos? Respondo con estas tres palabras: resplandecer, escuchar y no tener miedo.

Primera: Resplandecer. Jesús se transfigura. El Evangelio dice que “su rostro resplandecía como el sol” (Mt 17,2). Hacía poco que había anunciado su pasión y su muerte en la cruz, y con esto rompía la imagen de un Mesías poderoso, mundano, y frustra las expectativas de los discípulos. Ahora, para ayudarlos a recoger el proyecto de Dios sobre cada uno de nosotros, Jesús toma a tres de ellos —Pedro, Santiago y Juan—, los conduce a un monte y se transfigura y este baño de luz los prepara para la noche de la pasión.

Amigos, queridos jóvenes, también hoy nosotros necesitamos algo de luz, un destello de luz que sea esperanza para afrontar tantas oscuridades que nos asaltan en la vida, tantas derrotas cotidianas, para afrontarlas con la luz de la resurrección de Jesús. Porque Él es la luz que no se apaga, es la luz que brilla aun de noche. Nuestro Dios ha iluminado nuestros ojos, dice el sacerdote Esdras. Nuestro Dios ilumina: Ilumina nuestra mirada, ilumina nuestro corazón, ilumina nuestra mente, ilumina nuestras ganas de hacer algo en la vida, siempre con la luz del Señor. Pero quisiera decirles que no nos volvemos luminosos cuando nos ponemos debajo de los reflectores. No, eso encandila. No nos volvemos luminosos. No nos volvemos luminosos cuando mostramos una imagen perfecta, bien prolijitos, bien terminaditos, no, no. Aunque nos sintamos fuertes y exitosos. Fuertes, exitosos pero no luminosos. Nos volvemos luminosos, brillamos, cuando acogiendo a Jesús aprendemos a amar como Él. Amar como Jesús, eso nos hace luminosos, eso nos lleva a hacer obras de amor. No te engañes, amiga, amigo: vas a ser luz el día que hagas obras de amor. Pero cuando en vez de hacer obras de amor hacia afuera, mirás a vos mismo como un egoísta, ahí la luz se apaga.

El segundo verbo es escuchar. En el monte, una nube luminosa cubrió a los discípulos, y qué, esa nube desde la cual habla el Padre, ¿qué dice? Escúchenlo, este es mi Hijo amado, escúchenlo.

Y está todo aquí, y todo eso que hay que hacer en la vida está en esta palabra: Escúchenlo. Escuchar a Jesús. Todo el secreto está ahí. Escuchá qué te dice Jesús. Yo no sé qué me dice, agarrá el Evangelio y lee lo que dice Jesús y lo que dice en tu corazón, porque Él tiene palabras de vida eterna para nosotros, Él revela que Dios es Padre, es amor. Él nos enseña el camino del amor, escuchalo a Jesús porque por ahí nosotros con buena voluntad emprendemos caminos que parecen ser del amor pero en definitiva son egoísmos disfrazados de amor. Tener cuidado con los egoísmos disfrazados de amor. Escuchalo, porque Él te va a decir cuál es el camino del amor. Escuchalo.

Resplandecer, la primera palabra, sean luminosos, escuchar para no equivocarse el camino y al final la tercera palabra: No tener miedo. No tengan miedo.

Una palabra que en la Biblia se repite tanto, en los Evangelios: no tengan miedo.

Estas fueron las últimas palabras que en ese momento de la Transfiguración, Jesús le dijo a los discípulos “no tengan miedo”.

A ustedes jóvenes que han vivido este gozo, estaba por decir esta gloria, y bueno algo de gloria es este encuentro con nosotros. Ustedes que cultivan sueños grandes pero a veces ofuscados por el temor de no verlos realizarse; a ustedes que a veces piensan que no serán capaces —un poco de pesimismo se nos mete a veces—, a ustedes, jóvenes, tentados en este tiempo por el desánimo, por juzgarse quizás fracasados o por intentar esconder el dolor disfrazándolo con una sonrisa; a ustedes, jóvenes, que quieren cambiar el mundo, y está bien que quieran cambiar el mundo.

A ustedes que quieren cambiar el mundo y que quieren luchar por la justicia y la paz; a ustedes, jóvenes, que le ponen ganas y creatividad a la vida, pero que les parece que no es suficiente; a ustedes, jóvenes, que la Iglesia y el mundo necesitan la tierra, necesita la lluvia; a ustedes, jóvenes, que son el presente y el futuro; sí, precisamente a ustedes, jóvenes, hoy les dice: no tengan miedo, no tengan miedo.

En un pequeño silencio, cada uno repita para sí mismo, en su corazón, estas palabras: No tengan miedo.

Queridos jóvenes, quisiera mirar a los ojos de cada uno de ustedes y decirles: no tengan miedo, no tengan miedo. Es más, les digo algo muy hermoso: ya no soy yo, es Jesús mismo el que los está mirando en este momento, los está mirando. Él los conoce, conoce el corazón de cada uno de ustedes, conoce la vida de cada uno de ustedes, conoce las alegrías, conoce las tristezas, los éxitos y los fracasos. Conoce el corazón de ustedes. Ve nuestros corazones. Y Él hoy les dice aquí en Lisboa, en esta Jornada Mundial de la Juventud: no tengan miedo, no tengan miedo, anímense, no tengan miedo.

 

 

Fuente: vaticannews.va

El Papa Francisco a los Jóvenes en la Vigilia de la JMJ de Lisboa 2023: «Jóvenes, sean para los demás raíces de alegría»

 

En la Vigilia con los Jóvenes que se reunieron en el Parque Trejo de Lisboa en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2023, el Papa Francisco dirigió un mensaje principalmente improvisado, dejando de lado el texto que tenía inicialmente preparado.

A continuación, el texto completo del discurso del Papa Francisco en la Vigilia con los Jóvenes en el Parque Tejo:

 

Queridos hermanos y hermanas: Boa noite!

Me da alegría verlos. ¡Gracias por haber viajado, por haber caminado, gracias por estar aquí! Y pienso que también la Virgen María tuvo que viajar para ver a Isabel: «partió y fue sin demora» (Lc 1,39). Uno se pregunta: ¿por qué María se levanta y va de prisa a ver a su prima? Claro, acaba de enterarse de que la prima está embarazada, pero ella también lo está. ¿Por qué entonces va a ir si nadie se lo pidió? María realiza un gesto no pedido, no obligatorio. María va porque ama, y «el que ama, vuela, corre y se alegra» (Imitación de Cristo, III, 5). Eso es lo que nos hace hacer el amor. La alegría de María es doble, ella acababa de recibir el anuncio del ángel, que iba a recibir al Redentor, y también la noticia de que su prima está embarazada.

Es curioso, en vez de pensar en ella piensa en la otra. ¿Por qué? Porque la alegría es misionera, la alegría no es para uno, es para llevar algo y yo le pregunto a ustedes: ustedes que están aquí, que han venido a encontrarse, a buscar el mensaje de Cristo, a buscar un sentido lindo a la vida, ¿esto se lo van a quedar para ustedes o lo van a llevar a los otros? ¿Qué opinan? No oigo.

Es para llevarlo a los otros, porque la alegría es misionera. Repitamos todos juntos: la alegría es misionera. Entonces yo tengo que llevar esa alegría a los demás.

Pero esa alegría que nosotros tenemos también otros nos prepararon para recibirla. Ahora miremos para atrás, todo lo que hemos recibido. Lo que hemos recibido y han preparado, todo eso ha preparado nuestro corazón para la alegría.

Todos, si miramos hacia atrás tenemos personas que fueron un rayo de luz para la vida: padres, abuelos, amigos, sacerdotes, religiosos, catequistas, animadores, maestros. Ellos son como las raíces de nuestra alegría.

Ahora hacemos un segundo de silencio y cada uno piensa en aquellos que nos dieron algo en la vida que son como las raíces de la alegría.

¿Encontraron? ¿Encontraron rostros, encontraron historias? Esa alegría que vino por esas raíces es la que nosotros tenemos que dar. Porque nosotros tenemos raíces de alegría, raíces de alegría. Y también nosotros podemos ser para los demás raíces de alegría. No se trata de llevar una alegría pasajera, una alegría de momento. Se trata de llevar una alegría que cree raíces. Y me pregunto: ¿cómo podemos convertirnos en raíces de alegría?

La alegría no está en la biblioteca encerrada —aunque hay que estudiar, eh— pero está en otro lado, no está guardada bajo llave. La alegría hay que buscarla, hay que descubrirla, hay que descubrirla en nuestro diálogo con los demás, donde tenemos que dar esas raíces de alegría que nosotros hemos recibido. Y eso a veces cansa.

Yo les hago una pregunta: ¿ustedes se cansaron alguna vez? No. ¿Sí? No oigo, ¿Se cansaron alguna vez? Piensen lo que sucede cuando uno está cansado: No tiene ganas de hacer nada. Como decimos en español uno tira la esponja, porque no tiene ganas de seguir. Y entonces uno se abandona, deja de caminar y cae. ¿Ustedes creen que una persona que cae en la vida, que tiene un fracaso, que incluso comete errores pesados, fuertes, ya está terminada? No. No oigo. ¡No! ¿Qué es lo que hay que hacer? No oigo. Levantarse.

Y hay una cosa muy linda, que quisiera que hoy se la llevaran como recuerdo: los alpinos, que les gusta subir montañas, tienen un cantito muy lindo, que dice así: en el arte de ascender la montaña lo que importa no es no caer sino no permanecer caído. Cosa linda.

El que permanece caído se jubiló de la vida ya, cerró, cerró la esperanza, clausuró la ilusión y ahí queda caído. Cuando vemos algunos amigos nuestros que están caídos, ¿qué tenemos que hacer? Levantarlo. ¡Fuerte! Levantarlo.

Fíjense cuando uno tiene que levantar o ayudar a levantar a una persona, ¿qué gesto hace? Lo mira de arriba hacia abajo. La única oportunidad, el único momento que es lícito mirar a una persona de arriba a abajo es para ayudar a levantarse.

Cuántas veces, cuántas veces vemos gente que nos mira así, por sobre el hombro, de arriba para abajo. Es triste. La única manera en que es lícito, la única situación en que es lícito mirar a una persona de arriba para abajo es -lo digan ustedes- ¿es? ¡Fuerte! Para ayudar a levantarse.

Bueno, esto es un poco el camino, la constancia en caminar y en la vida, para lograr las cosas, hay que entrenarse en el camino.

A veces no tenemos ganas de caminar, no tenemos ganas de hacer esfuerzo, nos copiamos en los exámenes porque no queremos estudiar y no llegamos al éxito.

No sé si a algunos les gusta el fútbol. A mí me gusta. Detrás de un gol, ¿qué hay? Mucho entrenamiento. Detrás de un éxito, ¿qué hay? Mucho entrenamiento. En la vida no siempre uno puede hacer lo que quiere, sino aquello que la vocación que tengo dentro —cada uno tiene su vocación—, nos lleva a hacer. Caminar, si me caigo levantarme o que me ayuden a levantarme, no permanecer caído y entrenarme, entrenarme en el camino. Y todo esto es posible no porque hagamos cursos sobre el camino, no hay ningún curso para enseñarnos a caminar en la vida, eso se aprende, se aprende de los padres, se aprende de los abuelos, se aprende de los amigos, llevándose de la mano mutuamente.

En la vida se aprende y eso es entrenamiento en el camino. Yo los dejo con esta idea nomás: caminar y si uno se cae levantarse, caminar con una meta, entrenarse todos los días en la vida. En la vida nada es gratis, todo se paga.

Sólo hay una cosa gratis: el amor de Jesús. Entonces con esto gratis que tenemos, el amor de Jesús, y con las ganas de caminar, caminemos en la esperanza, miremos nuestras raíces y vayamos adelante, sin miedo, sin miedo. No tengan miedo. Gracias.

 

 

Fuente: vaticannews.va

El Papa Francisco en la Ceremonia de acogida de la JMJ Lisboa 2023: «Ninguno es cristiano por casualidad”

 

 

Francisco se reúne con los jóvenes de todo el mundo congregados en el Parque Eduardo VII de Lisboa con motivo de la Ceremonia de Acogida. Al igual que un padre con sus hijos, el Papa les ha dado varios consejos para no dejarse estafar por las ilusiones del mundo digital y les ha recordado que en la Iglesia hay espacio para "todos" y que Dios nos ama "como somos, sin maquillaje".

 

“Es Jesús quien los ha llamado, ¡agradezcámosle a Él!”

 

Con estas palabras el Papa Francisco ha recibido a los jóvenes que se han dado cita en el Parque Eduardo VII de Lisboa con motivo de la Ceremonia de Acogida de la Jornada Mundial de la Juventud 2023. Francisco además de agradecerles el “simpático alboroto que hacen” y esperar “poderse contagiar de su alegría”, les recuerda que “no están aquí por casualidad”: “El Señor los llamó, no sólo en estos días, sino desde el comienzo de sus vidas. Sí, Él los ha llamado por sus nombres”.

El Papa hace hincapié en este “Llamados por sus nombres: “ninguno es cristiano por casualidad, todos hemos sido llamados por nuestro nombre” dice el Papa, explicando que “al principio de la trama de la vida, antes de los talentos que tenemos, de las sombras y de las heridas que llevamos dentro, hemos sido llamados, porque somos amados” explica el Papa a los jóvenes participantes de la JMJ y puntualiza: “Chicos y chicas, somos amados como somos sin maquillaje, ¿entienden esto? Y somos llamados por el nombre de cada uno de nosotros”.

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Atentos a las ilusiones del mundo virtual

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Como un padre, Francisco da un consejo a los jóvenes que han ido a encontrarse con él en Lisboa: “Quisiera que veas una cosa: muchos hoy saben tu nombre, pero no te llaman por tu nombre. De hecho, tu nombre es conocido, aparece en las redes sociales, se elabora por algoritmos que le asocian gustos y preferencias, pero todo esto no interpela tu unicidad, sino tu utilidad para los estudios de mercado”. Por ello, Francisco les aconseja “estar atentos a las ilusiones de lo virtual, porque muchas realidades que nos atraen y prometen felicidad después se muestran por aquello que son: cosas vanas, pompas de jabón, superfluas, cosas que no sirven y que nos dejan vacíos por dentro”. En cambio, les recuerda, “Jesús no es así; él confía en ti, confía en cada uno de nosotros, porque para Jesús cada uno de nosotros le importamos y ese es Jesús”.

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¿Cuál es el punto de partida de la JMJ?

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En esta Jornada Mundial de la Juventud, el Papa espera que “sean días en los que grabemos en el corazón que somos amados tal como somos”. “Este – dice – es el punto de partida de la JMJ, pero sobre todo de la vida”. Por ello, Francisco les recuerda que a pesar de aquello que a veces ven sus ojos, empañados por la negatividad y deslumbrados por tantas distracciones, deben ayudarse entre ellos a reconocer esta realidad esencial: “recordar que somos valiosos a los ojos de Dios y somos amados como somos, no como quisiéramos ser”.

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“Quiero ser claro con ustedes: en la Iglesia hay espacio para todos”

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Haciendo referencia a las cartas que le han enviado algunos jóvenes, en el que comparten al Papa algunos de sus miedos de no ser aceptados, Francisco les expresa un mensaje claro: “en la Iglesia hay espacio para todos, en la Iglesia ninguno sobra, ninguno está de más, hay espacio para todos, así como somos, todos. Y esa es la Iglesia la madre de todos” e insiste: “El Señor no señala con el dedo, sino que abre sus brazos; nos lo muestra Jesús en la cruz. Él no cierra la puerta, sino que invita a entrar; no aleja, sino que acoge”.

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La vida nos va dando las respuestas

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Francisco asegura que cada uno de nosotros tiene sus interrogantes dentro y pide a los jóvenes llevar, esos interrogantes “en el dialogo común entre nosotros y cuando rezamos delante de Dios”, porque a esas preguntas “con la vida se van haciendo respuestas y solamente tenemos que esperarlas”. “Dios – sigue afirmando – ama por sorpresa: no está programado, el amor de Dios es sorpresa y siempre sorprende, siempre nos mantiene alertas y nos sorprende”.

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Estamos amortizados por el amor de Dios

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Por último, el Papa pide a los chicos y chicas presentes que “confíen porque Dios es padre y es padre que nos quiere y nos ama, esto no es muy fácil y para esto tenemos una gran ayuda la madre del Señor, ella es nuestra madre también” asegura. Destaca su pensamiento final: “No tengan miedo, tengan coraje, vayan adelante sabiendo que estamos amortizados por el amor que Dios nos tiene. Dios nos ama”.

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Fuente: vaticannews.va

 

La JMJ de Lisboa: Encuentros Rise Up, Parque del Perdón, Feria vocacional, Festival de la Juventud, Ceremonia de Acogida, Vía Crucis, Vigilia y Misa de envío con el papa Francisco…

 

Casi 100.000 jóvenes españoles, entre inscriptos y los que viajan por su cuenta, participan en la Jornada Mundial de la Juventud, que se está celebrando en Lisboa del 1 al 6 de agosto. Junto a ellos, casi un millar de sacerdotes y 71 obispos españoles.

Y también se encontrarán con el Papa Francisco. Los actos centrales de esta JMJ Lisboa 2023  presididos por el Santo Padre son: Ceremonia de Acogida  (jueves 3), Viacrucis (viernes 4), Vigilia de Oración (sábado 5) y Misa de Envío (domingo 6),

 

Encuentros Rise Up con los obispos

Son muchas y variadas  las actividades que los jóvenes de todo el mundo pueden disfrutar y compartir estos días. Una de ellas, son los encuentros Rise Up donde los jóvenes pueden  compartir con los obispos un tiempo de reflexión. Se realizan en iglesias y otros espacios de las tres diócesis Anfitrionas (Lisboa, Santarém y Setúbal). Se trata de un nuevo modelo de catequesis de la Jornada Mundial de la Juventud que desafía a los jóvenes a plantearse grandes temas lanzados en el pontificado del Papa Francisco: Ecología Integral, Amistad Social y Misericordia.

Los obispos españoles, entre ellos nuestro arzobispo D. Francisco, son los encargados de amenizar varias Rise Up de habla hispana. En este tiempo de reflexión, también se escuchan testimonios de los jóvenes, se hace trabajo en grupos a partir de preguntas sobre los temas que se abordan, y no falta la música.

 

 

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Parque del Perdón

Otro de los momentos más significativos de estas Jornadas Mundiales de la Juventud y que no podía faltar en JMJ Lisboa 2023 son las confesiones de chicos y jóvenes.  En el Parque del Perdón, dentro de la Ciudad de la Alegría, los jóvenes son llamados a vivenciar las experiencias del amor y la misericordia de Dios a través del sacramento de la Reconciliación. Para ello en este gran espacio verde, se han colocado 150 confesionarios, realizados por jóvenes reclusos de las cárceles  de Coimbra, de Paços de Ferreira e de Oporto, construidos con materiales reciclados y reciclables y realizados de forma que sean accesibles a los discapacitados. Este viernes tres jóvenes -un italiano de 19 años, un español de 21 años y una guatemalteca de 33 años- se confesaban, a primera hora de la mañana, con el Santo Padre

 

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Feria vocacional

La Feria vocacional forma parte de la Ciudad de la Alegría, un evento de la JMJ en el que los jóvenes van a tener la oportunidad de asistir a conferencias y testimonios, entrar en contacto con los diferentes movimientos, asociaciones, comunidades, órdenes religiosas y proyectos sociales, teniendo la oportunidad de conocer mejor la variedad de carismas que componen “el bello jardín de La Iglesia”

Su objetivo es poner en contacto a las congregaciones y movimientos con los jóvenes para que puedan ayudarlos en la búsqueda de su vocación. También será posible encontrar espacios de silencio que romperán con el escándalo normal de la feria, allí los jóvenes podrán descubrir a Dios.

La Ciudad de la alegría se instala en el jardín Vasco de Gama del 1 al 4 de agosto. Los días 1, 3 y 4 (martes, jueves y viernes) se podrá acceder de las 9.00 a 16.00 horas y el 2 de agosto (miércoles) de las 9.00 a las 22.00 horas.

El Servicio de Pastoral vocacional de la Conferencia Episcopal Española cuenta con un stand en esta feria vocacional donde estará representados distintos carismas de la Iglesia que peregrina en España con sus distintas realidades en diócesis, congregaciones o movimientos.  El stand está ubicado al inicio de la Ciudad de la alegría para propiciar un acompañamiento desde el inicio al final del recorrido. Cuando los jóvenes se acerquen a este espacio, se les invitará a hacerse la pregunta vocacional ante el Señor. Además, se les propondrá que visiten los diferentes stands de la Feria y a regresar después para compartir las interpelaciones e inquietudes, con la finalidad de llevar a cabo un acompañamiento posterior.

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Festival de la Juventud

El Festival de la Juventud es un conjunto de eventos culturales, religiosos y deportivos, protagonizados y creados por los peregrinos de la JMJ de todo el mundo, ¡fruto de su creatividad y generosidad!, para compartir la vivencia de ser cristianos. El Festival de la Juventud tiene por objetivo proporcionar a los peregrinos de la JMJ y a la ciudad de Lisboa una experiencia de alegría, juventud, universalidad y fe, mostrando que la Iglesia Católica es una iglesia viva y joven, capaz de utilizar las lenguas y expresiones artísticas actuales sin desvirtuar el mensaje que pretende transmitir.

 

 

Hoy viernes toca celebrar y agradecer la labor de los misioneros digitales que es el objetivo del Festival de Influencers Católicos que tendrá lugar en Lisboa, en el Parque Cristonautas de las 21.00 h. a las 22:30 h. Los “influencers”, nuevos evangelizadores de las redes sociales, que asisten a la Jornada Mundial de la Juventud se encontrarán allí.

El evento ha sido organizado por el Comité Organizador oficial con la colaboración de la la ACdP, el Dicasterio para la Comunicación, el programa “Cristonautas” y el programa “La Iglesia te escucha”.

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Ceremonia de Acogida de la JMJ 2023

Recibido entre coros de «Esta es la juventud del Papa…», el Papa Francisco llegó a  Lisboa para participar en la JMJ. Su primer encuentro con los jóvenes de todo el mundo fue en la Ceremonia de Acogida de la JMJ 2023 que tuvo lugar en la Colina del Encuentro (Parque Eduardo VII) ayer jueves día 3. El Papa, al igual que un padre con sus hijos, el Papa les ha dado varios consejos para no dejarse estafar por las ilusiones del mundo digital y les ha recordado que en la Iglesia hay espacio para «todos» y que Dios nos ama «como somos, sin maquillaje».

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Vía Crucis de la JMJ 2023

Jóvenes de 22 países darán vida al Camino de la Cruz junto al Papa Francisco, contemplando los dolores contemporáneos que resuenan en sus corazones. Entre ellos, los problemas de salud mental, la intolerancia, la violencia y las crisis humanitarias.
Un total de 14 fragilidades de la sociedad contemporánea se plasmarán en cada una de las estaciones del Vía Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud 2023. Al caer la tarde de este viernes 4 de agosto, en la «Colina del Encuentro» a las 18:00 h.  el Papa Francisco y más de 350 mil peregrinos orarán el tradicional Camino de la Cruz de Jesús, esta vez, meditando acerca de los dolores que asuelan a la humanidad. Son las heridas y los gemidos que resonaron en los corazones de jóvenes de todos los continentes que participaron de una consulta online. El resultado de dicha encuesta sirvió de base para crear la narración que hoy será representada por 50 personas de 22 países, como Zimbabue, Chile y Vietnam.
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Vigilia y Misa de Envío de la JMJ  2023

La Vigilia de Oración que tendrá lugar el sábado 5 agosto en el «Campo de la Gracia» es uno de los Eventos con el Santo Padre en que los jóvenes de todo el mundo congregados en esta JMJ 2023 tendrán una Adoración al Santísimo Sacramento y  orarán juntos.

Al día siguiente, domingo 6 agosto, en el mismo sitio tendrá lugar la Misa de Envío: una celebración presidida por el Santo Padre para concluir la JMJ Lisboa 2023. Antes de finalizar la misa, el Santo Padre anuncia la ciudad que acogerá la próxima edición de la Jornada Mundial de la Juventud.

 

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JMJ Lisboa 2023
La JMJ de Lisboa al día

 

 

 

Vídeo del Papa. Agosto 2023. Por la Jornada Mundial de la Juventud: «Me gustaría ver en Lisboa una semilla del mundo del futuro»

Oremos para que la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa ayude a los jóvenes a ponerse en camino, dando testimonio del Evangelio con su propia vida.

Papa Francisco – Agosto 2023

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«Me gustaría ver en Lisboa una semilla del mundo del futuro.
Un mundo donde el amor esté en el centro, donde nos podamos sentir hermanas y hermanos.
Un mundo que no tenga miedo a testimoniar el Evangelio.
Un mundo con alegría, porque los cristianos si no tenemos alegría, no somos creíbles, no nos cree nadie»
.- Papa Francisco

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El Video del Papa con la nueva intención de oración del Santo Padre –que se confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa, y que este mes de agosto cuenta con la colaboración de la Fundación de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Lisboa 2023 y del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida – está dedicado a los jóvenes con la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud. El mensaje se centra en el papel fundamental de los jóvenes en la vida de la Iglesia y del mundo y pone el acento en el llamado del Papa Francisco a que los jóvenes, a ejemplo de María, se pongan en camino, a toda prisa, a dar testimonio del Evangelio y con alegría

“Cuando voy a la Iglesia de mi barrio, solo veo personas mayores. ¿La Iglesia es ahora cosa de viejos?”, le preguntan a Francisco al comienzo de este Video del Papa que se enmarca en la Jornada Mundial de la Juventud. La respuesta es contundente: “Si se convierte en algo de viejos, va a morir. San Juan Pablo II decía que si vivís con los jóvenes también vos te volvés joven, y la Iglesia necesita a los jóvenes para no envejecer”.

 

 

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Las preguntas de los jóvenes

El video de este mes tiene una particularidad: el Papa Francisco responde a algunos jóvenes, que le interrogan en varias lenguas y desde varios continentes. Desde Filipinas, Brasil y Costa de Marfil, jóvenes del Movimiento Eucarístico Juvenil -la sección juvenil de la Red Mundial de Oración del Papa, que cuenta con 1.700.000 miembros en 60 países- plantean a Francisco preguntas sin filtro: si la Iglesia se está reduciendo a “cosas de viejos”; por qué se eligió a María como tema de la Jornada Mundial de la Juventud; qué espera el propio Papa de este encuentro mundial de jóvenes en Portugal.

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Las respuestas del Papa

Las respuestas de Francisco, en esta réplica a distancia, son también muy contundentes. El Papa explica que la actitud de María es una lección para todos, porque “en cuanto sabe que va a ser la madre de Dios, no se queda allí tomándose un selfie o presumiendo”, sino que “lo primero que hace es ponerse en camino, a toda prisa, para servir, para ayudar”. A continuación, confió su sueño de “ver en Lisboa una semilla del mundo del futuro”: un mundo en el que el amor (en un momento en el que “estamos en guerra”) y la alegría (“porque los cristianos si no tenemos alegría, no somos creíbles”) estén en el centro.

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Los días del encuentro

Según Monseñor Américo Aguiar, Presidente de la Fundación JMJ Lisboa 2023, “las Jornadas son, en esencia, un encuentro de los jóvenes con el Papa, un encuentro de los jóvenes con los jóvenes, y un encuentro de cada joven con la persona de Cristo vivo. En este viaje espero todo y no espero nada. Esperar todo es esperar que todos los jóvenes sean tocados por las palabras del Papa y que cada joven se encuentre con el Señor de la Vida. No esperar nada es confiar totalmente, dar todo lo que tengo y soy, y no esperar nada a cambio. Busco cada día, pero de modo especial en estos últimos días, el desprendimiento total de quien sabe que no es posible llevar a cabo esta inmensa tarea sin la presencia efectiva de Jesús Resucitado”.

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Volver tras la pandemia

El Padre João Chagas, responsable de la Oficina para la Juventud del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, comenta: “Es bueno poder rezar juntos meditando sobre el diálogo intergeneracional, un tema tan querido por nuestro amado Papa Francisco. Ya en su mensaje a los jóvenes en 2017, recordaba: ‘Con sobrada razón, aspiráis a «emprender el vuelo», lleváis en vuestro corazón muchos sueños, pero tenéis necesidad de la sabiduría y de la visión de los ancianos. Mientras abrís vuestras alas al viento, es indispensable que descubráis vuestras raíces y que toméis el testigo de las personas que os han precedido. Para construir un futuro que tenga sentido, es necesario conocer los acontecimientos pasados y tomar posición frente a ellos’. Precisamente para promover esta cultura integral del encuentro, después de la terrible experiencia de la pandemia, del aislamiento social, que esta JMJ sea una oportunidad para que los jóvenes de todo el mundo vuelvan a encontrarse, con la esperanza de vivir tiempos de paz”.

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La Red Mundial de Oración del Papa y la JMJ 2023

El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, destaca la presencia de la obra pontificia en la JMJ: “El video del Papa de este mes es uno de los signos de la presencia de la Red Mundial de Oración del Papa en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa. Ya desde 2020, de hecho, el camino de preparación del evento ha estado acompañado por la oración en la app Click To Pray, la app oficial de oración del Papa y del encuentro de Lisboa, que el día 23 de cada mes dedica regularmente una oración a la JMJ 2023. Del 30 de julio al 6 de agosto, durante el transcurso del evento, Click To Pray pondrá entonces a disposición de los participantes -y de quienes no puedan estar físicamente presentes, pero deseen acompañar la JMJ rezando a distancia- tres meditaciones diarias, en formato texto y audio, disponibles en cinco idiomas: español, portugués, inglés, italiano y francés”. Por supuesto, el Movimiento Eucarístico Juvenil, nuestra sección juvenil, también estará presente en Lisboa. Hemos creado un equipo de reporteros MEJ que ayudarán a los jóvenes MEJ de todo el mundo a participar, a través de eventos locales, en sus propios países, y online”.

 

 

 

 

 

 

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Fuente: thepopevideo.org

El Papa en el Ángelus: «Buscar, encontrar y abrazar a Jesús con todo nuestro ser»

 

Este domingo, 30 de julio, el Santo Padre en su alocución antes de rezar la oración del ángelus invitó a reflexionar sobre los tres gestos que realiza el “comerciante de perlas finas” y pidió a la Virgen María “que nos ayude a buscar, encontrar y abrazar a Jesús con todo nuestro ser”.

 

El Papa Francisco ante los miles de fieles y peregrinos que se dieron cita en la Plaza de San Pedro, referente al Evangelio (Mt 13,44-52) que la liturgia presenta este XVII Domingo del Tiempo Ordinario dijo:

 

“¿Cuál es esa perla por la que se puede renunciar a todo, de la que nos habla el Señor? ¡Es Él mismo, Jesús! Él es la perla preciosa de la vida, que hay que buscar, encontrar y hacer propia. Merece la pena invertirlo todo en Él, porque, cuando uno encuentra a Cristo, la vida cambia”.

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Los gestos del “comerciante de perlas finas”

Al comentar este Evangelio, el Santo Padre invitó a reflexionar sobre los gestos que realiza el “comerciante de perlas finas” al encontrar “una perla de gran valor”: “primero busca, luego encuentra y finalmente compra”. Al referirse al primer gesto que realiza el comerciante, el Pontífice dijo que, él sale a buscar la novedad del Señor.

 

“Es un comerciante emprendedor, que no se queda quieto, sino que sale de su casa y se pone a buscar perlas preciosas. No dice: ‘Me conformo con las que tengo’, sino que busca otras más bellas. Y esto nos invita a no encerrarnos en la costumbre, en la mediocridad de los que se contentan, sino a reavivar el deseo de buscar: para que el deseo de ir adelante no se apague; a cultivar los sueños de bien, a buscar la novedad del Señor, porque el Señor no es repetitivo, siempre trae novedad, la novedad del Espíritu, siempre hace nuevas las realidades de la vida. Y nosotros debemos tener esta actitud: buscar”.

 

No perdamos tiempo y libertad en cosas triviales

“Encontrar”, es el segundo gesto que realiza el comerciante de perlas finas, y sobre este gesto, el Papa Francisco dijo que, es una persona prudente, que «tiene ojo» y sabe reconocer una perla de gran valor. Y para explicar esta segunda actitud, el Pontífice puso como ejemplo “los fascinantes bazares orientales”, donde si uno se detiene a mirar con atención, puede descubrir tesoros: cosas muy valiosas. Pero el comerciante de la parábola tiene buen ojo y sabe encontrar, «discernir» la perla.

 

“Esto también es un aprendizaje para nosotros: cada día, en casa, en la calle, en el trabajo, de vacaciones, tenemos la oportunidad de vislumbrar el bien. Y es importante saber encontrar lo que vale la pena: entrenarnos para reconocer las gemas preciosas de la vida y distinguirlas de las baratijas. ¡No perdamos tiempo y libertad en cosas triviales, pasatiempos que nos dejan vacíos por dentro, mientras la vida nos ofrece cada día la perla preciosa del encuentro con Dios y con los demás! Es necesario saber reconocerla: discernir para encontrarla”.

 

Jesús es la perla preciosa de la vida

El último gesto que realiza el comerciante de la parábola, afirmó el Santo Padre, es comprar la perla. Al darse cuenta de su inmenso valor, vende todo, sacrifica todos sus bienes para tenerla. Según el Pontífice, el comerciante cambia radicalmente el inventario de su almacén; no queda nada más que esa perla: es su única riqueza, el sentido de su presente y de su futuro.

 

“Esto también es una invitación para nosotros. Pero, ¿cuál es esa perla por la que se puede renunciar a todo, de la que nos habla el Señor? ¡Esa perla es Él mismo, es el Señor. Buscar al Señor y encontrar al Señor, vivir con el Señor. La perla es Jesús! Él es la perla preciosa de la vida, que hay que buscar, encontrar y hacer propia. Merece la pena invertirlo todo en Él, porque, cuando uno encuentra a Cristo, la vida cambia”.

 

Buscar, encontrar y abrazar a Jesús con todo nuestro ser

Finalmente, el Papa Francisco invitó a no perder de vista los tres gestos que realiza el comerciante de la parábola – buscar, encontrar, comprar – y a hacernos algunas preguntas que pueden ayudarnos en nuestra vida cotidiana; pidiendo a la Virgen María que “nos ayude a buscar, encontrar y abrazar a Jesús con todo nuestro ser”.

 

Buscar: ¿yo, en mi vida, estoy en búsqueda? ¿Me siento bien, conforme, o entreno mi deseo por el bien? ¿Estoy en jubilación espiritual? Cuántos jóvenes estan en la jubilación espiritual. Segundo gesto, encontrar: ¿me ejército en discernir lo que es bueno y viene de Dios, sabiendo renunciar a lo que me deja poco o nada? Por último, comprar: ¿sé gastarme por Jesús? ¿Está Él en primer lugar para mí, es Él el mayor bien de la vida? Sería bonito decirle hoy: Jesús, Tú eres mi mayor bien”.

 

 

 

 

Fuente: vaticanews.va

El Papa Francisco: «Ancianos y jóvenes crezcan juntos para construir una sociedad fraterna»

El Papa preside la Santa Misa por la III Jornada Mundial de los ancianos y los mayores Foto: Vatican Media

 

 

Los abuelos y los ancianos son “raíces que los más jóvenes necesitan para llegar a ser adultos”: son palabras del Papa en la Misa por la III Jornada Mundial de los abuelos y de los Mayores celebrada en la Basílica de San Pedro.

Ante a unos 6 mil fieles presentes, entre los cuales numerosos ancianos y abuelos son sus nietos y familiares, Francisco dedica su homilía a la relación entre los jóvenes y los ancianos, que hay que cultivar y hacer crecer. Mirando al mundo actual, exhorta a cuidar a las personas mayores y a no olvidarlas.

 

Estemos atentos, para que nuestras aglomeradas ciudades no se conviertan en “concentrados de soledad”; para que la política, que está llamada a proveer a las necesidades de los más frágiles, no se olvide precisamente de los ancianos, dejando que el mercado los relegue a “descartes improductivos”. No vaya a suceder que, a fuerza de seguir a toda velocidad los mitos de la eficiencia y del rendimiento, seamos incapaces de frenar para acompañar a los que les cuesta seguir el ritmo. Por favor, mezclémonos, crezcamos juntos.

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Luces y sombras

El Pontífice centra su reflexión en tres parábolas que Jesús usa para hablarnos del Reino de Dios en el Evangelio del día, que tienen un aspecto en común: el crecer juntos. “Cuenta historias sencillas, que llegan al corazón de quien lo escucha”. Se trata de un lenguaje, lleno de imágenes, explica, que “se asemeja al que muchas veces usan los abuelos con los nietos” y que “comunican una sabiduría importante para la vida”.

En la primera parábola, son el trigo y la cizaña los que crecen juntos, en el mismo campo. “Es una imagen que nos ayuda a hacer una lectura realista”, precisa, ya que “en la historia humana, como en la vida de cada uno, coexisten las luces y las sombras, el amor y el egoísmo. Es más, el bien y el mal están entrelazados hasta el punto de parecer inseparables”. Y añade que “este planteamiento objetivo nos ayuda a mirar la historia sin ideologías, sin optimismos estériles o pesimismos nocivos”.

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El riesgo de ser intransigentes

El cristiano, “no es un pesimista, ni tampoco un ingenuo que vive en el mundo de las fábulas, que actúa como si no viese el mal y dice que ‘todo va bien’, subraya el Obispo de Roma. “El cristiano es realista, indica el Papa, sabe que en el mundo hay trigo y cizaña, y se mira dentro, reconociendo que el mal no llega sólo ‘desde fuera’, que no es siempre culpa de los demás, que no es necesario ‘inventar’ enemigos que combatir para evitar arrojar un poco de luz en su interior”. “Pero la parábola nos interpela: cuando vemos que en el mundo el trigo y la cizaña están juntos, ¿qué debemos hacer?”, pregunta el Pontífice.

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En la narración los siervos querían arrancar la cizaña (cf. v. 28). Es una actitud animada por una buena intención, pero impulsiva y agresiva. Piensan que podrán arrancar el mal con sus propias fuerzas, para salvar la pureza. Es una tentación frecuente: una “sociedad pura”, una “Iglesia pura” pero, para alcanzar esa pureza, se corre el riesgo de ser impacientes, intransigentes, incluso violentos hacia quien cayó en el error. Y así, junto a la cizaña, se arranca también el trigo bueno y se impide a las personas hacer un camino, crecer, cambiar.

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Paciencia con los demás y mansedumbre para cuidar el buen grano  

El Santo Padre invita a continuación a escuchar en cambio “lo que dice Jesús: «Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha». “Qué hermosa esta mirada de Dios, su pedagogía misericordiosa”, observa el Santo Padre. “Nos invita a tener paciencia con los demás, a acoger —en la familia, en la Iglesia y en la sociedad— la fragilidad, los retrasos y los límites. No para acostumbrarnos a ellos con resignación o para justificarlos, sino para aprender a intervenir con respeto, sacando adelante el cultivo del buen grano, con mansedumbre y paciencia”.

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Recordando siempre que la purificación del corazón y la victoria definitiva sobre el mal son, esencialmente, obra de Dios. Y nosotros, venciendo la tentación de dividir el trigo y la cizaña, estamos llamados a entender cuáles son los modos y los momentos mejores para actuar.

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La ancianidad, estación para reconciliarse

El Papa dirige su pensamiento a la vida de los ancianos y abuelos que  “han realizado ya un largo trecho en el camino de la vida y, al volver la vista atrás, ven tantas cosas hermosas que han conseguido, pero también derrotas, errores” y recuerda que hoy, el Señor viene a nuestro encuentro “con una palabra dulce, que nos invita a acoger con serenidad y paciencia el misterio de la vida, a dejarle a Él el juicio, a no vivir de reproches y remordimientos. Como si nos quisiera decir: ‘Miren el buen trigo que ha germinado en el camino de sus vidas y háganlo crecer todavía más, confiándome todo, que siempre perdono: al final, el bien será más fuerte que el mal’”.

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La ancianidad es un tiempo bendecido también para esto, es la estación para reconciliarse, para mirar con ternura la luz que se expandió a pesar de las sombras, en la confiada esperanza de que el buen trigo sembrado por Dios prevalecerá sobre la cizaña con la que el diablo ha querido infestarnos el corazón.

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Necesitamos una nueva alianza entre jóvenes y ancianos

En la segunda parábola, “Jesús habla del reino de los cielos que actúa de manera silenciosa en la trama de la historia, hasta el punto de parecer una acción minúscula e invisible, como la de un pequeño grano de mostaza, dice el Papa. “Pero, cuando este grano crece, ‘es la más grande de las hortalizas y se convierte en un arbusto, de tal manera que los pájaros del cielo van a cobijarse en sus ramas’”.

Los abuelos, observa Francisco, son “hermosos como estos árboles frondosos, bajo los cuales los hijos y los nietos realizan sus propios ‘nidos’, aprenden el clima de familia y experimentan la ternura de un abrazo”. “Se trata de crecer juntos – añade. El árbol exuberante y los pequeños que necesitan del nido, los abuelos con los hijos y los nietos, los ancianos con los más jóvenes”.

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Necesitamos una nueva alianza entre jóvenes y ancianos, para que la linfa de quien tiene a sus espaldas una larga experiencia de vida irrigue los brotes de esperanza de quien está creciendo. En este intercambio fecundo aprendemos la belleza de la vida, construimos una sociedad fraterna, y en la Iglesia permitimos el encuentro y el diálogo entre la tradición y las novedades del Espíritu.

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Crecer juntos y sostenernos recíprocamente

Por último, la tercera parábola, en la que crecen juntas la levadura y la harina. “Esta mezcla hace crecer toda la masa” evidencia el Obispo de Roma. Y recuerda, citando su Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, que el verbo ‘mezclar’, evoca ese arte que conlleva ‘la mística de vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos, de tomarnos de los brazos’ y de ‘salir de sí mismo para unirse a otros’. Y es esto lo que “vence los individualismos y los egoísmos, y nos ayuda a generar un mundo más humano y fraterno” asegura. “hoy – añade – la Palabra de Dios es una llamada a vigilar para que nuestras vidas y nuestras familias no marginen a los más ancianos”.

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Hermanos, hermanas, la Palabra divina no nos invita a separar, a cerrarnos, a pensar que podemos hacerlo solos, sino a crecer juntos. Escuchémonos, dialoguemos, sostengámonos recíprocamente. No olvidemos a los abuelos y a los ancianos. Muchas veces, gracias a una caricia suya hemos vuelto a levantarnos, hemos reanudado el camino, nos henos sentido amados, sanados por dentro. Ellos se han sacrificado por nosotros y nosotros no podemos sacarlos de la agenda de nuestras prioridades. Crezcamos juntos, vayamos adelante juntos. El Señor bendecirá nuestro camino.

 

Fuente: vaticannews.va

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El Papa en el Ángelus: «Sembrar el Evangelio en la cotidianidad, los frutos llegarán»

 

"¿Yo siembro el bien? ¿Me preocupo solo por recoger para mí o también de sembrar para los otros? ¿Lanzo algunas semillas del Evangelio en la vida de todos los días: estudio, trabajo, tiempo libre? ¿Me desanimo o, como Jesús, sigo sembrando, también si no veo resultados inmediatos?" Son las preguntas que nos hizo el Papa Francisco en su alocución previa al Ángelus, hablando sobre la parábola del sembrador.

 

En su alocución previa al rezo mariano del Ángelus, desde la Plaza de San Pedro, el Papa, hablando de la parábola del sembrador, dijo que la imagen de la “siembra” con la que Jesús describe el don de su Palabra, es muy hermosa.

 

“Imaginemos una semilla: es pequeña, casi no se ve, pero hace crecer plantas que dan frutos. La Palabra de Dios es así; pensemos en el Evangelio, un pequeño libro, sencillo y al alcance de todos, que produce vida nueva en quien lo acoge”.

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Cada uno puede recibir o no la semilla del Evangelio

Y si la Palabra es la semilla, dijo Francisco, nosotros somos el terreno: podemos recibirla o no.

 

Jesús, “buen sembrador”, no se cansa de sembrarla con generosidad. Conoce nuestro terreno, sabe que las piedras de nuestra inconstancia y las espinas de nuestros vicios (cfr vv. 21-22) pueden sofocar la Palabra, y sin embargo siempre espera que nosotros podamos dar fruto abundante”.

 

El Pontífice nos aconseja, que, así como el Señor no se cansa de sembrar, tampoco nosotros. Estamos llamados a sembrar sin cansarnos.

 

Ejemplos de quienes van sembrando en la vida.

El Santo Padre cita algunos ejemplos de quienes van sembrando en su vida:

 

“En primer lugar los padres: ellos siembran el bien y la fe en los hijos, y están llamados a hacer sin desanimarse si a veces estos parecen no entenderlos y no apreciar sus enseñanzas, o si la mentalidad del mundo “rema en contra”. La semilla buena se queda, esto es lo que cuenta, y echará raíces en el momento adecuado”.

 

Y aconseja, que nosotros padres de familia, no debemos ceder a la “desconfianza”, no debemos renunciar a sembrar y dejar “a los hijos a merced de las modas y del móvil, sin dedicarles tiempo, sin educarles, entonces el terreno fértil se llenará de malas hierbas”, dijo.

 

También los jóvenes pueden sembrar

El Santo Padre dijo que también los jóvenes pueden sembrar el Evangelio en los surcos de la vida cotidiana.

 

“Por ejemplo, con la oración: es una pequeña semilla que no se ve, pero con la cual se encomienda a Jesús todo lo que se vive, y así Él puede hacerlo madurar. Pero pienso también en el tiempo para dedicar a los otros, a quien lo necesita más: puede parecer perdido, sin embargo, es tiempo santo, mientras las satisfacciones aparentes del consumismo y del hedonismo dejan manos vacías.

 

También mientras los chicos estudian, que es cansado y no es inmediatamente satisfactorio, como cuando se siembra, dijo Francisco, pero es esencial para construir un futuro mejor para todos.

 

Los sembradores del Evangelio

Por último, Francisco citó a los sembradores del Evangelio, «muchos buenos sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos en el anuncio, que viven y predican la Palabra de Dios a menudo sin registrar éxitos inmediatos«. Y nos recuerda:

 

«No olvidemos nunca, cuando anunciamos la Palabra, que también donde parece que no sucede nada, en realidad el Espíritu Santo está trabajando y el reino de Dios ya está creciendo, a través y más allá de nuestros esfuerzos. Por eso, ¡adelante con alegría! Recordemos a las personas que han puesto la semilla de la Palabra de Dios en nuestra vida: quizá ha brotado años después de que hayamos encontrado sus ejemplos, ¡pero ha sucedido precisamente gracias a ellos!»

 

¿Yo siembro bien?

Y el Pontífice concluye su alocución interpelándonos:

 

«A la luz de todo esto, podemos preguntarnos: ¿yo siembro el bien? ¿Me preocupo solo por recoger para mí o también de sembrar para los otros? ¿Lanzo algunas semillas del Evangelio en la vida de todos los días: estudio, trabajo, tiempo libre? ¿Me desanimo o, como Jesús, sigo sembrando, también si no veo resultados inmediatos?«

 

Y pidió a María, que hoy veneramos como Virgen del Monte Carmelo, que nos ayude a ser sembradores generosos y alegres de la Buena Noticia..

 

 

 

Fuente: vaticanews.va

Catequesis del Papa: «Por qué, qué y cómo anunciar el Evangelio»

 

 

El Papa Francisco en su ciclo catequesis sobre el celo de la evangelización responde a las preguntas que orientan hacia al testimonio de la vida cristiana en el mundo de hoy: “La motivación está en cinco palabras de Jesús que nos hará bien recordar: Gratis lo recibiste; dalo gratis”.

 

El Papa Francisco en su serie de catequesis sobre el ‘celo de la evangelización’ insiste en que la misión y el anuncio del Evangelio nace del encuentro con el Señor:

 

Toda actividad cristiana, sobre todo la misión, empieza ahí. No se aprende en una academia: ¡no! Empieza por el encuentro con el Señor. Testimoniarlo, de hecho, significa irradiarlo; pero, si no recibimos su luz, estaremos apagados”.

 

En Evangelio del discurso misionero de Jesús (Mt 10, 16-23), al enviar a sus discípulos, también les advierte sobre los riesgos que atravesarán en su misión, y para ello da algunas recomendaciones precisas: «Yo los envío como ovejas entre lobos. Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos como las palomas”.

El Evangelio de Mateo también señala las repercusiones a las que podría ser sometido quien anuncia el Evangelio, y allí Jesús pide al misionero –todo bautizado- tener plena confianza al auxilio de Dios: “no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes”.

Confiados en la providencia de Dios y la gracia de su Santo Espíritu, en el camino del discipulado bautismal, el Santo Padre en su catequesis sobre el ‘El primer apostolado’, nos enseña por qué, el qué y el cómo del anuncio del Evangelio.

 

¿Por qué anunciar?

«La motivación está en cinco palabras de Jesús que nos hará bien recordar: «Gratis lo recibiste; dalo gratis» (v. 8). Son cinco palabras”, precisa el Francisco en su catequesis, y subraya que

 

encontrar a Jesús, conocerlo, descubrir que somos amados y salvados. Es un don tan grande que no podemos guardarlo para nosotros, sentimos la necesidad de difundirlo; pero con el mismo estilo, es decir con gratuidad”.

 

¿Qué anunciar?

Sobre el ¿qué anunciar?, el Pontífice hace referencia al mandato del Señor: «Vayan proclamando que el Reino de los cielos está cerca» (v. 7). Pero reiterando la cercanía de Dios con su pueblo, nunca lejano, siempre acompañado a quien anuncia, y aquí encontramos el mensaje, dando en todo momento el primado a Dios:

 

en el primer lugar Dios, y dar a los otros la oportunidad de acogerlo, de darse cuenta que Él está cerca”.

 

¿Cómo anunciar?

Y por último, pero quizás más importante, por ser el primer paso que debe dar el misionero: ¿cómo anunciar? Se define principalmente en el “testimonio”. El Papa refiere que para ello

 

“se involucra todo, mente, corazón, manos, todo, los tres lenguajes de la persona: el lenguaje del pensamiento, el lenguaje del afecto y el lenguaje de la acción. Los tres lenguajes. No se puede evangelizar solamente con la mente o solamente con el corazón o solamente con las manos. Todo se involucra. Y, en el estilo, lo importante es el testimonio, cómo nos quiere Jesús. Dice así: «Yo los envío como ovejas en medio de lobos» (v. 16).

 

De esta manera, “precavidos” y “sencillos” como lo pide Jesús en el Evangelio, hoy también podemos responder al llamado y envió que nos hace el Señor para proclamar la cercanía del Reino de Cielos. Siendo testigos de una Iglesia en camino, apasionada en su tarea del anuncio del Evangelio.

 

 

Fuente: Johan Pacheco (vaticanews.va)

23 de julio: Indulgencia plenaria para la III Jornada Mundial de los Abuelos

Este miércoles, 5 de julio, fue publicado el Decreto de la Penitenciaría Apostólica con el cual, el Papa Francisco, concede la “indulgencia plenaria” a los abuelos, a los ancianos y a todos los fieles que, animados por un verdadero espíritu de penitencia y de caridad, participen el 23 de julio de 2023, en la III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores.
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A todos los que participen el 23 de julio de 2023, en la III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, en la solemne celebración que el Papa Francisco presidirá en la Basílica de San Pedro, o en las diversas funciones que se celebrarán en todo el mundo, se les concede la indulgencia plenaria”. Así lo dio a conocer la Oficina de Prensa de la Santa Sede, al publicar este miércoles, 5 de julio, el Decreto de la Penitenciaría Apostólica con el cual, el Papa Francisco, concede la indulgencia plenaria, con ocasión de la III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores.

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Indulgencia para la III Jornada Mundial de los Abuelos

En el Decreto, se recuerda que, “con el fin de aumentar la devoción de los fieles y procurar la salvación de las almas”, y acogiendo la reciente petición presentada por el cardenal Kevin Joseph Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, con ocasión de la III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, ya instituida por el Sumo Pontífice el cuarto domingo del mes de julio y que este año se celebrará sobre el tema «Su misericordia se extiende de generación en generación» (Lc 1,50), se concede la indulgencia plenaria, en las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Sumo Pontífice) a los abuelos, a los ancianos y a todos los fieles que, animados por un verdadero espíritu de penitencia y de caridad, participen el 23 de julio de 2023, en la solemne celebración que el Papa Francisco presidirá en la Basílica de San Pedro, o en las diversas funciones que se celebrarán en todo el mundo.

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Indulgencias para los que visiten a los ancianos

En el Decreto, además se señala que, la “indulgencia plenaria” podrá aplicarse también como sufragio a las almas del Purgatorio. Asimismo, este Tribunal de la Misericordia concede la “indulgencia plenaria” también a los fieles que dediquen en este mismo día un tiempo adecuado a visitar presencial o virtualmente, a través de los medios de comunicación, a sus hermanos ancianos necesitados o en dificultad: como enfermos, abandonados, discapacitados, etc.

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Indulgencias a los que se unan espiritualmente a la celebración

Del mismo modo, se podrá conceder la indulgencia plenaria, “siempre que se desprendan de cualquier pecado y se propongan cumplir cuanto antes las tres condiciones habituales, a los ancianos enfermos y a todos aquellos que, no pudiendo salir de casa por un motivo grave, se unan espiritualmente a los sagrados servicios de la Jornada Mundial, ofreciendo al Dios misericordioso sus oraciones, sus penas y los sufrimientos de su vida”, especialmente mientras se difunden a través de los medios de comunicación las palabras del Sumo Pontífice y las diversas celebraciones.

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La celebración del Sacramento de la Penitencia

Finalmente, con el fin de obtener la gracia divina mediante el poder de las Llaves de la Iglesia y para que pueda realizarse más fácilmente a través de la caridad pastoral, esta Penitenciaría Apostólica “ruega encarecidamente a los sacerdotes, dotados de las facultades adecuadas para oír confesiones, que se pongan a disposición, con espíritu dispuesto y generoso, para la celebración del Sacramento de la Penitencia”. “El presente Decreto – concluye la Nota – es válido para la Tercera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos. No obstante, cualquier disposición en contrario”.

 

 

Fuente: vaticannews.va