El Vía Crucis de Francisco, a través de los ojos y el corazón de los más pequeños

 

Un año más el Coliseo no será el escenario del tradicional Via Crucis de la noche del Viernes Santo de la Semana Santa 2021, presidido por el Papa  Francisco. La pandemia obliga a que nuevamente sea la Plaza de San Pedro el marco en el que contemplar el camino de Jesús hacia el Calvario, pero esta vez gracias a la mirada de los niños. Un acto que se celebrará a las 21:00 h. (hora de Roma) y con un público muy limitado y que será retransmitido en directo desde Trece TV.

El papa Francisco, según ha informado el portavoz vaticano, Matteo Bruni, ha encomendado las meditaciones a los componentes del  Grupo Scout Agesci Foligno I (Umbria) y a niños de catequesis de la parroquia romana de los Santos Mártires de Uganda. Además, las imágenes que acompañarán las diferentes estaciones del Vía Crucis “serán dibujos realizados por niños y adolescentes de hogares de acogida romanos, de la Casa Familiar ‘Mater Divini Amoris’ y de la Casa Familiar ‘Tetto Casal Fattoria’.

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Junto al Papa, niños y jóvenes: 4 lectores, 8 portadores de la Cruz y 8 portadores de antorchas.

 

Veinte niños y jóvenes de Roma y Foligno estarán junto al Papa Francisco en el Vía Crucis de este año, en una Plaza de San Pedro casi desierta a causa de la pandemia del Covid-19. Pero han sido muchos más los que han participado en la preparación de las meditaciones y de los dibujos que las acompañarán.
Junto a los cuatro lectores (uno por cada institución educativa implicada) con el Papa habrá ocho jóvenes portadores de la cruz y ocho que sostendrán antorchas a lo largo del recorrido de las 14 estaciones, que como en 2020, trazarán un círculo alrededor del obelisco de la Plaza de San Pedro

Otros 40 estarán entre el público «presente» en la zona del atrio de la Basílica Vaticana. Representarán a los 500 niños de la catequesis de Primera Comunión y Confirmación de la parroquia romana «Santi Martiri dell’Uganda»; así como a los 145 scouts, de varios grupos pertenecientes a los scout Agesci «Foligno I», sin olvidar  a los 30 niños y jóvenes de la casa familiar romana «Tetto Casal Fattoria» y a los ocho niños, de entre 3 y 8 años, de la casa «Mater Divini Amoris». Todos han participado en la elaboración de los textos y dibujos que nos ayudarán a revivir, con el Papa, la Pasión y muerte de Jesús.

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Las cruces cotidianas

 

 

Varios niños y jóvenes, de entre 3 y 19 años, mostrarán a través de meditaciones y dibujos, experiencias cotidianas a la vez que acompañan el rezo del Via Crucis.

Se trata de “palabras sencillas” y de colores que relatan la “complejidad de un mundo formado por pequeñas y grandes cruces, pero también de confianza y esperanza para el futuro”, como por ejemplo, “quien ve a sus padres discutir; quien no tiene la fuerza para defender a un amigo en dificultad; quienes experimentan la sensación de haber fracasado en un examen que salió mal en la escuela; los que encuentran valor en el abrazo tranquilizador de una madre; aquellos que experimentan la soledad, especialmente después de la propagación de la pandemia COVID-19; y los que consiguen ver el rostro de Jesús en los rasgos de un extranjero”.

Es lo que han querido plasmar los componentes del Grupo Scout «Agesci Foligno I», de la región italiana de Umbria. Este grupo de exploradores está formado por 21 educadores y 145 niños y jóvenes de entre 8 y 19 años y pertenece al movimiento de grupos scout católicos de la zona. La redacción de los textos fue realizada con el acompañamiento de los respectivos responsables y se llevó a cabo con el método educativo y con los valores cristianos de este Grupo Scout, que “usa instrumentos como el juego, la vida al aire libre y el servicio al prójimo para contribuir al crecimiento de niños y jóvenes”, por lo que los “pequeños autores del Vía Crucis 2021 reflexionaron sobre las 14 estaciones relacionándolas con sus experiencias diarias”.

«Nuestras meditaciones para el Vía Crucis fueron concebidas como una acción coral – explica Alessandro Bitocchi, responsable scout de «Foligno I» – cada uno de los chicos y chicas, a su manera, puso un trocito de sí mismo en ellas.»

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Catequesis y discapacidad

 

 

En las meditaciones también se recogerán las aportaciones de los más de 500 niños y jóvenes de los grupos de Primera Comunión y Confirmación de la parroquia romana de los Santos Mártires de Uganda. Una comunidad parroquial que lleva a cabo desde hace tiempo «una experiencia de catequesis para y con personas con discapacidad», que es de referencia en toda la diócesis de Roma. La preparación de estas meditaciones ha sido una proeza ya que se han realizado fundamentalmente mediante encuentros on line.

Además desde esta parroquia también se sostienen  dos casas de familia: “Refugio para Agar” dedicada a las mujeres y niños que son víctimas de maltratos y la “Casa Belén” para la acogida de familias sin hogar.

«Me llama la atención sus reflexiones sobre el encuentro de Jesús con su madre, es un momento que impresiona a muchos«, dice Don Luigi D’Errico, párroco de los Santos Mártires de Uganda. «Un pequeño escribió: «Cuánto debió sufrir Jesús en la cruz al ver, debajo de él, a su madre llorando». Es una reacción comprensible, porque tienen una profunda relación con sus padres».

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Los dibujos de los niños

 

La realización televisiva, fundamental en un acto tan reducido para el público por las limitaciones a la movilidad debido a la pandemia sanitaria también ayudará a la contemplación. El Vaticano ha informado que las diferentes estaciones del Via Crucis contarán no solo con las palabras de los más pequeños sino también con sus dibujos.

En las diferentes estaciones se proyectaran dibujos realizados por niños y jóvenes de las casas familiares “Mater Divini Amoris” y “Tetto Casal Fattoria”, situadas también en Roma.  Además de los dibujos estos niños añadieron algunas frases.

«Escribieron que los padres deben amarse, que no deben reñir, y una niña pidió, casi en forma de oración, que nunca le faltara la mirada de su madre«, comenta Gabriella Pistilli, encargada de la casa familiar «Mater Divini Amoris», regida por la Congregación de las Hijas de Nuestra Señora del Divino Amor, donde en estos momentos hay acogidos 8 niños, de entre 3 y 8 años.

Por último, la Casa Familiar “Tetto Casal Fattoria” abrió sus puertas en 1984 en la periferia sur de Roma para atender a niños y jóvenes gracias al empeño de un grupo de voluntarios. Desde 2019 se ha convertido en una cooperativa social, que además de la acogida, ofrece proyectos de asistencia, apoyo, formación profesional y cultural, con el objetivo de acompañar a los niños y jóvenes en el crecimiento y la construcción de un proyecto de vida. En la casa de familia se acogen a niños desde 4 años hasta la mayoría de edad.

«Los huéspedes hicieron dibujos muy precisos y muy atentos al sufrimiento de la persona«, explica el responsable Fabrizio Gessini. «A nuestros chicos -cuenta- les llamó la atención sobre todo el encuentro con la madre y la ayuda a Jesús del cirineo. Salieron dibujos muy interesantes, de niños que nunca se habían expresado sobre estos temas«.