El Papa prorroga el Año Santo Jacobeo recién iniciado a 2022

El Nuncio de Su Santidad, Bernardito Auza, anunció esta misma tarde, al término de la Eucaristía con la que se abrió la Puerta Santa de la Catedral compostelana, la decisión del Santo Padre, el Papa Francisco, a través de la Penitenciaría Apostólica, de prorrogar el Año Santo Jacobeo recién inaugurado durante el año 2022. Esta decisión se adopta debido a las extraordinarias circunstancias provocadas por la pandemia del Covid19.

Tras este anuncio, y antes de impartir la bendición final, el arzobispo compostelano, monseñor Julián Barrio, agradeció al Santo Padre Francisco esta decisión, que se adopta para que los fieles “saquen piadosos propósitos y fuerza espiritual de vida para testimoniar el Evangelio, en comunión jerárquica y filial devoción con el Sumo Pontífice, fundamento visible de la Iglesia católica y maestro propio de los sagrados misterios”, tal y como reza el Decreto expedido por la Penitenciaría Apostólica.

 

 

Fuente: archicompostela.es

Mensaje del Papa Francisco para la Apertura de la Puerta Santa

“Sentirnos Pueblo de Dios que hace de sus tradiciones un cántico de alabanza” 
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  • “Al llegar a la Puerta Santa, tres gestos nos recuerdan el motivo de nuestro viaje”, dice el Papa Francisco en su mensaje para la Apertura de la Puerta Santa: contemplar en el Pórtico de la Gloria la mirada de Jesús, abrazar al Apóstol y participar en la Eucaristía

El Papa Francisco, en el mensaje enviado al arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, con ocasión de la Apertura de la Puerta Santa que da inicio al Año Jubilar Compostelano, hace llegar “mi afecto y cercanía a todos los que participan en este momento de gracia para toda la Iglesia, y en modo particular para la Iglesia en España y en Europa”. Desde el Vaticano, el Papa Francisco recuerda que “al ponernos en camino tras las huellas del Apóstol salimos de nuestro propio yo, de esas seguridades a las que nos aferramos, pero teniendo clara nuestra meta, no somos errantes, que giran siempre en torno a sí mismos sin llegar a ninguna parte”. El Sumo Pontífice asegura que “al llegar a la Puerta Santa, tres gestos nos recuerdan el motivo de nuestro viaje”, en alusión a la contemplación en el Pórtico de la Gloria de la mirada de Jesús, al abrazo al Apóstol y a la participación en la Eucaristía, que “nos invitan a sentirnos Pueblo de Dios que hace de sus tradiciones un cántico de alabanza”.

En la carta, fechada en San Juan de Letrán el pasado día 17 de diciembre, el Santo Padre, asegura que caminar es un proceso de conversión y afirma, recordando a Manuel Machado, que “se hace camino al andar” y que “no hay recetas previas, peregrinar debe ser para nosotros un caminar al paso con el que es Camino, Verdad y Vida, con Aquel que quiere entretenerse con nosotros, para ofrecernos su compañía y mostrarnos el sendero de la vida”.

Al indicar que hay que caminar “haciéndonos prójimos”, el pontífice señala que ello “supone el esfuerzo de ir ligeros de equipaje, sin apegos y vivir en continua tensión hacia ese anhelado encuentro con el Señor”. Para el obispo de Roma, caminar al lado de otros “nos ayuda a reconocer en el prójimo un don que Dios nos entrega para acompañarnos en este viaje”. Y añade que “unirse a otros hace bien y esta experiencia se fragua en el camino, la hacen los peregrinos todos los días, esperándose, apoyándose, compartiendo fatigas y logros”.

Más adelante, el Papa Francisco alude a la dimensión de la peregrinación como expresión del ser discípulos misioneros. “La peregrinación a la tumba del Apóstol”, dice, “se convierte en una llamada a la misión, a convocar a todos a esa patria hacia la que avanzamos”. Y añade que “evangelizar supone saber de pan y hogar, la patria prometida a la que convocamos, en el nombre del Señor, no es un ideal utópico sino una meta concreta, conocida, recordada, una calidez que nos acompaña y espera. La calidez del hogar nos hace creer en la fuerza revolucionaria de la ternura y del cariño, de la encarnación. El peregrino es capaz de “ponerse en manos del don de Dios”.

Antes de agradecer “los esfuerzos de la Archidiócesis de Santiago de Compostela, así como los de todos los que colaboran en la realización de este Año Jubilar” y de impartir la Bendición Apostólica, el Papa Francisco alude a los tres gestos que, al llegar a la Puerta Santa, “nos recuerdan el motivo de nuestro viaje”. El primero de ellos, “contemplar en el Pórtico de la Gloria la mirada serena de Jesús”; el segundo, “el emotivo abrazo a la imagen del Apóstol peregrino”, con el que se abraza a la Iglesia entera y se recuerda que no es una “institución abstracta”, sino que se encarna “en el santo de la puerta de al lado”; y el tercero, “la participación en la liturgia eucarística, el sonido de las campanas, el humo del botafumeiro, los cantos y las plegarias”, que “nos invitan a sentirnos  Pueblo de Dios que hace de sus tradiciones un cántico de alabanza”.

El mensaje papal finaliza con una petición: “Y, por favor, no se olviden de rezar por mí”.

 

Fuente: archicompostela.org

Mensaje de D. Julián ante la apertura del Año Santo

 

 

Fuente: archicompostela.es

La ceremonia de apertura de la Puerta Santa se podrá seguir por TVG y por internet

El próximo 31 de Diciembre a las 16:30h dará comienzo la ceremonia de apertura de la Puerta Santa de la Catedral de Santiago. Con este rito se inaugurará el Año Santo Compostelano 2021 y a partir de ese momento se podrá ganar la indulgencia plenaria propia del jubileo jacobeo. Como es tradición, los requisitos para obtenerla son: visitar la Catedral, recibir los sacramentos de la reconciliación y la Eucaristía y orar por las intenciones del Papa. La indulgencia se puede aplicar por uno mismo o por un difunto.

La retransmisión

La TVG retransmitirá en directo todo el acto que podrá, además, seguirse por internet. Compartimos con los amigos de ACC (Acogida Cristiana en los Caminos de Santiago) el enlace para que puedan vivir este emocionante momento y así, unidos todos en oración pedir al Apóstol abundantes frutos espirituales en el Año Santo.

Los actos

La procesión litúrgica sale por la puerta de Platerías y se encamina a la Quintana, donde tiene lugar el rito de apertura de la Puerta Santa, tras la lectura del mensaje del Papa.

El Arzobispo de Santiago, Monseñor Julián Barrio, realiza el rito de apertura de la Puerta Santa golpeándola tres veces con un martillo ceremonial.

Tras la apertura de la Puerta Santa seguirá la procesión de autoridades, peregrinos y representantes de diversas entidades jacobeas, entre ellas algunos voluntarios de ACC. A continuación se celebrará la Santa Misa en el interior de la Catedral presidida por el Arzobispo de Santiago. Al concluir la Eucaristía, en el exterior del templo, tendrá lugar la proyección de un video de bienvenida al Año Santo Compostelano que también podrá verse por los canales que retransmitirán todo el evento. Finalmente, la celebración concluirá con una actuación de música tradicional de Galicia en la plaza de la Quintana.

 

 

Libreto de la Apertura de la Puerta Santa

Se puede consultar el libreto de la celebración en el siguiente enlace


 

Más información en el siguiente dossier informativo:

 

Fuentes: archicompostela.es y catedraldesantiago.es

Constituido el Consejo Asesor de Laicos de la CEE

«Un motivo de esperanza para la Iglesia»

El pasado sábado, 18 de diciembre, en un encuentro celebrado en formato mixto, presencial y online, se constituyó el Consejo Asesor de Laicos, órgano que tiene encomendada la labor de impulsar la fase postcongresual del proceso abierto con motivo del Congreso de Laicos celebrado en Madrid el pasado mes de febrero.

En sus palabras de bienvenida, D. Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid y Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, manifestó que la creación de este Consejo es “un motivo de esperanza para la Iglesia española” en un contexto socio-político complejo, que hace imprescindible que todos los miembros del Pueblo de Dios y, particularmente, los fieles laicos, vivamos la Doctrina Social de la Iglesia y nos hagamos presentes en la vida social y política española.

El apoyo a la vocación laical

En esta misma línea, D. Carlos Escribano, arzobispo de Zaragoza y Presidente de la Comisión para los Laicos, Familia y Vida, calificó la constitución del Consejo como de “hito importante” en el camino marcado por el Congreso de Laicos, en tanto que le corresponde determinar cómo facilitar la recepción del mismo en las Diócesis, asociaciones y movimientos. Insistió especialmente en la necesidad e importancia de encontrar entre todos una dinámica metodológica adecuada que permita articular las diferentes propuestas planteadas y recogidas en la Guía de Trabajo para el Postcongreso e ir profundizando en los cuatro itinerarios –primer anuncio, acompañamiento, procesos formativos y presencia en la vida pública– que marcarán los trabajos de los próximos años para potenciar la vivencia de la vocación laical.

Como indicó D. Luis Manuel Romero, Director de la Comisión para los Laicos, Familia y Vida, este Consejo es uno de los primeros frutos del Congreso de Laicos y una clara expresión de la sinodalidad vivida durante todo el proceso, que se mantendrá igualmente en la fase postcongresual, puesto que de él forman parte pastores –los Obispos de la Comisión y sus Directores de Comisión y Subcomisiones–, representantes de la vida consagrada y, sobre todo, laicos de las 14 provincias eclesiásticas españolas y de los movimientos y asociaciones a nivel nacional. Entre los laicos elegidos está D. Alfredo Losada, subdelegado de la Delegación de Apostolado Seglar de la Archidiócesis de Santiago de Compostela.

En la ronda de presentación de los 24 miembros (12 estuvieron presentes y 12 se conectaron online), éstos expresaron cómo afrontaban el reto de formar parte de este importante órgano integrado formalmente en la estructura de la Comisión para los Laicos, Familia y Vida. Las palabras más repetidas fueron esperanza, ilusión, apertura, diálogo, alegría, responsabilidad, gratitud, comunión, pasión, confianza, servicio, si bien no faltaron otras como incertidumbre, por la situación que estamos viviendo.

 

Objetivos de la «Iglesia de Dios»

La sesión se dedicó a presentar los objetivos y dinámica de funcionamiento del Consejo y, principalmente, a compartir reflexiones sobre cómo comenzar a articular los trabajos del postcongreso. En concreto, se debatió acerca de la metodología a seguir, así como la dinámica de trabajo, insistiendo en las dos claves de todo el proceso –sinodalidad y discernimiento– y en la importancia de partir del camino ya recorrido, reflejado en los diferentes documentos que han servido de base en las distintas fases del proceso. Finalmente, se fijó el calendario de reuniones, que serán intensivas en los próximos meses con el fin de plantear a la mayor brevedad posible una propuesta realista de trabajo.

En definitiva, con este Consejo, en palabras del Papa Francisco en su mensaje a los congresistas, se empieza a escribir una nueva “página en blanco” que tratará de ayudarnos a todos los miembros del Pueblo de Dios a no tener miedo “de patear las calles, de entrar en cada rincón de la sociedad, de llegar hasta los límites de la ciudad, de tocar las heridas de nuestra gente”, pues, no en vano, “esta es la Iglesia de Dios”.

 

Fuente: pueblodediosensalida.com

El Papa nos invita a seguir el modelo de la familia de Nazaret y nos da algunas claves para un ambiente familiar sano.

El Papa desde la Biblioteca Apostólica (Vatican media)

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La de Nazaret es la familia-modelo en la que todas las familias del mundo pueden hallar su sólido punto de referencia y una firme inspiración”. Con estas palabras ha dado inicio el Papa Francisco a su discurso antes de rezar la oración mariana del Ángelus, el domingo 27 de diciembre en el que la Iglesia Católica celebraba la Fiesta de la Sagrada Familia. El Papa ha recordado que, a imitación de la Sagrada Familia, “estamos llamados a redescubrir el valor educativo del núcleo familiar, que debe fundamentarse en el amor que siempre regenera las relaciones abriendo horizontes de esperanza».

Desde la biblioteca privada del Palacio Apostólico Vaticano, el Papa Francisco también nos ha dado algunas claves para un ambiente familiar sano: «si discuten, que no termine el día sin hacer las paces, la guerra fría del día siguiente es muy peligrosa». Y luego, «en la familia hay tres palabras que hay que custodiar siempre: “Permiso”, “gracias”, “perdón”. Si en el ambiente familiar hay estas tres palabras, la familia está bien».

El Sumo Pontífice anunció que habrá un Año dedicado a la Familia, un año de reflexión sobre la Amoris laetitia  [19 de marzo 2021-26 de junio 2022] con iniciativas coordinadas por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida para ayudar a las  familias cristianas a convertirse en “levadura de una nueva humanidad y de solidaridad concreta y universal”.

Tras rezar el Angelus, el Santo padre ha manifestado su cercanía «a las familias que en los últimos meses han perdido a un ser querido o han sido juzgadas por las consecuencias de la pandemia«, y a las familias del personal sanitario. Y antes de concluir, ha confiado al Señor «todas las familias, especialmente las más probadas por las dificultades de la vida y por las heridas de la incomprensión y la división».

 

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A continuación, siguen las palabras de Francisco, según la traducción oficial ofrecida por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

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Palabras antes del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Pocos días después de la Navidad, la liturgia nos invita a contemplar a la Sagrada Familia de Jesús, María y José. Es hermoso pensar en el hecho de que el Hijo de Dios ha querido tener, como todos los niños, la necesidad del calor de una familia.Precisamente por esto, porque es la familia de Jesús, la de Nazaret es la familia-modelo, en la que todas las familias del mundo pueden hallar su sólido punto de referencia y una firme inspiración. En Nazaret brotó la primavera de la vida humana del Hijo de Dios, en el instante en que fue concebido por obra del Espíritu Santo en el seno virginal de María. Entre las paredes acogedoras de la casa de Nazaret se desarrolló en un ambiente de alegría la infancia de Jesús, rodeado de la solicitud maternal de María y los cuidados de José, en el que Jesús pudo ver la ternura de Dios (cf. Carta apost. Patris corde, 2).

A imitación de la Sagrada Familia, estamos llamados a redescubrir el valor educativo del núcleo familiar, que debe fundamentarse en el amor que siempre regenera las relaciones abriendo horizontes de esperanza. En la familia se podrá experimentar una comunión sincera cuando sea una casa de oración, cuando los afectos sean serios, profundos, puros, cuando el perdón prevalezca sobre las discordias, cuando la dureza cotidiana del vivir sea suavizada por la ternura mutua y por la serena adhesión a la voluntad de Dios. De esta manera, la familia se abre a la alegría que Dios da a todos aquellos que saben dar con alegría. Al mismo tiempo, halla la energía espiritual para abrirse al exterior, a los demás, al servicio de sus hermanos, a la colaboración para la construcción de un mundo siempre nuevo y mejor; capaz, por tanto, de ser portadora de estímulos positivos; la familia evangeliza con el ejemplo de vida. Es cierto, en cada familia hay problemas, y a veces también se discute. “Padre, me he peleado…”; somos humanos, somos débiles, y todos tenemos a veces este hecho de que peleamos en la familia. Os diré una cosa: si nos peleamos en familia, que no termine el día sin hacer las paces. “Sí, he discutido”, pero antes de que termine el día, haz las paces. Y sabes ¿por qué? Porque la guerra fría del día siguiente es muy peligrosa. No ayuda. Y luego, en la familia hay tres palabras, tres palabras que hay que custodiar siempre: “Permiso”, “gracias”, “perdón”. “Permiso”, para no entrometerse en la vida de los demás. Permiso: ¿puedo hacer algo? ¿Te parece bien que haga esto? Permiso. Siempre, no ser entrometidos. Permiso, la primera palabra. “Gracias”: tantas ayudas, tantos servicios que nos hacemos en la familia: dar siempre las gracias. La gratitud es la sangre del alma noble. “Gracias”. Y luego, la más difícil de decir: “Perdón”. Porque siempre hacemos cosas malas y muchas veces alguien se siente ofendido por esto: “Perdóname”, “perdóname”. No olvidéis las tres palabras: “permiso”, “gracias”, “perdón”. Si en una familia, en el ambiente familiar hay estas tres palabras, la familia está bien.

Al ejemplo de evangelizar con la familia nos invita precisamente la fiesta de hoy volviéndonos a presentar el ideal del amor conyugal y familiar, tal y como quedó subrayado en la Exhortación apostólica Amoris laetitia, cuyo quinto aniversario de promulgación tendrá lugar el próximo 19 de marzo. Y habrá un año de reflexión sobre la Amoris laetitia y será una oportunidad para profundizar en los contenidos del documento [19 de marzo 2021-junio 2022].

Estas reflexiones se pondrán a disposición de las comunidades eclesiales y de las familias, para acompañarlos en su camino. A partir de ahora invito a todos a sumarse a las iniciativas que se impulsarán durante el Año y que serán coordinadas por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Encomendamos este camino con las familias de todo el mundo a la Sagrada Familia de Nazaret, en particular a San José, esposo y padre solícito.

Que la Virgen María, a la que ahora nos dirigimos con la oración del Ángelus, obtenga a las familias de todo el mundo sentirse cada vez más fascinadas por el ideal evangélico de la Sagrada Familia, de modo que se conviertan en levadura de nueva humanidad y de una solidaridad concreta y universal.

 

Palabras después del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas:

Os saludo a todos vosotros, familias, grupos y fieles, que seguís la oración del Ángelus a través de los medios de comunicación social. Mi pensamiento va en particular a las familias que en estos meses han perdido a un familiar o han sido puestas a dura prueba por las consecuencias de la pandemia. Pienso también en los médicos, los enfermeros y todo el personal sanitario cuyo gran compromiso en primera línea en la lucha contra la propagación del virus ha tenido repercusiones significativas sobre su vida familiar.

Hoy encomiendo al Señor todas las familias, especialmente las más probadas por las dificultades de la vida y por las heridas del malentendido y la división. Que el Señor, nacido en Belén, les conceda a todas la serenidad y la fuerza para caminar unidas por el camino del bien.

Y no olvidéis estas tres palabras que ayudarán tanto a vivir la unidad en la familia: “permiso” —para no ser entrometidos, respetar a los demás—, “gracias” —agradecernos mutuamente en la familia— y “perdón” cuando hacemos algo malo. Y este “perdón” —o cuando se discute— por favor decirlo antes de que termine el día: hacer las paces antes de que termine el día.

Os deseo a todos un feliz domingo y por favor no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!

 

Fuente:  es.zenit.org

Mensaje del arzobispo en la Jornada de la Sagrada Familia

 

Fuente: archicompostela.es

Jornada de la Sagrada Familia 2020: «Los ancianos tesoro de la Iglesia y de la sociedad».

“Los ancianos, tesoro de la Iglesia y la sociedad” es el lema de la Jornada de la Sagrada Familia 2020 que se celebra el domingo 27 de diciembre. La Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida ha editado los materiales para preparar esta Jornada.

Los obispos de la Subcomisión firman un nota en la que destacan que en la tradición de la Iglesia hay un bagaje de sabiduría que siempre ha sido la base de una cultura de cercanía a los ancianos, una disposición al acompañamiento afectuoso y solidario en la parte final de la vida.

Con la mirada puesta en la pandemia del coronavirus, los obispos recuerdan a las numerosas víctimas, entre ellas, “ocupan un lugar privilegiado nuestros mayores”. De manera especial, señalan, “esmeremos nuestros cuidados por los ancianos que todavía están enfermos”.

Materiales:

 

Fuente: Conferencia Episcopal Española

Mensaje de Navidad de nuestro arzobispo D. Julián Barrio Barrio

 

Soñar lo posible. Una lectura de Fratelli tutti. «Mirar el pasado con misericordia»

La historia nos muestra hechos contra la dignidad de la persona que desgraciadamente hemos sido capaces de cometer. Observándolos desde la misericordia, debemos lamentar lo ocurrido y disponernos a aprender del pasado para no volver a repetir los mismos errores.

La iniciativa “Soñar lo posible”, al finalizar su recorrido por la encíclica Fratelli tutti, aborda el tema del perdón sincero y de la virtud de la misericordia, ambos fuertemente acentuados en el cristianismo.

Para alcanzar la reconciliación el papa Francisco propone:

  • Superar los conflictos a través del diálogo.
  • Abstenerse de enemistades y del odio mutuo.
  • Dialogar con honestidad, apoyados en el amor a la justicia.
  • No caer en el círculo vicioso de la venganza.

Se trata, en definitiva, de entender y revalorizar el sentido del perdón, siguiendo las enseñanzas del Evangelio que pide perdonar hasta “setenta veces siete” (Mt. 18,22).

Índice

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10º Clave: Mirar al pasado con misericordia

 

Cada generación ha de hacer suyas las luchas y los logros de las generaciones pasadas y llevarlas a metas más altas aún. Es el camino.

El bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día.

Ignorar la historia, despreciar la experiencia de los mayores y mirar solo al futuro crea personas vacías, desarraigadas y desconfiadas. Así hacen las ideologías.

Los pueblos que olvidan su tradición y, por negligencia o apatía, toleran que se les arrebate el alma, pierden su fisonomía espiritual, su consistencia moral y, finalmente, su independencia.

En tu historia las preguntas son: Cuánto amor puse en mi trabajo, en qué hice avanzar al pueblo, cuánta paz social sembré, qué provoqué en el lugar que se me encomendó.

Hace falta aprender a cultivar una memoria penitencial, capaz de asumir el pasado para liberar el futuro de las propias insatisfacciones, confusiones o proyecciones.

La misericordia de cada persona se extiende a su prójimo, pero la misericordia del Señor alcanza a todos los vivientes.

La comprensión y el compromiso mutuo pueden transformar antiguos conflictos o las tensiones del pasado y alcanzar una unidad en la diversidad que engendra nueva vida.

Es conmovedor ver la capacidad de perdón de algunas personas que han sabido ir más allá del daño sufrido. En todo caso, lo que jamás se debe proponer es el olvido.

No es posible conformarse con lo que ya se ha conseguido en el pasado e instalarse. Todavía muchos hermanos nuestros sufren situaciones de injusticia que nos reclaman a todos.

Mira el pasado con misericordia. Pide la gracia de lamentar lo que hemos sido capaces de hacer, de haber despreciado y destruido nuestra carne ¡Nunca más, Señor, nunca más!

 

El perdón permite buscar la justicia sin caer

en el círculo vicioso de la venganza ni en la injusticia del olvido.

 

Estamos llamados a amar a todos, sin excepción. Si el perdón es gratuito, entonces puede perdonarse aun a quien se resiste al arrepentimiento y es incapaz de pedir perdón.

Cuando hay algo que jamás debe ser tolerado, justificado o excusado, sin embargo, podemos perdonar. Cuando hay algo que por ninguna razón debemos permitirnos olvidar, sin embargo, podemos perdonar. El perdón libre y sincero es una grandeza que refleja la inmensidad del perdón divino.

 

Cultura sin alma

  • No hay que despreciar la historia ni rechazar la riqueza espiritual y humana que se ha ido transmitiendo a lo largo de las generaciones. Tampoco hay que ignorar todo lo que ha pasado, perdiendo así el sentido de la historia. Por eso hay que escuchar la experiencia de los mayores (Cf. Ft 13).
  • Sin embargo, en la cultura actual se percibe una especie de deconstruccionismo para construirlo todo desde cero. Para eso se precisa de persona vacías, desarraigadas, desconfiadas de todo, para instaurar nuevas formas de colonización cultural (Cf. Ft 13).
  • En esta nueva cultura, los pueblos, al abandonar su tradición, toleran que se les arrebate el alma. Grandes palabras como democracia, libertad, justicia, unidad son conceptos manoseados y desfigurados en la actualidad. Se les ha vaciado de contenido para poder justificar así cualquier acción (Cf. Ft 14).
  • En un escenario donde se siembra la división, la enemistad y un escepticismo desolador, se impide construir un proyecto común. Sin embargo, cuando se reflexiona y se mira al futuro aparecen interrogantes como ¿qué aporto a la sociedad? ¿qué lazos tengo con mi comunidad y que iniciativas propongo? ¿cómo contribuyo a fortalecer la paz? ¿cuánto amor pongo en mi trabajo? ¿colaboro a mejorar la convivencia en mi entorno? (Cf. Ft 197).

 

Nueva vida

  • Cuando las personas y las comunidades apuntan más allá de los intereses particulares, la comprensión y el compromiso mutuo se transforman en un ámbito donde los conflictos, las tensiones e incluso los que se podrían haber considerado contrarios en el pasado pueden alcanzar una unidad en la diversidad que engendra nueva vida (Cf. Ft 245).
  • Hace falta aprender a cultivar una memoria capaz de asumir el pasado, a veces desde el arrepentimiento, para liberar el futuro de sus insatisfacciones, confusiones o proyecciones. Sólo desde la verdad histórica de los hechos puede hacerse un esfuerzo constante para comprenderse mutuamente y para comenzar un nuevo camino hacia el bien de todos (Cf Ft 226).

 

Reconciliación sin olvido

  • Pero la reconciliación se debe promover, no imponer al conjunto de una sociedad. Porque ¿quién se puede atribuir el derecho de perdonar en nombre de los demás? No es posible decretar una “reconciliación general”, pretendiendo cerrar por decreto las heridas o cubrir las injusticias con un manto de olvido (Cf. Ft 246).
  • La reconciliación es un hecho personal y es conmovedor ver la capacidad de perdón de algunas personas que han sabido ir más allá del daño sufrido. Como también es humano comprender a quienes no pueden hacerlo. En todo caso, lo que jamás se debe proponer es el olvido (Cf. Ft 246).
  • Un ejemplo es la Shoah –palabra hebrea para referirse al holocausto- no debe ser olvidada. Es el símbolo de hasta dónde puede llegar la maldad del hombre cuando, alimentada por falsas ideologías, se olvida de la dignidad fundamental de la persona, que merece respeto absoluto independientemente del pueblo al que pertenezca o la religión que profese. ¡Nunca más, ¡Señor, nunca más! (Cf. Ft 247).

 

Conciencia colectiva

  • No se puede permitir que las actuales y nuevas generaciones pierdan la memoria de lo que ha pasado. Esa memoria es la garantía y el estímulo para construir un futuro más justo y más fraterno. Se necesita mantener viva la llama de la conciencia colectiva, que recuerde a las generaciones venideras el horror de lo que sucedió. Lo necesitan las mismas víctimas para no ceder a la lógica que lleva a justificar las represalias y cualquier tipo de violencia en nombre del enorme mal que han sufrido (Cf. Ft 248 y 249).
  • El perdón no implica olvido. Pero cuando hay algo que de ninguna manera puede ser negado, relativizado o disimulado, sin embargo, se puede perdonar (Cf. Ft 250).

 

La misericordia del Señor alcanza a todos

  • Dios celestial es misericordioso. Siente compasión por los que sufren, ofreciéndoles su apoyo. A la vez que cuida y perdona a los pecadores. Mientras la misericordia de cada persona llega solo a su prójimo, la misericordia del Señor alcanza a todos. Hace salir el sol sobre buenos y malos. Con este precepto se invita a superar la tendencia de mirar solo a nuestro lado, a los que tenemos siempre más cerca (Cf. Ft 59 y 60).
  • Pido a Dios «que prepare nuestros corazones al encuentro con los hermanos más allá de las diferencias de ideas, lengua, cultura, religión; que unja todo nuestro ser con el aceite de la misericordia que cura las heridas de los errores, de las incomprensiones, de las controversias; la gracia de enviarnos, con humildad y mansedumbre, a los caminos, arriesgados pero fecundos, de la búsqueda de la paz (Cf. Ft 254)

 

 

 

Fuente: Conferencia Episcopal Española